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Campo de las Naciones a Valdelatas y vuelta

Ruta realizada el Domingo 31/01/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
47.8 km
521 m
6 Km Distancia Madrid
3h54'
3h15'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Rufi, Mario

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2021-01-31-Valdelatas-Monte-Carmelo.gpx
Reproductor audio crónica:

Texto amenizado por John Fogerty y su «Blueboy»

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La mañana estaba templada y con un solecito prometedor, mejor de lo anunciado.

Había quedado con Félix en el centro deportivo AQA Los Prunos, quería saludar a un grupete de ex-compañeros jubiletas que le dan al paddle. Ganas de machacarse el cuerpo, a su edad, con  lo bien que se va en bici subiendo montes, disfrutando senderos, bajando trialeras y … jugándote el bigote, jajaja.

Unos minutos antes de la hora aparece Rufi, no me lo esperaba y me alegra la sorpresa. Charlamos un ratito, me impresionó ver que lleva una Minion DH en la rueda trasera. Hay que tener patas para mover eso con soltura. Un poco antes de las 10 me comenta: «¿qué hora es?, falta un minuto y Félix no ha llegado». Dicho y hecho, a las diez en punto a parece «el Jefe» con su sonrisa.

Tras el intercambio de saludos y banderines arrancamos, cogemos el carril bici junto al Hipercor del Campo de Las Naciones. A esta hora ya hay tráfico de bicis y peatones, lo que hace complicado ir de charla.

¿Torre de Pisa? No, de Pizza.

Vamos pedaleando a rebufo, ora uno delante, ora otro, hasta dejar el carril bici para coger brevemente la carretera de Fuencarral a Alcobendas y adentrarnos en campo ¡por fin!. Llegamos a la puerta del Pinar de Valdelatas e iniciamos senderillos.

Pero al llegar a zonas arboladas vemos con pena que tanto pinos como encinas han perdido gran parte de sus ramas, dejando el suelo cubierto de cadáveres. La imagen es muy triste, miedo me da cuando abran la Casa de campo y vaya a dar un rulo por allí.

Estas fotos muestran como estaban un par de zonas, pero había muchos tramos en peores condiciones.

Parece que ha habido un bombardeo

Ante la imposibilidad de rodar senderos tuvimos que conformarnos con dar una vuelta por el perímetro y hacer alguna pista interior hasta salir a Cantoblanco. Al coger el carril de Colmenar auxiliamos a una chica que, en la cuneta y con la bici patas arriba, se afanaba en solucionar un chupado de cadena. Supongo que a ninguno de nosotros, viendo a la ciclista, nos hubiera importado «sufrir» un chupado pero nos conformamos con ayudarla a desenredar la cadena y comentar que con plato pequeño no se debe llevar corona pequeña, que conviene revisar el tope del desviador y blablablá. Antes de ponernos definitivamente en modo «abuelo cebolleta» nos despedimos y tiramos a cruzar la pasarela sobre la carretera de Colmenar. Me marché extrañado de que nadie, de tantos ciclistas que pasaban en uno y otro sentido, hubiese parado a ayudarla. Que mal anda el patio.

Tomamos la pista que acompaña al muro de El Pardo (camino de Sotillo), momento en el que empieza a chispear.

Disfrutamos de una bonita panorámica del Skyline madrileño. Afortunadamente la lluvia fue fina y breve y llegamos sin empape a la portillera del Tambor. Atajamos por la carretera de El Pardo a Fuencarral para llegar rápidamente al carril del Anillo Verde Ciclista en Montecarmelo. Nos volvemos por dónde habíamos venido, lo malo es que ahora había abundante tráfico infantil, tanto en bici como con patines y skates, lo que sumado a sus papás y paseantes junto a algún imbécil que iba a «tó la leche» motivó algún sustillo. En especial a Félix, que tuvo que clavar freno por un gilipollas que iba sorteando «obstáculos» (pensaría él).

Llegamos al barrio de Rufi, emplazamos salida para el jueves y nos despedimos. El cielo se pone negro y vuelve a lloviznar, cada vez un poco más fuerte. Apretamos el paso hasta llegar a el Pinar Conde de Orgáz. Seguía lloviendo, al final vamos a manchar las bicis de barro, jajaja

Convinimos que los 50 km, a pesar del escaso desnivel, bien merecían una cervecita. Pero la ya no tan fina lluvia nos persuadió, la idea de mojarnos simultáneamente por dentro y por fuera no nos pareció buena.

Dejé a Félix en su casa y yo esprinté a la mía con el propósito de darme una buena ducha.

Ruta sencilla y sin mucha historia, pero con estos dos buenos conversadores se hizo muy amena.

Bueno, para ser mi primera crónica lo dejo aquí. Que lo poco gusta y lo mucho aburre, jajajaja

¡¡Hasta la próxima!!

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Colmenar Viejo y Gris

Ruta realizada el Jueves 28/01/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
39.9 km
719 m
29 Km Distancia Madrid
4h23'
3h32'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe, Rufi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 9.8
Descarga ruta: Colmenar-Guadalix-20210128.gpx
Reproductor audio crónica:

Los presentadores del tiempo, en la noche anterior, daban un pronóstico de mañana con sol y nubes. A primera hora de hoy indicaban bancos de niebla, un meteoro de nombre un tanto peculiar que nos ha estropeado las vistas a lo largo de la mañana. Lo del sol, debió ser por Canarias.

Para empezar hemos tenido que guardar las gafas porque la niebla meona impregnaba los cristales con finas gotas que no dejaban ver lo poco que se podía ver.

Tenía ganas de ver los viejos estudios de Cine que aún sobreviven en la zona, pero sólo he podido ver el cartel que indica el desvío. Es curioso la cantidad de películas que se rodaron en estos entornos y algunas de gran renombre como Espartaco de Kubrick, una de mis preferidas de todos los tiempos. Aquí dejo el enlace a una web donde dan detalle de las películas que se han rodado en la zona.

Digamos que hemos seguido ciegamente las instrucciones del GPS, porque el paisaje no nos ha orientado mucho. Hemos visto roderas, charcos, agua y niebla. Bueno y al propietario de una finca a la que hemos tenido que saltar por no sumergirnos en un charco donde Rufi ha hecho snorkel y apnea. Me he quedado con la duda, de quien chillaba más y estaba más cabreado: el perro o el tarugo del dueño.

Alfredo a punto de usurpar la finca

La rodera de piedras, barro y agua ha sido muy divertida. Ahí es donde Alfredo ha probado la bici de Pepe y viceversa. Ambos se han deshecho en elogios hacia la bicicleta del otro. Y es que efectivamente la de Alfredo ya sabíamos que debe ser la pera, pero que Alfredo diga que es una maravilla y yendo por donde hemos bajado, dice mucho. Yo también opino lo mismo. En un sitio complejo y siendo la primera vez que la conducía, se nota una nobleza y seguridad prodigiosa. Mis temores de que fuese como la anterior OIZ se han volatilizado. Es una gran bici. Pepe disfrútala.

Después de pasar por Guadalix, donde nos hemos hecho las correspondientes fotos en la plaza del Ayuntamiento que preside la figura de Pepe Isbert, hemos parado para comer el plátano como es habitual y hemos seguido subiendo y subiendo (algo inexplicable).

Toda la mañana nos ha parecido una constante subida. Debe ser un fenómeno asociado a la niebla y el barro. Esto da para un capítulo de Cuarto Milenio.

Y poco más. Mucha subida, más niebla, más charcos y muchas ganas de llegar.

Reunión de Representantes de la Comisión Europea debatiendo sobre cómo es posible que las vacunas se las lleven otros países como UK e Israel.

Yo no me he quedado a comer porque dije en casa que así lo haría. Está la cosa muy malita con el puto bicho. Puedo asegurar que ninguno de los cinco está infectado. La mejor prueba del PCR, es comerse 40 kms con barro. Y os dejo una música de la que hemos hablado durante el platanito. Escuchadla los que no la conozcáis. Se la dedicó Sabina a su mentor Krahe en un disco homenaje que le hicieron sus amigos años antes de su fallecimiento.

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Boalo-Pedriza-Manzanares el Real en la tercera ola

Ruta realizada el Domingo 24/01/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
31.4 km
692 m
38 Km Distancia Madrid
3h19'
2h41'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe, Rufi

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Temperatura media: 9
Descarga ruta: Boalo-Pedriza-20210124.gpx
Reproductor audio crónica:

Este 2021 ha empezado especialmente sembrado. Como eramos pocos, parió la abuela, esta vez en forma de tren de borrascas. Durante un tiempo la borrasca Filomena nos tuvo entretenidos con su nevada. Luego Gaeta nos encogió el alma a base de bajar el termómetro y, finalmente, Hortensia lo hizo con sus lluvias, que luego tampoco han sido para tanto. Así que este era el primer fin de semana que podíamos salir con la bici y la amenaza de los vientos de Ignacio, la tercera ola de la pandemia y los políticos autovacunados no nos iba a detener.

No estaba fácil elegir un sitio para mover las piernas porque tenía que haber poco barro, no estar confinado y con cierta protección contra el viento. Después de muchos dimes y diretes para elegir por donde tirar, nos fuimos al Boalo. Así, de paso, Félix podía comprobar que sus posesiones no habían sido arrolladas por las puñeteras borrascas.

Un día soleado y brillante, con una temperatura ideal, con muchas ganas de verse por primera vez en este 2021. Todavía no habíamos podido tocar el nuevo maquinón de Pepe. Demasiado tiempo sin darle al pedal. Eso quedó patente en cuanto salimos de Boalo, en dirección a la Sierra de los Porrones (falta un audio con Rufi por detrás: «me tocas los c….es»). La primera cuesta se me atragantó como un polvorón. El recorrido era conocido de sobra pero me costó horrores. Iba subiendo, reflexionando sobre lo desagradecido que es este deporte que en cuanto lo dejas unos días, te pasa la factura. Menos mal que la charleta te hace olvidar las pulsaciones y hasta respiras mejor. Incluso parece que han desaparecido los 4 kilos que tienes de más…

El mapa llama a esta cuesta la Pena del Mediodía. Ya te digo yo que sí.
Momento platanito, con un viento del carajo.

En la bajada, normalmente cogemos una trialera preciosa pero con la restricciones que tenemos los ciclistas en Guadarrama y siendo fin de semana preferimos ser precavidos y bajar por pista, aunque casi hay que atar a Alfredo y Rufi.

En Cantocochino otra vez tuvimos que hacer tareas de pastoreo con los elementos del grupo que querían tirar por senderitos. Y así, como quien no quiere la cosa, nos salimos de la Pedriza.

Lo que queda del antiguo castillo de Manzanares el Real

El pantano de Santillana estaba a rebosar, justo al contrario que mis ganas de subir lo que se viene llamando el Cordel de la Fuente de las Liebre, el antiguo camino a Madrid por Tres Cantos, y que yo suelo denominar de forma más breve como «esa puta cuesta«. Encima Ignacio, la última borrasca del jodido tren, nos lanzaba todo el viento de cara. Uno de los mejores momentos fue cuando coronamos esta subida. El otro fue cuando llegamos al Boalo de nuevo y nos tomamos una cerveza, a la que nos invitó el bueno de Félix.

Me alegré mucho de haber ido. Un día espectacular, en el que me reí mucho y me di cuenta de cuanto lo echaba de menos. Una gozada, a pesar de que acabé más cansado de lo que me hubiese gustado. En fin, espero que esto no se complique y lo podamos repetir de nuevo muy pronto.

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Madrid-Valdelatas-Dehesa Boyal-La ruta del KH7

Ruta realizada el Domingo 03/01/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
50.6 km
767 m
7 Km Distancia Madrid
4h24'
3h34'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Juan, Rufi

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Madrid-Valdelatas-Dehesa-Boyal-2021-01-03.gpx
Reproductor audio crónica:

Año nuevo vida nueva, aunque yo realmente espero que este 2021 nos traiga cosas de nuestra vida de siempre y se lleve las novedades que nos trajo el 2020 (mascarillas, confinamiento, distanciamiento….). Nos ha costado salir. Pepe recién llegado de las islas pero con politraumatismo. Alfredo sano como en él es habitual, pero la que tenía politraumatismo era su bici. Miki y Domingo, como Chuck Norris, missing in action. En fin, que hemos salido Félix, Juan y yo, después de discutir largo y tendido qué ruta haríamos. Que si en el Boalo nieva, que si una saliendo por aquí, que si la abuela fuma…. Al final hemos decidido hacer la ruta del KH7, una para desengrasar parte de los polvorones, las bebidas espiritosas y las comidas pantagruélicas de las que no nos privan ni los putos chinos.

La idea inicial y la ruta que finalmente hemos hecho se parecían poco, aunque ha habido tramos comunes, eso sí. El Jefe ha salido de su casa y se ha venido dando pedales hasta mi casa, donde hemos enlazado para ir a buscar a Juan, que no quería salir en coche de su casa, porque está confinado. Eso sí, confinado y todo, ayer se cascó 94 Kms y hoy unos 50. Con dos coj…..

El paisaje a esas horas de la mañana era para valientes. Muy poca gente en la calle, todos abrigados hasta las cejas y, afortunadamente, menos viento que ayer con lo que las bajas temperaturas se aguantaban mejor. Eso sí, la manta zamorana y la térmica bien enroscadas.

Hemos ido hasta las Tablas para, por caminos (donde otrora hubiera chabolas de las que todavía quedan bastantes restos), dirigirnos hacia el parque de Valdelatas. Ahí el paisaje cambia. Muy poca gente, caminos revirados muy divertidos, algunos por los que ya habíamos ido y otros que hemos recorrido hoy por primera vez. La dificultad no era técnica, sino de navegación. Era muy complicado seguir la ruta y acertar con los way points, sobre todo si el jefe no lleva las gafas de cerca y ve menos que un pez de escayola (él ha usado otro símil, pero sé que estas crónicas las leen mujeres y niños).

Después de varios ochos, nueves y hasta dieces nos hemos decidido por no seguir la ruta original, que nos hubiera llevado al Pardo, sino enfilar hacia el Soto de Viñuelas atravesando el barrio de Miki y la Dehesa Boyal. Desde ese momento se acabó la navegación con el GPS y nos convertimos en Winnetou, siguiendo nuestro instinto de explotadores consumados. Como no podría ser de otra forma, pronto nos plantamos en el edificio de la policía municipal de Alcobendas donde paramos para comernos el plátano.

Parada y fonda para comernos el plátano, reponer fuerzas y seguir con lo que nos quedaba

Continuamos a la Dehesa Boyal y el paisaje volvió a cambiar. Por la hora y porque el día estaba muy agradable, empezó a haber más paseantes y más ciclistas, sobre todo de grabel. En la dehesa recorrimos varios de los senderos dirigiéndonos, inicialmente, hacia el Soto de Viñuelas. Sin embargo, finalmente cambiamos de opinión. Desde donde estábamos quedaban todavía más de 13kms para completar la ruta que terminaría en Valdelatas y, desde allí, vuelta a casa por el carril bici dando pedales. Por eso, aun a pesar de la resistencia de Juan, nos hemos dado la vuelta enfilando de nuevo hacia Valdelatas. Hay que destacar que hemos hecho unas sendas por la Dehesa Boyal muy divertidas y que han merecido mucho la pena.

Cuando el grajo vuela bajo….. Ir hoy a la sierra hubiera sido una insensatez y, si bien es cierto que no escarmentamos, parece que vamos teniendo más criterio

No hemos llegado a Valdelatas porque no tenía sentido. Hemos cogido el carril bici y hemos ido acompañando a Félix casi hasta el Juan Carlos I (ay bribón ¿dónde andarás y qué estarás haciendo?)

Para poco más ha dado la ruta y para poco más da esta crónica. Buena mañana para desengrasar. Al final salen muchos kilómetros pero se hacen fáciles. Senderos muy divertidos en Valdelatas y en la Dehesa Boyal y magnífica compañía para empezar el 2021. A ver si los putos chinos esta vez han asado el murciélago y el pangolín y no nos joden otros año.

Como diría Guardiola, deseando volver a veros.

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Guadarrama-Alto de León-Los Molinos frozen

Ruta realizada el Domingo 27/12/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
37.2 km
830 m
44 Km Distancia Madrid
3h46'
2h58'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Félix, Miki, Rufi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 6.4
Descarga ruta: Guadarrama-Alto-Leon-Los-Molinos-20201227.gpx
Reproductor audio crónica:

Ruta Dominguera entre colegas empezando en la casa de Miki para que no diga que se lo ponemos difícil. Para ser una ruta de finde, ha fallado bastante gente; Juan y Domingo tienen la bici en reparación, Pepe está en Tenerife sabiendo que la buchaca de IBP que ha acumulado durante todo el año no la sobrepasa nadie y Juanlu sigue confitado en su salsa. Además esta vez Félix no se trajo a su hijo.

Según llegábamos con el coche el termómetro marcaba -5º y tenía pinta de que íbamos a pasar algo de frio. Gracias a dios no hacía el viento que según Miki sopló el sábado. De todas maneras Miki, Félix y yo (Alfredo) nos quedamos pajaritos esperando a que llegara don Rufi y se vistiera convenientemente. Total que la ruta empezó 20 minutos tarde con destino a la Jarosa.

Apenas un Kilometro de ruta Félix tuvo un percance y se le manchó la bici de un liquido banco pegajoso. Yo me asusté porque pensé que se le había rajado la barriga (los que fuimos a la ruta saben de que hablo y no voy a dar detalles escabrosos), pero al final resulta que era el liquido de la rueda trasera que no había terminado de sellar un agujero.

Félix quitando el liquido blanco pegajoso como si pensara que no se le iba a ensuciar la bici en la ruta

Nos tocó subir primero una cuesta en asfalto al embalse de la Jarosa cruzando la A-6 bajo el puente.

Y tras rodear el embalse de la Jarosa casi a 0º comenzamos la ascensión a la Sierra de Guadarrama. Miki , como conocía la zona decidió liderar la etapa y yo como es habitual le seguí. Rufi y Félix decidieron subir con calma y prácticamente se formaron dos grupos durante la ascensión.

Paramos en un mirador que creo que se llama la Calle de los Álamos y nos hicieron la foto juntos. Aquí echamos de menos a Pepe para que tradujera la interfaz de Félix cuando le pidió al amable chico que nos hizo la foto que se subiera a la roca para hacernos mejor la foto con el paisaje (como decía Pepe , que buen sargento ha perdido el Ejercito).

La ruta sigue por la Sierra de Guadarrama con destino al Alto de los Leones. Durante la Ruta había unas vistas espectaculares y un cielo muy curioso donde las torres de Madrid parecían un espejismo junto con una foto del fotografo del grupo que parece mas retocada que la señora que vio Rufi en la Opera (acompañando al premio nobel).

Finalmente llegamos al Alto de los Leones y Miki nos enseño una trialera que evita bajar por la carretera. Aunque había bastante agua la verdad es que era bastante divertida y terminaba en una pista de patinaje. Por cierto, avisamos a Félix que tuviera cuidado con las placas de hielo, pero al final decidió tirarse a por el reloj ( gracias a dios sólo sufrió monotraumatismo)

Tras seguir por la cañada de los Lomitos y el camino de la Solana llegamos a los Molinos y nos dirigimos de vuelta a Guadarrama por unos senderos que nos terminaron de ensuciar la bici.

Al llegar a Guadarrama Miki nos invitó a unas cervecitas para terminar la jornada como es debido en su pueblo.

Como siempre lo hemos pasado muy bien y deseando salir en la próxima ruta.

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El Escorial entre tinieblas

Ruta realizada el Miércoles 23/12/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
40.4 km
1007 m
41 Km Distancia Madrid
5h05'
3h30'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Mario, Otros

Mas detalle ruta

Descarga ruta: El-Escorial-Malagon-Zarzalejos.gpx
Reproductor audio crónica:

Decidimos que salimos el miércoles porque el jueves es Nochebuena. Y como Domingo está sin bicicleta hasta febrero y tiene que ir a por la Merida a El Escorial, elegimos esa zona para darnos el rulo de los jubiletas.

Tenemos chico nuevo en la ruta. El lunes después del pádel, me pregunta Pedro que lleva algún tiempo con ganas de venir y le digo que esta ruta es facilona en principio.

También se lo digo a Mario durante el desayuno del martes y al otro Mario (el Joven) por la noche, que no duda un momento en anular otro compromiso. Sin embargo, Alfredo decide que se va con Gina a dar un paseo por la Fuenfría, Rufi dice que no puede venir sin más explicaciones, -empiezo a dudar. Para mi que sigue trabajando a escondidas-, y Pepe que está convaleciente de una lumbalgia pasajera y decide no tentar al lomo ya que al día siguiente se va a Tenerife. Se nos olvida que Juan debe haber empezado las vacaciones. No se me ocurre invitarle. Supongo que si hubiera podido, habría preguntado.

Así que a la hora exacta estamos los cinco en la puerta del chalet de Domingo. Ya se han presentado Pedro, Mario y Domingo cuando llego con el coche. Echo un vistazo rápido a la bici de Pedro y me quedo sorprendido de su antigüedad y estado. Sé que físicamente está sobrado, aunque tengo dudas de su técnica ya que no es habitual ciclista.

Sin prisa alguna, empezamos a subir el Malagón entre una niebla espesa y húmeda que nos impregna las gafas por el exterior con minúsculas gotas, mientras que en el interior se acumula el vapor debido al calor que vamos generando según ascendemos. Hace una temperatura razonable para la zona y época del año, así que nos empiezan a sobrar capas de abrigo.

El ascenso es largo. Son 12 kms hasta el Malagón y cada uno a su ritmo vamos subiendo sin posibilidad de ver más allá de 20 metros, debido a la niebla meona. Paramos a reagruparnos varias veces y de paso ver algunos arroyos que debido a las lluvias recientes bajan con fuerza y atraviesan la pista forestal por debajo. Hacemos fotos y seguimos el ascenso mientras charlamos. Va asomando el sol a intervalos y nos surge la posibilidad de ver el mar de nubes cuando lleguemos a la parte más alta de la ruta. Hacemos un alto en el puerto de Malagón para reagruparnos y tras unas fotos nos comemos el plátano. Mario le indica a su homónimo el joven, que los cierres de las ruedas los lleva mal colocados, que si los colocamos, que si le doy aire a una rueda y que si mi rueda de atrás pierde aire, nos pasamos un buen rato hasta reanudar la marcha.

Subimos un breve trecho hasta que al fin nos podemos deleitar con ese mar de nubes que tanto esperábamos. Pasamos por varios puntos donde la foto es obligatoria antes de descender hasta el puerto de la Cruz Verde.

De nuevo mi rueda trasera ha perdido aire. Por algo la app de Alfredo me avisó hace unas semanas de que hay que añadir líquido a las ruedas.

Islotes de tierra donde se crían los gorilas en la niebla

Allí cogemos el primer sendero de la mañana. Un tanto embarrado al principio y un tanto pedregoso el resto. Me doy cuenta que Pedro no lo está pasando bien. Dejo que vayan delante los Mario´s para vigilar de cerca que Pedro no vaya más deprisa de lo que debe. Va muy inseguro con una suspensión que no aporta nada y unos frenos de disco mecánicos que frenan con mucha dificultad. En un reagrupamiento hay una zona de pendiente pedregosa y un pelín compleja. Por no bajarse, como le estoy gritando, pierde el control seguramente al frenar con el delantero. Da unas volteretas cuesta abajo que nos deja perplejos por la cercanía a las rocas y por las posturas que va adoptando en cada vuelta. Sorprendentemente se levanta como una rayo y con una sonrisa, mientras los demás nos quedamos ojipláticos. Varias consultas sobre daños corporales, pero sólo admite daños espirituales más relacionados con el pundonor. Nos suena esa reacción.

Nuevas bajadas intercalando pista, camino, asfalto y sendero. Los Mario’s a su bola bajan a cuchillo, mientras Domingo y yo andamos más pendientes de que no se nos pierda de vista Pedro y que coja confianza. Hace varios amagos de caída que hábilmente supera abandonando la bici a su destino y saliendo en trompicones, pero de pie. Parece que mi rueda se ha estabilizado y deja de perder aire.

En una finca aledaña al camino me asombra ver un perro de descomunal tamaño que al poco salta la valla y se nos tira con malas intenciones. Les grito a Domingo y Pedro que se paren. Ni puto caso, así que me paro para calmar al perraco y evitar que me muerda y/o me tire. Gruñendo y con todo el lomo erizado me observa mientras le planto cara para que no se acerque. Pongo la bici entre medias de ambos. Busco piedras de tamaño medio para lanzárselas, pero no tengo claro si eso empeoraría la situación. No veo ninguna y no quiero perder de vista al canino agachándome. Nos seguimos midiendo las fuerzas mientras le doy varios gritos que le empiezan a amedrentar. Decide darse la vuelta sin mucha convicción y cuando le pierdo de vista por el recodo del camino decido montar de nuevo en la bici. Pero como sé como funcionan los perros en estas ocasiones, no en vano he vivido estas experiencias en varias ocasiones, sé que me lo puedo encontrar detrás mío en un nuevo ataque. Y así es. Oigo las uñas de sus patas al galope. Freno de golpe hasta el punto de que se me levanta ligeramente la rueda trasera y le pego un grito que me sale del alma. Un «me cago en dios» al puro estilo de Bilbao, que frena en seco al perraco cuando lo tenía a dos metros. Vuelta a empezar las observaciones de quien es más peligroso. Viene un corredor ajeno al trance y parece que se distrae. Domingo y Pedro a una prudente distancia se han parado y me indican que vaya hacia ellos, pero no quiero perder de vista a este traicionero depredador canino. Finalmente se le pasa el cabreo y se va a su finca. Seguimos nuestro camino.

Llegamos una zona tan rocosa como conocida. Mario nos espera cámara en ristre para grabarnos nuestros alardes técnicos. Yo ya tengo el cupo hecho de hostiones en este aciago 2020, así que decido que me lo bajo a patita, del mismo modo que Domingo y Pedro. Mario el Joven busca riesgo y decide bajar esta zona tan abrupta de nuevo, mientras su tocayo inmortaliza la escena. Domingo hace una irónica observación: «me gustaría llegar al restaurante sin pasar previamente por Urgencias». Son las tres menos veinte, así que dejamos de moñiguear y aceleramos la bajada. Si Alfredo hubiese venido se estaría desesperando con su putansia.

Y lo demás, lo conocemos bien. Llegamos al restaurante después de llanear por El Escorial a eso de las 15:20h. Comimos muy razonablemente bien con un Roscón de Reyes delicioso de postre y chupito de la casa sin necesidad de pedirlo. Un poco de charleta y después de lavar las bicis con la manguera de Domingo, a casa a descansar.

Os dejo una música de villancico de Louis Armstromg muy apropiada

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La Cabrera Trialeras. Confía en mí

Ruta realizada el Domingo 20/12/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
47.4 km
1003 m
50 Km Distancia Madrid
4h57'
4h01'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Juan, Miki, Rufi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 7.6
Descarga ruta: La-cabrera-trialeras-extreme-20201220.gpx
Reproductor audio crónica:

Hoy el número de nenazas ha sido exponencial. No sin buenas razones cada uno (uno por la espalda, el otro porque no tenía bici, el de más allá porque no le salía de los cojones…), pero el caso es que, al final, nos hemos juntado solo los cuatro de marras para hacer la ruta. Le ha faltado tiempo a Alfredo para que, en cuanto ha visto que las deserciones iban en aumento, se le ha ocurrido una ruta «para hombres». Ni que decir tiene que Juan, que no entrena nunca, lo ha celebrado por todo lo alto y yo me atrevería a decir que le ha parecido poco.

Hemos empezado a las 9:00 en La Cabrera, donde quedamos desde que el aparcamiento del camping lo cerraron.

En lugar de hacer la clásica ruta de La Cabrera, hemos salido hacia el sureste, recorriendo una dehesa que hoy estaba espléndida. La mañana estaba fresca pero no fría (al menos con las mantas zamoranas).

El bucle que se hace hasta que se completa la dehesa y se vuelve al pueblo es espectacular. Mucha roca, trialereras muy divertidas y hoy agua a raudales.

La ruta, para mi, tiene dos partes bien diferenciadas. Una, desde la salida, recorriendo de toda la zona de trialeras de piedra que hay en el bucle inicial y luego en el tramo que va hacia el oeste hasta Valdemanco. Estos caminos y sus trialeras no tienen nada que envidiar a la ruta de Torrelodones (y tres piedras, por aquello de la copla). Es un recorrido exigente y más hoy con el agua que había, pero muy divertido. Yo, que estrenaba ruedas de 2.30 tanto delante como en la trasera, iba en la gloria, bajando y subiendo como un campeón. Como bien dice mi querido Juan, no hay rueda perfecta y lo que es bueno para las trialeras no lo es para rodar. Estas ruedas se pegan como un moco y en pistas cuesta moverlas.

No nos hemos perdido la subida al convento Franciscano, no por nuestra pía devoción, sino porque lo marcaba la ruta y, como ya sabemos todos, la ruta hay que seguirla. Además, Miki no lo conocía y le ha gustado. En el convento hemos estado lo justo. Espero que las absoluciones sean exprés y nos haya servido para algo estar allí en fechas tan señaladas.

Desde el convento (o monasterio), sigue la ruta hacia Navalafuente, por unos caminos que seguían la tónica de trialera con piedra y agua. Todavía eran tramos muy divertidos, muy técnicos y en los que había que estar atento. Juan ha estado a punto de hincar los cuernos pero todo ha quedado en un pequeño raspón que le podrá enseñar con orgullo a su mujer para justificar que ha llegado a comer tarde de cojones.

La bajada hasta Navalafuente cambia respecto al tramo que habíamos recorrido hasta ahora. Este tiene menos piedra y se convierte en un camino estrecho, bordeado por jaras altas que hoy se había convertido en una torrentera (o como se diga). Muy divertido, en cualquier caso aunque hemos tenido que vigilar no meter la rueda en roderas y agujeros

Pasado el pueblo ahí ya sí que hemos tomado el camino que hemos hecho muchas veces y que forma parte de la «Clásica de La Cabrera». Sin embargo, al poco rato, hemos cogido una derivación, subiendo por una trialera que yo recordaba, como no, pero que esta vez se me ha hecho menos dura que en su día. Bien es verdad que como mi memoria es buena para los cuestacos, he ido muy reservón y previniendo a Miki de que ahorrara energías porque la subida era de las «guuuuapas» (que diría Ibón Zugasti).

Desde allí, una vez concluida la subida, hemos continuado hasta la zona trialera de siempre que lleva a la carretera (supongo que será la M610). Esta zona no la describo porque estamos hartos de hacerla. En todo caso, sigue muy divertida y Alfredo ha comentado que hoy la hemos hecho a cuchillo. La verdad es que a mi no me lo ha parecido, lo cual ha generado una breve conversación sobre si estamos haciendo mucho el cafre y perdiendo el respeto a las potenciales hostias que nos podemos comer por ir más «saltarines» de la cuenta

Aquí empieza la segunda parte de la ruta que, desde mi punto de vista, es odiosa y evitable. Ya sabéis que, incluso en la Clásica de La Cabrera, odio con todo mi alma la subida de la urbanización de los Pitufos y los caminos esos de arena de playa suelta que abundan hasta llegar al punto de inicio. En este caso ha sido peor. En cuanto hemos acabado las trialeras y hemos cogido la carretera, para dirigirnos a la odiosa subida de los pitufos, nos ha adelantado una grupeta grande, encabezada por un tarado que montaba una bicicleta eléctrica y que hoy no se había tomado la pastilla al salir de casa por la mañana. Le he dicho al susodicho y a sus amigos que no conviene saltarse la medicación prescrita, porque a uno le puede llegar a pasar algo. No me ha hecho caso.

¿A que no sabéis quien se ha picado con todo el grupo, incluso con el de la eléctrica? Pues ese, seguido de Juan, que no entrena, pero que también tiene una genética envidiable, aunque según algunas fuentes bien informadas se le esté poniendo tipo de picador de plaza de pueblo.

Yo no lo he visto, pero Alfredo y Juan dicen que les han dado a todos una cura de humildad y les han puesto en su sitio. No esperábamos menos de un Alfredo encendido y un Juanito en plena forma.

En este punto de la ruta nos hemos tenido que desviar porque el trazado original estaba anegado de agua y nosotros hoy no habíamos ido preparados para esa prueba del triathlon.

En todo caso, en este momento del día ha empezado mi calvario particular. Una vez retomado el trazado original, habiendo salvado la parte inundada, ha empezado una subida interminable que, lejos de acercarnos a La Cabrera, lo que hacía era alejarnos del destino final. Y yo más flojo que el día de la madre y con unas ganas locas de llegar. Acabada la subida más estrecha han empezado unas pistas anchas, también en subida, claro, donde yo he notado que las ruedas que le he puesto a la bici agarran de verdad.

Juan progresando por una de esas pistas odiosas que nos llevaban al «más allá»

En un momento dado, al final de una de estas subidas odiosas, he visto La Cabrera a nuestra derecha en todo su esplendor. No sé qué desnivel llevaríamos en ese momento ni cuántos kilómetros habríamos recorrido pero, desde luego, era el momento idóneo para enfilar las de Villadiego y dirigirme al coche sin más demora. Pues no. La ruta es la ruta y yo soy gilipollas, porque me he dejado liar por mis tres compañeros que insistían en que «esto estaba hecho» y que, desde allí, ya era todo bajada.

Sabéis mi condición natural para acordarme de las cuestas, especialmente aquellas que se me han atravesado en algún momento, por la razón que sea. Por ello, le he recordado a Alfredo que ese camino nos llevaba directo a una pista paralela la autopista de Burgos, de forma que para llegar a la Cabrera había que comerse otro cuestaco del 13. En ese momento Alfredo ha soltado la frase que subtitula esta crónica y ha dicho aquello de de «confía en mi, No te preocupes que hay un atajo y nos ahorramos la cuesta». Como diría aquella a aquel, mi «primo» Alfredo es un cabezón.

vale más una imagen que mil palabras.

En fin, lo dicho, una ruta con dos partes muy diferenciadas, la primera, hasta la urbanización de los pitufos, muy divertida, exigente pero reconfortante y saltarina. Desde el espanto urbanístico, perpetrado por vete a saber quién y aprobado por algún alcalde desalmado, un puto sufrimiento que lo único que me ha aportado ha sido calambres en las piernas, a pesar de los dos geles, las pastillas de sales y los polvos que le he echado al agua y que, en teoría, me debían haber evitado parte de los malos ratos que he pasado.

Juan y Alfredo, me tenéis que dar la fórmula para estar en forma y no me digáis que es por follar mucho, que no me lo creo.

Una mañana divertida, por lo menos hasta las 13:30 en una magnífica compañía que nos hubiera gustado que fuera más nutrida.

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Miraflores-Canencia-Morcuera-Hoya San Blas Fantasmagórica

Ruta realizada el Jueves 17/12/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
33.9 km
812 m
44 Km Distancia Madrid
4h04'
2h50'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Félix, Pepe, Mario

Mas detalle ruta

Temperatura media: 8.2
Descarga ruta: Miraflores-Canencia-Morcuera-Hoya-San-Blas-20201217.gpx
Reproductor audio crónica:

Rutita de jubilatas que esta vez (lo siento Pepe), incluimos dos trialeritas muy majas ambas por terrenos prohibidos a bicicletas (pero que no se entere nadie). El aforo es limitado debido a averías en la última ruta y que el nuevo Jubilata (un tal Rufi) no consigue liberar su agenda los jueves (yo creo que salía mas cuando era un currante vulgar y corriente)

Salimos de Miraflores por la carretera a Canencia con una niebla que nos acompañará en toda la ruta. Esta vez no contamos con Rufi para recordarnos las odiosas cuestas que nos encontraremos, por lo que la subida se nos pasa en un santiamén hablando de nuestras tonterías y la próxima bici eléctrica que nos compraremos.

Subida a Canencia

Cuando llegamos al puerto de Canencia nos sorprendió no ver ni un coche aparcado (igual que el fin de semana pasado) y escuchar un silencio que hacía mucho que no lo oíamos.

El camino del puerto de Canencia a Morcuera estaba lleno de arroyos con mas agua de lo habitual. Por lo que no paramos de hacer fotos y videos.

Durante el trayecto recordamos la famosa culada de Félix con una placa de hielo en una curva. Estuvo con la pierna negra durante un mes y casi se la tuvieron que amputar (según dice). La verdad es que esperamos mas nieve, pero ha debido llover últimamente y no había ni rastro. Eso si agua teníamos por todos los lados.

El plátano y Aquarius nos lo tomamos en el collado el Boquerón, cuando de repente empezó a llover. Probamos ponernos los chubasqueros a ver si conseguíamos que parase , pero seguía lloviendo y decidimos ponernos en marcha al puerto de Morcuera

Refrigerio en el Collado el Boquerón

La subida por la carretera M-611 al puerto de Morcuera daba un poco de miedo por la niebla y algunos coches que no teníamos claro si nos veían, pero afortunadamente no había mucho tráfico y llegamos sin contratiempos.

M-611 a Morcuera

A partir del puerto de Morcuera empezaba lo divertido. Nos encontramos con la primera trialera con un maravilloso cartel prohibiendo el paso y por si tenías alguna duda , añadieron una barrera sólo para peatones.

Pero ya sabéis que no hay valla que se nos resista y nos lanzamos sin pensarlo.

La trialera estaba preciosa , llena de agua y un poco mas complicada de lo normal por las raíces húmedas y las piedras sueltas. El arroyo de la Vejiga casi no se podía pasar del agua que traía.

Pero al final todos llegamos sin problemas (incluso Pepe) al camino del Mostajo rumbo a la siguiente trialera. En este camino disfrutamos de un ambiente fantasmal donde los rayos del sol se colaban entre los arboles y las nubes.

De nuevo, al inicio de la trialera que baja al camino forestal , nos encontramos con otro cartel prohibiendo el paso de bicicletas al que ninguno nos dio tiempo a leer debido a la velocidad de descenso.

La trialera es muy divertida con varias eses, con un tramo casi sobre el rio y terminando en una caseta abandonada.

Félix nos comunicó que había realizado una voltereta en cámara lenta sin consecuencias. Lastima no tener constancia gráfica del suceso, pero Pepe confirmó la acrobacia.

Una vez llegamos al camino forestal, nos quedaba la última cuesta hasta llegar al camino de la Fuente del Cura y seguidamente bajamos a toda velocidad hacia Miraflores para comer en el restaurante (ojo que fue Félix el que tiro del carro pensando que le estaba grabando con la GoPro y no yo con mi ansia para comer)

Enlace Camino Forestal con el camino de la Fuente del Cura

Aquí nos veis con un chupito deseando Feliz Navidad a los ausentes y listos para la próxima ruta.

Feliz Navidad a todas

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Guadalix-San Blas-Miraflores con los 7 Magníficos

Ruta realizada el Domingo 13/12/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
48.8 km
840 m
41 Km Distancia Madrid
4h59'
3h50'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juan, Miki, Pepe, Rufi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 10.2
Descarga ruta: Guadalix-Miraflores-20201213.gpx
Reproductor audio crónica:

La primera propuesta de PEPE para el fin de semana fue la clásica de Miraflores. Después de hablarlo un poco, Fer propuso una ruta que sale desde Guadalix y que hace un par de meses hizo con Juan, Mario y Pepe.

No voy ni mucho menos a todas las rutas, pero no recuerdo ninguna vez que hayamos empezado 7 y que solo 4 la terminemos entera. Por fortuna por problemas mecánicos.

Empezamos y sin salir de Guadalix, a Domingo se le estropea la tija telescópica y tiene pinta que hará la ruta mas corta de todos los tiempos. Como Domingo es muy manitas consigue “dominar” la tija y la deja fija durante todo el camino.

Hace mucho frío y empezamos por un camino muy bonito que rodea el Embalse, como dice Félix está lleno de patos y uno de ellos nos hace una exhibición con un planeo sobre el agua,  impresionante.

En breve se nos pasa el frío con las primeras cuestas, y es el momento de quitarse ropa. Esta parada la aprovecha Fer para contarnos que estuvo en el Teatro con la Reina, un Premio Nobel y una tía que hace unas mamadas que te da la vuelta al prepucio. ¡Que gente más impresionante conoce este Fer!

Después continuamos por unos caminos anchos que acaban en una carretera, que Juanito conoce muy bien y que lleva al Cerro de San Pedro.

Llega la hora de poner a prueba nuestras botrancas con el paso del primer cruce de un río. Lo que está claro es que el protagonista principal de la ruta ha sido el agua, daba gusto como bajaba el caudal de los ríos que hemos ido cruzando.

A continuación pasamos por una zona estrechita con mucho barro pero muy disfrutona, y que nos lleva a la parada del platanito. En esa parada aprovechamos para hablar de la nueva Bici de PEPE, que es la misma que lleva Zugasti, de la falta de respeto de Fer hacia el Jefe y de las diversas Jubilaciones. En fin, charla deliciosa entre amigos.

A partir de este momento llegan los problemas mecánicos. El primero es Fer, que se le estropea la tija telescópica y solo puede dar pedales como un niño pequeño. Esta semana no me gustaría estar en el pellejo del fulano que le vendió la bici en Colmenar.

Con buen criterio, en la carretera que une Soto con Miraflores, tanto el Jefe como él deciden ir por carretera hasta el coche.  

Una putada, pero ojalá que todo lo que nos pase sea eso. Enseguida subimos las primeras cuestas hacia el Jacaranda y, en la parte de arriba, PEPE llega con la noticia de la tercera avería del día: el desviador se ha doblado y no le cambia. Él también decide ir por carretera, pero le dejamos protegido gracias a una luz trasera que le presta Juanito.

Continuamos subiendo hasta el desvío de la hoya de San Blas y por fin empiezan las bajadas hasta Miraflores, cruzamos el pueblo y bajamos con gusto la cuesta de la Estación que tantas veces hemos sufrido en nuestras carnes.

Luego cruzamos las vías y cogemos un camino estrecho pero muy chulo que, aunque estábamos cansados, lo hemos disfrutado muchísimo. En estos últimos kilómetros se han creado dos grupos muy diferenciados: Alfredo y Juan, como siempre, dando unas clases de como trazar y, en el otro grupo, Domingo y yo yendo más despacio, pero con una buena sonrisa en la cara.

Por fin llegamos a Guadalix, cruzamos el pueblo entero como los americanos en Bienvenido Mister Marshall con la diferencia que en esta ocasión los vecinos no salieron a recibirnos,  y enseguida vemos el Polideportivo donde teníamos los coches.

Ha sido una ruta muy bonita y exigente, pero la felicidad no ha sido completa ya que de los Siete Magníficos solo hemos podido acabar cuatro. En breve la tendremos que repetir para quitarnos la espina de no haberla finalizado todos juntos.

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Collado Villalba y otros pueblos serranos

Ruta realizada el Miércoles 09/12/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
36.6 km
461 m
35 Km Distancia Madrid
3h37'
2h53'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Temperatura media: 5.8
Descarga ruta: Collado-Villaba-Cerceda-20201209.gpx
Reproductor audio crónica:

Amanece un día claro y soleado. Al bajarnos del coche parece que no hace tanto frío como anunciaban en la tele. Tres grados dice el coche. Pues sí que hace frío. Aparcamos en un descampado y nos abrigamos antes de salir por una carretera muy transitada hasta salir a la primera pista forestal. Muchas urbanizaciones tendremos que cruzar a lo largo de la mañana.

Vamos camino de Moralzarzal y reconozco algunos tramos de una ruta que hemos hecho en varias ocasiones que saliendo de El Boalo nos lleva hasta La Berzosa para volver por Hoyo y Manzanares El Real. En vez de entrar en la zona industrial, nos metemos por un cordal a media ladera que nos ofrece unas magníficas vistas de la sierra donde nos deleitamos con sus cumbres nevadas y unas persistentes nubes que se han acoplado encima.

Una cuesta de poco más de 500 metros y se ha pasado el breve frío inicial. Sobra ropa. Comienzo a grabar con mi GoPro china algunos de los tramos más espectaculares. De nada me sirve pues en casa descubro lo que ya sospechaba. La postura tumbada de conducción hace que el ángulo de la cámara sólo grabe escenas del manillar y rueda delantera de escaso interés. Necesito poner una pieza que permita levantar más la cámara en dirección frontal.

Cielo azul y verdes pastos, completan la estampa que admiramos y tratamos de conservar tanto en la retina como en varias fotos, pero que no conseguimos que reflejen la belleza real de estos parajes.

Observamos los distintos pueblos de la zona: Cerceda, Mataelpino, El Boalo, Manzanares el Real y Becerril de la Sierra, que a veces se confunden con inmensas urbanizaciones, mientras a nuestra espalda se alzan los montes que ocultan Hoyo de Manzanares y poco más allá la inmensa finca del emérito y su reata, para vergüenza de aquellos a los que indigna la insigne institución. Bajamos por un sendero guapo hasta el valle.

Cruzamos Cerceda y nos acercamos a Mataelpino de nuevo por urbanizaciones combinando asfalto con tierra y construcciones rurales con campo donde pastan algunas vacas con sus retoños.

El Yelmo a la derecha

Nuevas vistas a la Maliciosa en los escasos huecos que dejan las masas de chalet que por aquí abundan.

La Maliciosa desde el cementerio de Cerceda

Llegamos a Becerril por un sendero que conocemos de otras muchas ocasiones. Se nos hace un tanto pesado el callejear por tan amplio pueblo que se alarga en casi tres kilómetros.

Al fin cogemos un sendero paralelo a la carretera M-601. Muy bonito y divertido, discurre por un pinar mientras vemos la abundante circulación desde cierta altura.

Al otro lado de la carretera continuamos por unas sendas divertidas, después de saltar una valla con cierta dificultad. Al lado vemos que hay una puerta que el que hizo la ruta tampoco vio. Varias minas de extracción de granito quedan salpicadas por los verdes campos. Dentro de ellas se acumula el agua de las últimas lluvias y nos cuenta Domingo que hacían las veces de piscinas populares en la época de juventud de su madre tal como le contaba cuando era pequeño.

Llegamos a Alpedrete y más urbanizaciones. Y más asfalto. Un poco más de campo llano que aprovecha Alfredo para acelerar porque es la hora en que le entra la «putansia» de comer. Se despega y nos espera una y otra vez a lo largo de la mañana.

Ya estamos en Collado Villalba y Domingo se despide porque no puede quedarse a comer. Un par de vueltas hasta dar con el Restaurante El Raso donde comemos cómodamente y bien servido antes de partir para casa.

Disfrutamos de una mañana bonita de invierno donde sobra mucha urbanización y donde hemos recorrido nuevos retazos de bellos senderos. Habría que estudiar alternativas para evitar tanta urbe.

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