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Quijorna – Villanueva de la Cañada – El Vetago Alto

Ruta realizada el Jueves 12/12/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
35.1 km
685 m
30 Km Distancia Madrid
3h42'
2h45'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Juanlu, Pepe

Mas detalle ruta

Temperatura media: 5.2
Descarga ruta: Villanueva-de-la-Cañada-El-Vetago-Alto-Quijorna-.gpx

Lo de hoy era ansia, de otro modo hubiera hecho caso a Félix y me hubiera quedado en casa.

Anuncian lluvia, desayuno con Frenadol y llego a Quijorna apretando las nalgas, con esa desagradable sensación de que se te escapa el caldo ¿me explico?

Salimos puntuales. Se ve que, como hemos dejado los coches un poco separados, hubo menos cotilleo durante la puesta a punto. También es cierto que los señores de diario somos más discretos que el proletariado trabajador.

Lo de la ruta, pues sencillo. Salimos con ambiente húmedo y rezumón por un camino de ascenso suave que nos sirve para calentar un poco -y se agradece- hasta llegar al desvío del camión.

Como niños

Es un desvío tonto, quizá poco justificado, pero lo cierto es que lo hacen todos los que pasan cerca y a nosotros nos hizo gracia también. De hecho, paramos más tiempo en la cabina oxidada que en el horno de cal anterior, construcción típica de la zona.

Estos hornos estuvieron en funcionamiento hasta S. XIX, pero parece que su apogeo fue bastante antes, durante el XVIII.

Horno cal, S XVIII

Vistos el horno y el camión, continuamos ruta para hacer el primer lazo del recorrido, que es la parte más sencilla. Pista estropeada, con algunas piedras sueltas y otras que resbalan un poco (¡casi como el verdín!) por el agua, pero fácil. Pasamos tangencialmente por Villanueva de la Cañada, que es de donde salía la ruta de Nano Flojo y volvemos casi al mismo punto, repitiendo un pequeño tramo en subida.

A partir de aquí la cosa ya cambia. Ahora nos enfrentamos a una cuesta continuada y más exigente, con peor firme. La pendiente y el suelo de piedras mojadas concentran la mayor parte del esfuerzo de hoy. Son solo 250 metros los que superamos en este tramo, pero se dejan sentir.

Me lo quito me lo pongo

En la parte alta nos pega bien el viento, que viene frío y con algo de agua (poca, pero constante, Félix), una lluvia de esas de ponerte y quitarte el chubasquero varias veces, cambiando de imagen como una vedette o como Juan, después de las rebajas. Como voy acatarrado, no me lo pongo ¡total! Ya da lo mismo.

Llaneamos y bajamos un poco, perdiendo altura, pero con mala leche. Vamos que son cuestecitas sube-y-baja, ya por sendero y que justifican lo del IBP. Algún tramo de los comprometidos en el que desmontamos todos y otros serios, que dan a Juan Luís la oportunidad de hacer la exhibición bajando una cuesta de barro que Domingo y yo habíamos optado por empujar ¡felicidades!

Ya ves Quijorna abajo y el agua arrecia un poco. Te crees que está todo hecho, pero la ruta todavía nos pide un poco más y tenemos que rematar la bajada al camino agrícola por un trazado en ladera prácticamente sin marcas y un par de repechos (o retetas) que apetecen poco.

No hemos prestado atención a los restos de la batalla de Brunete, trincheras, nidos de ametralladora, cuevas para almacenar armas y proteger los caballos…. Al menos todo eso decían que quedaba cerca. Pero ya sabéis, es coger la rayita del gps y hasta que no se acaba, no levantar cabeza. Como reflexión personal, creo que tengo que levantar más la vista y enterarme mejor de lo que llevo alrededor, que no parezca una sesión de spinning.

Aqui los chavales, con la gesta cumplida

En el mesón El Aguila nos reciben bien, nos dejan meter las bicis en su almacén y comemos un menú barato y abundante. El local es de los “bien presentados” como mesón, el servicio correcto y el precio competitivo: nueve euros por un menú equivalente a los de 11 ó 12. Lástima que lo del famoso cocido semanal fuera ayer.

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San Martín de la Vega-Titulcia

Ruta realizada el Domingo 08/12/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
35.6 km
492 m
25 Km Distancia Madrid
3h44'
2h39'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Félix, Juan, Miki

Mas detalle ruta

Temperatura media: 5.3
Descarga ruta: Vallequillas-senderos-Titulcia-Canal-Jarama-SM-Vega-Vallequillas-copia.gpx

Día frío con una densa y espesa niebla que moja sólo con estar en la calle. Por lo menos, estamos contentos, no se cumple el mal fario de mi primo Fer que quería que nos cayera la del pulpo por asaltar su fugaz liderato.

Quedamos en la urbanización Vallequillas, en el término de San Martín de la Vega ,y la primera impresión es que parece que estamos en La Cañada Real Galiana. Cómo será, que no nos atrevemos a aparcar los cochazos, de más de quince años, al lado de un restaurante que sirve de posible asentamiento de okupas. Tras los prolegómenos de rigor nos ponemos en marcha y hacemos los primeros cinco kilómetros por una pista llanita, y sin apenas visión, que nos deja a los pies del primer cuestón del día. Se trata de dos kilómetros terribles de tierra suelta y piedras que nos hacen hincar la rodilla y claudicar en el empeño de intentar subirla del tirón. Una vez recuperado el resuello entramos en la parte más divertida de la ruta. Se trata de una bajada de unos tres kilómetros de sinuosas trazadas, sin dificultad destacable salvo dos puntos que son para profesionales.

Cañón de Colorado

La sonrisa se nos borra rápidamente, porque de nuevo tocan para arriba los tres kilómetros por otro senderito muy técnico, que parece que en cualquier momento nos vayan a asaltar los cuatreros de la zona. Volvemos a acabar desfondados con el esfuerzo, pero está siendo preciosa la ruta.

Por estos paisajes merece la pena todo

Una vez acabada la segunda bajadita disfrutona, llegamos a la ribera del río Jarama y pedaleamos hasta llegar a Titulcia.

Hacemos una paradita en un observatorio de aves autóctonas de la zona y contemplamos los pollones de agua.

Hasta aquí llevamos sólo ¡ 19 km en dos horas y media!

Tras el paso por el puente antiguo, afrontamos los últimos quince kilómetros llanitos con un ritmo vertiginoso sólo frenados , una vez más, por vallados.

Llegamos a San Martín de la Vega con ganas de tomarnos un cafetito, pero al no encontrar nada se pone el Flechita a tirar como si le hubieran puesto el turbo.

Y hasta aquí un día de los de …¡aquí hay que venir llorao!

Besos.

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Cabanillas de la Sierra -Trialeras – Canteras

Ruta realizada el Jueves 05/12/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
30.4 km
581 m
46 Km Distancia Madrid
3h24'
2h43'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix

Mas detalle ruta

Temperatura media: 12.8
Descarga ruta: Cabanillas-de-la-Sierra-Trialeras-Canteras.gpx

Ruta técnica y disfrutona como pocas.

Comenzamos la ruta perdiendo a Domingo desde el primer minuto. Habíamos aparcado cada uno en distinto sitio en Cabanillas de la Sierra y a pesar de estar a 100m y contactar con el móvil no nos encontramos. Al final conseguimos agruparnos y empezar la ruta.

Esta ruta es de las que repetiremos todos los años. No es muy larga, tampoco hay mucho desnivel, pero es muy técnica y con muchos senderos preciosos.

A destacar que con esta ruta Pepe pierde el liderazgo de la Champion League a favor de Félix (aunque la próxima semana debido al viaje de Félix probablemente la recuperará).

Comienza la ruta por un sendero muy frondoso donde ya nos avisa de lo que nos vamos a encontrar.

Con dirección a Valdemanco tenemos una subida sostenida entre las piedras de granito con un sube y baja continuo, hasta llegar a las vías del tren que atravesamos dos veces por un túnel.

Aquí Felix , que ha estrenado la funda del móvil en la mochila, y esta como una adolescente en celo haciéndose fotos, es fotografíado por Domingo en la siguiente situación comprometida.

A continuación en dirección a Bustarviejo contemplamos la famosa urbanización de “Alcatraz Beverly Hills “  que vendrá muy bien para los políticos de la próxima legislatura (urbanización fuente Milano por más señas y os aconsejo leer el origen del desaguisado en este link: https://www.espormadrid.es/2010/11/urbanismo-salvaje-en-bustarviejo.html)

Seguimos en la vía del tren para hacer un lazo que nos lleva a una trialera divertidísima por rocas de granito y barro. Esta trialera está incluida en varias rutas y siempre la disfrutamos.

El resto de la ruta pasamos por varias canteras de granito de tamaño descomunal

Y enganchamos por un senderito que no te lo esperas en el contexto de granito que termina la ruta

Finalmente terminamos la ruta en el restaurante “el Rincón de Cabanillas” con un estupendo Cocido y unas manitas de cordero que Domingo relamió hasta el tuetano.

En fin, otro jueves duro que no se lo deseo ni al peor de mis enemigos.

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San Agustín de Guadalix – Dehesa de Moncalvillo

Ruta realizada el Sábado 30/11/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
30.8 km
548 m
31 Km Distancia Madrid
2h45'
2h14'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Félix, Miki, Pepe, Rufi

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Temperatura media: 11.2
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Que llueva, que llueva….. Así empieza la ruta de hoy, con la duda de si podríamos hacerla o no. Porque mojarnos estaba claro que nos íbamos a mojar.

Salimos desde el polígono de San Agustín de Guadalix después de muchas dudas y cruce de whatsup. El inicio de la ruta se produce 20 minutos más tarde de lo previsto, pero es que salvo yo, que llegué a mi hora, al resto les habían echado de casa y habían llegado demasiado pronto, con lo que, a las 9:00, ya estaban todos cambiados y montados en la bicicleta.

El clima iba a ser factor decisivo en la ruta y había que elegir bien la indumentaria. Ponte camiseta, quítate la camiseta que te acababas de poner y, de paso, dale la oportunidad al jefe para que te recuerde esas pequeñas lorzas que le dan un tono humano a tu sobrenatural anatomía.

Por fin empezamos a pedalear por el margen del río Guadalix. Es importante decir que Alfredo había quedado hoy a comer, aunque más bien parecía que había quedado a desayunar por el ritmo que le imprimió a toda la ruta. Parecía que nos iban persiguiendo.

Pronto empezamos a meternos en la dehesa y, en el kilómetro 4, más o menos, nos adelanta un personaje, que resultó ser escocés, con una bici del Dechatlon a la que le sonaba todo menos la bocina. El pájaro iba en chándal del Capabro y menos mal que nos encontramos con una cancela, que le toco abrir al Scottish Flyer, porque, si no, nos había levantado los adhesivos. Tanta 29″ y tanta leche y, al final, se ve que el poder del licor de malta es mejor que la mejor tecnología.

Desde ese momento hasta el final de la ruta empezó el frenesí de Alfredo, seguido por Pepe y Félix, que nos llevaron a Miki y a mi por el camino de la agonía y el sufrimiento, solo interrumpidos, momentáneamente, por las pocas (y benditas) paradas para sacar las fotos para esta crónica

En el kilómetro 10 de la ruta, aproximadamente, llegamos a la charca que sirve de abrevadero para las vacas. A pesar de lo que ha llovido estos días, lo cierto es que el nivel de agua que tenía era muy bajo y el color era de un verde intenso.

Si tienes que beber de esta charca…..

A lo largo de la ruta nos llovió, como estaba previsto, pero menos de lo esperado y de una forma muy soportable. Lo que sí que había era bastante barro, como queda de manifiesto en las jetas de los participantes.

Al final y, en resumidas cuentas, una mañana muy bien empleada en lugar de quedarse en casa con el mocho. Una ruta no muy exigente, si no hubiera sido por la cita de Alfredo y el espíritu competitivo de mis colegas que me llevaron a carajo sacado. Alfredo tenía que estar a las 14:00 pero la ruta la habíamos acabado a las 12:00 como unos campeones. Hasta nos dio tiempo a lavar las bicis

Lo único que siento es que con esta ruta no paso al Juan en el ranking. He estado a punto de no meter a Miki para aventajarle en algunos puntos más.

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Pardo-Valdelatas

Ruta realizada el Jueves 28/11/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
35.6 km
511 m
9 Km Distancia Madrid
3h05'
2h33'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juanlu, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Pardo-Valdelatas.gpx

El día amaneció plomizo, con nubes grises y un ambiente triste y húmedo. Porque los pronósticos indicaban que no habría lluvia y llevábamos dos semanas sin salir, que si no, era un día ideal de mesa camilla. Salí con tiempo por la M-30 sur, previendo que podría haber algo de tráfico denso a la altura del Vicente Calderón. Cuando llegué allí efectivamente había algo de congestión, pero no por tráfico, sino porque los conductores se quedaban mirando las máquinas que se iban comiendo el estadio a dentelladas (inevitablemente pensé en todos mis amigos colchoneros…). Un espectáculo impresionante, digno de cualquier película de ciencia-ficción. Lo que no me esperaba era el megaatasco que me encontré después, a la altura de Plaza de España. Habían cerrado la salida a la avenida de Valladolid y todo el mundo iba de cabeza hacia la carretera de Castilla. Llegué 10 minutos tarde y más cabreado que una mona. Encima, el webmaster me endiñó la crónica del día para consolarme.

Menos mal que cuando te metes en ruta, todos los inconvenientes se olvidan. Salimos de Somontes dirigiéndonos hacia la derecha, paralelos a la carretera del Pardo, en dirección hacia la M-40. Enseguida apareció el primer repechón (tan comunes en el Pardo) que nos llevó a situarnos encima de los túneles. Dejamos atrás un campo de tiro de pichón, alcanzamos la Puerta de Madrid y el Palacio de la Real Quinta, volviendo de nuevo en paralelo hacia Somontes. Volvimos a cambiar de rumbo hacia una zona denominada Valpatomero a la que llegamos despúes de una subida bastante prolongada. Estos continuas idas y venidas son la única forma de conseguir realizar unos recorridos con una longitud aceptable por el Pardo. Tenemos que agradecérselo a nuestros espléndidos monarcas no tienen a bien compartir el resto del Pardo con los mortales.

Pero no es momento de reproches borbónicos porque ya estamos saliendo del Pardo por la Portillera del Tambor, salida por la que hemos pasado un montón de veces y la que siempre nos pasamos. Esta vez hubo suerte y dimos con ella a la primera. Así nos adentramos en lo que llaman el Parque de la Cuenca Alta del Manzanares y que es más bien un lugar pelado y estepario, sin ninguna gracia. Sus pistas anchas dan lugar a relajarse, hablar, meterse con la bici de Pepe o hacerse cosquillas, como en la foto. Gracias al aviso de Félix no me tragué una cadena, que distraído mientras hablaba, no vi. Así pude probar la eficacia de mis nuevas pastillas de freno traseras, pero sin duda, hay formas mejores de verificarlas.

Pasando un puente sobre la carretera de Colmenar, nos incorporamos al carril bici, donde cortamos el rollo a varios ciclistas de carretera, y que nos llevó de rondón hasta la entrada del Monte de Valdelatas. Este bosque me encanta. Siempre es una gozada rodar por él. La ruta que llevábamos en esta ocasión lo circunvalan. Después de tomarnos el refrigerio, empezamos a volver a nuestro punto de partida. Por primera vez durante la ruta, Alfredo puso pie a tierra en una bajada a un puente de maderas que cruza el arroyo del Encinar. Comprobado, ¡es humano!

Salimos del bosque y volvemos a cruzar la carretera de Colmenar por otro puente más al sur, atravesando de nuevo la estepa, con ovejas y todo. Ésta vez nos acompañó el viento, fuerte y frío y con alguna gota que nos hizo presagiar lo peor.

Y así entramos de nuevo en El Pardo, ya con prisas. Nos esperaban unas trialeras rápidas y que, esta vez, estaban en muy buen estado por las lluvias pasadas. Pero antes nos hicimos unas fotos en un mirador de madera desde que se aprecia el skyline de Madrid.  

A la salida de la zona de trialeras, atravesamos la carretera del Pardo a Fuencarral, y nos adentramos en la parte del recorrido que, en mi opinión, es más disfrutona. Transcurre paralela a la carretera que lleva a Madrid y está llena de toboganes y zonas viradas. Una gozada que termina prácticamente llegando a Somontes de nuevo.

Y aquí acaba esta salida. Esta vez no nos quedamos a comer porque los jubilatas somos gente ocupada y esta vez, había problemas de agenda.

Como siempre, con las pilas llenas.

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Patones de Abajo A Pontón de la Oliva por las Cárcavas

Ruta realizada el Sábado 16/11/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
38.3 km
910 m
52 Km Distancia Madrid
4h22'
3h14'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Félix, Juan, Miki, Rufi

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Patones-Pontón-Oliva-por-Cárcavas-2019-11-16.gpx

Ruta recomendada por Pepe que, en una buena parte ya habíamos hecho, pero que nos reservaba una sorpresa final.

Lo primero es ponerle el adjetivo que defina la ruta. Ya sea por la orografía o por mi estado de forma, si no llega a ser por la parte final, le hubiera llamado la ruta incomprensible. ¿Como es posible que un trazado que empieza en un sitio y es circular, terminando en el mismo sitio donde empezaba, solo suba y suba y nunca baje? Pues así es durante bastantes kilómetros.

Empezamos en Patones de Abajo a las 9:20 (aunque quedamos a las 9:00, siempre nos tomamos algo de tiempo para acicalarnos antes de empezar a dar pedales) con una temperatura que alegra la cara pero que se soporta bien y, como empezamos a subir (cosa que no sorprenderá a nadie a estas alturas), pronto la temperatura corporal es muy razonable.

Entre subidas y… más subidas, llegamos a la presa de la Parra, por la que pasa el Lozoya antes de cruzarse con el Jarama. Las pocas bajadas que hay son para preparar la siguiente subida.

Juan señalado por el rayo divino

Desde la presa de la Parra tomamos un camino paralelo un río seco y, cruzándolo, afrontamos otro subidaco que nos lleva hasta “la ferretería”. Esta es la casa en ruinas que supone el punto donde Alfredo, “ajustando un poco los tirantes de su cuadro de la bici” consiguió un upgrade de Trek por todo el morro, como había sido el que le permitió dar el paso del aluminio al carbono.

Continuamos la ruta hasta llegar a Alpedrete. Las subidas no han acabado y, al acabar una de ellas el grupo se detiene mientras yo sigo para sacar unas magníficas instantáneas que solo desde aquella colina se podían sacar. Vamos, entre nosotros que, estando hasta los “guevos” de dar pedales, sigo el camino mientras el resto se para y me pierdo como en la guerra.

Panorámica que bien merecía que me comiera 2 kms y 100 mts más de desnivel

Por fin llegamos a las Cárcavas de Alpedrete que son Las Médulas en pequeño y que merecen realmente la pena. Pepe, bien elegida la ruta porque lo que hemos visto mola mazo. Desde ahí y, sugerido por Alfredo, nos salimos del track original y nos hacemos una bajada que, por sí sola, justifica todas las subidas que nos hemos comido. Oír a Juan derraparte en la nuca y pensar que lo vas a tener subido a la chepa al próximo frenazo no tiene precio.

Desde ahí iniciamos los dos kilómetros vallas por el canal de Isabel II desde el Pontón de la Oliva hasta Patones y me tocas los cojones. Perdón, no he resistido toda la crónica sin soltarlo

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Tres Cantos- Marmota-Colmenar

Ruta realizada el Domingo 10/11/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
42.5 km
1018 m
20 Km Distancia Madrid
3h52'
3h19'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Juan, Miki

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   Quedada, como siempre, a las 9h en la vía auxiliar de la estación de Tres Cantos. Mañana fría y ventosa. Pocos integrantes, el intrépido Miguel y un servidor.

   Tras el protocolo de ajustes de bici y vestuario, nos dirigimos hacia el camino que conduce al Puente de la Marmota. Tras una bajada de vértigo, afrontamos unas largas rectas con subibajas, que se hacen duras por las fuertes rachas de viento. Nos adelanta un puto globero a todo trapo en chándal y deportivas que, como era evidente, montaba una eléctrica.

  Continuamos el recorrido hasta llegar a la bajada más peligrosa, por las piedras y zanjas, de la ruta y que desemboca en el Puente de la Marmota. Sin descanso, afrontamos la parte más técnica del día. Un serpenteo constante, siempre hacia arriba, que termina con las energías del Flechita. No hay mejor cosa que echar un poquito la pota para quedarse nuevo y  continuar. Aprovechamos para tomarnos el platanito de rigor. Además, si tenía poco con su maltrecho dedo anular, ahora tiene inflamado el dedo índice derecho y le merma la acción natural del freno trasero, ¡una joyita de chaval, vaya!

 De nuevo, retomamos el pedaleo rumbo al Puente Medieval. Se hacen tediosos y horrorosos estos kilómetros porque la pista es muy abierta y las rachas de aire nos hacen ir muy atrancados. Gracias al gran arco iris que se nos presenta, tras caernos unas gotillas, y a las bandadas de buitres que nos sobrevuelan , nos amenizan los últimos kilómetros  para llegar a dicho objetivo. 

 Es momento de tomarnos un gel y de cambiar de planes en cuanto a las trialeras. Íbamos a hacer la de más toboganes, pero el dedo maltrecho hace que renunciemos al primer plan.

 La última parte hasta Colmenar Viejo es muy disfrutona, para los que nos va la marcha claro,  con esas pequeñas trialerillas que te hacen ir atento a la conducción y evitar tener algún percance a última hora.

 Esta vez, no cogemos el carril-bici y atravesamos el pueblo por el camino que va al cementerio y, desde allí , rematamos la etapa con un largo descenso que nos pone en la ribera del río. El último tramo lo realizamos suave, guardando fuerzas, para afrontar la última subida hasta el Hotel y de ahí a los coches. Fin de la ruta.

Os dejo un vídeo con el resumen de la etapa para aquellos que se lo han perdido.

Trabajo realizado y a casa a descansar.

Abrazos y besos.

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Villafranca, Villanueva, el paredón, barranco del Aulencia

Ruta realizada el Jueves 07/11/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
40.9 km
786 m
21 Km Distancia Madrid
6h12'
3h23'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Juanlu, Pepe

Mas detalle ruta

Temperatura media: 13.1
Descarga ruta: villafranca-del-castillo-villanueva-del-pardillo-el-paredon.gpx

Día gris, viento, sensación térmica mucho más fría de lo que indica el mercurio y una ruta mucho más exigente de lo que anuncia el track.

Lo único cómodo ha sido el no madrugar. Arrancamos desde muy cerca de Madrid a eso de las 10:30, bueno un poco más, porque se nos ocurren un montón de cosas que contarnos para ponernos al día.

Qué salida tan bonita, qué agradable cruzar la urba de superpijos y enlazar con un caminito de diseño junto al arroyo de Los Palacios, con sus praderas verdes, bancos nuevos de granito y un surtido de árboles otoñando. Los nenes de la Camilo José Cela no tienen nada que envidiar a los americanos de las pelis.

Eso sí, es cruzar V. del Pardillo y darte cuenta de que los pardillos somos nosotros. Hace un viento que te mueve la rueda delantera, el trazado se separa del curso de agua y la pendiente se va acentuando con su vientecito en contra.

Llegamos y bordeamos la urbanización de “las cuestas” ¿hay que explicarlo? Pues eso. Aquí el monte nos regala unos cuantos repechos de esos que no suman metros prácticamente, pero que joden.

Paisaje de dehesa solitario, muy bonito, hasta llegar a una colonia al SE de Colmenarejo. Más Chalés grandes, un poco descabalados. Con el viento y el cielo gris dan una imagen inhóspita. Vivir aquí debe ser muy tranquilo, como en cualquier cementerio.

El monasterio y Abantos

Estamos en el punto más alto de la ruta. La vista de El Escorial y Abantos desde aquí es formidable. Da el sol en el monasterio y desde la sombra de la nube que nos cubre se aprecia en todo su esplendor ¿a que queda cursi? Hemos hecho ya más de la mitad del desnivel. Ahora solo tenemos que cubrir la segunda parte con tranquilidad (y frío).

Mina Antigua Pilar

Pasamos por las ruinas del caserón del Quincho, luego los restos de la mina de cobre. Una zona de extracción de mineral que estuvo en funcionamiento hasta el S XIX. Hay galerías profundas que apreciamos por el dibujo de la entrada. La zona está vallada y solo son visibles un par de arcos en ruinas. Ruinas que aprovechamos para comernos el plátano resguardados del viento. La temperatura no sube, baja.

Nos separamos un poco de la zona montañosa, buscando el río Aulencia, afluente del Guadarrama. Qué bien otro paseíto como el inicio al lado del río ¡y una buena polla! Desde la presa vieja del Aulencia nos metemos en un barrancazo profundo y cerrado como el chocho de una opusina. Vamos, que me lo empujo entero (Alfredo no) y son varios kilómetros.

Presa Aulencia

Para salir del barranco nos comemos una pared de esas que no sabes si abandonar la bici y que te la lleven los de Glovo. Bueno, vale, ya está, ya pasó… Solo te queda bordear una finca y cruzar el barranco por encima de un antiguo viaducto. 60 cm de ancho y 20mts de caída, durante unos 50 mts de longitud. No, Alfredo no pasa montado…

Ahora sí, ahora enfilamos al restaurante. Tarde y con mucha hambre nos presentamos el “Al plato María” donde Domingo a reservado y avisado que vamos con bicis. Llegamos y el tabernero de diseño pretende que comamos en la terraza, con un frío de la hostia. Viendo que no cuela, nos mira con recelo y consiente en atendernos junto a la gente de bien, pidiendo por favor que no le manchemos las sillas, que son de tela y que entendamos que no es un club deportivo, que ellos cuidan la imagen y la decoración. Me vuelvo y le enseño el culo, para que vea que no llevo barro ¡será gilipollas!

Eso sí, la comida excelente. Alfredo revive su afair con las judías -esta vez son alubias con setas- y ayuda a finalizar la ración de Domingo, más el puchero que compartíamos amorosamente Juan Luís y yo. Después secreto ibérico y entraña a la plancha con chimichurri. Un par de postres y los cafés para acompañar los comentarios de la jornada.

bonito gesto de los compañeros formando la enseña nacional para empatizar con los comensales

El paisaje precioso, la ruta más seria de lo que parece y el día perfecto. Esta zona es una alternativa semejante a Tres Cantos, El Molar o Colmenar.

La sensación de terminar de comer después de una ruta de jueves no tiene precio. Es un momento de tranquilidad, relajo, caras felices. Una sensación de despreocupación total que se acrecienta con el recuerdo de nuestros queridos compañeros, entregados a sus quehaceres, calentitos en sus puestos de trabajo. Vaya desde aquí un cariñoso abrazo para todos ellos.

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Alcobendas-El Pardo-Valdelatas

Ruta realizada el Domingo 03/11/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
42.8 km
399 m
18 Km Distancia Madrid
3h45'
3h07'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Juan, Miki

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Alcobendas-El-Pardo-Valdelatas-v2.gpx

Mañana desapacible, amenazadora de lluvia y con mucho viento, de las que si te quedas en casita no pasa nada. Quedamos en Alcobendas, el terreno donde Miguelito te lleva al huerto. A los pocos metros de subirnos en la bici, algún lugareño nos dice:¨¿pero dónde vais con este día, chicos?¨,y es que tienen más razón que un santo, pero como aquí hay que venir llorao, pues iniciamos nuestro recorrido hacia la dehesa apretando los dientes. Atravesamos los sinuosos senderos que nos van acercando hacia el cementerio de Tres Cantos, pero nos sujeta tanto el aire que nos cuesta adelantar a los corredores de la zona.

   Llegamos hasta la pasarela que cruza la carretera de Colmenar, y continuamos con un ritmo suave, guardando energías, para afrontar el reto de los toboganes de subida y de bajada que nos vamos a encontrar. Resulta muy duro algún tramo, pero es gratificante conseguir, unos más que otros, no poner mucho los pies en el suelo.

A partir de ahí, el trayecto hasta El Pardo se hace muy hostil por el vientazo de cara que nos comemos. Nos hace imposible mantener conversación y acabamos pidiendo una tregua al dios Eolo.Por fin llegamos a los límites de El Pardo y, como somos dos virtuosos del gps, damos la vuelta al revés de como deberíamos haber interpretado el track.Van pesando en las piernas los kilómetros a estas alturas y la subida desde Somontes hasta la parte alta de El Pardo se nos atraganta un poco. La vuelta es más llevadera porque, aunque parezca mentira, llevamos viento a favor y las 29 se comportan como tractores.

  La parte final de la ruta transcurre por el frondoso pinar de Valdelatas. Últimos repechos hasta la urbe y ruta completada.

y para finalizar el video resumen de la ruta:

Trabajo hecho y a descansar.

Abrazos y besos.

Pozuelo-Villaviciosa-Boadilla-Pozuelo

Ruta realizada el Jueves 31/10/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
51.3 km
396 m
8 Km Distancia Madrid
4h04'
3h29'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Juanlu, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: boaddilla2019-10-31-10-501.gpx

Iniciamos la ruta desde la casa de Pepe. El día se presentaba agradable, con sol y nubes y una temperatura perfecta. Es una ruta sencilla, sin apenas desniveles pronunciados, rápida, larga y sin problemas especiales. Atraviesa varias zonas forestales, lo que la hace especialmente disfrutona.

Al tratarse de un recorrido que era un viejo conocido, no llevábamos track. Decidimos dirigirnos primero a la Casa de Campo para poder disfrutar del otoño y no nos equivocamos. Estaba espectacular, parecía mentira que estuviéramos en Madrid. Nos perdimos por entre sus senderos hasta que se acabó lo bueno y salimos por Aluche, en dirección a Colonia Jardín.

Eso de atravesar barrios no es lo nuestro. Por más que intentamos evitar las direcciones prohibidas, no hubo manera, y una vez más, no cogimos el camino óptimo. Acabamos pasando la carretera Caravanchel-Aravaca por debajo, utilizando para ello la estación de metro de Colonia Jardín. Fue la primera empujada de bicicleta del día. Pronto salimos del caos de la ciudad y nos metimos de lleno en ruta siguiendo el arroyo Meaques. En dirección hacia la M40 atravesamos una zona muy despejada que linda con un área militar (seguramente resto de las antiguas instalaciones de Campamento) frecuentada otros jubilados y algún deportista. Hasta había gente buscando setas.

En la Venta de la Rubia atravesamos una hípica llena de chavales. Luego nos enteramos que era festivo en los colegios. Siguiendo la Vereda de Villaviciosa, enfilamos Alcorcón. Pronto nos dimos cuenta que íbamos demasiado tranquilos y empezamos a darle más ritmo al asunto, dejando pronto atrás el polígono industrial de Alcorcón y dirigiéndonos directamente a  Villaviciosa.

La entrada en Villaviciosa es un poco complicada. Tanto chalet igual hace un poco difícil orientarse, pero un cuestón nada más llegar te hace recordar que hay que girar hacia el norte. Como somos animales de costumbre, decidimos dirigirnos hacia el Archivo Histórico del Ejercito del Aire para comernos el platanito enfrente de nuestro viejo amigo el Dassault Mirage F1, un caza francés que sirvió en nuestro ejército desde los 80 hasta hace 10 años.

Después, siguiendo nuestra costumbre, visitamos el Palacio de Godoy, un edificio que se construyó en el siglo XVII y que en 1800 pasa a manos de doña Teresa de Borbón y Villabriga (Condesa de Chinchón) y su esposo don Manuel Godoy. Ahora es el Café del Infante, un sitio muy recomendable para cenar en verano.

Ya era patente que, con tanto turisteo, íbamos fatal de tiempo. Así que nos adentramos en una zona de cultivos en dirección a Boadilla. El ir sin track complicaba la selección de los múltiples senderos, pero una vez más, el profesor Montalvo volvió a demostrar que su alias “PPS” estaba totalmente justificado.  Después de atravesar zonas arenosas, pasar por en medio de cultivos y subir algún repecho, aparecimos en mitad de una malla de autopistas de las que escapamos entrando de rondón en Boadilla.

Nos llevó un rato atravesar el pueblo, pero finalmente llegamos al palacio del Infante don Luis. Este edificio se ha restaurado por fuera y se utiliza para hacer exposiciones.  Una amiga me ha chivado que queda mucho para su restauración (así como la de sus jardines) y que por eso sólo se abre a partir de mayo, cuando deja de hacer en su interior un frío que pela.

La entrada en el monte de Boadilla es siempre una experiencia. Es difícil encontrar un sitio con tantos árboles impresionante. Un auténtico lujo montar en bicicleta por esta zona. Un lugar a tener muy en cuenta para esos días en que no queramos desplazarnos lejos con el coche.

La salida de este fantástico bosque se hace rodeando un campo de golf por un camino revirado con algún repecho que te saca a uno de los parques de Majadahonda.  Otro baño de ciudad que, por suerte, apañamos en 10 minutos para salir por el Monte del Pilar, otra zona verde preciosa.

Este bosque es más cerrado que el anterior, más tupido y frondoso. Es un área de 800 hectáreas, antiguo coto real de caza y que ahora pertenece a 10 familiar “nobles” que pretenden hacer una segunda  “La Finca”. Esperemos que no lo consigan para poder seguir disfrutando de este enclave. El camino se va cerrando hasta converger en un sendero rodeado con sendas vallas que nos llevó directamente a Pozuelo. Aquí el profesor Montalvo había reservado mesa en el restaurante Barranco, al que ya nos hemos aficionado. Personalmente tengo debilidad por su conejo al horno pero tampoco sus tortillas son moco de pavo.

Acabamos como habíamos empezado, en casa de Pepe, tomando un cafetito y charlando un rato en su jardín. Otro día estupendo y genial, compartiendo deporte, naturaleza y conversaciones con los amigos.

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