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Brunete-Navalcarnero. Una agradable sorpresa

Ruta realizada el Domingo 03/04/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
53.1 km
480 m
25 Km Distancia Madrid
4h28'
3h48'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, sin obstáculos, sin limitaciones de temperatura

Participantes: Pepe, Rufi, Fermín

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Descarga ruta: Brunete-Navalcarnero-2022-04-03.gpx
Reproductor audio crónica:

La clasificación de las Nenazas es más extensa que la de aves protegidas en España. Están las nenazas de «me duele la tripita», las de «se me cae el moco y me duele la cabeza» y también aquella otra especie protegida de «hoy no puedo que me voy a jugar a las casitas». Por supuesto hay cruces, combinaciones y misceláneas entre ellas, obteniendo productos tales como «se me cae el moco y me duele la tripita después de haberme metido cinco platos de alubias», «me duele la cabeza y me voy por las calicatras», en fin, todo un surtido para elegir la que mejor se adapte a cada casa.

El caso es que esta mañana solo hemos quedado Pepe, su primo político Fermín, y el que suscribe esta crónica. Frente a lo que decían las malas lenguas, no hacía tanto frío como se había previsto. Yo no diría que hacía fresco, pero tampoco me parece que fuera de los peores días en los que hemos toreado. No hacía viento y eso permitía que la temperatura y la sensación térmica se ajustasen a las reales, sin wind chill ni todas esas mandangas que solo confunden al ciclista.

La llegada a Brunete ha sido más lenta de lo previsto porque se había producido un accidente en Boadilla y la Benemérita nos ha desviado por un sitio que, normalmente, está prohibido. El número me ha dicho que «habían desconectado la cámara». Espero que sea así y no me llegue dentro de unos días una felicitación del Ayuntamiento de Boadilla diciendo que les debo «taitantos leuros». El número me ha indicado el camino a seguir, una vez terminado el tramo que normalmente no se puede transitar. Ha sido muy correcto y amable pero poco preciso. Me decía que fuera «por la rotonda de la bandera». Gensanta, en Boadilla hay más rotondas con banderas que pelos tengo yo en la cabeza. Qué derroche de patriotismo. Ojo, que no es que me parezca mal pero ¿hacen falta tanta glorietas y plantar una bandera en cada una?

Bueno, como íbamos con tiempo suficiente (es un mito, si no una mentira, eso de que llego siempre tarde), hemos podido salir más o menos a la hora convenida, una vez hechas las oportunas presentaciones, porque yo no conocía a Fermín.

El que quiera saber por dónde hemos ido, que se lea la ruta que en su día escribió Pepe porque yo no tengo ni la más remota idea y tampoco he preguntado.

Al poco de iniciar la andadura hemos llegado a las inmediaciones del castillo de Aulencia. Esto no es que lo supiera, pero lo ha dicho Pepe y también está narrado en su crónica.

Yo a los antiguos no les entiendo. ¿Qué habría en medio de ese páramo para que nadie se construya un castillo allí? Debe ser aquello del síndrome del afuerismo y lo de «estoy en Madrid en dos patás» porque, si no, no se entiende. Bien es verdad que allí el metro cuadrado sería más barato y podrían construir algo más grande pero, total, ¿para qué? ¿Para dejarlo en ruinas y que nosotros le saquemos fotos?

La ruta, desde ese punto hasta el puente del ferrocarril de vía estrecha que mencionaré más adelante, es una verdadera sorpresa. Que nadie se espere trialeras ni zonas técnicas que se tengan que sortear con pericia, porque de eso no hay. Sin embargo, está llena de caminos estrechos que bordean el río Guadarrama y que hacen que la ruta sea muy divertida y bonita.

Obviamente, antes de llegar al río hemos pasado por las instalaciones de la Agencia Especial Europea. Como no venía Domingo, que es el experto en estas lides, no hemos sido capaces de nombrar como se merecen a las tres instalaciones de antenas que hay en la comunidad de Madrid. Por ello, las hemos bautizado como «la de Fresnedillas», «estas» y «aquellas». Nos hemos entendido perfectamente.

Panorámica de «estas» antenas, que no hay que confundir con las de Fresnedillas ni con «las otras»

Para cruzar el río Guadarrama hemos utilizado unos mojones de cemento. Cuando yo, en la crónica que escribió Pepe, vi a Domingo cruzando así el río, pensé que se trataba de otro espécimen de Nenaza. A saber, el de «ojo que me mojo los piececitos». Pues hoy, más nos ha valido cruzar por ahí y con cuidadín, porque, aunque no había verdín, si había unos churretes de hielo que han estado a punto de hacer que Fermín probase la temperatura de las aguas. Menos mal que ha avisado y, los que le sucedíamos, nos lo hemos tomado con calma.

En uno de los single tracks (ahora los pedantes llamamos así a los senderos estrechos) hemos parado en uno de los árboles singulares de la comunidad de Madrid, con su distintivo verde incluido. Se trata, al parecer, de un alcornoque. Es curioso que sea una especie singular, porque, en la comunidad de Madrid abundan los alcornoques.

Pepe regando el árbol singular para que no le falte de nada

Por cierto, todavía no lo he mencionado pero, otro de los atractivos de la ruta, era ver la bici de Fermín, que iba montado en nuestro futuro. La verdad es que lo de las eléctricas no tiene parangón y, sobre todo, si es una máquina como la de Fermín que, además de bonita de línea, geometría y color, tiene un motor que hace que el pedaleo sea lo más parecido a una bici no eléctrica, pero ayudándote en los momentos necesarios. La potencia, el motor, o como sea el término técnico, solo se activa si la cadencia es lo suficientemente rápida como para que se entienda que el ciclista necesita ayuda extraordinaria. Por ejemplo, teniendo en cuenta la cadencia y los desarrollos que, normalmente, lleva Mario, él nunca activaría la ayuda. Además es una bici no excesivamente pesada (para ser eléctrica), con lo que, cuando Fermín se la ha tenido que echar al hombro, tampoco me parece que se haya herniado.

Detalla de la bici de Fermín que es una preciosidad y una máquina de precisión, incluso siendo una Orbea

«Al rebasar la 513 el camino se estrecha y nos lleva por un sendero sinuoso y cerrado de vegetación, hasta el campo de golf de la urbanización El Bosque de Boadilla. Viendo ahora la imagen de satélite me llama la atención la cantidad de casas individuales, cada casa con su charquito de hermoso color azul. Si decidieran desaguar todos a la vez desbordarían al pobre Guadarrama, que escurre sus miserias a los núcleos siguientes, de menor glamour a medida que avanzas en la corriente». Este párrafo lo entrecomillo porque yo no plagio y lo he copiado directamente de la crónica de Pepe. El campo de Golf se llama Club de Golf Lomas Bosque. Alfredo, por lo que he podido ver, merece la pena ver si podemos jugar allí.

Desde aquí seguimos por los sigle tracks que, a pesar de lo que ha llovido, estaban transitables aunque, como dice Pepe, con un barro, en ocasiones, muy tierno, con el que había que tener cuidado porque, en cuanto metías la rueda en él, la trazada era imprevisible.

Llegamos a un puente que, en otras épocas, correspondía al Ferrocarril de vía estrecha que iba desde Madrid hasta no sé dónde. Ahora no pasa el ferrocarril y marca la frontera entre los senderos estrechos por los que veníamos transitando y unas vías más anchas y, en esta ocasión, llenas de globeros indocumentados, pero todos muy equipados, que hubieran hecho las delicias de Alfredo. Yo me he permitido el lujo de adelantar a algunos varias veces. De hecho, cada vez que llegaba una subida.

¿Habéis visto qué mochila más bonita lleva Fermín?

Eliminados los globeros y, avanzando por nuestra ruta, nos hemos encontrado, de nuevo, con un paisaje bonito, aunque diferente al que veníamos viendo hasta ahora. Se trata de pistas más anchas y un paisaje mucho más abierto desde el que se divisa, en el horizonte, la sierra nevada y las torres del skyline de Madrid.

Desde ahí hasta Brunete la cosa se pone un poco más monótona y el paisaje más anodino. Son los últimos kilómetros, la ruta ya va pesando en las piernas y la vista no ayuda gran cosa a hacer el esfuerzo más agradable. Más bien, al contrario, en este tramo se levanta un poco de viento que, como no, viene de cara, y dificulta un poco más el pedaleo.

Así, al tran-tran, hemos llegado a Brunete. No sabría decir exactamente cuántos kilómetros tiene la ruta porque a mi, gracias al virus que me ha pasado Pepe, se me ha jodido el GPS y he tenido que resetearlo un par de veces. Si no me equivoco, la distancia total debería ser de 55 kms y el desnivel de unos 626 metros (eso, al menos, es lo que a mi me sale en el Garmin Connect y no sé por qué aquí no sale lo mismo)

En el pueblo hemos ido a ver las placas conmemorativas de las inauguraciones que hizo el General Franco, pero estaban tapadas porque estaban recreando, en la plaza del pueblo, un castillo o una feria medieval. Lo que sí me ha indicado Pepe es que, en las esquinas de la plaza, se sigue viendo claramente el símbolo que incluyo a continuación.

Parece que, a pesar de las leyes publicadas en los últimos años, Brunete ha encontrado un resquicio para mantener la simbología en la plaza del ayuntamiento.

La ruta, en resumen, para mi ha sido una sorpresa, una mañana muy agradable y menos fría de lo esperado y una buena coartada para poder echarme una siesta de las de pijama y orinal.

Esperemos que las diferentes especies de nenazas no procreen y, para próximas salidas, podamos ser un grupo más nutrido. Se echa de menos a much@s.

PD. Al final hemos echado cuatro horas y media sin haber estado mucho tiempo parados. Con ello, la milonga esa que me dijo Pepe de que ellos habían tardado 5 horas porque habían estado dos horas y media mareando, no es cierta. La ruta la hemos hecho ligeritos. Se puede ir más rápido, sin duda, pero hacerla en menos de cuatro horas lo veo complicado.

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Hoyo de Manzanares, La Berzosa, Moralzarzal, Collado Villalba

Ruta realizada el Jueves 31/03/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
40.7 km
772 m
28 Km Distancia Madrid
4h10'
3h11'
Características Terreno Suelo duro (pueden ser de roca o pedregoso), 15% de trialeras, sin obstáculos, no adecuado para temperaturas altas, 040 metros no ciclable

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juanlu, Pepe

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Temperatura media: 7.5
Descarga ruta: Hoyo-de-Manzanares-Moralzarzal20220331.gpx
Reproductor audio crónica:

Por aquí venimos con frecuencia, es camino trillado en ambas direcciones, por la carretera, por el sendero en paralelo, en sentido (atención, Domingo) levógiro y destrógiro; el caso es que si queremos poco coche, poco barro y poca gente, Hoyo de Manzanares sale del bombo, como podría haber sido Tres Cantos o Torrelodones (vamos Rufi, entra, que te la he dejado muerta).

 Quedamos a las 10 sharp y cumplimos como caballeros que somos. El día nos recibe frío, con viento fuerte y cielo gris. Ninguno dudamos en ponernos todas las capas disponibles y Alfredo su pañuelo de vieja, que con el moco colgando le daría un aspecto peculiar durante toda la mañana, los ratos que se dejó ver, claro, pero eso es otra historia…

Un ratito de esa carretera estrecha, flanqueada de hormigón y luego pista a la izquierda, por el cordel de Cantalojas ¡qué evocadores los topónimos de la España rural! Bastante pista, bastante fácil, pero con un suelo rezumón que sujeta un poquito y un viento en contra que fuerza a dar pedales cuesta abajo. Llegamos así al cruce de la M607 y como somos muy chulos renunciamos al túnel, jugándonos el pellejo torero. Este es el punto más bajo de toda la ruta, así que se acabó el frío y la broma, toca emplearse a fondo ¡no todo va a ser follar!

Remontamos 200 mts para ir calentando y volvemos a cruzar la carretera. La que llevamos es la machacadísima pista que nos recibe cuando venimos de Manzanares, por el pantano. Luego, para situarnos frente a Moralzarzal, nos comemos un puto paredón que se nos atragantó a todos. No me bajé de la bici por vergüenza torera y porque, al ser pista, no podía echarle la culpa al firme, pero vamos, que llegué al mirador sin ganas de ver na. Ya me lo sé, ya estuve, ya lo subí antes, pero joder qué alto lo han puesto hoy.

Giramos antes de llegar a Collado Villalba y nos internamos en una zona más trialera, matorral de jara, romero en flor, abordamos las sendas y pedrolos que nos llevan a la cascada de Covacho, donde la losa y la mesita recoleta, ya sabes…

Queda todavía sendero y trialera, baches y charcos, sudores y retos, para entrar a Hoyo con un esfuerzo más que cumplido, un día no tan frío como al inicio y un hambre feroz.

Acertamos con el restaurante “la chaqueta” y devoramos un menú como para reventar. Lo de Alfredo es contagioso. Las pochas con jabalí excepcionales, el entrecote de carne del Guadarrama brutal, pero de verdad, lo realmente pecaminoso e innecesario es acabar con una torrija encharcada.

Felices y más gordos que al llegar, dejamos este pueblo serrano que tan cumplidas excursiones nos ofrece.

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Una de trialeras por Colmenar Viejo

Ruta realizada el Domingo 27/03/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
34.3 km
562 m
26 Km Distancia Madrid
3h24'
3h00'
Características Terreno Suelo duro (pueden ser de roca o pedregoso), mas de 40% de trialeras, con un obstáculo, no adecuado para temperaturas altas, 50 metros no ciclable, zona de fotografía interesante

Participantes: Alfredo, Félix

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Temperatura media: 12.3
Descarga ruta: Colmenar-Viejo-Manzanares-el-Real20220327.gpx
Reproductor audio crónica:

De nuevo ha habido espantada general. Sólo Alfredo y Félix haremos este divertido recorrido. Comentamos con jocosidad si el resto estarán usando el Mocho-kit descrito en la última crónica de Alfredo. Por otro lado, los echamos de menos y nos hubiera gustado que estuvieran con nosotros disfrutando de este magnífico día. El inicio de esta primavera está siendo muy lluvioso. Nadie lo podía prever a la vista de un enero y febrero alarmantemente secos, además de soleados. El terreno al estar húmedo de los quince días que lleva lloviendo ligeramente con apenas interrupciones, nos permitirá solventar mis carencias técnicas para recorrer esta ruta tan divertida como interesante. Todos sabemos que cuando el terreno está seco, los tacos no clavan con la intensidad debida y hay que estar sumamente atento para conservar la verticalidad.

La ruta la rescatamos de la Rutoteca con fecha de realización de noviembre del 2013. Salimos de la estación de tren y recorremos literalmente las vías. El camino está bastante encharcado por lo que nos acercamos a las vías que están ligeramente elevadas con respecto al camino adyacente lleno de charcos.

Ponemos atención por si el tren se nos acercase, cosa que no ocurre pues en apenas dos kilómetros accedemos al primer tramo de trialeras, en bajada suave. El día está húmedo con una temperatura fresca, pero no desagradable. Los primeros lances los hacemos muy toreros. Sigo la estela de Alfredo que tiene un ojo especial para meter la rueda delantera por el sitio adecuado. Alguna vez se me aleja aunque apenas tiene que esperar porque a pesar de ser un terreno bastante técnico, la bici se comporta muy noblemente.

Terminamos el primer tramo de trialeras al llegar al puente medieval de la carretera que va a Navacerrada. Observamos un grupo de ciclistas muy ataviados de endureros haciendo unas tímidas bajadas por grandes piedras. Más cerca observamos que el desnivel y la dificultad no corresponde con los sofisticados atavíos y la expectación de unos con respectos a los otros. Se trata de un grupo de globeros que están aprendiendo los primeros pasos de como bajar piedras, seguramente con algún guía contratado para el evento.

Tomamos la pista que nos lleva en dirección a Cerceda que con su suave; pero persistente desnivel de subida nos hace sudar. Antes de llegar al pueblo, tomamos un desvío que nos orienta hacia Manzanares el Real por un sendero llano y muy divertido. Las vistas hacia la sierra nublada, el valle y el embalse son estupendas.

Salimos a una pista que sube del valle. Hemos decidido que vamos a acortar la ruta original ya que baja hasta el río Navacerrada y entra en Manzanares para luego de cruzar el puente del embalse para subir por la pista que tantos sudores nos ha provocado en otras ocasiones. Este terreno es harto conocido así que conectamos con la pista de sube del embalse y nos lleva de retorno por el mismo camino hasta el puente medieval. La bajada la hacemos a mucha velocidad. Plato grande, piñón pequeño y dale pedales. Mucho mejor de bajada.

Cogemos el sendero trialero que recorre el río Manzanares y nos cruzamos con dos ciclistas vitaminados con MTB eléctricas. Se trata de un señor de considerables dimensiones abdominales, poco estético, y una supuesta niña no más atractiva por ser fémina que suponemos hija suya. Luego descubriremos que se trata de una señora que frisaba los cincuenta años.

Pasa el padre delante lo que agrada poco a Alfredo que inmediatamente los identifica como adversarios y que se frustra al comprobar como la «niña» le adelanta en una cuesta de considerable pendiente. La espeta con el comentario habitual de «claro con eléctrica…» a lo que le contesta que «pero pesa un montón». En los tramos complicados la señora da muestras de que sabe montar a pesar de su aspecto poco deportivo. Los perdemos de vista aunque no andan lejos. La zona no permite coger velocidades. Cuando el terreno se pone escarpado con escalones, nosotros solventamos el problema a base de empuja-bike y bici-al-hombro. Pero ellos no pueden con esos cacharros tan pesados y los perdemos de vista ahora dejándolos atrás. Nos cruzamos con dos motos de trial que nos atufan con sus gases. Les hago indicaciones de que por aquí no pueden ir y el gilipollas de atrás, me contesta que nosotros tampoco. Lástima de no haber estado más rápido de mente y haber hecho lo mismo que el Castañar de El Tiemblo donde falsamente les dije que había una patrulla de forestales en la dirección que iban por lo que se tuvieron que dar la vuelta.

Recorremos el tramo del río hasta la Hidroeléctrica de Navallar donde cogemos ya pista de retorno hasta el coche para después de lavar ambas bicis con mi práctico caza-fantasmas damos por concluida la divertida ruta.

Os dejo con una música sublime que he ido silbando toda la mañana. La Danza de los Caballeros del Romeo y Julieta de Serguei Prokofiev.

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Mataelpino-Barranca-Senda Ortiz. La ruta del mocho

Ruta realizada el Domingo 20/03/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
34.1 km
864 m
39 Km Distancia Madrid
3h42'
3h13'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), 15% de trialeras, sin obstáculos, sin limitaciones de temperatura

Participantes: Félix, Rufi

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Descarga ruta: 2022-03-20-Mataelpino-Navacerrada-La-Barranca.gpx
Reproductor audio crónica:

Esta ruta tiene la negra. Siempre que la elegimos pasa algo y acabamos yendo dos y el de la guitarra. Esta vez, solo dos, ni siquiera el de la guitarra. Cuando la hicimos la última vez (al menos cuando la hice yo), acabamos yendo Mario, Félix y yo.

Ayer por la tarde la decisión sobre qué ruta hacer no fue fácil, pero, al final, acordamos hacer una variante un poco más corta de la del Boalo-Barranca-Ortiz. Yo tenía que terminar a las 13:00 por cuestiones médicas y de salud (hoy se celebraba el cumpleaños de mi suegra y no era cosa de llegar tarde porque suegras, como madres, solo hay una). Pues eso, que el que no tenía mocho tenía medias aritméticas, flojera de bajos o dolores de altos. Espero que las respectivas casas hayan quedado hoy como «los chorros del loro» y que los mochos estén echando humo.

Félix y yo hemos quedado en un punto de la carretera 615, en Berrocal de la Sierra. Como no podía ser de otra forma, usando google maps, él se ha ido a un sitio y yo a otro. No estábamos a mucha distancia uno de otro pero tampoco en el mismo sitio. Además, ambos hemos llegado 15 minutos antes porque una bendita noche de mal sueño (o corto, en el caso de Félix).

Pronto nos hemos encontrado y, como dicen los ingleses, hemos reconvenido en el mismo punto, desde donde hemos iniciado la ruta, con unas gotas que eran algo más que el famoso Txirimiri. Por ello nos hemos puesto el chubasquero que ya no nos hemos quitado en toda la ruta, más por pereza que por necesidad real.

Desde Berrocal de la Sierra nos hemos dirigido al embalse de Navacerrada que, a pesar de las recientes lluvias, sigue bajo de nivel.

El rodeo al embalse de Navacerrada es divertido, aunque es un tramo corto que se hace rápido y tampoco es muy exigente.

En Navacerrada nos hemos hecho un pequeño lío con la dirección de la ruta pero lo hemos solventado rápidamente, dándonos cuenta de que la dirección era de subida hacia el hotel Arcipreste, otrora lugar de concentración de ese equipo de blancos que antes iba de blanco y que ahora es de negros y viste de negro (y que, por cierto, espero que gane hoy para darnos cierto aire alejando al Barcelona unos pocos puntitos).

No he dicho nada pero, desde que salimos de Berrocal de la Sierra, la cosa era de subida y, lejos de mejorar, en Navacerrada empezaba la verdura de verdad. Como ya había adelantado Félix, es una ruta en la que se suben 20kms y, alcanzada la cima, para abajo a destajo.

La subida a la Barranca la hemos hecho razonablemente bien y con comodidad. De vez en cuando venían algunas ráfagas de viento que, por soplar de culo (cosa curiosa en el mundo de la bici), nos ayudaban a subir la cuesta. Mención especial tiene el cuestaco que, una vez cruzado el río (de ignoto nombre) empieza a doblar a la derecha en una curva cerrada y pasa por el famoso pino encadenado.

Félix transitando por el pino encadenado. La foto no hace honor a la pendiente de la cuesta y mucho menos a la que se ve un poco más adelante, que es de las de quitar el hipo.

El plátano nos lo hemos tomado al terminar el rampón porque no creo que, de habérnoslo comido antes, hubiera durado mucho en mi estómago hasta ser debidamente procesado. Seguro que os acordáis de una vez que hicimos esta misma subida pero para ir a la cuesta del Calvario y Navacerrada. En aquella ocasión había una carrera y pasaron algunos pros que primero hacían olas en el río y luego subían la dichosa cuesta como si fuera un llano. A mi no es que se me haya pasado el arroz, es que nunca he estado para esos platos.

Charlando animadamente de ópera, de músicos e intérpretes y de todo lo divino y humano, hemos llegado a la cima y punto donde empieza la senda Ortiz.

Panorámica desde el mirador de la Barranca. Apréciese el paisaje de fondo y los pueblos de la sierra norte

En ese momento ha empezado la parte más divertida de la ruta. Volviendo a la música, la senda Ortiz es al camino Smith en las rutas de bici como la zarzuela es a las volksoper. Es decir, el camino Smith es más conocido y tiene más caché, pero la senda Ortiz es muy, muy divertida. Tiene sus escalones, raíces, pedrolas y zonas muy técnicas. La hemos disfrutado como enanos aunque, en esta ocasión, no nos hemos subido una zona de escalones y raíces en previsión de que aquello pudiera acabar mal.

Félix, completando satisfactoriamente la senda Ortiz

A la salida de la senda nos hemos equivocado y hemos tirado directamente por la pista hacia abajo en lugar de subir el tramo que, según el track, había que remontar para cruzar el río. Como ya me tocaba, yo he aprovechado para darme una leche tonta. Tonta pero dolorosa porque, como era de esperar, he caído sobre mi maltrecho codo derecho. Por suerte he maniobrado lo suficiente para minimizar daños.

Ya a la altura de los aparcamientos, hemos seguido bajando y hemos cogido el «single track» ese tan divertido que lleva al mini Angliru y al punto en el que, según habéis contado varias veces, Jesús se hizo una inmersión sin botellas por salirse de la pista.

Desde que empieza la Senda Ortiz hasta que acaba el single track son muchos kilómetros de una bajada técnica muy divertida y tampoco especialmente complicada (salvo algunos tramos), que hacen de esta ruta una de las que hay que tener en cuenta.

De hecho, creo recordar que una parecida, después de la clásica del Pardo, fue la segunda ruta a la que me llevó mi querido amigo Alfredo nada más empezar a montar con este grupo de desaprensivos. A la altura de las fotos de la galería que se muestra más arriba los calambres me daban ya hasta en las pestañas. Lo que no sé es cómo, después de aquella, decidí seguir montando y yendo con esta patulea. Mucho ha llovido desde entonces, aunque los embalses sigan bajos de nivel.

En fin, una mañana divertida, en magnifica compañía y sin mocho. Además llegué bien a casa como para celebrar el cumpleaños de mi suegra como ella se merece.

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San Agustín de Guadalix – El Vellón con las Treck viejas

Ruta realizada el Jueves 17/03/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
33.4 km
692 m
31 Km Distancia Madrid
3h21'
2h51'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), 15% de trialeras, con un obstáculo, no adecuado para temperaturas altas, 100 metros no ciclable

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix

Mas detalle ruta

Temperatura media: 11.4
Descarga ruta: San-Agustin-de-Guadalix-El-Vellon-20220317.gpx
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De nuevo estamos las Treck Viejas (Félix, Domingo y Alfredo) levantando el país y el honor ciclista. Hubo convocatoria con tiempo para todo el mundo, pero como viene siendo habitual, las super bikes de 29 se rajaron. Que si iba a llover, que en mi casa tengo obras , que tengo que pasear a mi mujer, bla bla bla.

He pensado sacar a la venta el siguiente accesorio para el dream team de las 29, para que de esta manera puedan hacer uso de la inversión realizada y de paso cumplir con las misiones propias de los ciclistas que se quedan en casa.

Accesorio Imprescindible para las 29 que se quedan ociosas en casa

Cesta y escurridor profesional para llevar bidones de limpieza y escurrir la fregona junto con una fregona de regalo.

Hay modelos LX, XT y XTR.

El modelo XTR la cesta es de titanio y el mocho de algodón egipcio.

También hay una bata mallot para evitar ensuciarse y un pañuelo para el pelo que hace juego.

El famoso botón de la 29 ahora permite escurrir la fregona sin apenas esfuerzo.

Se adjunta manual de instrucciones y un video en yotube para los mas torpes.

Volviendo a la ruta, quedamos a las 10:30 menos Félix que llego 15 minutos tarde porque tuvo que echar gasolina (supongo que contar los billete para pagar el deposito le entretuvo bastante). Salimos del polígono de San Agustín de Guadalix y mientras montábamos las bicis vimos al típico sospechoso con sudadera negra y capucha revisando todos los coches aparcados. Salimos mosqueados por si uno de los coches elegidos era el nuestro, pero afortunadamente al ver nuestras trecks viejas nos descartó.

La ruta comienza subiendo hacia Moncalvillo, pero como novedad esta vez nos dirigimos a Pedrezuela y luego al Vellón. Félix nos prometió una ruta suave y tranquila de yayos, pero como en los viejos tiempos nos encontramos con sorpresas. La primera fue una bajada Kamikaze por el canal para luego volver a subir por la pista.

Seguimos por el sendero del canal hasta la urbanización de Montenebro cruzando por los acueductos que por alguna razón no estaban vallados (excepto uno).

La ruta al final engancha con la pista del canal y luego con la carretera M-963 donde está otro famoso baja-sube hasta llegar a Pedrezuela. Llegado a este punto preguntamos a Félix que si toda la ruta iba a ser igual y que nos sentíamos engañados porque todo era cuesta arriba.

En honor de los Atléticos

De pedrezuela nos dirigimos al Vellón por un sendero que no conocía y del Vellón nos dirigimos al Molar por terreno conocido. Afortunadamente al Llegar al Molar consumimos todo el desnivel previsto (unos 700 m) y nos dirigimos a San Agustín de Guadalix por el camino que empieza en el cementerio del Molar y baja al rio Guadalix. La ruta sigue por el barranco del rio Guadalix harto conocido y cabe resaltar que Félix consiguió subir las dos cuestecillas sin poner el pie.

Del Barranco al Polígono industrial ya sólo quedaba 3 km y fuimos a verificar si nuestros coches seguían con todos los cristales intactos.

Finalmente fuimos a comer a la Kedada donde comimos de maravilla como siempre por 12 € una fideuá y una merluza al papillote exquisita. Y de postre unas natillas recién hechas con galletita y frutos del bosque. Como ayer fue mi cumpleaños los señores fueron invitados al café.

La Jornada terminó con el maravilloso espectáculo, aclamado por crítica y público, del Bombero Torero (el de rojo) y el Caza Fantasmas (el de verde).

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Colmenar Viejo – Rutas del Este

Ruta realizada el Jueves 10/03/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
33.8 km
573 m
26 Km Distancia Madrid
3h06'
2h38'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), 15% de trialeras, sin obstáculos, no adecuado para temperaturas altas

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Mario

Mas detalle ruta

Temperatura media: 16.1
Descarga ruta: Colmenar-Viejo-Este20220310.gpx
Reproductor audio crónica:

Buscando alternativas para hacer alguna ruta que no hubiésemos pisado antes, encontré esta propuesta, que, como después vimos, conocíamos en su mayoría pero que nos sorprendió con algún paraje todavía inexplorado. Cada vez está más complicado descubrir cosas nuevas en nuestra comunidad. Cosas de la edad.

Últimamente el tiempo está primaveral, como debe ser, por otra parte. Por eso, el día anterior no teníamos nada claro si íbamos a poder salir o no. La información meteorológica parecía la sede del PP en estos días, muy confusa. Así que la decisión la tomaríamos el mismo día por la mañana. Dada nuestra formación militar (puta mili), evaluamos riesgos y nos coordinamos a las 8:00:00, con envío de rutas y punto de encuentro a través de un canal seguro.

A la hora fijada, con un error de +/- 30 segundo, nos reunimos en el punto acordado. Allí estaba el grupo TTV/TOT (el archiconocido comando de las Tres Treks Viejas, the Three Old-fashioned Treks para la OTAN), listo como siempre para darlo todo. Como premio a nuestra valentía, el día prometía sol y buen tiempo, con una temperatura excelente. Félix indicó que, tras un profundo estudio, era mejor invertir la ruta. Alfredo y yo aceptamos antes las pruebas aportadas, sin tener muy claros los motivos, pero el boss es el boss… Había ganas y buen humor, así que tiramos pa´lante, totalmente invertidos.

Pronto advertimos que la bicicleta de Félix nos iba a amenizar la jornada con un agradable hilo musical. En esta ocasión, fue el concierto para Top Fuel Opus 666, también conocido como «La Serenata de los Somieres«, pieza clave de la dodecafonía del siglo XXI. Y no sólo eso, además, como celebración del fin de ruta, Félix Cano nos ofreció el oratorio «Mi vicio es Mibicio«, pieza de gran sensibilidad dedicada a Mi José .

Empezamos la ruta rodeando Colmenar Viejo por el oeste. Una vez en el norte del pueblo, empleando parques y carriles bici, alcanzamos la afueras y nos empezamos a dirigir hacia el este.

Esta parte nos era desconocida. Dada su sencillez, aprovechamos para que Alfredo nos contara su experiencia en los Emiratos y las Maldivas. Poco después empalmamos con el carril bici paralelo a la M-607 y que pronto dejamos para dirigirnos al este. Después de recorrer algunas trialeras y pistas, llegamos a la conocida zona del cerro Escobar y los Camorchones, donde un pedregal nos hizo poner pie a tierra en varias ocasiones.

Por esa zona nos encontramos con el Canal Bajo de Isabel II. Después de ver la exposición del Canal donde se mostraba con fotos de la época cómo se construyó, ahora valoramos en su auténtica dimensión el esfuerzo que supuso su construcción cuando nos topamos con algún elemento de aquella obra.

Poco hay que añadir. Girando hacia el oeste, la segunda parte de la ruta era una vieja conocida, con continuos sube/baja, atravesando dehesas y prados, con sus caballos, vacas y ovejitas. Este marco bucólico hizo que Alfredo mostrase su faceta más sensible, como se puede apreciar en el vídeo, al ver a un corderito recién parido.

La llegada se nos hizo pesada. Subidas con fuerte desnivel, parajes llenos de chatarra y pasos de tren, que nos hicieron pensar que a lo mejor no había que haber invertido el track, pero vete a saber…

En el restaurante Lamadrid nos esperaba ya Mario, que nos hizo el honor de venir a comer con nosotros. Por eso está incluido en la ruta, porque la charla de la comida y la sobremesa es lo más importante del día.

La comida se salió de lo normal, bien presentada, de calidad y con un arroz con leche muy cercano a lo que ponen en Asturias. Hasta el café era bueno. Y la sobremesa todavía mejor. En definitiva, otro día excelente.

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Maldivas y la bici acuática

Ruta realizada el Lunes 07/03/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
2.4 km
6 m
8621 Km Distancia Madrid
0h27'
0h25'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, sin obstáculos, sin limitaciones de temperatura

Participantes: Alfredo

Mas detalle ruta

Temperatura media: 33.9
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De nuevo mi convocatoria no hace efecto y no se presenta nadie a la cita. Mientras, hablo con el responsable de la “sport area” pidiéndole ayuda para configurar una bicicleta que me permita rodar en el mar. Le pido:
1) Cambiar las ruedas por dos tubos inflables que me permitan flotar
2) La cadena debe impulsar una hélice para poder avanzar
3) El manillar debe hacer girar la hélice como un un timón
4) Los frenos consistirán en revertir el giro de la hélice

Con todos estos requerimientos, el nativo me preparó una bici de campeonato XTR como la de esta foto.

El jefe del sport area me explicó mi zona de pedaleo . A la derecha no podía ir muy lejos porque era de otro resort, de frente no podía sobrepasar la barrera de coral y a la izquierda no cabía por el puente. Vamos que me tocaba dar pedales como los niños en el parque.
Antes de salir tenía dudas si ponerme los botones por el agua que había , pero al final me decidí por unas chanclas. Respecto al casco opté por una gorra clásica con visera y del culotte ni hablamos.
La primera parte se subió mi mujer conmigo y por primera vez fuimos juntos en una bicicleta. Luego la dejé en la orilla y empecé a darle caña. La verdad es que corría más rápido de lo que me esperaba y el manillar actuaba como un timón de barco donde había que girar con anticipación y suavemente.
El recorrido de la ruta no tiene nada de especial, solo tenia que evitar a los bañistas y los bajos fondos (de coral, no seáis mal pensados) tras 30 minutos dando vueltas en el parque decidí aparcar la bici y dedicarme a otros menesteres en la isla como un masaje en pareja con mi mujer.

Breve crónica que solo pretende dar a conocer una nueva variante de MTB.

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El Cuadrón y vuelta al embalse de Riosequillo

Ruta realizada el Domingo 06/03/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
38.1 km
739 m
58 Km Distancia Madrid
4h11'
3h11'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, con tres o mas obstáculos, no adecuado para temperaturas bajas, con algunas fincas privadas, zona de fotografía interesante

Participantes: Félix, Juan, Miki, Rufi

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Descarga ruta: 2022-03-06-El-Cuadron.gpx
Reproductor audio crónica:

Para este domingo hemos decidido coger una de las 6 rutas propuestas por la magnífica App que recientemente nos ha desarrollado Alfredo (¡Ojo!, con nuestras magistrales especificaciones) y que dentro de la pestaña Rutateca, ha llamado «Recomendación de la Semana«. Yo le habría llamado «Cagarrutas«, que a riesgo de parecer un nombre despectivo, está lejos de mi intención. Pero es que además de ser un nombre muy descriptivo, resulta más abreviado y acorde con el talante del grupo.

El caso es que esta ruta la hicimos por primera vez en el 2004, cuando diseñarlas requería un buen rato de estudio de los mapas de la zona para coger caminos ciclables con pendientes asequibles, sin meternos en barrancos insufribles de los que tenemos amplia experiencia adquirida principalmente en esa época. Entonces no existía Wikiloc (2006) y menos aun Cicloide.

Llevaríamos dos años ya trasteando con los GPS. Aquellos novedosos cacharros que Alfredo nos enseñó en el 2001. Recuerdo mis dos primeros Garmin (Etrex y Legend) que aún no disponían de mapa, que se limitaban a guiarte mediante una línea (track) que debías seguir a pies juntillas y que diseñábamos con Oziexplorer o Mapsource con más voluntad que conocimiento, sobre unos mapas del Ejercito, IGN o de la Tienda Verde que previamente habíamos escaneado y calibrado. Si al error del escaneo-calibrado le añadías la falta de rigor de los mapas de la Tienda Verde, los recorridos que nos salían eran bastante aventurados. Eso sí, un nivel muy superior por encima de cuando salíamos a pecho descubierto con plano y brújula, lo que no nos libraba de percances que se salvaban a base de tesón, afición y músculo para llevar la bici al hombro. ¡Qué tiempos! Y cuántas luchas teníamos con el resto del grupo cuando las cosas se ponían difíciles y empezaban las dudas. ¿Seguro que es por aquí? Alfredo y yo nos mirábamos casi con las mismas interrogantes. Como quedarse parados no era una opción, tirábamos para adelante y el resto nos seguían sin mucho convencimiento. Unos cuantos años tardaron en creer en los GPS y más aún en agenciarse uno.

Y después de esta retrospectiva, vamos al lío. Llegamos puntuales como siempre al punto de partida. Le recuerdo a Juan que en ese mismo punto se quedó «en tierra» hace muchos años por llegar tarde (no más de 15 minutos) al no disponer de móviles aún. Rufi afirma que aquí también fue donde le saquearon el coche a Pepe. Le saco de su error. Fue en el embalse de Picadas. La memoria de este equipo es frágil como veremos a lo largo de esta crónica.

Iniciamos la cuesta en dirección sur hacia el Mondalindo. Hace muchos años que no subimos a este duro pico. La cuesta se empina en algunos puntos hasta un 15% según el GPS de Juan. Ya va sobrando ropa cuando cambiamos de vertiente y oteamos el valle con las cumbres nevadas.

Cruzamos Garganta de los Montes mientras me pregunta Rufi que pueblo es, a lo que contesto con desgana porque acababa de responder a Miki erróneamente que Canencia. Yo también sufro en silencio la demencia senil.

También es cierto que haciendo un alarde memorable les recuerdo a mis queridos colegas los embalses que retienen agua del Lozoya como comentaba en mi anterior crónica. Una vez más demuestran el deterioro cognitivo cuando les comento una anécdota sobre el Azud del Mesto y me dicen que no saben donde está. ¡Jodeeerrrrr, que hemos estado decenas de veces!

Aviso que llega una nueva pendiente. Son otros 2,5 kms, y esta vez con un tramo del 19%. Afortunadamente han arreglado el camino que recordábamos muy pedregoso y técnico. Hacemos otro cambio de vertiente para dejarnos caer hacia Canencia por un sendero muy divertido y unas vistas espectaculares a la sierra que nos separa de Segovia con las cumbres nevadas y algunos claros.

Cruzamos el arroyo Canencia por el puente Canto donde nos hacemos la correspondiente foto.

Enfilamos por pista forestal hacia el río Lozoya para cruzar por el otro puente emblemático de la zona: puente Congosto, donde encontramos un nutrido grupo de senderistas y donde decidimos comer el plátano a orilla del río que discurre con fuerza con el agua que libera el embalse de Pinilla, que se encuentra a un km. más al oeste.

Volvemos en paralelo a la carretera de Lozoya en dirección a Pinilla hasta salirnos en un camino que nos lleva a un pequeño cementerio donde un par de cigüeñas han anidado en la espadaña en ruinas de su antiguo campanario donde ya quitaron las campanas. ¡Qué magnífica foto que habríamos hecho si Juan y Miki no se hubieran acercado tanto como para asustar a las aves! Si queréis ver dicha foto, no tenéis más que buscar la Crónica que relató Pepe en el 2004 y aunque no serán las mismas aves nos hacemos una idea.

Avanzamos por la Cañada de la Cerrada de Garay con bastantes puntos embarrados que los caballos han estropeado aún más. Al llegar al embalse de Ríosequillo nos salimos del camino y saltamos una valla por seguir al GPS. En este punto siempre nos entra la duda. Nos adentramos en la finca de la Retuerta con el sigilo propio de saber que como nos crucemos con el propietario nos va a regañar. Vemos tres corzos que asustados huyen y pasan a otra finca entre alambres de espino roñosos. Seguro que se han hecho cortes porque se han enganchado. Hacemos lo propio por otro lado de la valla, pero con más cuidado. Nuestra piel es más delicada y nuestro equipo más caro. Salimos a un camino que de no habernos desviado, habríamos encontrado sin dificultad. Seguro que dentro de unos años cometeremos el mismo error por seguir el GPS con fe inquebrantable. Y es que nuestra memoria es efímera como decía al principio.

Cruzamos el puente sobre el embalse de Riosequillo y comento aquella vez que vimos con gran sorpresa, como un águila pescadora hacía un vuelo rasante a nuestro lado y sacaba un pez. Afirmo sin temor a equivocarme que era tal, no por mis exiguos conocimientos ornitológicos, sino por su demostración de habilidad. Juan se ha acordado aunque pensaba que ello ocurrió en el embalse de Valmayor. El que está mayor es su cerebro, que no sus piernas como nos ha demostrado en la cuesta final.

Esos cinco últimos kilómetros se me han atragantado y como mi memoria sigue estando intacta para los malos ratos, recordaba un camino pedregoso con mucho calor y pendiente. Así que he subido al tran-tran, a pesar de que este camino también ha sido mejorado y no es tan odioso como lo recordaba.

Y poco más. Limpieza somera de bicis junto a un par de almendros en flor de los que dejo cumplida imagen.

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Yas Marina Abu Dhabi – circuito en bici

Ruta realizada el Miércoles 02/03/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
15.7 km
10 m
5644 Km Distancia Madrid
0h40'
0h38'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, sin obstáculos, sin limitaciones de temperatura

Participantes: Alfredo

Mas detalle ruta

Temperatura media: 24.4
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Hubo convocatoria pero nadie se presentó en el circuito de formula 1 en Abu Dhabi. Estuve esperando 10 minutos y al final decidí salir solo.

La ruta se inicia en el Paddock donde se me asigna una bicicleta y un casco profesional. Llevo gasolina para tres vueltas consistente en una mezcla de langostinos a la plancha , calamares fritos y un pez desconocido.
A la orden del equipo, me acerco al Pit Lane y espero a que el semáforo se ponga verde. La salida es espectacular quemando neumáticos. Me avisan por radio que no puedo usar el KER ni el famoso botón de las 29 para acelerar, pero me da igual. La primera vuelta la dedico a valorar el circuito identificando los globeros y demás fauna a humillar. También identificó posibles grupos en los que engancharse.
El circuito tiene las curvas tan amplías que no necesitas frenar, el Set-up de la bici solo permite usar solo el plato grande con los difusores en modo alta de alta velocidad y ruedas slicks .

La segunda vuelta , una vez reconocido el circuito , lo dediqué a cazar globeros e intentar incorporarme a un grupo profesional de ferraris. Estuve todo el rato manteniendo la distancia y viendo cómo caían los más débiles. Tengo que reconocer que no conseguí enganchar y mi objetivo cambió a simplemente superar la Q3.

La última vuelta empecé a notar que los langostinos a la plancha luchaban por salir a tomar aire, las ruedas empezaban a sufrir Blistering y empezaba a perder Grip. Decidí bajar ritmo y asegurar plaza para la siguiente Q.

Crucé finalmente la meta y me acerqué a hablar con los mecánicos para comentarles las mejoras en los set-ups , y que Mijose arregla las treks viejas quitándoles al menos dos años.

Otra ruta interesante que solo faltó los compañeros de equipo que no asistieron a pesar del aviso con tiempo.

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Cantocochinos – La Nava…da

Ruta realizada el Domingo 27/02/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
33.9 km
1037 m
41 Km Distancia Madrid
3h53'
3h06'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, sin obstáculos, no adecuado para temperaturas bajas, 5000 metros no ciclable

Participantes: Pepe, Rufi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 2
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Nunca mejor que hoy aplicaría aquello de «Aquí hay que venir llorado». El sábado por la tarde ha habido varios intercambios de opciones de rutas y opciones de ciclistas. Que si viene Pedro, que si no viene, que si esta ruta, que si la otra…. Al final, hemos quedado en Canto Cochinos para hacer la vuelta a la Pedriza, con la posibilidad de visitar la Nava, según se vaya viendo.

Félix se ha caído de la lista antes de salir porque había dormido mal. Tengo un amigo que habría dicho aquello de «NENAAAAZAAAA», pero yo soy buena persona y no diré nada.

El día se ha despertado gris y desapacible. Lo suficiente como para pensarse si salíamos o no, porque la cosa amenazaba agua. De hecho, de camino a Manzanares empezó a llover, aunque no muy fuerte. Tanto Pepe como yo hemos pensado lo mismo, vamos y vemos lo que pasa. Lo peor que nos podría pasar es tener que darnos la vuelta y volver a casa. Curiosamente, dado lo chungo del día, el aparcamiento estaba hasta la bandera. De hecho no pudimos aparcar en el primero y tuvimos que ir al segundo, donde ya había bastante público.

Haciendo caso a Pepe, que es sabio, me he quitado el chubasquero que me había calzado. Ha sido una buena decisión, porque la ruta sube 10 kilómetros desde el aparcamiento hasta las buitreras. Dejando el río a nuestra derecha empezamos la ascensión hablando de lo divino y lo humano y presenciando un magnífico paisaje, no desmerecido por el día gris.

Pronto se empiezan a ver las nubes bajas en las que nos adentraríamos, con la esperanza de que el día fuera abriendo y el sol nos empezase a calentar un poco. Ya se sabe que la esperanza es lo último que se pierde.

La subida ha sido lenta, pero segura y, al tran-tran hemos llegado a las buitreras, donde ha llegado el momento de la gran decisión. ¿Subíamos a la Nava o no? Nos hemos encontrado con un grupo de pros que llevaban arrastrando a uno que no era tan pro. Hemos podido asistir a su toma de decisión, basada en que los pros subirían hasta la Nava y el no pro subiría hasta donde quisiera, momento en el que se daría la vuelta y seguiría la ruta. Con ello, se evitaba esperar parado al resto del grupo y morir congelado. Ni que decir tiene que si los pro subían, nosotros también, así que la decisión estaba tomada.

nudo gordiano, que debe venir de gordo, haciendo honor a lo que nos esperaba por el camino de la derecha. «To lo gordo»

La subida ha empezado bien pero pronto se ha empezado a complicar por la aparición de la inesperada nieve. He tratado de poner en los parámetros de la ruta este elemento, pero no hay alternativa. En todo caso, no es terreno pedregoso ni arcilloso, pero hoy complicaba sobremanera la marcha. Hasta tal punto la hacía difícil que en el kilómetro 12.500, faltando 2.500 metros para coronar la Nava, hemos tenido que echar pie a tierra y dar la vuelta porque de allí no se podía pasar. Por eso señalo en los parámetros que ha habido 5.000 metros no ciclables. Esto, con otras condiciones climatológicas, no se daría.

La bajada ha sido lenta, previendo posibles patinazos y fría, a pesar de la rebequita que nos hemos puesto para tratar de mantener un poco la temperatura que habíamos logrado tener en la subida.

De camino al collado de los pastores nos hemos encontrado con los famosos árboles milenarios y con un colega que, muerto de frío, nos ha hecho una foto. También nos ha avisado que la subida al collado estaba negra oscuro o, mejor dicho, blanco oscuro y que nos iba a costar subir.

El amigo fotógrafo casual no nos engañó y, efectivamente, pronto se volvió a hacer patente la nieve, que nos acompañaría hasta el collado de los pastores, donde desaparecía milagrosamente.

Desde el collado ya sabéis todos que empieza una bajada preciosa hasta Cantocochinos que hoy, en su primera parte, ha sido más lenta de lo normal para evitar batacazos. A medida que la nieve ha ido desapareciendo la velocidad ha aumentado, con la bajada, en palabras de Pepe, se ha hecho más «ligera» hasta que hemos llegado al aparcamiento.

Al final, un día muy completo, con una temperatura media en la ruta, según Garmin, de 1,9 grados y una mínima de 0 grados, ni frío ni calor.

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