Huyendo de la tormenta por el Kalahari

Ruta realizada el Jueves 17/09/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
58.9 km
446 m
44 Km Distancia Madrid
8h37'
4h28'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Aranjuez-Villaconejos-Chinchonv2.gpx
Reproductor audio crónica:

Desoyendo las rotundas recomendaciones de nuestras señoras al respecto, decidimos salir a dar pedales a pesar de que el cielo amenazaba con darnos un buen chapuzón. Y acertamos. NO NOS MOJAMOS. ¿Vale?

Ciertamente la zona que rodea esta real y hermosa villa es bastante árida e incluso fea. Si no fuera porque se ven vestigios de agricultura que vivió mejores tiempos y se adivina la mano del hombre, se podría pensar que estamos en el Serengeti o en el Kalahari. Nos faltarían los grandes mamíferos, pero se pueden sustituir por alguna que otra forma más humana y casi igual de pesada. No, no me refiero a nosotros tres.

Empezamos por una pendiente que acaba de ser quemada y que prologa lo que sería la tónica durante bastantes kilómetros: campos yermos y desolados vencidos al sol. Infinidad de terrones de una tierra multicolor y poco fértil que el tesón del hombre ha sabido sacar lo básico para sobrevivir durante miles de años.

Seguimos avanzando secarral tras secarral con una temperatura razonablemente buena, hasta llegar a un pueblo llamado Villaconejos con la falsa ilusión de encontrar verdes y frondosos melonares dónde Pepe nos ofrendase algún ejemplar al tajo de una de sus afiladas y cortantes navajas. Ilusiones. Tan sólo vimos restos podridos de unos pocos. La mayor parte del terreno está cultivada de cereales que ya han sido recolectados salvo alguna parcela que han dejado por su escaso valor y que sirve para que las hormigas preparen el largo invierno.

Continuamos dando pedales por la llanura árida y con un cielo medianamente encapotado donde sobresale el sol entre las nubes y nos dejaba entrever que aún estamos en el verano. Y en esto que llegamos a Chinchón y callejeando alcanzamos las ruinas de lo que fue un Castillo que desconocíamos los tres.

Hasta aquí, la ruta no tiene grandes atractivos más que el de salir con los amigos y después de tanto tiempo dando pedales sin dificultad técnica ni física, lo más reseñable es el dolor del culo de tanto tiempo pedaleando. Me acordé de la insistente copla de Juanito recomendando no sé que culotte de precio desorbitado. Quizás si lo pudiera probar…, pero las zurraspas no se comparten.

Casi llegando de nuevo a Aranjuez nos encontramos con una extraña construcción dentro de la tierra en forma cueva con arcos, que según Pepe puede ser un intento de canalización de agua. Pasamos por el Real Cortijo de San Isidro, que me sorprende por su regio nombre y la fachada de su iglesia que denota algo de esplendor en tiempos de Carlos III. La llegada Aranjuez entre sus numerosos plátanos declara que en tiempos fue una villa real y ostentosa.

A eso de las tres menos cuarto, llegamos a comer a un sitio que me dijo mi amigo Juan Carlos. Es el camping situado en el margen del Tajo. El menú es bastante sobrio, pero con el atractivo de qué estamos completamente solos, las bicis están controladas y el camarero es discretamente amable. Alargamos la comida con una segunda ronda de cafés y cómo no teníamos ganas de volver a casa, decidimos darnos una vuelta con las bicis por los alrededores de esta bonita ciudad.

Tras un infructuoso intento de colarnos en el parque a través de un puente, otro intento de idéntico resultado en los jardines de palacio, nos hacemos unas fotos en la bella fuente de la Mariblanca, que al ser hora de siesta podemos contemplar sin público. Aquí os dejo más información de esta versionada estatua tan castiza que ha adornado Madrid en diversos lugares.

Seguimos hasta la estación dónde hicimos unas fotos a la parte abandonada y al edificio de aspecto decimonónico que alberga la estación de tren en funcionamiento.

De vuelta recorrimos unos recovecos junto al río donde habita gente de distintos y sospechosos pelajes, para terminar con unas bellas panorámicas de la entrada principal del Palacio que mandó erigir Felipe II, que realza y adorna las esbeltas siluetas de los Caballeros del Carbono.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios

Villalba-Puente Alcanzorla

Ruta realizada el Martes 25/08/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
34.8 km
425 m
35 Km Distancia Madrid
4h35'
2h41'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe, Rufi, Mario

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Villalba-Puente-Alcanzorla.gpx
Reproductor audio crónica:

La ruta para hoy es la repetición de la última que hicimos antes del confinamiento de marzo del 2020. En esta ocasión con Rufi y Mario en vez de Alfredo, que sigue con su tabla de windsurf por Estepona.

Aparcamos en La Laguna, junto al restaurante donde posteriormente comeremos, y salimos poco después de las 9. Nos perdemos en el minuto uno. Nos superamos cada día.

Mario me espera a que monte el GPS, mientras los demás buscan sitio precipitadamente para hacer sus necesidades fisiológicas a la sazón y recuerdo de Alfredo. Así que Mario y yo, ignorantes de tal menester arreamos a todo pistón con objeto de alcanzar a los supuestos misiles balísticos por el cordel de Suertes. ¡Mucho correr me parece a mi! Así que al llegar a la ermita del Cerrillo, deduzco que algo pasa y que es probable que anden por detrás, en vez de por delante.

Mis sospechas se acrecientan cuando llegamos al poblado de frikis de Navalquejido. Allí echo las primeras fotos mientras esperamos a los rezagados. Se arrima un globero a preguntar por una manera de dar un rulo volviendo a Villalba y al que le pido que nos inmortalice en la puerta de lo que fue una parroquia. https://castillosdelolvido.com/iglesia-fortificada-de-navalquejigo/

Salimos ya unida la cuadrilla de la Muerte una vez que han soltado lastre. Continuamos la ruta bordeando la población por sendas muy divertidas y reviradas entre matorral y algunos árboles. La bajada es poco pronunciada lo que facilita la conducción y sólo debemos de preocuparnos de algunos ciclistas que vienen de frente y de viandantes que transitan con sus amigos perrunos.

Llegamos al puente que cruza Valmayor y me quedo contemplando los numerosos galápagos que conviven amistosamente con unos peces de considerable tamaño que según Pepe son carpas. Mientras, los demás se hacen fotos haciendo numerosos aspavientos para espantar las impertinentes avispas allí congregadas. Ello acelera la salida de la zona con tal premura que salimos en dirección contraria hasta que Domingo nos rectifica.

Poco más adelante, decidimos que coger la carretera es más práctico que fondear por la ribera del embalse, como hicimos la vez anterior, hasta coger la Cañada Real en dirección a Galapagar. La zona es más árida y algo calurosa sobre todo porque hasta este momento no habíamos hecho ninguna subida.

Haciendo el ganso

Cruzamos Galapagar y enfilamos en dirección al puente de Herrera en pronunciada bajada que se hace muy divertida.

No aparecen los ruidos de mi bici. Al fin, Ángel el nuevo mecánico ha dado con el problema. No echo de menos haber quitado los acoples y hasta me siento más cómodo al haber separado los mecanismos en el manillar, ganando unos centímetros de anchura que me permite una conducción más precisa. A todo esto, Pepe va con la bici de su hijo porque la Orbeíta está dando sus últimas bocanadas y coletazos. Una fisura en la bieleta va a permitir a su dueño deshacerse definitivamente de ese engendro. Esperemos que la garantía se materialice y pueda disfrutar en breve de una MTB de verdad. Ya sólo queda que deje de inflar los neumáticos a presiones de fosa atlántica y podrá disfrutar de las trialeras como los demás.

Llegamos al puente de Alcanzorla de origen musulmán, a pesar de que en los mapas figura como Puente Romano, construido entre el siglo IX al XI. https://www.rutasconhistoria.es/loc/puente-de-la-alcanzorla.

Después de las consabidas fotos y vídeo en el que Rufi posa con gracia, elegancia, armonía y desenvoltura; salimos empujando por el mismo camino después de nuevas diatribas de Pepe que acostumbra a despistarnos en cuantas situaciones se brindan.

Una empinada cuesta nos espera poco más adelante. Muy a mi pesar, pongo pie al comprobar que el corazón se me está saliendo por la boca y los pulmones ya no producen el oxígeno que mis piernas demandan. Así que saco mi móvil constatando para la posteridad como Rufi se la sube muy sobradamente y con chulería, como lo definiría Pepe durante la comida.

Ya sólo nos queda llegar al punto donde la bifurcación nos llevaría al Embalse Las Nieves y que queremos evitar. Hace calor, aporta poco y no tiene senderos definidos. La vez anterior se nos hizo un tanto desagradable por tener que pasar varias cercas y arrastrar el culo por alguna de ella. Por lo tanto, agarramos la carretera donde observamos que la rueda trasera de la bici de Pepe va hecha unos zorros. Habrá que centrarla según le advierte Mario que se ofrece a intentarlo, pero que no concreta la acción por temor a no dejarla adecuadamente o simplemente porque le apetece disfrutar del descanso del guerrero en la sobremesa.

Y llegamos al Restaurante La Laguna, a eso de la una. Y como cae en copla, me la sopla. Pedimos unas cervezas mientras hacemos tiempo en animada tertulia hasta que nos echen de comer. El lugar es cómodo y agradable. La comida es escasa para fornidos atletas, alguno de los cuales sobrepasan holgadamente los 80 Kgrs y los 1,85m de estatura y han de recuperar el volúmen perdido. Aún así, no oigo protestas. Alargamos la charleta hasta que a eso de las cuatro y media decidimos poner fin a la aventura de hoy que esperemos no sea el preludio del nuevo confinamiento.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios

Soto del Real-Hoya de San Blas

Ruta realizada el Domingo 16/08/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
38.5 km
943 m
41 Km Distancia Madrid
4h33'
3h22'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Mario

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2020-08-16-Soto-del-Real-Hoya-de-San-Blas.gpx
Reproductor audio crónica:

Ya estaba resignado a no salir a montar y seguir acumulando peso como oso pardo en otoño, cuando recibo un whatsapp salvador de Mario proponiendo una salida dominical. Sin pensarlo mucho acepto y le propongo que busque cualquier ruta que rehuya los rigores del calor. La propuesta inicial no es muy acertada y después de varios tomas y dacas quedamos en hacer la Hoya de San Blas.

El día amanece fresquito y salimos de la gasolinera en dirección sureste para ir cogiendo altura hacia el norte por una subida que nos corta el resuello y nos recuerda el sobrepeso acumulado por tantas Voll-Damm y siestas toreras de dos horas.

Cogemos la pista que sube a Morcuera y vamos hablando cuando los cuestones lo permiten. Le cuento a Mario el extraño y caprichoso ruido que me hace el sillín y resulta ser el mismo modelo que lleva él. Es curioso el paralelismo que tenemos en cuanto a materiales, puesto que su anterior bici también era la Trek Top Fuel 97. Parece ser que también tuvo ese mismo problema y me cuenta como lo solucionó. A la espera de que me empiece el dichoso chasquido, vamos llegando al desvío donde nos separamos de la pista que sube a Morcuera.

Vamos llaneando hasta llegar a la trialera que en bajada nos saca a la casa en ruinas de la pista principal del Monte Aguirre.

La trialera está razonablemente bien en la mayor parte del recorrido aunque hay que ir con precaución porque el terreno está muy seco y las ruedas hacen algunos extraños en las pendientes más pronunciadas. Aquí es donde se nota llevar cubiertas anchas. Estoy encantado con mis cubiertas de 2,30 y 2,25 pues se agarran de maravilla. Aunque para el ascenso sean un poco de lastre, estoy dispuesto a sacrificarme por la seguridad que aporta llevar cubiertas anchas y poco hinchadas. Mario lleva ventaja con sus ruedas de 29 y baja como un señor con su flamante bici, por lo que me espera de vez en cuando.

Una vez en la pista, divisamos la Hoya y justo antes de desviarnos para iniciar el ascenso nos encontramos el coche del forestal y a un señor entrado en carnes de forma rotunda que tiene ganas de conversación. Nos habla de ruedas de 28 pulgadas de las que no había oído hablar mientras observo que lleva la punta del sillín mirando al cielo. Se lo hago notar y se lo corrijo mientras continúa la conversación acerca de lo bonita que le parece la bici de Mario. Cuando se despide, me indica que efectivamente va más cómodo y me lo agradece.

Subimos a la Hoya los primeros tramos con más pendiente al tran tran y en silencio hasta la Fuentona, que es un depósito de agua con un caño al que no había prestado atención hasta ahora. En esta curva me surge el recuerdo de Jesús. En una ruta de hace años, dicha fuente desbordada por la helada nocturna dejó todo el espacio de la pista como un espejo. Y al entrar en la curva en primer lugar, a Jesús sólo le dio tiempo de decir: «Hieloooo», antes de darse una buena hostia que celebramos con las consiguientes risas el resto de compañeros. ¡Qué cabrones somos cuando se caen los demás!

Seguimos subiendo y paramos en los claros que nos permiten ver el espectáculo del valle y las montañas de enfrente.

El día avanza y no hace calor a pesar de estar despejado. Nos hacemos las fotos de rigor y pasamos junto al desvío que baja por la hermosa trialera que desestimamos porque nos queremos correr el riesgo de que esté el forestal esperándonos abajo para emitirnos una receta contra el trialerismo.

Así que seguimos hasta el final de la pista donde nos encontramos con unos senderistas que han perdido unas gafas y que van con dos perros, uno de ellos un rottweiler. Nos preguntan sobre la dificultad de la subida en bici y Mario le quita importancia a pesar de que ha llegado ya tocado.

Hay otros dos ciclistas de escasa experiencia observando el paisaje y le pido a uno de ellos que nos haga unas fotos, a lo que se ofrece gustosamente mientras hablamos de las vistas.

Ya sólo queda dejarse caer y disfrutar de la bajada por pista hasta llegar al embalse de Palancares que hacemos a buena velocidad. Luego un poco de llaneo hasta el coche. El puto sillín apenas se queja. Mamón. Seguiremos observando.

Me enseña Mario como hace para mantener su bici limpia con un kit y nos despedimos hasta la próxima.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

1 comentario

De picos-pardos por el Pardo

Ruta realizada el Jueves 06/08/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
41.3 km
278 m
8 Km Distancia Madrid
4h00'
3h05'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Juanlu, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: pardopaseo2020-08-06-07-47.gpx
Reproductor audio crónica:

Hace tanto calor que no apetece salir. Así que haciendo un esfuerzo en aras de no seguir creando más panículo adiposo, propongo una pardada. Pepe se apunta ipso facto y Juanlu haciéndose rogar, es convencido por Pepe para que se nos junte en uno de puentes que cruza la M-30 de camino a El Pardo.

Llego a casa de Pepe a las 8 clavadas, ya vestido para matar. En la puerta me está esperando. Somos cada día más disciplinados.

Arrancamos por las callejuelas de su barrio y cruzamos Aravaca para llegar al punto de reunión antes que Juanlu, cosa que me extraña pues es sabido que siempre llega el primero.

Marchamos a ritmo suave por múltiples calles cometiendo todo tipo de infracciones de tráfico hasta llegar a una urbanización que enlaza con El Pardo a través de una puerta metálica. Parece ser que este recorrido fue explorado, por primera vez durante el confinamiento por Alfredo.

Cruzamos por encima de la M-40 y ya en la parte baja, llegamos a la puerta de Somontes donde infructuosamente esperan un grupo de periodistas a que el «emérito» aparezca después de la última espantada y pida de nuevo disculpas a los impertérritos españolitos, que como siempre presurosamente le otorgarán su perdón. ¡Como no!, si a un garañón como Fernando VII, le fue no sólo perdonado, sino vitoreado y aclamado con fervor a su vuelta y nombrado como «El Deseado» después de sus múltiples tropelías.

Al trán trán, llegamos al pueblo donde cogemos el camino peatonal que bordea el río. Y a poquito que diría un cantautor, llegamos a un punto donde el Ayuntamiento (o sabe dios) se han gastado el peculio en una obra absurda. Se trata de unos escalones para que faciliten a los peces subir un pequeño desnivel de las aguas, como si ello supusiera un alivio fundamental para la supervivencia de la especie. En pequeña escala debe tener la misma finalidad de la Ciudad de la Justicia o de los aeropuertos fantasmas de Castellón, Lérida, Ciudad Real… Lo digo porque a escasos 500 metros está la presa. ¿A ver si es que en ese tramo se dan unas circunstancias únicas y extraordinarias donde pueden desovar tan endémicos y magníficos ejemplares de peces? Barbos para más señas, como nos ilustra Pepe que fue un consumado pescador en sus años mozos.

Por la misma senda nos vamos retirando, que ya se va la fresca y no queremos que el sol nos aplaste como cucarachas. Se nos ocurre hacer una visita de cortesía a nuestro recién invitado de excepción a Mingorrubio. Multitud de parafernalia patriótica (o patriotera según se mire), antecede la entrada al panteón donde Doña Carmen lo esperaba desde hace unos pocos años. Juanlu, que es un sentimental se derrumba y le afloran unas lagrimitas que disimula sin éxito. Sus años al frente de la OJE le traen unos recuerdos añorables.

Nos retiramos y volvemos por el mismo sitio. Cruzamos varios pasos elevados y calles semidesiertas para dejar a Juanlu en el mismo lugar donde le recogimos un par o trío de horas antes. La vuelta a casa de Pepe la hacemos esta vez por la Casa de Campo, donde el sol ya aprieta sin indulgencia.

Ya en su casa nos apretamos dos Coronitas en el jardín mientras charlamos animosamente a la sombra del enfermizo roble que plantó con una bellota y que ya sobrepasa los 10 metros. ¡Cómo pasa el tiempo! Hideputa.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

4 comentarios

EL Boalo-Pedriza con muxha calor

Ruta realizada el Martes 30/06/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
34.8 km
672 m
37 Km Distancia Madrid
3h56'
2h33'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Rufi

Mas detalle ruta

Descarga ruta: El-Boalo-Pedriza.gpx
Reproductor audio crónica:

Hemos empezado la ruta saliendo del parking de El Boalo a las 9:00. Y para que supuestamente pasáramos menos calor, he propuesto que la hiciéramos en sentido contrario a como solemos hacer esta ruta ya que la parte de Cerceda al embalse de Santillana que es mas pelado, atiza el sol de narices. Por otra parte Domingo, nos avisa de que les han cascado a unos amigos suyos, el viernes 300 pavos en esta ruta que tuvo la mala fortuna de recomendarles. Así que decidimos que hoy no correremos ese riesgo y nos comportaremos como buenos ciudadanos y haríamos la ruta por pista.

Los primeros kilómetros los hemos hecho con una aceptable temperatura de unos 25 grados y sin desnivel. Incluso hemos disfrutado de una breve trialera bajando desde las llanuras de Cerceda al embalse.

La entrada a la Pedriza ya se nos iba atragantando y hemos llegado a la primera cumbre un poco tostados. Y cuando íbamos bajando, nos dice un ciclista de carretera que detrás hay un muchacho subiendo con una cadena rota, y que si podíamos hacer la buena acción del día. Hideputa.

Así que paramos y en la sombra le invitamos a que se deje ayudar, a lo que el chaval se brinda de mil amores. Y ahí nos ves a los cuatro luchando a brazo partido durante 50 minutos con la puta cadena, mi mierda de tronchacadenas y un montón de muñones, intentando sacar el bulón, meter el bulón, cortar el eslabón, meter el rodillo, meter la cadena, tirar de la cadena, apartar el pedal, juntar los eslabones, … Y a todo esto, la edad que no perdona y es justiciera, nos lo pone más difícil privándonos de una vista que antaño fue mejor y dotándonos de unos artríticos y rollizos dedos que molestaban a unos y otros. Lo que nos hemos acordado de nuestro McGiver.

Pasaba el tiempo y no había forma de deshacerse del puto niño que se agarraba desesperadamente a nuestras canillas porque el paseo que se iba a dar hasta Matalelpino a pata, no tenía muy buena pinta.

Después de haber cortado dos eslabones de la mierda de la cadena de ocho coronas y de haber intentado meter eslabones rápidos que no entraban por ser de medidas incompatibles, mi troncha no tiene rosca suficiente para meter el bulón. Rufi ya anda zarandeando al niño del cuello, mientras Domingo le ruega que le suelte invocando su caridad cristiana. Lamentablemente no hay documento gráfico ya que tengo que ayudar a Domingo. Logramos quitárselo a duras penas, porque afortunadamente (para el niño) pasa un ciclista al que le paro y le pregunto si lleva troncha. Y sí. En dos minutos despedimos a ambos intrusos. Al primero con odio contenido y al segundo con agradecimiento porque está cayendo una calorina del copón y aún nos queda subir hasta el empalme con la pista que sube las Zetas.

La subida nos ha fundido a los tres. Rufi que hasta el momento iba fenomenal, ha pedido tiempo muerto para tomarse un gel y poder terminar la cuestaca cuando ya sacudían los 32 grados. A cierta distancia balbuceaba no sé qué, de degollar a un niño (?).

Ahí se ve a Rufi, cagándose en algo que no logro descifrar

Nos hemos cruzado de nuevo con el ciclista de la gravel que nos ha prestado el troncha y hemos bajado un rato hablando con él. Quizás lea esta crónica pues le he dado los datos de nuestra web.

Casi nos deleita con la caída tonta del día

Lo demás, como siempre. Llegada al pueblo, despedida de Rufi que ya está recuperado y que no puede quedarse a comer porque tiene su consabida call. Domingo y yo, nos vamos a mi casa a pegarnos un refrescante bañito en la pisci, que estaba un tanto calentorra, para luego cambiarnos y acercarnos a comer en Don Baco un menú cumplido; pero en la terraza con bochornazo a pesar de las microduchas que no me hacen nada de gracia con esto de los virus.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

6 comentarios

De Pozuelo a Boadilla, la sabana madrileña

Ruta realizada el Martes 16/06/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
47.2 km
435 m
8 Km Distancia Madrid
4h25'
3h26'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Juanlu, Pepe, Leo

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Pozuelo-Casa-Campo-Boadilla-Monte-Pilar.gpx
Reproductor audio crónica:

Hoy toca hacer kilómetros; pero sin sufrir lo más mínimo. Así que Pepe nos prepara un paseo desde su casa por Pozuelo-Casa Campo Boadilla-Monte Pilar.

Empezamos cruzando la Casa de Campo que aun estando algo seca, todavía da gusto ver por sus espléndidos pinos y otras vegetaciones. Nos lleva a la Fuente de las Vacas donde dos globeros, de aún más entidad abdominal, nos hacen una foto.

Sin apenas encontrarnos gente hasta llegar al Metro del Batán donde empieza la vida, vamos rulando por las pistas hasta que a la hora límite nos encontramos lo que debe ser una plantación de algodón o caña de azúcar a juzgar por el gran número de musculados ejemplares bípedos de raza negra que transitan por la zona.

JuanLu y yo vamos canturreando canciones de nuestra infancia o juventud a pecho henchido, con más intención que fortuna y memoria. Se tratan de cánticos falangistas que a mi me hacen gracia la justa (por su origen), y a JuanLu le traen recuerdos de su pase por la OJE

Nos liamos a dar pedales con la mañana perfecta en cuanto a temperatura y por unos páramos a punto para que se inicie la época de incendios, hasta llegar a la Finca de los «santanderinos» que a pesar de los infinitos lujos asiáticos que me describen Pepe y Juanlu que hay dentro, no parece gran cosa desde fuera. Eso sí, un hermoso bosque mixto de encinas y fresnos nos rodean por algunos kilómetro a la redonda hasta que desde unas pequeñas alturas podemos divisar nítidamente las cumbres de nuestra hermosa sierra de Guadarrama.

Llegamos a la finca de Boadilla en rehabilitación, de Luis Antonio Jaime de Borbón y Farnesio (Madrid, 25 de julio de 1727 – Arenas de San Pedro, 7 de agosto de 1785) que fue infante de España, sexto hijo de Felipe V y de su segunda esposa, Isabel Farnesio.

Curiosa historia la de este personaje cuyos retratos pueden llegar a confundir a los menos avezados con su regio hermano Carlos III. https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_de_Borb%C3%B3n_y_Farnesio

Seguimos por los alrededores disfrutando de un bosque propio del Mediterráneo que auguro que no durará mucho más por la especulación y presión que sufren estos terrenos cada vez más cercanos a Madrid.

Y nos metemos en el Monte del Pilar que no deja de ser una continuación de los pinares de alrededor e incluso de la Casa de Campo con ejemplares de tamños colosales propios de pinares de la Sierra de Ávila.

Ya vamos pidiendo la hora, pues llevamos unas cuantas horas encima de un sillín que se vuelve hostil a medida que pasan las horas. Nos quedamos a comer en Pozuelo en un cómodo restaurante que, aun no teniendo menú no sale demasiado caro y que nos invitan a un vasito de gazpacho, un aperitivo a base de salchichas blancas al vino y unos bombones helados de final.

El café lo tomamos en casa de Pepe donde mantuvimos una tertulia muy entretenida en su jardín y donde se estaba tan bien que nos han dado las siete de la tarde. Y nos hemos ido porque Pepe, no nos ha ofrecido una ducha, merienda-cena y cama, que si no…

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios

Hoy llueve a gusto de todos

Ruta realizada el Jueves 04/06/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
64.6 km
341 m
38 Km Distancia Madrid
5h03'
3h38'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Tielmes-Estremera-Ambite.gpx
Reproductor audio crónica:

Ya teníamos ganas de que nos lloviera encima y hoy lo hemos conseguido. Alguna nenaza que dice que en la OJE se curtió en mil batallas, se ha encogido con las cuatro gotas que anunciaba la AEMET. Para mi que en vez de la OJE, estuvo con Las chicas de la Cruz Roja.

Por la carretera algunas gotitas amenazantes nos acompañan hasta llegar al polideportivo de Tielmes. El sitio elegido no puede estar más concurrido a eso de las 8:30. Todos los servicios municipales se congregan allí para repartirse el curro. Y nosotros que queríamos pasar desapercibidos, no podemos dar más el cante. A toda prisa nos cambiamos, no vaya a ser que l municipal nos haga el interrogatorio para el cual, ya tenía yo preparado mi réplica.

Cómo lo de Pepe no es elegir rutas, estudié con el IBPindex la que había preparado el día anterior. El recorrido tenía una pinta excelente si no fuera porque presenta unas cuestas del 19% de desnivel en algún tramos y otras cuantas que oscilaban entre el 13 y el 18%. Obviamente no era el día apropiado por el terreno embarrado y por el lamentable estado físico que el confinamiento nos ha dejado a los tres osados. Si más, decidimos hacer la ruta propuesta por Domingo.

Empezamos con lluvia apenas llevamos un par de kilómetros y va arreciando según avanzamos a buena velocidad dada la escasa dificultad del terrreno. El campo está guapo. Algunas partes muy verdes y otras más bien secas, lo que nos anuncia que queda poco de la primavera robada. Los pajarillos nos deleitan con sus trinos cada vez que para de llover y asoman claros con algún que otro rayo de sol.

Cuando nos damos cuenta estamos llegando a Estremera después de 22 kms que nos hacemos en un pispás. Ahí decidimos aceptar la oferta de Pepe de tomar un café antes de retornar por el sitio que vinimos. Con muchas reservas y tocando lo menos posible todo, nos tomamos un café después de despojarnos de las mochilas, guantes e impermeables totalmente mojados y llenos de barro a pesar de que hemos ido por la vía de lo que en su día fue de tren y ahora adecuadamente habilitada con asfalto.

En el camino paramos un rato para probar el arma mortífera que Pepe nos ha preparado. Un tirador de tamaño minúsculo hecho con alambre de percha de las que regalan en el tinte y unas gomas de Aliexpress. Nos sorprende lo fuerte que salen las piedras, capaces de llegar a unos 30 o 40 metros. Los primeros 10 con bastante fuerza y rectitud.

Volvemos al cruce donde decidimos seguir hasta el otro ramal que nos lleva a Ambite. A velocidad crucero y a ratos mojándonos; pero menos que al principio, llegamos al final y retornamos hacia el coche.

Los campos de cereal, suponemos que es cebada, contrastan con el cielo oscuro.

Llamamos a Juan Carlos que está en Carabaña para decirle que reserve restaurante cerca de su casa. Al llegar a los coches nos cambiamos a toda prisa para no tentar a la suerte y nos dirigimos a casa de J Carlos, que nos recibe efusivamente con unas cervezas. Lavamos las bicis Domingo y yo, porque están hasta arriba de barro y después de descansar con las birras sentados en su porche, nos vamos a comer.

Nos apretamos unas judías asturianas y unas croquetas de espinacas y bacalao muy decentes acompañadas de un vino espantoso, -de los que joden la gaseosa-, su postre y café por sólo 11 euros.

Ya se nos va quitando el miedo del coronavirus aunque evitamos tocar lo que no sea imprescindible. J Carlos nos machaca con su discurso doctrinante a base de conspiraciones judeo-masónicas internacionales que se dedican a jodernos la vida. Todo argumentado con una serie infinita de datos, según el contrastados y que defiende vehementemente. A pesar de intentar varias veces que baje el volúmen y que cambie de tema, no lo conseguimos. Sólo cuando se percata de que ya nos está jodiendo la comida, se va relajando. Un poco conspiranoico el muchacho al que queremos a pesar de todo.

Con las mismas volvemos a su casa donde nos invita a un café que amablemente declino, pues me apetece más volver a casa para quitarme el barro y recoger todo.

En fin, otra mañana salvada del confinamiento a base de parecer unos delincuentes que diría uno que yo me sé.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios

¡Socorro, ya no aguantamos más!

Ruta realizada el Lunes 01/06/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
33.8 km
624 m
36 Km Distancia Madrid
3h13'
2h45'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Félix

Mas detalle ruta

Temperatura media: 21.5
Descarga ruta: El-Molar-Dehesa-Moncalvillo-2020-06.gpx
Reproductor audio crónica:

En las terrazas se agolpan manadas de irresponsables que vociferan exhalando todo tipo de gotitas sospechosas y virulentas, mientras consumen cerveza como si no hubiera un mañana.

El carril bici es una peligrosa fuentes de contagio. En dos metros de ancho te cruzas con innumerables ballenatos con caras de color rojo chillón, que emiten más partículas altamente peligrosas que una central nuclear. Más aún, cuanto mayor es la cuesta que enfilan con sus anacrónicas bicicletas. Es curioso cómo una situación de alarma, ha generado un sinnúmero de nuevos deportistas.

Y nosotros esperando para que nos dejen salir a sitios en los que difícilmente nos cruzaremos con algún bípedo mamífero. ¡Ya está bien! Llevamos dos meses y medio en la jaula y estos pájaros ya no cantan. Y empiezan a perder las plumas.

Y así, por las bravas, decidimos que es el momento de salir a dar un rulo antes de que se agosten las flores y el campo pase de verde al amarillo (como los putos chinos, que nos han robado la primavera).

Elegimos El Molar y quedamos en las afueras. Aparcamos en la cuesta del cementerio, donde supongo que habrá menos posibilidades de que tenga que contarle al municipal, el recitativo que vengo preparando durante el viaje en el coche.

El saludo de Alfredo ha sido muy elocuente: «Te veo más fondón». Siguiendo el mandato de Dios, que con su infinita misericordia nos inculca cada día grandes dosis de benevolencia; decido no contestar con soeces a este facineroso que sin duda tuvo una infancia difícil, lo que le forjó un carácter tan hostil y falto de delicadeza.

Comenzamos a bajar hacia el Azud del Mesto disfrutando de una temperatura fresca y una humedad que nos recuerda la tormenta del día anterior. ¡Qué delicia! Una vez dentro, recorremos su angosto camino que nos deleita con el verdor mantenido a pesar de los calores de días pasados.

Salimos a los caminos del Canal para enseguida meternos en la Dehesa de Moncalvillo donde de nuevo el olor a tierra húmeda, el cantar de los pajarillos y el constante saltar de los conejitos, de apenas dos meses de vida, me recuerda que estamos en primavera.

Varios repechones con subibajas constantes nos alerta de que nuestra mejor forma física está lejos y que nos costará algunos sudores y dolores musculares. Y en esto, que llegamos a la charca donde nos espera una cigüeña a la que interrumpimos su almuerzo a base de ranas y culebras. Y asoma tímidamente un galápago pequeño al que no puedo fotografiar.

Se nos cruzan varias veces parejas de abubillas que con su colorido y peculiar forma de volar, nos llama la atención. Algún cuco tardío sigue cantando su monótona canción. Milanos nos sobrevuelan en busca de algún inexperto conejito que llevarse al nido para disfrute frugal de sus polluelos y una decena de buitres leonados vuelan en círculos olfateando algún resto putrefacto de ganado o algún ternero recién nacido que atacar si su señora madre vaca no está atenta a la jugada.

Llegamos a la pradera donde retoza el ganado y los caballos con sus retoños de apenas unos días. Tengo que decirle a Alfredo que no tiente la paciencia de las vacas que estando recién paridas no están para bromas de su célebre grito: «Cuchaaa». O son sordas, o ya conocen a este ciudadano del barrio Salamanca.

Hacemos una variante para no repetir la subida desde el Azud. Bajamos una carretera harta conocida que luego hay que subir con su correspondiente 10% de desnivel para llegar a Pedrezuela. Nos encontramos a los municipales despistados y hacemos un mutis por el foro antes de que nos pregunten: ¿y vosotros dónde váis? Yo estaba mentalmente preparando el recitativo, a la par que daba pedales con mayor entusiasmo que en la cuesta previa.

Y nos plantamos en el coche a las 12:00 donde después de una brevísima despedida, cada mochuelo a su olivo.

Os dejo una famosa aria que a buen seguro Rufi conoce. Atentos a sus célebres nueve Do de pecho de Pavarotti y cuyo nombre va al pelo: «Ah! mes amis, quel jour de fête!» de Donizetti.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

Cazorla en 2001: Día 4-Cazorla-Parador

Ruta realizada el Martes 12/06/2001

Dificultad Física
Dificultad Técnica
15.3 km
1018 m
285 Km Distancia Madrid
4h18'
4h18'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 4-Ermita-Virgen-de-la-Cabeza-Parador-de-Cazorla.gpx
Reproductor audio crónica:

12-06-2001 Cuarta ruta: La Iruela–Parador El Adelantado.

Para rematar la excursión, decidimos dar un descanso a nuestras cabalgaduras y hacer una excursión a pie desde La Iruela –situado en la falda de la montaña, por encima de Cazorla- hasta el parador El Adelantado.

Subimos en coches hasta la ermita de Virgen de la Cabeza y desde allí localizamos el camino, de acuerdo con las explicaciones del hijo de la posadera.

Se inicia por una senda poco definida y muy escabrosa, debido a la zona rocosa que hay que atravesar y el desnivel que se supera en el primer tramo.

Vamos bordeando montañas hasta encontrar un caserón abandonado, situado en un cerro con vistas al cementerio de La Iruela –creo-.

Aquí nos despistan un poco las señales del GR-7, que nos dirigen hacia fuera de la montaña. Tenemos que reflexionar sobre el mapa (Félix, que se las da de Dr. Livinstone) y desandar parte de lo andado, para continuar la ascensión por el camino principal.

Cuando vamos subiendo, nos damos cuenta de lo jodido que les debió resultar a los dos chicos de Madrid, que además cargaban con las bicicletas.

Superando las cumbres más altas, llegamos a un collado con dos cerrados metálicos vacíos. Puede que fueran para guardar ganado o recriar caza, pero no se ven signos de animales. ¡A lo mejor es que van a poner antenas de móviles, que es mucho menos romántico!

Desde este punto surgen dos caminos: el de la izquierda, se dirige al parador; y el de la derecha, en dirección al nacimiento del Guadalquivir. Este segundo debió ser el que cogieron por error los chicos de Madrid.

A partir de este punto, hay un camino suave, que mantiene la altura constante, bordeando varios picos a media ladera.

Finalmente nos situamos sobre el parador y, desde ahí, bajamos con bastante pendiente, pero con buen firme.

En el parador nos comemos unos bocatas y unas cervezas, sentados en la terraza con vistas a la piscina y al jardín de hierba. ¡Se está de muerte!

Iniciamos el viaje de vuelta desandando el mismo camino, pero ya sin dudar. No siento cansancio muscular, pero si sufro por las articulaciones de las rodillas ¡Hay que joderse! ¡Que viejo me estoy haciendo!

Llegando hacia el final, coincidimos con un pastor, que ha dejado por allí su rebaño de cabras y hace parte del camino con nosotros. Es un tipo simpático que nos cuenta cosas de la sierra, del ganado y de los “miles de millones” que se han gastado en poner cartelitos con el nombre a todo e indicar hasta donde llega el parque ¡joder! ¿Acaso es que no lo sabemos ya, y cómo se llama cada cosa?, nos dice muy enfadado.

Llegamos a Cazorla, recogemos los bártulos y nos vamos para el Foro.

El viaje en coche dura un poco más e 4 horas, pero es que con el tractor que llevamos nos se puede correr mucho más.

Dejo a Félix en su casa y me voy corriendo, pues estoy deseando ver a Carol y los niños.

Este ha sido uno de esos caprichos de chico grande, en los que todo sale bien y disfrutas como un crío. Hay que empezar a pensar en el del próximo año.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

Cazorla en 2001: Día 3-Sierra de Segura

Ruta realizada el Lunes 11/06/2001

Dificultad Física
Dificultad Técnica
21.9 km
1047 m
259 Km Distancia Madrid
2h43'
2h43'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 3-Hornos-Hoya-Morena.gpx
Reproductor audio crónica:

11-06-2001 Tercera ruta: Hornos – Hoya Morena.

Nos dirigimos a la sierra de Segura para hacer la ruta programada, pero resulta que está lejísimos y tardamos mucho en llegar. Este parque es más grande de lo que parece.

Cuando por fin estamos en Hornos, nuestro punto de partida, son las 12 de la mañana y, aunque sin confesarlo, estamos vagos.

Una vez aparcado el coche, vamos a lavar un poco de fruta y a llenar los botes de agua para prepararnos para la ruta:

Por favor ¿Dónde está la fuente? -Aquí mismo

-¿?…Oiga, por favor, ¿Sabe dónde está la fuente? -Aquí mismo

..Joder, otro!

Al final la encontramos dentro de una especie de parque. Mientras lavamos la fruta, preguntamos a otro lugareño:

-Oiga ¿Dónde se puede comer por aquí? -Aquí mismo!!!

…Cachondo el amigo..

Ya puestos, entablamos relación con el lugareño. Un morlaco con cara de animal que a duras penas cabe en la silla de en la que está tirao (que no sentado):

Oye, ¿tu sabes si por este camino se puede dar la vuelta al pantano en bici? Si, seguro; tienes unos 80 Km

Se une a la conversación un espontaneo y asegura que no, que es imposible; que hay unos barrancos de la hostia y que no hay paso mas que trepando con la bici al hombro.

Claro que el morlaco no se da por vencido: ¡Joder! ¿No ves que llevan montangüais? Seguro que si que pueden.

Afortunadamente, decidimos no hacer caso del “gorrino” gordo y seguimos el plano. Va a tener razón el Félix cuando dice que la gente de los pueblos no son fiables para hablarte de la zona donde viven, aunque ellos crean que sí.

Empezamos la ruta saliendo del pueblo con un descenso suave que, después de cruzar dos pequeñas aldeas, nos sitúa al borde del pantano del Tranco. Allí nos despistamos un poco y tenemos que volver sobre nuestros pasos y preguntar por la senda que queremos coger. Nuestro objetivo es llegar a la aldea de los Montalvo (antojo personal, lógicamente). Nos han dicho que por el camino vamos a encontrar un par de cortijos habitados por comunas de hippies.

Preguntamos a un vejete que encontramos en la carretera, que tiene una mirada muy inteligente, pues es capaz de mirar a sitios distintos con cada ojo, mientras habla con una tercera persona que evidentemente, cree que no le están haciendo ni puto caso.

Oiga, por favor, ¿para ir a la casa “los Montalvo”? Muy fácil: En subiendo por el cortijo de la vereda de encima de la derecha, la de la izquierda que está a la derecha del cruce de encima de la casa. ¡Está claro! No hay pérdida

Al final nos decidimos por una pista de ínfima calidad que sube y ¡joder como sube! Nos metemos cerca de 3 km con el 1-1 y con muchas dificultades para no poner el pie en tierra (Félix sí. Ja, Ja, Ja –de algo me tengo que reir con lo putas que me las hace pasar-).

La pendiente es horrible y el firme son todo piedras sueltas. Por si fuera poco, nos van comiendo unas moscas enormes, que te pican a través de la camiseta y cuando las das un palmetazo, ni se enteran.

Cuando estamos casi arriba, nos mosqueamos. Se nos junta la vaguería, la hora, el hambre y la mala leche por el calor y los bichos…

Félix, vámonos! Joder, estaba deseando que se lo dijera, así que damos media vuelta y echando hostias para abajo.

Vamos de camino a Hornos por una pista agradable, junto al pantano. Cuando salimos a carretera se nos nubla y caen algunas gotas en el puerto de subida –duro de cojones-, aunque al final no llegar a llover fuerte.

Comimos en el restaurante que nos recomendaron (“aquimismo”) y después damos un paseo por el pueblo y el castillo.

La vuelta en coche es un viaje largo y coñazo. Paramos en el parque cinegético a dar una vuelta y los “cochinos-jabalines” se nos acercan como si fueran ovejas, para que les demos comida –si te descuidas se meten dentro del coche-. Les repartimos unas manzanas  y nos hacemos unas fotos.

Una vez en Cazorla vamos a cenar al Sarga. Todo está muy bueno, pero al salirnos del menú, ya no es tan barato.

Depués un paseíto y a dormir.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

1 comentario