Collado Villalba y otros pueblos serranos

Ruta realizada el Miércoles 09/12/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
36.6 km
461 m
35 Km Distancia Madrid
3h37'
2h53'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Temperatura media: 5.8
Descarga ruta: Collado-Villaba-Cerceda-20201209.gpx
Reproductor audio crónica:

Amanece un día claro y soleado. Al bajarnos del coche parece que no hace tanto frío como anunciaban en la tele. Tres grados dice el coche. Pues sí que hace frío. Aparcamos en un descampado y nos abrigamos antes de salir por una carretera muy transitada hasta salir a la primera pista forestal. Muchas urbanizaciones tendremos que cruzar a lo largo de la mañana.

Vamos camino de Moralzarzal y reconozco algunos tramos de una ruta que hemos hecho en varias ocasiones que saliendo de El Boalo nos lleva hasta La Berzosa para volver por Hoyo y Manzanares El Real. En vez de entrar en la zona industrial, nos metemos por un cordal a media ladera que nos ofrece unas magníficas vistas de la sierra donde nos deleitamos con sus cumbres nevadas y unas persistentes nubes que se han acoplado encima.

Una cuesta de poco más de 500 metros y se ha pasado el breve frío inicial. Sobra ropa. Comienzo a grabar con mi GoPro china algunos de los tramos más espectaculares. De nada me sirve pues en casa descubro lo que ya sospechaba. La postura tumbada de conducción hace que el ángulo de la cámara sólo grabe escenas del manillar y rueda delantera de escaso interés. Necesito poner una pieza que permita levantar más la cámara en dirección frontal.

Cielo azul y verdes pastos, completan la estampa que admiramos y tratamos de conservar tanto en la retina como en varias fotos, pero que no conseguimos que reflejen la belleza real de estos parajes.

Observamos los distintos pueblos de la zona: Cerceda, Mataelpino, El Boalo, Manzanares el Real y Becerril de la Sierra, que a veces se confunden con inmensas urbanizaciones, mientras a nuestra espalda se alzan los montes que ocultan Hoyo de Manzanares y poco más allá la inmensa finca del emérito y su reata, para vergüenza de aquellos a los que indigna la insigne institución. Bajamos por un sendero guapo hasta el valle.

Cruzamos Cerceda y nos acercamos a Mataelpino de nuevo por urbanizaciones combinando asfalto con tierra y construcciones rurales con campo donde pastan algunas vacas con sus retoños.

El Yelmo a la derecha

Nuevas vistas a la Maliciosa en los escasos huecos que dejan las masas de chalet que por aquí abundan.

La Maliciosa desde el cementerio de Cerceda

Llegamos a Becerril por un sendero que conocemos de otras muchas ocasiones. Se nos hace un tanto pesado el callejear por tan amplio pueblo que se alarga en casi tres kilómetros.

Al fin cogemos un sendero paralelo a la carretera M-601. Muy bonito y divertido, discurre por un pinar mientras vemos la abundante circulación desde cierta altura.

Al otro lado de la carretera continuamos por unas sendas divertidas, después de saltar una valla con cierta dificultad. Al lado vemos que hay una puerta que el que hizo la ruta tampoco vio. Varias minas de extracción de granito quedan salpicadas por los verdes campos. Dentro de ellas se acumula el agua de las últimas lluvias y nos cuenta Domingo que hacían las veces de piscinas populares en la época de juventud de su madre tal como le contaba cuando era pequeño.

Llegamos a Alpedrete y más urbanizaciones. Y más asfalto. Un poco más de campo llano que aprovecha Alfredo para acelerar porque es la hora en que le entra la «putansia» de comer. Se despega y nos espera una y otra vez a lo largo de la mañana.

Ya estamos en Collado Villalba y Domingo se despide porque no puede quedarse a comer. Un par de vueltas hasta dar con el Restaurante El Raso donde comemos cómodamente y bien servido antes de partir para casa.

Disfrutamos de una mañana bonita de invierno donde sobra mucha urbanización y donde hemos recorrido nuevos retazos de bellos senderos. Habría que estudiar alternativas para evitar tanta urbe.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

4 comentarios

Rascafría-Calderuelas-Río-Bosque Finlandés

Ruta realizada el Jueves 19/11/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
46 km
1048 m
56 Km Distancia Madrid
5h17'
3h37'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe, Mario

Mas detalle ruta

Temperatura media: 17.7
Descarga ruta: Rascafria-Calderuelas-Angostura-20201119.gpx
Reproductor audio crónica:

A la hora convenida y con puntualidad prusiana, llegamos a El Paular con la intención de aparcar. Según el horario canónico son las Tercias y los monjes deben estar aún sobando. Para lo que tienen que hacer… Media vuelta y a aparcar por Rascafría en donde posteriormente comeríamos.

Una reata de Mercenario-Paleto-Cazadores (MPC, en lo sucesivo), vestidos al efecto con ropas de camuflaje, que lejos de camuflar creo que asustan a sus pobres víctimas, andan intercambiando documentos. Nos tememos lo peor. Salimos por la parte alta camino del Calderuelas por la pista forestal con una desnivel más que razonable. Vamos a ritmo lento charlando mientras tomamos altura hasta los distintos miradores donde observaremos un paisaje otoñal del valle.

Los robles andan ya pelones porque la hoja mayoritariamente está en el suelo. Nos van adelantando coches que sospechamos pertenecen al nutrido grupo de MPC (también podría ser Menuda-Panda-Cabrones) que nos atufan con los humos de gasóleo y aceite quemado.

El día es extraordinariamente caluroso para la época. Nos vamos despojando de los atavíos según ascendemos y nuestros cuerpos se calientan al compás del pedaleo. Domingo dice que unos 12 grados. Yo digo que 14. Y 18,5 grados según su GPS, nos dice Alfredo. Amablemente le indico que se lo saque de los huevos, para saber la temperatura ambiente.

Llegamos a un corral donde se separan los caminos y Mario nos enseña un puesto de vigilancia para prevención de incendios desde donde se puede observar de nuevo, el valle del Lozoya en buena parte de su extensión.

Mientras los MPC (Mamarrachos-Pistoleros-Castrados), suben en tropel con sus enormes y apestosos todoterrenos. Hacemos un poco de tiempo para que se disipe el rastro humeante y al arrancar, nos sale el temido coche de los forestales que a golpe de pitido nos avisa para que paremos. Se apea una moza bien plantada y de magníficas hechuras, (escuchimizá según el gusto del que todos sabemos), para decirnos lo que ya sabíamos: que se jodió la ruta por la puñetera cacería de los MPC (Malditos-Putos- Cazadores).

Nos hacen una foto con la excusa de que así justifican que la caza interrumpe otras actividades, pero todos sabemos que es por si nos los encontramos por donde nos han dicho que no vayamos. Así tendrán una prueba y nos puedan emplumar convenientemente. Eso no está permitido sin permiso escrito y no vuelvo a dar autorización verbal a que me hagan fotos. Ni siquiera del culo.

Llegamos a la parte más alta de la ruta donde nos encontramos unos de esos carteles que nos dicen que los MPC (o PMPC en su versión ampliada Puta-Madre-Parió-Capullos), están matando animales y que no podemos seguir. Así que media vuelta y bajada a toda hostia hasta el pueblo. A todo esto ya llevo 4 veces que me quito y/o me pongo ropa. Con estos días no sabe uno que ponerse.

Con pocas ganas empezamos de nuevo a ascender hasta el Monumento al Guarda Forestal. En vez de un monolito de piedra, pienso que les pondría una mierda de vaca de idénticas proporciones para que se la comieran con sus amigos los MPC (Mierda-Para-Cazadores).

Llegamos al puente de la Angostura tantas veces visitado y retratado, donde se inicia el retorno disfrutón en bajada paralela al Lozoya.

El terreno está húmedo y vamos sorteando las piedras y raíces que nos salen por el camino, hasta el único punto donde hay que tener cierto cuidado. Extrañamente Pepe va en cabeza y al entrar en un paso estrecho pedregoso y empinado, le aviso para que tenga cuidado. Hace un amago de bajarlo y al poco se caga plantándose con garbo y tronío en medio de única trayectoria factible, cuando yo ya había empezado el descenso. Intento esquivarlo haciendo alarde de mi depurada técnica y lo sorteo elegantemente con doble mortal y medio con tirabuzón aterrizando con escasa fortuna y ortodoxia. Vamos rodando a la par, la bici y un servidor por la pedregosa trialera, ambos recibiendo golpes como si estuviéramos en una centrifugadora.

Un señor queda sorprendido de tamaña artística figura (propia de Nadia Comaneci) y con la respiración contenida, me hace señas con las cejas, como preguntando si deseo que llame ya a la ambulancia o espera un poco a ver que tal. Mientras me levanto aturdido haciendo balance de daños, Alfredo no tarda en hacer el reportaje gráfico y comentarios que voy a obviar por no cagarme en…

Dolorido y como si nada, muy digno (la dignidad por encima de todo), me subo a la bici y continuamos el resto de recorrido hasta un desvío que sorprendentemente nunca habíamos tomado en estos muchos años de recorrer esta zona, hasta el Bosque Finlandés.

Y ya sólo queda comer. Varios intentos por Rascafría, pero a esas horas está petado por los capitalinos que aún les quedan días de vacaciones y han venido a «turistear». Junto a los coches hay un restaurante que tiene sitio. Pues aquí mismo. Nada destacable la comida, pero «a buen hambre, no hay pan duro».

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios

De Tielmes a Mondejar. Un día rescatado de la lluvia

Ruta realizada el Viernes 06/11/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
61.8 km
217 m
38 Km Distancia Madrid
5h31'
4h13'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe, Paco Díaz

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2020-11-06-Tielmes-Mondejar.gpx
Reproductor audio crónica:

Toda la semana sin tocar bola porque llueve y llueve. Así que con poca antelación y muchas ganas decidimos que hay que salir porque se atisba un claro que promete dejarnos dar pedales sin mojarnos al menos, hasta después de comer. Pepe decide, con buen criterio, que la zona debe ser por el sur de la Comunidad de Madrid, ya que la sierra tiene una predicción más aciaga y aguada.

Me acuerdo de Paco, al que hace mucho que no le vemos. Esta ruta ya la conoce en su mayor parte y después de alguna duda, se decide a venir.

La noche anterior preparo mi nuevo gadget que en mi cumpleaños me regala mi hija. Una Gopro china que tiene una pinta estupenda. Me parece muy divertido aunque engorroso de usar a primera vista. Monto los artilugios para el casco. Lo más difícil es entender para que sirve tanta pieza.

Salimos del aparcamiento de Tielmes junto a la piscina. Hace un día magnífico de temperatura aunque gris. Vamos despacio y sin prisas por la vía verde, antigua vía de ferrocarril que recorre la ribera del río Tajuña. La vegetación de tonos verdes y amarillos de los distintos árboles y arbustos están muy guapos.

Voy haciendo pruebas con mi «Gopro» y mis guantes nuevos, regalo de mi hijo, que molan un montón porque son táctiles y puedo manejar fácilmente el móvil. En seguida llegamos a Carabaña donde me cuenta Paco que su padre había nacido allí. Le pregunto si conoce un dicho de la zona y me cuenta el de: A los tontos de Carabaña, se los engaña con una caña. Pero al que yo me refería es al de: Carabaña, legaña; Orusco, peste y si te acercas a Ambite, peor gente. Al parecer la gente de estos términos no eran muy buenos vecinos.

Llegamos a Ambite y después de alguna duda, nos encauzamos por un estrecho sendero un poco oculto que desemboca en un pedregal compuesto de pequeñas e incómodas piedras que nos atormentan durante un par de kilómetros de suave pendiente, por la que en algún momento se adivina que transcurrió algún pequeño tren.

Salimos a un camino mucho más cómodo que en breve nos deja a la entrada de Mondejar. No parece gran cosa este pueblo de Guadalajara, lo que nos recuerda que estamos confinados y por lo tanto quebrantando la ley. Ya dispuestos a empezar la vuelta, vemos un cartel con indicaciones de las pocas cosas interesante que ver. Nos llama la atención unas ruinas de una iglesia. Domingo y yo, no nos resistimos a hacer unas fotos y arrastramos a los demás.

La vuelta la hacemos por el otro lado de la carretera. Es un sendero cómodo y muy bonito donde la vegetación son encinas de poco porte. Salimos de nuevo a la vía verde y ya con ganas de llegar, se nos hacen largos los próximos kilómetros donde lo único destacable es el dolor de culo que produce tanto tiempo sentado y dando pedales. Paco se va resintiendo porque no está habituado a estos esfuerzos.

Llegados a Tielmes sólo queda buscar un sitio para comer. La opción fácil es comer en el restaurante de la piscina, pero ya sabemos que nos espera fritanga. Varios intentos buscando un supuesto restaurante Asturiano y finalmente terminamos donde la fritanga. Para colmo, en la terraza cerrada están varios paletos fumando a los que se añade el cojo, que se fuma dos cigarrillos consecutivos a escaso metro y medio nuestro.

Lo voy a poner en grande: NO COMER NUNCA MAS AHI. Se nos olvidará.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

4 comentarios

Despeñaperros: Santa Elena-Miranda del Rey-Los Órganos

Ruta realizada el Domingo 04/10/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
40.3 km
932 m
231 Km Distancia Madrid
4h52'
3h33'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Temperatura media: 16
Descarga ruta: Santa-Elena-Miranda-del-Rey-Organos-20201004.gpx
Reproductor audio crónica:

Vamos empezando con un pasodoble torero.

Nos levantamos con la alegría de la perspectiva de un nuevo día correteando con los amigos por nuevos parajes, pero también con la musculatura cansada y con el culo dolorido del día anterior. Además un tanto aturdidos del olor a alcantarilla de la habitación. Quizás haya contribuido a que el sueño fuese más profundo.

Bajamos a desayunar a la hora de siempre. 8:15 ya vestidos para matar. A pesar de que el Hotel-años 60 aparentemente está lleno, no hay nadie en el comedor. Al poco llega una pareja. No deben ser muy madrugadores por estos lugares. Por cierto, que si la berrea es por lo que han venido, espero que hayan tenido más suerte que nosotros. Después de la higiene dental y las deposiciones contundentes, acordes a la cena anterior, nos ponemos en marcha poco después de las 9:15, desde el mismo Hotel-mofeta.

Los primeros kilómetros transcurren por una carretera sin tráfico a pesar de ser domingo. Hace frío. Menos que ayer, pero hoy nos hemos abrigado más. El windstopper no basta, añadimos guantes largos y braga para las orejas porque en las bajadas a primera hora se notan los menos de 10 grados del ambiente. El paisaje es de pequeñas lomas con vegetación variada. Lo mismo te encuentras pino, que alcornoque, que fresno, que algunos ejemplares sueltos de eucalipto. Así debieran ser los bosques para favorecer la diversidad animal.

Dejamos la carretera para tomar un tramo que hicimos el día anterior que nos acerca a Miranda del Rey. Nos espera la vía Romana que sospecho que de romana tiene muy poco. Ya sabemos que cualquier empedrado medianamente antiguo, se toma como romana. El aspecto es medieval. Las romanas eran más robustas, mejor elaboradas y con enormes piedras. La abandonamos para seguir el curso seco del arroyo del Hornillo que en dirección Norte y fuerte pendiente nos acerca hasta la casa del mismo nombre que ya vimos ayer, por lo que pasamos de largo. Ya no hay frío. La cuesta se lo lleva hasta el día siguiente.

Los siguientes 8 kms los hacemos cresteando y con continuos subi-bajas por pista forestal perfectamente mantenida, hasta llegar a un cruce de caminos donde nos detenemos. Un vistazo alrededor y vemos una colina donde se adivinan los restos de un castillo. Evaluamos el esfuerzo de ir hasta él. Hay que tomar una pronunciada bajada por un cortafuegos, para tomar la consiguiente subida angustiosa del 1:1. Visto que lo anterior no da para hacer un gran reportaje audiovisual, acordamos que es el sitio para estrenar a Retortijón (el Dron) este año. Un cartel caído en el cortafuegos nos indica que se trata del castillo del Castro Ferrall. A duras penas Alfredo, y empujando el resto, hacemos los últimos metros con la ilusión de que haya merecido la pena el desgaste físico.

Retornamos por el mismo camino para tomar la pista que nos lleve a Los Órganos, primordial objetivo de esta excursión. Tomamos una bajada alegre y reconfortante si no fuera porque hay que subirla después de llegar al mirador. Los últimos metros apenas son ciclables menos para Alfredo que se encarama casi hasta la valla protectora con su Trek. Tenemos algo de público que festeja con admiración cuando sale el Dron de su cajita, haciendo su característico ruido de ventilador.

+Nos recreamos haciendo fotos y videos además de las múltiples poses para la posteridad. Las vistas son excepcionales. Merece la pena venir hasta aquí. Tras la media hora de rigor, toca retroceder por la cuestaca que con temor bajamos hace unos minutos. Hago varios intentos de buscar caminos que nos la eviten, pero ya lo habían contemplado mis compañeros mirando el mapa en el PC y en el GPS, infructuosamente. Con resignación y menos esfuerzo del previsto nos plantamos de nuevo en la pista que nos conduce en pronunciada pendiente de bajada hasta la carretera.

Bajamos a toda hostia. El firme lo permite. Las cubiertas de 2,30 me dan una seguridad tremenda. Vamos parando para reagruparnos cuando en una de éstas, veo a Pepe cayendo a escasa velocidad en un punto sin ninguna dificultad. Tarda en levantarse, lo que nos preocupa. Vamos a ayudarle, para lo que hay que subir apenas 100 metros. El balance es: leves rasguños, golpe en la cadera y dolor de mano. Rompe el horroroso culottte largo (y corto, porque no le cubren las canillas del todo), lo que internamente celebramos. Pensábamos que ya sólo queda dejarse caer hasta la carretera y acercarnos al Hotel-cansino, pero nos damos cuenta que estamos debajo de la autopista muchos metros, tantos como altos son los pilares que la sustenta. Y nuestro Hotel-alcantarilla se haya a algunos metros por encima.

La subida por carretera se nos hace eterna y con el único interés de acabarla cuanto antes para meternos una ducha y dejar que nuestro trasero malherido por el sillín, descanse en paz.

Comemos en el alojamiento y por la tarde nos vamos a un pueblo que nos recomienda el camarero. Baños de la Encina donde nos sorprende un castillo muy conservado.

Pero eso es otra historia que veremos en el video que haga sobre Despeñaperros. Próximamente en este local.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

1 comentario

Huyendo de la tormenta por el Kalahari

Ruta realizada el Jueves 17/09/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
58.9 km
446 m
44 Km Distancia Madrid
8h37'
4h28'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Aranjuez-Villaconejos-Chinchonv2.gpx
Reproductor audio crónica:

Desoyendo las rotundas recomendaciones de nuestras señoras al respecto, decidimos salir a dar pedales a pesar de que el cielo amenazaba con darnos un buen chapuzón. Y acertamos. NO NOS MOJAMOS. ¿Vale?

Ciertamente la zona que rodea esta real y hermosa villa es bastante árida e incluso fea. Si no fuera porque se ven vestigios de agricultura que vivió mejores tiempos y se adivina la mano del hombre, se podría pensar que estamos en el Serengeti o en el Kalahari. Nos faltarían los grandes mamíferos, pero se pueden sustituir por alguna que otra forma más humana y casi igual de pesada. No, no me refiero a nosotros tres.

Empezamos por una pendiente que acaba de ser quemada y que prologa lo que sería la tónica durante bastantes kilómetros: campos yermos y desolados vencidos al sol. Infinidad de terrones de una tierra multicolor y poco fértil que el tesón del hombre ha sabido sacar lo básico para sobrevivir durante miles de años.

Seguimos avanzando secarral tras secarral con una temperatura razonablemente buena, hasta llegar a un pueblo llamado Villaconejos con la falsa ilusión de encontrar verdes y frondosos melonares dónde Pepe nos ofrendase algún ejemplar al tajo de una de sus afiladas y cortantes navajas. Ilusiones. Tan sólo vimos restos podridos de unos pocos. La mayor parte del terreno está cultivada de cereales que ya han sido recolectados salvo alguna parcela que han dejado por su escaso valor y que sirve para que las hormigas preparen el largo invierno.

Continuamos dando pedales por la llanura árida y con un cielo medianamente encapotado donde sobresale el sol entre las nubes y nos dejaba entrever que aún estamos en el verano. Y en esto que llegamos a Chinchón y callejeando alcanzamos las ruinas de lo que fue un Castillo que desconocíamos los tres.

Hasta aquí, la ruta no tiene grandes atractivos más que el de salir con los amigos y después de tanto tiempo dando pedales sin dificultad técnica ni física, lo más reseñable es el dolor del culo de tanto tiempo pedaleando. Me acordé de la insistente copla de Juanito recomendando no sé que culotte de precio desorbitado. Quizás si lo pudiera probar…, pero las zurraspas no se comparten.

Casi llegando de nuevo a Aranjuez nos encontramos con una extraña construcción dentro de la tierra en forma cueva con arcos, que según Pepe puede ser un intento de canalización de agua. Pasamos por el Real Cortijo de San Isidro, que me sorprende por su regio nombre y la fachada de su iglesia que denota algo de esplendor en tiempos de Carlos III. La llegada Aranjuez entre sus numerosos plátanos declara que en tiempos fue una villa real y ostentosa.

A eso de las tres menos cuarto, llegamos a comer a un sitio que me dijo mi amigo Juan Carlos. Es el camping situado en el margen del Tajo. El menú es bastante sobrio, pero con el atractivo de qué estamos completamente solos, las bicis están controladas y el camarero es discretamente amable. Alargamos la comida con una segunda ronda de cafés y cómo no teníamos ganas de volver a casa, decidimos darnos una vuelta con las bicis por los alrededores de esta bonita ciudad.

Tras un infructuoso intento de colarnos en el parque a través de un puente, otro intento de idéntico resultado en los jardines de palacio, nos hacemos unas fotos en la bella fuente de la Mariblanca, que al ser hora de siesta podemos contemplar sin público. Aquí os dejo más información de esta versionada estatua tan castiza que ha adornado Madrid en diversos lugares.

Seguimos hasta la estación dónde hicimos unas fotos a la parte abandonada y al edificio de aspecto decimonónico que alberga la estación de tren en funcionamiento.

De vuelta recorrimos unos recovecos junto al río donde habita gente de distintos y sospechosos pelajes, para terminar con unas bellas panorámicas de la entrada principal del Palacio que mandó erigir Felipe II, que realza y adorna las esbeltas siluetas de los Caballeros del Carbono.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios

Villalba-Puente Alcanzorla

Ruta realizada el Martes 25/08/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
34.8 km
425 m
35 Km Distancia Madrid
4h35'
2h41'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe, Rufi, Mario

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Villalba-Puente-Alcanzorla.gpx
Reproductor audio crónica:

La ruta para hoy es la repetición de la última que hicimos antes del confinamiento de marzo del 2020. En esta ocasión con Rufi y Mario en vez de Alfredo, que sigue con su tabla de windsurf por Estepona.

Aparcamos en La Laguna, junto al restaurante donde posteriormente comeremos, y salimos poco después de las 9. Nos perdemos en el minuto uno. Nos superamos cada día.

Mario me espera a que monte el GPS, mientras los demás buscan sitio precipitadamente para hacer sus necesidades fisiológicas a la sazón y recuerdo de Alfredo. Así que Mario y yo, ignorantes de tal menester arreamos a todo pistón con objeto de alcanzar a los supuestos misiles balísticos por el cordel de Suertes. ¡Mucho correr me parece a mi! Así que al llegar a la ermita del Cerrillo, deduzco que algo pasa y que es probable que anden por detrás, en vez de por delante.

Mis sospechas se acrecientan cuando llegamos al poblado de frikis de Navalquejido. Allí echo las primeras fotos mientras esperamos a los rezagados. Se arrima un globero a preguntar por una manera de dar un rulo volviendo a Villalba y al que le pido que nos inmortalice en la puerta de lo que fue una parroquia. https://castillosdelolvido.com/iglesia-fortificada-de-navalquejigo/

Salimos ya unida la cuadrilla de la Muerte una vez que han soltado lastre. Continuamos la ruta bordeando la población por sendas muy divertidas y reviradas entre matorral y algunos árboles. La bajada es poco pronunciada lo que facilita la conducción y sólo debemos de preocuparnos de algunos ciclistas que vienen de frente y de viandantes que transitan con sus amigos perrunos.

Llegamos al puente que cruza Valmayor y me quedo contemplando los numerosos galápagos que conviven amistosamente con unos peces de considerable tamaño que según Pepe son carpas. Mientras, los demás se hacen fotos haciendo numerosos aspavientos para espantar las impertinentes avispas allí congregadas. Ello acelera la salida de la zona con tal premura que salimos en dirección contraria hasta que Domingo nos rectifica.

Poco más adelante, decidimos que coger la carretera es más práctico que fondear por la ribera del embalse, como hicimos la vez anterior, hasta coger la Cañada Real en dirección a Galapagar. La zona es más árida y algo calurosa sobre todo porque hasta este momento no habíamos hecho ninguna subida.

Haciendo el ganso

Cruzamos Galapagar y enfilamos en dirección al puente de Herrera en pronunciada bajada que se hace muy divertida.

No aparecen los ruidos de mi bici. Al fin, Ángel el nuevo mecánico ha dado con el problema. No echo de menos haber quitado los acoples y hasta me siento más cómodo al haber separado los mecanismos en el manillar, ganando unos centímetros de anchura que me permite una conducción más precisa. A todo esto, Pepe va con la bici de su hijo porque la Orbeíta está dando sus últimas bocanadas y coletazos. Una fisura en la bieleta va a permitir a su dueño deshacerse definitivamente de ese engendro. Esperemos que la garantía se materialice y pueda disfrutar en breve de una MTB de verdad. Ya sólo queda que deje de inflar los neumáticos a presiones de fosa atlántica y podrá disfrutar de las trialeras como los demás.

Llegamos al puente de Alcanzorla de origen musulmán, a pesar de que en los mapas figura como Puente Romano, construido entre el siglo IX al XI. https://www.rutasconhistoria.es/loc/puente-de-la-alcanzorla.

Después de las consabidas fotos y vídeo en el que Rufi posa con gracia, elegancia, armonía y desenvoltura; salimos empujando por el mismo camino después de nuevas diatribas de Pepe que acostumbra a despistarnos en cuantas situaciones se brindan.

Una empinada cuesta nos espera poco más adelante. Muy a mi pesar, pongo pie al comprobar que el corazón se me está saliendo por la boca y los pulmones ya no producen el oxígeno que mis piernas demandan. Así que saco mi móvil constatando para la posteridad como Rufi se la sube muy sobradamente y con chulería, como lo definiría Pepe durante la comida.

Ya sólo nos queda llegar al punto donde la bifurcación nos llevaría al Embalse Las Nieves y que queremos evitar. Hace calor, aporta poco y no tiene senderos definidos. La vez anterior se nos hizo un tanto desagradable por tener que pasar varias cercas y arrastrar el culo por alguna de ella. Por lo tanto, agarramos la carretera donde observamos que la rueda trasera de la bici de Pepe va hecha unos zorros. Habrá que centrarla según le advierte Mario que se ofrece a intentarlo, pero que no concreta la acción por temor a no dejarla adecuadamente o simplemente porque le apetece disfrutar del descanso del guerrero en la sobremesa.

Y llegamos al Restaurante La Laguna, a eso de la una. Y como cae en copla, me la sopla. Pedimos unas cervezas mientras hacemos tiempo en animada tertulia hasta que nos echen de comer. El lugar es cómodo y agradable. La comida es escasa para fornidos atletas, alguno de los cuales sobrepasan holgadamente los 80 Kgrs y los 1,85m de estatura y han de recuperar el volúmen perdido. Aún así, no oigo protestas. Alargamos la charleta hasta que a eso de las cuatro y media decidimos poner fin a la aventura de hoy que esperemos no sea el preludio del nuevo confinamiento.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios

Soto del Real-Hoya de San Blas

Ruta realizada el Domingo 16/08/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
38.5 km
943 m
41 Km Distancia Madrid
4h33'
3h22'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Mario

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2020-08-16-Soto-del-Real-Hoya-de-San-Blas.gpx
Reproductor audio crónica:

Ya estaba resignado a no salir a montar y seguir acumulando peso como oso pardo en otoño, cuando recibo un whatsapp salvador de Mario proponiendo una salida dominical. Sin pensarlo mucho acepto y le propongo que busque cualquier ruta que rehuya los rigores del calor. La propuesta inicial no es muy acertada y después de varios tomas y dacas quedamos en hacer la Hoya de San Blas.

El día amanece fresquito y salimos de la gasolinera en dirección sureste para ir cogiendo altura hacia el norte por una subida que nos corta el resuello y nos recuerda el sobrepeso acumulado por tantas Voll-Damm y siestas toreras de dos horas.

Cogemos la pista que sube a Morcuera y vamos hablando cuando los cuestones lo permiten. Le cuento a Mario el extraño y caprichoso ruido que me hace el sillín y resulta ser el mismo modelo que lleva él. Es curioso el paralelismo que tenemos en cuanto a materiales, puesto que su anterior bici también era la Trek Top Fuel 97. Parece ser que también tuvo ese mismo problema y me cuenta como lo solucionó. A la espera de que me empiece el dichoso chasquido, vamos llegando al desvío donde nos separamos de la pista que sube a Morcuera.

Vamos llaneando hasta llegar a la trialera que en bajada nos saca a la casa en ruinas de la pista principal del Monte Aguirre.

La trialera está razonablemente bien en la mayor parte del recorrido aunque hay que ir con precaución porque el terreno está muy seco y las ruedas hacen algunos extraños en las pendientes más pronunciadas. Aquí es donde se nota llevar cubiertas anchas. Estoy encantado con mis cubiertas de 2,30 y 2,25 pues se agarran de maravilla. Aunque para el ascenso sean un poco de lastre, estoy dispuesto a sacrificarme por la seguridad que aporta llevar cubiertas anchas y poco hinchadas. Mario lleva ventaja con sus ruedas de 29 y baja como un señor con su flamante bici, por lo que me espera de vez en cuando.

Una vez en la pista, divisamos la Hoya y justo antes de desviarnos para iniciar el ascenso nos encontramos el coche del forestal y a un señor entrado en carnes de forma rotunda que tiene ganas de conversación. Nos habla de ruedas de 28 pulgadas de las que no había oído hablar mientras observo que lleva la punta del sillín mirando al cielo. Se lo hago notar y se lo corrijo mientras continúa la conversación acerca de lo bonita que le parece la bici de Mario. Cuando se despide, me indica que efectivamente va más cómodo y me lo agradece.

Subimos a la Hoya los primeros tramos con más pendiente al tran tran y en silencio hasta la Fuentona, que es un depósito de agua con un caño al que no había prestado atención hasta ahora. En esta curva me surge el recuerdo de Jesús. En una ruta de hace años, dicha fuente desbordada por la helada nocturna dejó todo el espacio de la pista como un espejo. Y al entrar en la curva en primer lugar, a Jesús sólo le dio tiempo de decir: «Hieloooo», antes de darse una buena hostia que celebramos con las consiguientes risas el resto de compañeros. ¡Qué cabrones somos cuando se caen los demás!

Seguimos subiendo y paramos en los claros que nos permiten ver el espectáculo del valle y las montañas de enfrente.

El día avanza y no hace calor a pesar de estar despejado. Nos hacemos las fotos de rigor y pasamos junto al desvío que baja por la hermosa trialera que desestimamos porque nos queremos correr el riesgo de que esté el forestal esperándonos abajo para emitirnos una receta contra el trialerismo.

Así que seguimos hasta el final de la pista donde nos encontramos con unos senderistas que han perdido unas gafas y que van con dos perros, uno de ellos un rottweiler. Nos preguntan sobre la dificultad de la subida en bici y Mario le quita importancia a pesar de que ha llegado ya tocado.

Hay otros dos ciclistas de escasa experiencia observando el paisaje y le pido a uno de ellos que nos haga unas fotos, a lo que se ofrece gustosamente mientras hablamos de las vistas.

Ya sólo queda dejarse caer y disfrutar de la bajada por pista hasta llegar al embalse de Palancares que hacemos a buena velocidad. Luego un poco de llaneo hasta el coche. El puto sillín apenas se queja. Mamón. Seguiremos observando.

Me enseña Mario como hace para mantener su bici limpia con un kit y nos despedimos hasta la próxima.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

1 comentario

De picos-pardos por el Pardo

Ruta realizada el Jueves 06/08/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
41.3 km
278 m
8 Km Distancia Madrid
4h00'
3h05'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Juanlu, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: pardopaseo2020-08-06-07-47.gpx
Reproductor audio crónica:

Hace tanto calor que no apetece salir. Así que haciendo un esfuerzo en aras de no seguir creando más panículo adiposo, propongo una pardada. Pepe se apunta ipso facto y Juanlu haciéndose rogar, es convencido por Pepe para que se nos junte en uno de puentes que cruza la M-30 de camino a El Pardo.

Llego a casa de Pepe a las 8 clavadas, ya vestido para matar. En la puerta me está esperando. Somos cada día más disciplinados.

Arrancamos por las callejuelas de su barrio y cruzamos Aravaca para llegar al punto de reunión antes que Juanlu, cosa que me extraña pues es sabido que siempre llega el primero.

Marchamos a ritmo suave por múltiples calles cometiendo todo tipo de infracciones de tráfico hasta llegar a una urbanización que enlaza con El Pardo a través de una puerta metálica. Parece ser que este recorrido fue explorado, por primera vez durante el confinamiento por Alfredo.

Cruzamos por encima de la M-40 y ya en la parte baja, llegamos a la puerta de Somontes donde infructuosamente esperan un grupo de periodistas a que el «emérito» aparezca después de la última espantada y pida de nuevo disculpas a los impertérritos españolitos, que como siempre presurosamente le otorgarán su perdón. ¡Como no!, si a un garañón como Fernando VII, le fue no sólo perdonado, sino vitoreado y aclamado con fervor a su vuelta y nombrado como «El Deseado» después de sus múltiples tropelías.

Al trán trán, llegamos al pueblo donde cogemos el camino peatonal que bordea el río. Y a poquito que diría un cantautor, llegamos a un punto donde el Ayuntamiento (o sabe dios) se han gastado el peculio en una obra absurda. Se trata de unos escalones para que faciliten a los peces subir un pequeño desnivel de las aguas, como si ello supusiera un alivio fundamental para la supervivencia de la especie. En pequeña escala debe tener la misma finalidad de la Ciudad de la Justicia o de los aeropuertos fantasmas de Castellón, Lérida, Ciudad Real… Lo digo porque a escasos 500 metros está la presa. ¿A ver si es que en ese tramo se dan unas circunstancias únicas y extraordinarias donde pueden desovar tan endémicos y magníficos ejemplares de peces? Barbos para más señas, como nos ilustra Pepe que fue un consumado pescador en sus años mozos.

Por la misma senda nos vamos retirando, que ya se va la fresca y no queremos que el sol nos aplaste como cucarachas. Se nos ocurre hacer una visita de cortesía a nuestro recién invitado de excepción a Mingorrubio. Multitud de parafernalia patriótica (o patriotera según se mire), antecede la entrada al panteón donde Doña Carmen lo esperaba desde hace unos pocos años. Juanlu, que es un sentimental se derrumba y le afloran unas lagrimitas que disimula sin éxito. Sus años al frente de la OJE le traen unos recuerdos añorables.

Nos retiramos y volvemos por el mismo sitio. Cruzamos varios pasos elevados y calles semidesiertas para dejar a Juanlu en el mismo lugar donde le recogimos un par o trío de horas antes. La vuelta a casa de Pepe la hacemos esta vez por la Casa de Campo, donde el sol ya aprieta sin indulgencia.

Ya en su casa nos apretamos dos Coronitas en el jardín mientras charlamos animosamente a la sombra del enfermizo roble que plantó con una bellota y que ya sobrepasa los 10 metros. ¡Cómo pasa el tiempo! Hideputa.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

4 comentarios

EL Boalo-Pedriza con muxha calor

Ruta realizada el Martes 30/06/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
34.8 km
672 m
37 Km Distancia Madrid
3h56'
2h33'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Rufi

Mas detalle ruta

Descarga ruta: El-Boalo-Pedriza.gpx
Reproductor audio crónica:

Hemos empezado la ruta saliendo del parking de El Boalo a las 9:00. Y para que supuestamente pasáramos menos calor, he propuesto que la hiciéramos en sentido contrario a como solemos hacer esta ruta ya que la parte de Cerceda al embalse de Santillana que es mas pelado, atiza el sol de narices. Por otra parte Domingo, nos avisa de que les han cascado a unos amigos suyos, el viernes 300 pavos en esta ruta que tuvo la mala fortuna de recomendarles. Así que decidimos que hoy no correremos ese riesgo y nos comportaremos como buenos ciudadanos y haríamos la ruta por pista.

Los primeros kilómetros los hemos hecho con una aceptable temperatura de unos 25 grados y sin desnivel. Incluso hemos disfrutado de una breve trialera bajando desde las llanuras de Cerceda al embalse.

La entrada a la Pedriza ya se nos iba atragantando y hemos llegado a la primera cumbre un poco tostados. Y cuando íbamos bajando, nos dice un ciclista de carretera que detrás hay un muchacho subiendo con una cadena rota, y que si podíamos hacer la buena acción del día. Hideputa.

Así que paramos y en la sombra le invitamos a que se deje ayudar, a lo que el chaval se brinda de mil amores. Y ahí nos ves a los cuatro luchando a brazo partido durante 50 minutos con la puta cadena, mi mierda de tronchacadenas y un montón de muñones, intentando sacar el bulón, meter el bulón, cortar el eslabón, meter el rodillo, meter la cadena, tirar de la cadena, apartar el pedal, juntar los eslabones, … Y a todo esto, la edad que no perdona y es justiciera, nos lo pone más difícil privándonos de una vista que antaño fue mejor y dotándonos de unos artríticos y rollizos dedos que molestaban a unos y otros. Lo que nos hemos acordado de nuestro McGiver.

Pasaba el tiempo y no había forma de deshacerse del puto niño que se agarraba desesperadamente a nuestras canillas porque el paseo que se iba a dar hasta Matalelpino a pata, no tenía muy buena pinta.

Después de haber cortado dos eslabones de la mierda de la cadena de ocho coronas y de haber intentado meter eslabones rápidos que no entraban por ser de medidas incompatibles, mi troncha no tiene rosca suficiente para meter el bulón. Rufi ya anda zarandeando al niño del cuello, mientras Domingo le ruega que le suelte invocando su caridad cristiana. Lamentablemente no hay documento gráfico ya que tengo que ayudar a Domingo. Logramos quitárselo a duras penas, porque afortunadamente (para el niño) pasa un ciclista al que le paro y le pregunto si lleva troncha. Y sí. En dos minutos despedimos a ambos intrusos. Al primero con odio contenido y al segundo con agradecimiento porque está cayendo una calorina del copón y aún nos queda subir hasta el empalme con la pista que sube las Zetas.

La subida nos ha fundido a los tres. Rufi que hasta el momento iba fenomenal, ha pedido tiempo muerto para tomarse un gel y poder terminar la cuestaca cuando ya sacudían los 32 grados. A cierta distancia balbuceaba no sé qué, de degollar a un niño (?).

Ahí se ve a Rufi, cagándose en algo que no logro descifrar

Nos hemos cruzado de nuevo con el ciclista de la gravel que nos ha prestado el troncha y hemos bajado un rato hablando con él. Quizás lea esta crónica pues le he dado los datos de nuestra web.

Casi nos deleita con la caída tonta del día

Lo demás, como siempre. Llegada al pueblo, despedida de Rufi que ya está recuperado y que no puede quedarse a comer porque tiene su consabida call. Domingo y yo, nos vamos a mi casa a pegarnos un refrescante bañito en la pisci, que estaba un tanto calentorra, para luego cambiarnos y acercarnos a comer en Don Baco un menú cumplido; pero en la terraza con bochornazo a pesar de las microduchas que no me hacen nada de gracia con esto de los virus.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

6 comentarios

De Pozuelo a Boadilla, la sabana madrileña

Ruta realizada el Martes 16/06/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
47.2 km
435 m
8 Km Distancia Madrid
4h25'
3h26'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Juanlu, Pepe, Leo

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Pozuelo-Casa-Campo-Boadilla-Monte-Pilar.gpx
Reproductor audio crónica:

Hoy toca hacer kilómetros; pero sin sufrir lo más mínimo. Así que Pepe nos prepara un paseo desde su casa por Pozuelo-Casa Campo Boadilla-Monte Pilar.

Empezamos cruzando la Casa de Campo que aun estando algo seca, todavía da gusto ver por sus espléndidos pinos y otras vegetaciones. Nos lleva a la Fuente de las Vacas donde dos globeros, de aún más entidad abdominal, nos hacen una foto.

Sin apenas encontrarnos gente hasta llegar al Metro del Batán donde empieza la vida, vamos rulando por las pistas hasta que a la hora límite nos encontramos lo que debe ser una plantación de algodón o caña de azúcar a juzgar por el gran número de musculados ejemplares bípedos de raza negra que transitan por la zona.

JuanLu y yo vamos canturreando canciones de nuestra infancia o juventud a pecho henchido, con más intención que fortuna y memoria. Se tratan de cánticos falangistas que a mi me hacen gracia la justa (por su origen), y a JuanLu le traen recuerdos de su pase por la OJE

Nos liamos a dar pedales con la mañana perfecta en cuanto a temperatura y por unos páramos a punto para que se inicie la época de incendios, hasta llegar a la Finca de los «santanderinos» que a pesar de los infinitos lujos asiáticos que me describen Pepe y Juanlu que hay dentro, no parece gran cosa desde fuera. Eso sí, un hermoso bosque mixto de encinas y fresnos nos rodean por algunos kilómetro a la redonda hasta que desde unas pequeñas alturas podemos divisar nítidamente las cumbres de nuestra hermosa sierra de Guadarrama.

Llegamos a la finca de Boadilla en rehabilitación, de Luis Antonio Jaime de Borbón y Farnesio (Madrid, 25 de julio de 1727 – Arenas de San Pedro, 7 de agosto de 1785) que fue infante de España, sexto hijo de Felipe V y de su segunda esposa, Isabel Farnesio.

Curiosa historia la de este personaje cuyos retratos pueden llegar a confundir a los menos avezados con su regio hermano Carlos III. https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_de_Borb%C3%B3n_y_Farnesio

Seguimos por los alrededores disfrutando de un bosque propio del Mediterráneo que auguro que no durará mucho más por la especulación y presión que sufren estos terrenos cada vez más cercanos a Madrid.

Y nos metemos en el Monte del Pilar que no deja de ser una continuación de los pinares de alrededor e incluso de la Casa de Campo con ejemplares de tamños colosales propios de pinares de la Sierra de Ávila.

Ya vamos pidiendo la hora, pues llevamos unas cuantas horas encima de un sillín que se vuelve hostil a medida que pasan las horas. Nos quedamos a comer en Pozuelo en un cómodo restaurante que, aun no teniendo menú no sale demasiado caro y que nos invitan a un vasito de gazpacho, un aperitivo a base de salchichas blancas al vino y unos bombones helados de final.

El café lo tomamos en casa de Pepe donde mantuvimos una tertulia muy entretenida en su jardín y donde se estaba tan bien que nos han dado las siete de la tarde. Y nos hemos ido porque Pepe, no nos ha ofrecido una ducha, merienda-cena y cama, que si no…

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios