Ruta realizada el Jueves 27/02/2025






Participantes: Alfredo, Domingo, Félix
Reproductor audio crónica:
Andamos un poco despistadillos con los nombres de estos pueblos tan pijos de por aquí. Hemos quedado en la puerta del restaurante La Villa Franca que está en Villafranca del Castillo (de ahí su nombre), que pertenece al término de Villanueva de la Cañada que está bastante más lejos. Y por si fuera poco hay otro pueblo de nombre similar e igual de pijo a su lado, que se llama Villanueva del Pardillo. Total, que es un lio. De ahí que Alfredo haya dado de alta el álbum de fotos como Villafranca del Castillo y nombrado su track también así; pero lo único claro es que está lleno de villanos. En el enlace se te aclara este embrollo.
Lo del día espléndido viene a cuento de que el miércoles mandé un sugerente mensaje por Whatsapp diciendo que el jueves haría un día espléndido para montar en bici, después de haber consultado en internet la predicción. Sin embargo, salimos con un día nublado y frío, que nos obliga a ponernos los chubasqueros a los pocos metros de salir. Falsa alarma. Enseguida deja de chispear y según avanza la mañana se irá cumpliendo el pronóstico.
Salimos del pueblo que sea, por una avenida flanqueada de bonitos árboles que dejan entrever unos magníficos chalets. Comentamos que están demasiado lejanos de Madrid para poder ir a trabajar y que los atascos son monumentales en la actualidad, lo que imagino que no sería así cuando se los compraron a un precio muy razonable hace cuarenta o cincuenta años.

Al poco, nos encontramos unos enormes tubos que traen agua a la capital y que Domingo y yo, debatimos si se trata de una conducción del embalse de Picadas o del embalse de Valmayor. Lo reviso en el mapa y lleva razón Domingo, pues es de Picadas aunque se unen ambas conducciones apenas dos kilómetros después de ese punto, por lo que tampoco andaba yo muy desencaminado.
Ya en las afueras recorremos el río Guadarrama hasta el Puente de Retamar por unos senderos muy divertidos. El aspecto de la zona es bastante deprimente porque a pesar de que el río lleva agua suficiente y no oler mal aún, la cantidad de maleza y árboles caídos da un aspecto de abandono que me produce una sensación agridulce por no decir desagradable. Algo así, como si fuéramos a encontrar chabolas . La mano humana ha destrozado este tramo así como lo ha hecho a lo largo de gran parte de este largo río. Y es que antes de echar toda la porquería recogida de las numerosas urbanizaciones, algunas legales y otras muchas ilegales en el Tajo, hace un recorrido de 132 kms. Es una pena que no tenga un corredor bien mantenido por toda su orilla. A ver si algún día hace algo la administración de la Comunidad de Madrid que parece estar sólo ocupada en ocultar los innumerables casos de corrupción, olvidando lo que debiera hacer y para lo que fue creada.
Abandonado el Puente de Retamar iniciamos una constante subida por la Cañada Real de las Merinas que os dejo que lo investiguéis porque encuentro diversos recorridos con ese nombre que no me encajan. El caso es que el desnivel de esta ruta prácticamente se concentran en cinco kilómetros que nos lleva hasta un berrocal que recuerda mucho a La Pedriza. Recordamos lo penoso que se nos hacían estas cuestas con las anteriores bicis y celebramos una vez más la decisión de dejar esas penurias para los más jóvenes y avezados. Nosotros ya hemos sufrido lo estrictamente necesario y ahora vamos a disfrutar.




Una vez terminamos la subida, tocamos levemente las estribaciones de Colmenarejo, para coger una empinada, sinuosa y rápida pendiente abajo por senderos llenos de roderas del agua. La Colada del Cerro del Burro es muy divertida a la par de peligrosa. Cualquier despiste te puede llevar al suelo, pero nuestras monturas con cubiertas de 29″ y con anchura de 2,60″, se agarran firmemente a la húmeda superficie, haciendo las delicias de los tres mosqueteros. Nada que ver cuando llevábamos las anteriores bicis. Esto es mucho más fácil de conducir y lo disfrutamos a pesar de ser conscientes de que no puedes despistarte.
Nueva subida de 200 metros de desnivel en apenas dos kilómetros que nos lleva al cruce con la Colada del Molino Sopas desde donde apenas se ve el Embalse de Valmayor y nada, del mucho más pequeño Embalse de Aulencia.
Nueva bajada gloriosa de dos kilómetros por senderos sinuosos, pedregosos a veces y muy horadados por las aguas de lluvia que producen unas roderas considerables. Las sorteamos con destreza y algún que otro «Uy» o «Eeeepa» que se me escapa de la boca cuando estoy a punto de besar suelo. En una de las esperas de agrupamiento, llega Domingo un tanto dolorido de una mano. Nos cuenta que se le ha escurrido la rueda delantera y se ha estampado en una de las roderas. Alfredo se lamenta de no haber recogido con su cámara la ocasión.
Pasamos junto a un Escuela de Vuelo donde practican con varios drones y le sugiero a Alfredo que saque a Retortijín y les haga una demostración de manejo con algún derribo incluido.
El resto del recorrido es menos inclinado y muy disfrutón. Senderos más limpios nos permiten bajar a mayor velocidad por el Carril de la Loma acercándonos a Villanueva del Pardillo.

Y tras cruzar la M-503 seguimos la orilla del Arroyo de los Palacios por más senderos muy divertidos hasta llegar a nuestro destino. Como llegamos apenas las 13:00, nos permite limpiar las bicis con esmero del escaso barro que llevan acumuladas. Nos sentamos a comer en el Villa Franca una prematura y bastante decente comida.

Finalmente un espléndido día culminado con éxito que va al almacén de los «Buenos Recuerdos».
Os dejo con Louis Armstrong, y su célebre «What a Wonderful World». Fue lanzada en 1967. No está relacionada con la canción cantada por Judy Garland en la película El Mago de Oz, «Over the Rainbow» como mucha gente piensa. Es posible que la confusión entre estas dos canciones se deba a que ambas son baladas optimistas y atemporales que han dejado una marca significativa en la cultura popular.
Se convirtió en una de las canciones más emblemáticas de Armstrong. La letra de «What a Wonderful World» habla sobre la belleza del mundo y la bondad de las personas, con frases como «Veo árboles verdes, rosas rojas también» y «Veo amigos dándose la mano». Disfrútala.
Otras fotos: Link Álbum
Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos
Buena crónica, la verdad es que no presagiaba nada bueno el tiempo, pero se fue arreglando . La ruta entretenida , aunque con las eléctricas tenemos que ampliar el kilometraje.
Comimos muy bien para un menú de 12€, sinceramente no sé cómo ganan dinero estos restaurantes.
Buena crónica, muy detallada para los que no conocemos la zona y que música tan buena.
Me alegro que tuvierais suerte con la meteorología, no estaba muy claro.
Siento no haber podido acompañaros, espero poder ir la próxima.