Ruta realizada el Domingo 10/04/2005
Participantes: Félix, Miki, Pepe, Jesús, Santi, Julio,
Reproductor audio crónica:
Reencuentro con Santi después de un montón de tiempo. Parece que su embarazo se estabiliza y le da un respiro hasta que nazcan la pareja, que luego…
El día se presenta claro y frío, aunque nunca hubiéramos esperado que tanto, tenemos por delante una ruta larga, con buen paisaje y un par de puertos de los que bien conocemos.
Nos ponemos en camino hacia la Morcuera, por la pista habitual que, no se si es por lo manida, se sube con facilidad, sin forzarnos, reservando fuerzas. Julio reserva un poco menos ¡y es que le sobran al jodío!
Los robles todavía no tienen hoja y el suelo conserva frescor, pero no la humedad que correspondería a esta época del año. Me parece que esta temporada la hoja será escasa y algunos ejemplares no resistirán. Aún así, el paisaje de la subida es inmejorable, el ambiente está muy limpio y la visibilidad es buena.
Tres párrafos después supóngase que ya hemos llegado a la última vuelta del camino, donde pega un aire de cojones antes de salir a carretera. Además es aire frío, con una sensación térmica muy inferior a la temperatura real. A pesar de la subida, vamos abrigados y no nos sobra nada.
Pasamos el puerto de largo y paramos en el refugio, que está un poco más resguardado. Poco negocio les dejamos, pues nos comemos nuestras provisiones y seguimos ruta. Eso sí, nos llevamos nuestra basura, pues nos dan a entender que si no es así, la tienen que bajar ellos.
En la bajada por pista hasta El Paular pasamos más frío todavía. Cada uno se ha puesto todo lo que llevaba y yo, además, el chubasquero de Jesús. Creo que se ha pasado al ofrecérmelo, eso sí, ha quedado como todo un machote.
Como detalle curioso, en una parada de reagrupamiento nos cruzamos con un fulano envuelto en un anorak y cabalgando una auténtica bici de supermercado, que nos echa en cara que vallamos por el llano y que no nos hayamos subido cuestas como las que viene de hacer él –mejor callar-
Salimos frente al monasterio y nos hacemos unas fotos en el puente de El Perdón. Seguimos ruta por el camino habitual, a Rascafría, Oteruelo y luego Alameda. Bonito valle nunca lo bastante reconocido.
Ya hemos pasado todo el frío que correspondía, o casi, cuando empezamos a subir hacia Canencia por la Majada del Cojo. Nunca antes habíamos hecho esta subida, que siempre la cogemos de bajada, ni que decir tiene, mucho más cómodo.
Paramos a quitarnos ropa y me hacen todos la de Alfredo, entiéndase, empezar a dar pedales un poco antes que los demás para que el otro ya empiece jodido.
El caso es que hay que ir adelante y cada uno a su ritmo, que la cuesta selecciona y ordena sin disimulos.
La llegada es escalonada y tampoco se trata aquí de reproducir el ranking (solo si gano yo), el caso es que llegamos todos a la casa refugio bien sobaditos.
Gustavo continúa enseguida, pues ha quedado a comer y ya va tarde. Los demás mariconeamos un rato, charlamos con la excursión de niños que van andando, donde damos con Ángela, compañera del Banco, que va de instructora aventajada con la clase de su hijo.
Todavía hay que subir otro buen repecho hasta la pista del GR y como Julio es así de chulo, se deja el macuto abajo, para tener excusa de volver atrás y redondear el desnivel acumulado hasta los 1.500 mts.
Por el GR vamos bajando suave. El terreno está blando y ya estamos de recogida. En la carretera se produce la bajada a tumba abierta que era de esperar, pero Félix y yo nos desapuntamos y lo hacemos más suave. Parece ser que ha tenido su encanto. Se han enfrentado la técnica contra la potencia y el resultado ha sido muy discutido. Al final se cuela Jesús por sorpresa y dentro del pueblo. No me hace mucha gracia estos riesgos con el aire que hace y las consecuencias que pueden tener.
Como ya es tarde y no hay nada que perder, aprovechamos para comprar pasteles por consejo de Jesús, los ¿famosos? piononos y pestiños de Miraflores. Cachondeo en la tienda, mosqueo de los dueños, que van de serios e intento de timo a Miguel y Julio, a pesar de la seriedad. Por cierto, los dulces muy empalagosos, hay que ser muy goloso para esto.
Bueno, puede decirse que prueba superada. Hemos pasado el día de campo y se han cubierto todos los tópicos de una ruta así: risas, piques, bromas, discusión por el camino a seguir, error del gps (increíble, pero es Julito el que corrige a Félix subiendo Morcuera). La semana que viene nos vamos de familia al Jerte y el rulo será por allí.
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