El Cuadrón y vuelta al embalse de Riosequillo

Ruta realizada el Domingo 06/03/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
38.1 km
739 m
58 Km Distancia Madrid
4h11'
3h11'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, con tres o mas obstáculos, no adecuado para temperaturas bajas, con algunas fincas privadas, zona de fotografía interesante

Participantes: Félix, Juan, Miki, Rufi

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Descarga ruta: 2022-03-06-El-Cuadron.gpx
Reproductor audio crónica:

Para este domingo hemos decidido coger una de las 6 rutas propuestas por la magnífica App que recientemente nos ha desarrollado Alfredo (¡Ojo!, con nuestras magistrales especificaciones) y que dentro de la pestaña Rutateca, ha llamado «Recomendación de la Semana«. Yo le habría llamado «Cagarrutas«, que a riesgo de parecer un nombre despectivo, está lejos de mi intención. Pero es que además de ser un nombre muy descriptivo, resulta más abreviado y acorde con el talante del grupo.

El caso es que esta ruta la hicimos por primera vez en el 2004, cuando diseñarlas requería un buen rato de estudio de los mapas de la zona para coger caminos ciclables con pendientes asequibles, sin meternos en barrancos insufribles de los que tenemos amplia experiencia adquirida principalmente en esa época. Entonces no existía Wikiloc (2006) y menos aun Cicloide.

Llevaríamos dos años ya trasteando con los GPS. Aquellos novedosos cacharros que Alfredo nos enseñó en el 2001. Recuerdo mis dos primeros Garmin (Etrex y Legend) que aún no disponían de mapa, que se limitaban a guiarte mediante una línea (track) que debías seguir a pies juntillas y que diseñábamos con Oziexplorer o Mapsource con más voluntad que conocimiento, sobre unos mapas del Ejercito, IGN o de la Tienda Verde que previamente habíamos escaneado y calibrado. Si al error del escaneo-calibrado le añadías la falta de rigor de los mapas de la Tienda Verde, los recorridos que nos salían eran bastante aventurados. Eso sí, un nivel muy superior por encima de cuando salíamos a pecho descubierto con plano y brújula, lo que no nos libraba de percances que se salvaban a base de tesón, afición y músculo para llevar la bici al hombro. ¡Qué tiempos! Y cuántas luchas teníamos con el resto del grupo cuando las cosas se ponían difíciles y empezaban las dudas. ¿Seguro que es por aquí? Alfredo y yo nos mirábamos casi con las mismas interrogantes. Como quedarse parados no era una opción, tirábamos para adelante y el resto nos seguían sin mucho convencimiento. Unos cuantos años tardaron en creer en los GPS y más aún en agenciarse uno.

Y después de esta retrospectiva, vamos al lío. Llegamos puntuales como siempre al punto de partida. Le recuerdo a Juan que en ese mismo punto se quedó «en tierra» hace muchos años por llegar tarde (no más de 15 minutos) al no disponer de móviles aún. Rufi afirma que aquí también fue donde le saquearon el coche a Pepe. Le saco de su error. Fue en el embalse de Picadas. La memoria de este equipo es frágil como veremos a lo largo de esta crónica.

Iniciamos la cuesta en dirección sur hacia el Mondalindo. Hace muchos años que no subimos a este duro pico. La cuesta se empina en algunos puntos hasta un 15% según el GPS de Juan. Ya va sobrando ropa cuando cambiamos de vertiente y oteamos el valle con las cumbres nevadas.

Cruzamos Garganta de los Montes mientras me pregunta Rufi que pueblo es, a lo que contesto con desgana porque acababa de responder a Miki erróneamente que Canencia. Yo también sufro en silencio la demencia senil.

También es cierto que haciendo un alarde memorable les recuerdo a mis queridos colegas los embalses que retienen agua del Lozoya como comentaba en mi anterior crónica. Una vez más demuestran el deterioro cognitivo cuando les comento una anécdota sobre el Azud del Mesto y me dicen que no saben donde está. ¡Jodeeerrrrr, que hemos estado decenas de veces!

Aviso que llega una nueva pendiente. Son otros 2,5 kms, y esta vez con un tramo del 19%. Afortunadamente han arreglado el camino que recordábamos muy pedregoso y técnico. Hacemos otro cambio de vertiente para dejarnos caer hacia Canencia por un sendero muy divertido y unas vistas espectaculares a la sierra que nos separa de Segovia con las cumbres nevadas y algunos claros.

Cruzamos el arroyo Canencia por el puente Canto donde nos hacemos la correspondiente foto.

Enfilamos por pista forestal hacia el río Lozoya para cruzar por el otro puente emblemático de la zona: puente Congosto, donde encontramos un nutrido grupo de senderistas y donde decidimos comer el plátano a orilla del río que discurre con fuerza con el agua que libera el embalse de Pinilla, que se encuentra a un km. más al oeste.

Volvemos en paralelo a la carretera de Lozoya en dirección a Pinilla hasta salirnos en un camino que nos lleva a un pequeño cementerio donde un par de cigüeñas han anidado en la espadaña en ruinas de su antiguo campanario donde ya quitaron las campanas. ¡Qué magnífica foto que habríamos hecho si Juan y Miki no se hubieran acercado tanto como para asustar a las aves! Si queréis ver dicha foto, no tenéis más que buscar la Crónica que relató Pepe en el 2004 y aunque no serán las mismas aves nos hacemos una idea.

Avanzamos por la Cañada de la Cerrada de Garay con bastantes puntos embarrados que los caballos han estropeado aún más. Al llegar al embalse de Ríosequillo nos salimos del camino y saltamos una valla por seguir al GPS. En este punto siempre nos entra la duda. Nos adentramos en la finca de la Retuerta con el sigilo propio de saber que como nos crucemos con el propietario nos va a regañar. Vemos tres corzos que asustados huyen y pasan a otra finca entre alambres de espino roñosos. Seguro que se han hecho cortes porque se han enganchado. Hacemos lo propio por otro lado de la valla, pero con más cuidado. Nuestra piel es más delicada y nuestro equipo más caro. Salimos a un camino que de no habernos desviado, habríamos encontrado sin dificultad. Seguro que dentro de unos años cometeremos el mismo error por seguir el GPS con fe inquebrantable. Y es que nuestra memoria es efímera como decía al principio.

Cruzamos el puente sobre el embalse de Riosequillo y comento aquella vez que vimos con gran sorpresa, como un águila pescadora hacía un vuelo rasante a nuestro lado y sacaba un pez. Afirmo sin temor a equivocarme que era tal, no por mis exiguos conocimientos ornitológicos, sino por su demostración de habilidad. Juan se ha acordado aunque pensaba que ello ocurrió en el embalse de Valmayor. El que está mayor es su cerebro, que no sus piernas como nos ha demostrado en la cuesta final.

Esos cinco últimos kilómetros se me han atragantado y como mi memoria sigue estando intacta para los malos ratos, recordaba un camino pedregoso con mucho calor y pendiente. Así que he subido al tran-tran, a pesar de que este camino también ha sido mejorado y no es tan odioso como lo recordaba.

Y poco más. Limpieza somera de bicis junto a un par de almendros en flor de los que dejo cumplida imagen.

Otras fotos: Link Álbum

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5 comentarios en “El Cuadrón y vuelta al embalse de Riosequillo”

  1. Buena crónica, jefe. Y buen día. Yo pensaba que iba a hacer más frío, pero se ha llevado bien. Hay pendientes importantes pero la ruta se sobrelleva y es muy bonita
    Si no fue a Pepe ¿seguro que no le aligeraron algo a alguien en ese punto? ¿No sería a Gustavo?

  2. Qué mayores estáis y qué envidia no haberos acompañado.
    Besos desde la ciudad eterna

  3. Buena crónica Félix, que tiempos aquellos con nuestros GPS primitivos y la energía que teníamos para chuparnos cualquier desnivel. Que bien que Miki se haya reenganchado los Domingos.
    Este jueves si no estoy muy hecho polvo del viaje me apunto.

  4. Buena Crónica Jefe, menos mal que en tu caso la memoria no te falla, y nos puedes volver a contar todo con la paciencia que no merecemos.
    Hemos pasado una mañana estupenda, y como dice Fer, con menos frío de lo que pensábamos.

    P.D. Alfredo muchas Gracias por acordarte de mí en el comentario. Poco a poco iremos cogiendo la forma 😊

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