Collado Villalba-La Jarosa

Ruta realizada el Jueves 02/09/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
44.3 km
899 m
37 Km Distancia Madrid
5h18'
4h21'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2021-09-02-Collado-Villalba-La-Jarosa.gpx
Reproductor audio crónica:

Música dedicada a Pepe, coplero como un servidor:

La rosa de Pepe Marchena, maestro de maestros del cante flamenco

Llevamos una racha nefasta entre calores tórridos y lluvias torrenciales, que ahora se llaman DANA según los meteorólogos. DANA debe ser el acrónimo de Diluvia Agua como Nunca Antes. ¡Qué se lo digan a los de los pueblos de Toledo que vieron como el agua se llevaba sus coches calle abajo!

El caso es que ayer tuvimos que cancelar porque cayó una tromba de madrugada. Y menos mal que cancelamos porque se montó un monumental atasco. Luego abrió y quedó una mañana magnífica. Hoy la cosa parecía mucho más factible, así que de nuevo ponemos los despertadores. Cuando estoy subiendo la bici al coche a eso de las 8AM, suena un trueno ensordecedor y empieza a llover como el día anterior. Ya no hay vuelta atrás.

Un cuarto de hora antes de lo convenido ya estamos los tres en el punto convenido de Collado Villalba. Entre las vacaciones y compromisos varios, echamos de menos a Juanlu, Rufi, Mario y Alfredo, destacados e ilustres jubiletas. El resto de miembros laborales parece que tienen la noble misión de evitar que las exhaustas arcas de la Seg. Social toquen fondo y finalmente tengamos de nuevo que ponernos a programar COBOL, 40 años después.

El cielo se ha ido abriendo. Unas blancas esponjosas nubes destacan en el azul del cielo, pero no amenazan lluvia. Cruzamos el pueblo llaneando unos kilómetros con una temperatura muy agradable que contrasta con los rigurosos calores sufridos en las últimas semanas. En suave pendiente vamos cruzando Alpedrete hasta rozar las últimas urbanizaciones de Guadarrama para llegar hasta Los Molinos. Muchísimas construcciones han degradado enormemente la sierra. No es de extrañar los interminables atascos que se montan en la A6 de entrada a Madrid.

Algunos charcos se cruzan por los caminos. Busco una alternativa para no hundirme en uno de ellos y entro por un estrecho sendero, donde me engancho con el manillar en las ramas de un arbusto que me empuja en dirección contraria hacia las ramas de una pequeña encina, que se ensaña con mi brazo produciéndome lesiones de diversa consideración. De nuevo, tendré que explicar que no me he follado al gato.

Llegamos al embalse de los Irrios, -aquél que hace poco visitamos en dirección contraria-, y su característico bocado. Empezamos a bajar por unos senderos cómodos en paralelo a la autopista hasta cruzar por un oscuro túnel donde empieza la verdadera subida de la mañana.

Por el cerro del Horcajo en pronunciado ascenso, admiramos el hermoso cielo azul y las cargadas nubes blancas. Al llegar al Cerro del Cebo del Lobo dejamos la pista para coger una intransitable y descarnada trialera llena de piedras sueltas con raíces húmedas a causa de las violentas lluvias de estos días. Sin pensarlo mucho, vemos una estupenda oportunidad para bajarnos de la bici dando un respiro al maltratado culo que va dando síntomas de gangrena.

Aquí es donde nuestros compañeros más avezados hubieran hecho algunos de sus valientes alardes. Un friki con ebike de enduro y casco nos pasa con soltura con ruedas de al menos 2,60″. Yo ya tengo bastante por hoy con el rasguño. Domingo y Pepe lo tienen igual de claro.

Alcanzamos la pista que nos lleva de un tirón al embalse de La Jarosa que rodeamos y donde se observa la colosal Cruz del Valle de los Caídos entre los azules del embalse de la Jarosa, los verdes de la vegetación y un cielo espectacular. De ahí en un pis-pas de nuevo en Guadarrama para empalmar con el mismo camino que nos trajo.

El restaurante propuesto por Mario está cerrado. Deben haberse hecho un lío, porque en la puerta tienen un cartel que dice que los lunes se cierra. Si hubiera llevado un boli les habría puesto un mensaje aclarando que hoy es jueves. Así que después de unas consultas al Gran Oráculo Google, encontramos un restaurante de nombre bastante pretencioso: «Esencias de España – Gourmet Experience», del que no esperamos más que nos quite el hambre con modesta vianda. Gran equivocación.

Pepe impide que me dirija al dueño, pues es consciente de mi innata capacidad para cabrear al gremio y ante la tesitura de tener que buscar otro restaurante, negocia personal e infructuosamente la custodia de las bicis. Le ofrece un rincón en el exterior del bar fuera de nuestra vista. Pero zanja el ofrecimiento con un rotundo: «Ya, a 5000 euros la bici…» complementado con un gesto que le indica claramente que se pire. Con las mismas, decide ir a buscar el cable gordo y el supercandado al coche, mientras el dueño del restaurante nos reserva una mesa desde donde divisaremos a duras penas las bicis. Domingo y yo nos tomamos mientras una cerveza.

Y así terminamos la jornada con una agradable comida bien elaborada antes de despedirnos temporalmente porque tanto Domingo como yo, nos vamos la semana próxima de vacaciones.

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2 comentarios en “Collado Villalba-La Jarosa”

  1. Un día estupendo, la verdad. La ruta un poco dura porque mucho del ascenso es a base de rampones. Y el restaurante, un descubrimiento, aunque no sabemos si lo llevaban rumanos o búlgaros (antigua órbita URSS, desde luego). La camarera nos trajo recuerdos de la de Titulcia, aunque, por suerte, la comida no tuvo nada que ver con aquel glorioso pulpo.

  2. ¡Ole!
    Ruta estupenda. Algunos tramos los hemos transitado recientemente, cambias el sentido y se ven distintos. Lo mejor, el tiempo. Temperatura sin rebasar los 20ºC, mucha humedad en el ambiente y una atmósfera luminosa y transparente. Confirmo lo de Félix: el Mediterráneo pa’Serrat

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