Azud del Mesto y Dehesa de Moncalvillo

Ruta realizada el Martes 16/03/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
22.7 km
287 m
31 Km Distancia Madrid
3h15'
2h08'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Leo, Paco Díaz

Mas detalle ruta

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Hay que aprovechar estos primeros días primaverales y tiempo fresco que es ideal para pedalear. Que no nos pase como el año pasado que por culpa del virus, nos dejaron encerrados durante la parte más bonita del año. Así que este año me pienso resarcir y aprovechar hasta el tuétano de esta primavera que promete estar tan bonita como la humedad y las lluvias se lo facilite.

Como los martes los golfistas andan dando golpes a la bola y yo aún no me atrevo a ir al gimnasio, he decidido que hay que salir al campo otro día más a la semana, es decir tres. Leo y Paco se apuntan a un bombardeo por segundo martes consecutivo, así que les preparo una ruta saliendo de El Raso en San Agustín de Guadalix. A última hora, se apunta Domingo que recién llegado de La Palma está con ganas de bici. Pepe estaba invitado, pero tenía otra cita con un amigo.

Salimos poco más tarde de las 10:45 después de los correspondientes saludos y parabienes. Por el margen del río Guadalix de espaldas al polígono industrial, nos vamos acercando a las pistas del Canal y al desvío que nos baja a la cascada del Hervidero. Hoy no es un hervidero de gente como los fines de semana. Sólo encontramos a una moza de espléndidas hechuras y magníficas caderas, sin duda hechas para pecar. Enseguida se presta a mi casta solicitud de que nos saque una foto y mientras distraídamente posamos, le hacemos una radiografía, por no decir mamografía, de cuerpo presente. Se quita la mascarilla y pierde un poco de encanto. No es tan moza, ya que frisa los cuarenta y… lo que no impide la observación meticulosa de esa curvas generosas en las que se adivinan unas carnes prietas, cinceladas por el tiempo en duras jornadas de gimnasio. Tras un poco de conversación sobre el posible recorrido de la zona, sin otro interés de un servidor de que «la ninfa de la cascada» disfrute la mañana como sin duda se merece, continuamos sin comentarios aunque relamiéndonos, ascendiendo por la calzada con la intención de salir al Canal del Mesto.

El recorrido está espectacular. Nos encontramos con dos grupos de quinceañeros con su profesor al que adivinamos explicando el origen de las piedras del lugar. Afortunadamente apenas encontramos otros paseantes. Llegamos hasta el azud donde les cuento la historia de la pequeña presa, que ese es el significado en árabe, realizada en el último cuarto del siglo XIX con la mano de obra de presos, para corregir el error de la construcción de la Presa del Pontón de la Oliva que como sabemos quedó en desuso tras su inauguración por la permeabilidad de su suelo. Creo recordar que la presa del Villar se construyó, para sustituir la presa del Pontón y mientras, el azud del Guadalix mantenía con su escaso caudal, las cada vez más importantes necesidades de agua de Madrid que ya rondaba los 700.000 habitantes. Los arroyos del Abroñigal, el de la Dehesa de la Villa y otro que no recuerdo, apenas aportaban el mínimo imprescindible de caudal y por ello, los ingenieros comenzaron a reconducir las apreciadas aguas del Lozoya, mientras que las aguas del más cercano Manzanares se usaban para el regadío, que no para beber por su insalubridad.

Me enrollo. Volvemos sobre nuestros pasos y tras unas dudas de por donde hemos de seguir, enfilamos una cuesta donde los diversos ropajes nos van sobrando. Paramos tras pasar una valla que nos avisa que nos adentramos en la Dehesa de Moncalvillo. Nos quitamos ropa y damos cuenta de los plátanos. Leo, no. Ha venido como Santi, el de la semana pasada. Sin mochila, sin agua, sin plátano… Vamos a tener que hacer un casting riguroso antes de empezar las rutas.

Rodamos un poco más y tras alguna pendiente sin mayor relevancia, comenzamos el retorno a través de bellos y verdes senderos que nos llevan de nuevo a las salida de la dehesa, no sin antes sortear algunas vacas. Una de ellas, lanza una coz sin mucho convencimiento, al verse acosada por esos extraños seres sobre ruedas. O sea, nosotros.

Bajamos una zona un poco trialera, donde Paco decide que mejor se baja por si las moscas. Cogemos el asfalto irregular de unas de las pistas hasta la desviación donde cogemos un senderito en suave descenso que hace las delicias de los cuatro. Nuevamente las vacas interrumpen nuestro camino y nosotros, su quehacer alimenticio con las tiernas y verdes hierbas.

Llegamos a la carretera donde subimos hasta el restaurante La Kedada donde hemos comido en la terraza, un menú muy cumplidito y bien presentado con postre y café por 13 euros. Apenas sobremesa porque se está levantando un poco de corriente que tiene a Leo mosqueado no vaya a ser que esto termine con una dolorosa e inoportuna lumbalgia. Así que volvemos hasta los coches y allí nos despedimos con la intención de repetir el próximo Martes; bien senderismo o bien de bici. Si el tiempo lo permite.

Aquí os dejo el video resumen de lo antedicho.

PD: Domingo, lamento que no salgas, pero es que no te he hecho fotos de cerca. Lo siento, amigo.

Otras fotos: Link Álbum

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Una respuesta a “Azud del Mesto y Dehesa de Moncalvillo”

  1. Un día genial, precioso y divertido. Tenía mono de bici. No por ser una ruta tan conocida me gustó menos. Además, iendo tranquilos puedes charlar mejor y hacia mucho que no coincidía con Paco y Leo. Un día estupendo con la mejor de las compañías.

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