2025 por el culo te la hinco

Ruta realizada el Jueves 02/01/2025

Dificultad Física
Dificultad Técnica
36.2 km
903 m
52 Km Distancia Madrid
3h36'
2h31'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, con dos obstáculos, sin limitaciones de temperatura, 100 metros no ciclable, zona de fotografía interesante

Participantes: Alfredo, Félix

Mas detalle ruta

Temperatura media: 7.8
Descarga ruta: Patones-Carcavs20250102.gpx
Reproductor audio crónica:

Y diréis: ¿por qué un título tan obsceno? Pues ya lo veréis. El título es propio de nuestro excelso y nunca bien valorado poeta. Ese tan avezado como poco prolífico últimamente, al que le gusta hacer poesías simples; pero con determinación y sentencia. Rufi, este año te vas a poder hinchar a hacer coplas con las fechas.

Empezamos el año con tan sólo dos históricos del grupo. Dentro de poco me veo dando pedales sólo y haciendo estas crónicas para mi mismo. Alfredo, quizás ya va sobrando el apartado de esta web donde tenemos varios Ranking en el que una vez más termino en el primer lugar. Y no es que yo haga muchos méritos. Hace años había cierta competitividad, pero de seguir así, ya podemos anticipar que los próximos 20 o 25 años seguiré saliendo como líder indiscutible de la clasificación de la Champions League, e incluso del resto de categorías.

«Días de Enero, días de caballero» dice el refrán. Y así nos sale el de hoy. Frío y despejado a primera hora, pero que se caldeará según transcurre la mañana. Al montar en la bici noto molestias porque el sillín está demasiado horizontal. La noche anterior lo cambié por el cómodo, pero muy estropeado Specialiced Confort Line que tantos kilómetros me acompañó en otras bicis anteriores. El caso es que por el mal acceso a uno de los tornillos allen del 5, lo apreté redondeando la boca y lo sustituí por otro más corto, que como se verá más adelante dio origen a un percance.

Subimos a Patones de Arriba por esa cuesta que antaño servía de calentamiento; pero que con las monturas actuales, sin AI aún incorporada, ya apenas dejamos de sentir frío. Pasamos de largo el pueblo y seguimos subiendo por la pista del Canal. No aguanto más y decido retocar los tornillos para inclinar la punta del sillín hacia abajo.

Al final de la cuesta hay una cerrada curva con una piedra erguida, que pide foto, al borde del precipicio que da al cañón donde los tubos del Canal bajan y suben por la otra ladera. Recuerdo a Alfredo una imagen curiosa que él recordaba también. Hará 18 o 20 años en una ruta similar en la que íbamos la mayor parte de los colegas de este grupo, nos sorprendió el frío de la zona en esta misma época. De la parte superior del camino sobresale un aéreo canalón de hormigón que sirve para conducir un escaso, aunque constante reguero de agua con el fin de que no estropee el firme haciendo que caiga fuera, hacia el terraplén que asoma a la carretera. Pues aquél año nos sorprendieron unos brillantes, largos y traslúcidos carámbanos que colgaban frente al sol. No recuerdo que tengamos fotos de aquella imagen tan peculiar, pero en la retina aún tenemos la impronta.

Por la ladera que se eleva a la izquierda de la carretera que lleva al Pontón, vamos avanzando con sus correspondientes altibajos y curvas hasta llegar cerca de la entrada principal de la Cueva del Reguerillo. Cogemos el camino que nos llevará a la presa de la Parra.

Las zonas de umbría están blancas, y aunque no resbalan porque apenas tienen un dedo de espesor me mosquean, que ya sabemos bien lo que duelen las caídas en el hielo. Recorremos el revirado camino que recorre la ribera del río Jarama que como si fuera un pequeño cañón nos recuerda el del río Lobos. Está verde por la abundante humedad y el musgo lo refleja. Pasamos por una casi inapreciable presita (Navarejos) y al poco llegamos a la presa.

Lleva abundante agua. El paso por su angosto puente siempre me pareció peligroso porque es fácil engancharse con el manillar en los hierros laterales. Los manillares de las bicis de 29″ son más anchos aún y dejan menos espacio. Pero Alfredo no puede dejar pasar una oportunidad para alardear, mostrando su pericia una vez más. Yo me bajo y humillo. Quitando importancia al hecho, hago una foto en la dirección de donde viene el agua, que como sabemos viene de la presa del Atazar.

Primer percance: se me sale la cadena, pero por la parte del desviador (?). Nunca he visto esta avería. Observando con detenimiento vemos que la cadena se ha salido de una de las roldanas. Veo que falta un trozo de metal de la patilla que justamente mantiene la cadena en su sitio. Alfredo la recoloca y arrancamos. Sin cambiar subo toda la cuesta del pinar. No hay problema porque el motor hace su trabajo perfectamente. Pruebo cambiar con cierto cuidado y compruebo que la avería no parece dar problemas.

Seguimos la ruta pasando por Alpedrete de la Sierra y abandonamos la pista del Canal Alto para subir por un sendero que nos lleva a las Cárcavas.

Segundo percance: me quedo sin batería en el móvil. Es la primera vez que me pasa. Dejé encendido el GPS desde casa y además con el frío se ha comido la batería justo cuando me dispongo a hacer las fotos más interesantes de la ruta.

Tras las fotos de rigor iniciamos el descenso abrupto y escarpado. Nuevamente Alfredo hace alarde de su técnica y se baja de un tirón un primer tramo. Yo bajo la tija y…

Tercer percance: pierdo el tornillo corto con su tuerca y la pieza de cierre del sillín. El sillín se queda colgado en el lateral de la tija. Encuentro la pieza importante y abandono la búsqueda de lo demás. Bajo hasta donde me espera Alfredo que estará pensando: «pero que le pasa ahora». Saco el tornillo largo que guardé el día anterior por si las moscas; pero falta la tuerca. Mi acompañante me sugiere que monte como las monjas, es decir sin sillín y sólo con la tija. A lo que no le respondo amablemente por el cariño que le tengo de tantos años juntos. Pienso en la copla que rima con 2025. Como llevo útiles bridas, en mi pequeño taller mochilero, salimos del paso airosamente para el resto de la ruta.

Bajo como puedo el resto de la inclinada rampa (es decir, a pata) mientras Alfredo hace malabares para apenas poner pie. Llegamos al pie del Pontón de la Oliva donde ya hay numerosos senderistas. Saco el móvil, pero no tengo batería para hacer siquiera una foto. Lástima porque siempre es impresionante la mole de cantería de piedra que levantaron para tan inútil presa.

En vez de volver por la carretera hasta Patones, cogemos el Canal del Lozoya. Desde esa altura se va viendo el valle espléndido. De vez en cuando se interrumpe el paso con una construcción (una caseta de medición de presión) que nos obstaculiza la marcha dejando apenas la anchura del manillar por los laterales. Como la posible caída por ambos lados sería muy probablemente la última, juiciosamente decidimos descabalgar de la montura.

Cuando llevamos un par de kilómetros, otra construcción aparece pero esta vez fortificada. Darse la vuelta no entra en nuestros planes así que asaltamos la fortaleza. Nos acordamos de la madre que parió al que hizo la valla. Los bicis pesan como un mal matrimonio, pero logramos pasarlas a duras penas. Continuamos y un kilómetro más allá otra construcción y su correspondiente valla. Esta vez probamos pasar la bici por el lateral hacia el vacío. Error y cuarto percance. Al coger la bici del sillín rompo el soporte de la luz y se pierde entre la maleza. Y de nuevo me acuerdo del hijo de mil padres que ordenó poner las vallas.

Sin más, llegamos a los coches. Las bicis no se han manchado y tras un leve cepillado retornamos hacia casa, que hoy no nos quedamos a comer.

Quinto percance: en la A1 ha habido un accidente. Media hora de atasco.

¿Veis ahora por qué el título de la crónica?

Otras fotos: Link Álbum

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2 comentarios en “2025 por el culo te la hinco”

  1. Vaya día me dio Félix con sus averías, pero al final cumplimos la ruta y disfrutamos de la mañana. Menos mal que no nos quedamos a comer, seguro que hubiéramos acabado intoxicados tal como iba el día.

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