Colores por Montejo y Sierra Cebollera

Ruta realizada el Jueves 07/11/2024

Dificultad Física
Dificultad Técnica
46.8 km
1261 m
73 Km Distancia Madrid
4h04'
3h21'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, sin obstáculos, sin limitaciones de temperatura, zona de cazadores, con algunas fincas privadas, zona de fotografía interesante, muchas puertas

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix

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Temperatura media: 12.3
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Hace mucho que no hacemos una ruta por esta zona. Y la verdad es que en otoño es una de las más bonitas porque el contraste del colorido de los abedules, hayas blancas y selváticas, robles, álamos negros, chopos, acebos, pinos, avellanos… etc. merecen la pena.

Alfredo, desde el principio muestra su malestar por la hora (15:00) en que Domingo ha hecho la reserva en el restaurante El Hayedo de Montejo, ya conocido de varias veces. A lo largo de la ruta propone insistentemente que adelantemos la reserva.

Salimos de Montejo a las 9:10 en dirección al famoso hayedo. Ya en la carretera vemos a un nutrido grupo de veteranos jubiletas esperando en el puesto de control esperando a que les lleven y les guíen por el mismo. Menos mal que hace una mañana espléndida y apenas hace frío. No lo he visitado -de manera oficial-, si bien hace años dejamos las bicis cerca de la valla pasado el Puerto de El Cardoso y nos internamos unos metros para ver esa supuesta maravilla. Bueno, después de tantos años viendo enormes hayedos por Navarra, León, Asturias, Cantabria…, la verdad es que nos pareció una insignificancia.

Salimos de la carretera que sube al Puerto del Cardoso, poco antes de la entrada al hayedo y empieza una larga y empinada cuesta que nuestras piernas con la ayuda inestimable de las e-bike, solventan como si nada. ¡Qué gran invento! En las primeras praderas no puedo dejar pasar un par de rodales de hermosas setas de cardo (Pleurotus Eryngii) y las recojo con esmero. A pesar de ir en la pequeña mochila han llegado a casa bastante bien, así que esta noche discurrirán por el garguero en un revuelto.

Según vamos cogiendo altura, dejamos el hayedo a la derecha y nos internamos en un pinar que nos lleva al Collado del Mosquito. Se va echando encima una niebla que nos impide observar algunos tramos, pero que también tiene su gracia al vernos envueltos en las nubes.

Según bajamos en dirección Sureste y rodeamos la Cebollera Nueva los caminos se van poblando de la hoja caída principalmente de roble. Todo este tramo es conocido.

En dirección Norte nos acercamos a la Cascada de Litueros, pero antes bajamos por una pista de pendiente muy pronunciada que me ha traído recuerdos. Hará 20 años, quizás más, que salimos desde el Puerto de Somosierra y subimos por esta horrible pendiente. Julito y yo en cabeza. Picados desde el inicio. En aquella época no había una cuesta que no provocara distintos piques. Constantemente nos íbamos tanteando con objeto de ver quien estaba más y mejor entrenado. Entonces yo estaba muy en forma y el reto, era ver quién me podía superar en al menos una cima. No fue en esta ocasión. Recuerdo llegar y Julito tirarse al suelo profundamente mareado. Hay que decir que me superaba fácilmente en 15 kgr, pero eso no le importaba a este bravo compañero. Amigo, si lees esto que sepas que aún te echamos de menos.

En vista de que vamos muy bien de hora, Domingo cede a las pretensiones de que comamos antes y reserva a las 13:45, siguiendo los cálculos efectuados por el nuevo GPS de Alfredo.

Pasamos por El Puerto de Somosierra y su ermita donde está la placa conmemorativa a los soldados de la caballería polaca caídos que acompañaron al ejército de Napoleón, con él incluido, en su entrada en Madrid. Mejor se hubieran quedado en su país y les habíamos enviado con gusto a Carlos IV, Fernando VII y su parentela para que no volvieran más. Pero ya sabemos que los Borbones siempre vuelven y repiten comportamientos.

Bajamos por la carretera antigua y cogemos un camino a la izquierda. Es tan precioso como desconocido. Se llama Prado de la Horca y el tramo más espectacular termina al cruzar el arroyo de La Pinilla que nace en la Cebollera Nueva.

Se divisa un bosque muy colorido mirando hacia abajo en dirección a Horcajuelo. Tenemos que investigar caminos por ese bosque. En El Gamonoso vemos un camino que baja con pronunciada pendiente, pero seguimos nuestro track. Alfredo entra en «modo Putansia» y nos lleva al galope tendido para llegar a comer antes de la hora prevista.

Nos tiramos por la PR-23 a tumba abierta mientras de soslayo vemos los preciosos paisajes de la zona. Así llegamos a Horcajuelo y poco después a Montejo a las 13:30h.

Como es habitual, mientras apenas empezamos a limpiar las bicis Domingo y yo, Alfredo ya la ha limpiado y metido en el coche. Deprisa se encamina al restaurante donde tendrá que esperar 20 minutos a que llegue yo y poco después Domingo. Ya se ha comido la cesta de pan y me recibe cabreado como una mona. Todo se le pasa cuando le traen un exquisito plato de níscalos con patatas que se come en cero-coma. Ya recobrada la normalidad, hace lo propio con un bacalao Dorada. Es de bien comer. Y lo mejor es que no engorda.

Y el lunes nos vamos tres días a Sotillo de la Adrada a continuar disfrutando del otoño.

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Una respuesta a “Colores por Montejo y Sierra Cebollera”

  1. Una zona preciosa, sobre todo en otoño. Pensé que nos iba a llevar más tiempo pero es pistera en su gran mayoria y, como vamos como si no hubiera un mañana, nos la pulimos en 4 horas. Tenemos que explorar la zona de Horcajo porque hemos visto pistas que se adentran en un gran robledal.

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