Carabaña-Nuevo Baztán y la yayada no tan yayada

Ruta realizada el Jueves 06/10/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
44.7 km
540 m
44 Km Distancia Madrid
3h59'
3h12'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), 15% de trialeras, sin obstáculos, no adecuado para temperaturas altas, 100 metros no ciclable

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe, Rufi, Leo, Tomas

Mas detalle ruta

Temperatura media: 25.4
Descarga ruta: Carabana-Baztan-20221007.gpx
Reproductor audio crónica:

Cita de Yayos con ruta supuestamente para Yayos porque Domingo estaba acatarrado y no le apetecía grandes esfuerzos. Quedamos tranquilamente en Carabaña a las 10:30 y como es habitual salimos 30 minutos tarde, esta vez porque la bici eléctrica de Leo no acababa de arrancar. Intentamos arrancar en segunda, con el starter, empujando , pero no había manera, al final era un mal contacto y pudimos empezar la ruta.

La ruta original partía de Orusco de Tajuña, pero para tener un restaurante cerca añadimos 11km más que luego lo pagaríamos.

El comienzo hasta la Cecera de Ambite es por una vía verde que parecía confirmar el plan yayil , pero sólo fue un espejismo. El poco desnivel que tenía la ruta se concentraba en tramos cortos de gran desnivel y en algunos casos con terrenos complicados con un final de traca. Tras el primer cuestaco llegamos al Palacio del Marqués de Legarda con su encina milenaria.

Y luego seguimos por un sembrao donde encontramos la siguiente encina milenaria esta vez de dimensiones decomunales llamada la encina de la Pica de unos 350 años. Félix como es habitual intentó subirse, pero la encina no le dejó.

La ruta hasta llegar a Olmeda de las fuentes sigue a través de sembraos que a pesar de no tener mucho desnivel exigía un esfuerzo que no habíamos previsto.

Y finalmente llegamos a Nuevo Baztan sobre las 13:30. Yo ingenuamente creyendo que el resto de la ruta sería dejarse caer, propuse comer al lado del palacio , pero menos mal que la tropa prefirió comer al terminar la ruta. Lo de dejarse caer era correcto pero en otro sentido como bien sabe Leo.

El último tramo de la ruta (casi la segunda mitad) consistía en un senderito paralelo a la vía del tren con sube y bajas para evitar los túneles y piedras de granito que se colocan entre las vías del ferrocarril para alegrar la bajada. Esto ya no era una yayada y técnicamente tenía su dificultad, de hecho Leo intentó subir una rampa y volcó como un escarabajo pelotero a pesar de llevar la eléctrica. Solo de pensar que podía haber hecho este tramo con judiones en el estomago me daba escalofríos.

Casi a las 3 de la tarde llegamos al restaurante atajando por la carretera. Pepe y Tomas tardaron casi 20 minutos mas y a final comimos un delicioso menú de batalla (con un plato de decalaje para Pepe y Tomás) acompañado de unos chupitos de la casa y conversaciones variadas sobre la próxima salida otoñal y filosofía variada.

Otro día mas entre amigos disfrutando de la vida.

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4 comentarios en “Carabaña-Nuevo Baztán y la yayada no tan yayada”

  1. Menos mal que los judiones no fueron en el intermedio porque Leo, al caerse, hubiera perecido un surtidor.
    Buenos detalles los captados por el cronista, como aquel de la encina resistiéndose a la «trepadura» (que no tripa dura) de Félix.
    Efectivamente la ruta fue la trampa del oso y yo me sé uno que le dio la puntilla a una maltrecha espalda, producto de los lechones con el palo de golf.
    Lo de la eléctrica es un sino.
    Bien contado, Alfredo

  2. Muy divertida la crónica Alfredo. Pues si, la elegí porque me pareció sencilla y curiosa y resultó curiosa y un poco cabronas, tanto «sembrao» y trialera resbalona… Esta claro que es mejor que no nos cojan en el Imserso para elegir itinerarios yayisticos.

  3. Me pareció una ruta muy divertida a partir de Nuevo Baztán. Técnica y variada exige estar atento al terreno, tanto al suelo por el peligro a resbalar con las roderas, como con las ramas de arbustos y árboles que te pueden descabalgar como te descuides. Encima de las zarzas y otros arbustos de espinos, que hicieron parecer que nos follamos a un gato. Hubo varias caídas sin consecuencia a pesar de que llevamos bastante cuidado. Salvo Rufi que a pesar de su último percance el domingo, sigue haciendo vertiginosas piruetas que incluso Alfredo rehusó aduciendo falta de ruedas. Hacía mucho que no salíamos tantos como siete colegas. Me lo pasé muy bien.
    Bien contado Alfredo. Por cierto, la encina del palacio, tiene una historia sobre el sabor de sus bellotas y la felicidad o infortunio de los recién casados que van a probar para así, averiguar cómo transcurrirá su matrimonio. Las bellotas de este año parecen dulces según Leo, pero por el ridículo tamaño, anticipan un matrimonio feliz aunque muy corto.

  4. Cabrones sois. Tomás y yo hicimos la ruta sin atajo por carretera. A falta de educación para esperar y de surtido en los segundos platos, tuvimos que apañarnos con las sobras. Otro día mejor salir con amigos…

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