Ríos Jarama y Henares. Entre dos aguas y el Parque Regional del Sureste

Ruta realizada el Jueves 18/11/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
58.4 km
214 m
7 Km Distancia Madrid
7h04'
4h23'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Mario

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Puentes-y-Lagunas-del-Parque-Regional-del-Sureste.gpx
Reproductor audio crónica:

El grupo sigue diseminado en labores varias ante lo cual, Domingo y yo planificamos una jornada de paseo rápido en busca de los colores del otoño antes de que el viento se lleve las hojas hasta el siguiente año. Ni siquiera lo publicamos en el grupo de whatsapp. Mario que ha vuelto de su escapada por Europa y que viene con ganas de MTB, lanza la cuestión. Se apunta y quedamos a la hora del marqués: 10:30h, en los aledaños de la casa de Domingo.

Está fría y gris la mañana. Abrigados convenientemente marchamos por las calles hasta Vicálvaro para llegar a Coslada por el único sitio que Domingo encuentra. Recorrido feo y peligroso por ser una carretera que discurre por el polígono industrial hasta cruzar la Cañada Real Galiana que se extiende desde San Fernando de Henares hasta más allá de Rivas-Vaciamadrid llegando al límite del Parque Regional del Sureste donde el Río Jarama lo interrumpe. Unos quince kilómetros de longitud de poblado inconcebible de podredumbre y miseria donde el trapicheo y el submundo de la droga campa a sus anchas para vergüenza de la Comunidad de Madrid. Lugar infestado de gentes que en su mayoría no aportan ingresos a las arcas públicas, que ocupan terrenos que son de todos y usan para su beneficio, que se lucran con negocios fraudulentos e incluso fuera de la ley pero exigen derechos y servicios como el resto de los ciudadanos a los que parasitan desde hacen muchas décadas. ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Blancanieves?

A lo que vamos. Cruzamos San Fernando de Henares cuyo nombre despista pues el río más cercano es el Jarama. Nos acercamos al Henares y recorremos un espacio donde aún han llegado los interminables bloques de edificios. Cruzamos el puente de Casa Quemada sobre el Jarama. El hedor nos recuerda que hay una estación de depuración cercana.

Las aves deben tener poco olfato

Sorprende el caudal del Henares y la vegetación parcialmente verde y amarilla, sorteada de numerosos tarayes también llamados tamarix (lo he tenido que buscar en Google porque ninguno sabíamos como se llama este arbusto que abunda por la ribera de ambos ríos). Retornamos en un punto donde hay una especie de presa que no sabemos que objeto tiene y que parece que trata de facilitar el ascenso de peces mediante escalones. No me imagino salmones saltando en estas turbias y malolientes aguas contaminadas.

En una mínima cuestita tenemos el percance habitual de las últimas salidas. Unos gritos de Domingo nos alerta de que algo le ha pasado. La cadena se ha salido e incrustado en el cuadro una vez más. Después de varios intentos tan suaves como infructuosos, se pasa a la fuerza bruta y al fin sale la dichosa cadena. Mario revisa el posible motivo de la recurrente avería y determina que el desviador está desplazado. Lo coloca y «mano de santo». Seguimos un sendero nuevo por la ribera del río en busca de algún puente. Y lo encontramos. Pero hundido. No queda otra que salir por el maloliente puente de Casa Quemada.

Seguimos en busca del río cruzando por tierras de labor. Alcanzamos el objetivo y reaparecen los árboles de ribera a veces con hojas y a veces no. Los chopos son los primeros en echar hojas en primavera y en tirarlas en otoño.

Oteamos en el alto la ermita del Cristo de Rivas. Esta parte es muy entretenida y bonita por lo que dedicamos tiempo a pesar de ciclar en algunos tramos a moderada velocidad. La temperatura va subiendo e incluso sale el sol, lo que aprovechamos para aligerarnos de ropa. Llegamos a las Lagunas del Raso y nos sorprende la cantidad de patos, ánades, algunos cormoranes e incluso milanos que vemos por el recorrido. Lástima que las aguas estén aún sucias porque la vida es sumamente persistente y esto podría ser un espectáculo de naturaleza.

Nos vamos dando cuenta de que enredamos y se nos hace tarde para comer. Aceleramos hasta llegar a la Laguna del Campillo sin entrar a rodearla, para llegar al restaurante habitual en Rivas a eso de las tres y media.

La vuelta no tiene historia. Cogemos el camino más rápido cruzando Rivas. Hay una miríada de chalets y bloques de edificios que me sorprende, así como la gran cantidad de autocaravanas que han aparcado en la misma calle. Nos damos prisa para evitar que se nos haga de noche por carreteras transitadas de camiones y sin iluminación. La comida va dando botes en el buche a cada pedalada. Llevo la paella y la carrillada bien agitadas más cerca del esófago que del intestino delgado.

Esto parece el laberinto del Minotauro. Unas veces por orientación, otras por el GPS y otras por experiencias anteriores, nos permite salir hasta una carretera un tanto peligrosa mientras que el sol se va recostando por el oeste. Los rayos del sol van cayendo con el consiguiente riesgo de que algún coche o camión con el parabrisas sucio, se deslumbre y no nos vea a pesar de que mi indumentaria es bastante chillona y de que Mario lleva una tenue luz roja trasera.

Llegamos al destino poco antes de que anochezca dando por concluido el recorrido con casi sesenta kilómetros y un desnivel ridículo. El que más ha sufrido ha sido el culo y es que los sillines de las bicis son inmisericordes. Aún la tecnología no ha avanzado lo suficiente es este aspecto. Hago un llamamiento a nuestro inventor-filósofo Peperistóteles para que invente un sillín que conjugue un peso ligero y con gran comodidad para nuestros veteranos y curtidos culos.

Otras fotos: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos


3 comentarios en “Ríos Jarama y Henares. Entre dos aguas y el Parque Regional del Sureste”

  1. Siempre sorprendente que haya esto tan cerca de Madrid. Un día muy agradable a pesar del frío del principio. Que pena que para llegar aquí nos tengamos que tragar tanta carretera y calles.

  2. Lo que os sobran son kilos, cabrones. No echéis la culpa al sillín
    Y a mí lo que me roe es la envidia. Menudo día bonito y entretenido. Esto no me va a pasar en el segundo cuatrimestre, lo aseguro.
    Besos y abrazos

  3. Aqui Vago-Torix, de las antiguas galias, leyendo la magnifica descripción, que hace el maestro Reverte Felix, del dia gris, al parecer, al que le da luz con su prosa. Y que despues de leerla, siempre te dices ¿Y porque no he ido? Y mientras Peperistoteles o Peperistocles, de la antigua Grecia, soluciona lo del sillin, en mi caso taca taca, un saludo desde la Galia. 😘

Los comentarios están cerrados.