Río Manzanares-Laguna del Campillo

Ruta realizada el Martes 20/04/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
70.7 km
89 m
3 Km Distancia Madrid
8h47'
5h04'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Juanlu, Pepe, Leo, Paco Díaz

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Hoy 20 de Abril, pero no del 90 como dice la canción; sino del 2021. Es decir, algo más mayores, contentos y disfrutones nos vamos de excursión por el Manzanares abajo. En el Lago de la Casa de Campo hemos quedado. Leo y yo vamos con el coche. Pepe y Juanlu se acercan con sus bicis, y Paco nos espera en el tramo del río más adelante que le pilla cerca de casa. Los primeros kilómetros los hacemos muy lentos y disfrutando de la mañana sorteando algunos viandantes por el paseo que nos lleva hasta donde está Paco.

El río está de dulce. La vegetación recién salida tiene un verde fosforito que deslumbra. La mañana, con buena temperatura, incluso algo fresca y encapotada a veces, lo que se agradece entrado el medio día. A ratos con unas nubes algodonosas que Juanlu define como cirros acuíferos o algo así; pero que resultan ser cúmulos. Juanlu, que lo tuyo son las aves.

Abandonamos la ciudad y la muchedumbre de paseantes por Madrid Río, con la pregunta que nos corroe a todos: ¿quién va a pagar mi pensión, si aquí no trabaja ni dios?

Cogemos el Camino de Uclés que tan señalizado aparece por todos lados. Me pregunto qué tendrá tanto interés que justifique poner tanto cartelito. Claramente es un intento de llevar más peregrinos para Santiago y que fluya el negocio. La cosa está muy mal para la iglesia. E iría peor si no fuera por lo diversificado de sus negocios terrenales.

Llegamos hasta un precioso campo de trigo y al lado otro de colza que está exuberante. El cielo azul y las nubes blancas terminan de rematar la colorida composición.

Vamos en paralelo al frente del Jarama que durante la Guerra Civil defendió del asedio de Madrid. Numerosos fosos de ametralladoras bordean el camino. Dudo que esos búnker hechos en la tierra y yeso propios de la zona, aguantaran un cañonazo siquiera de un calibre menor. Me imagino los sacos terreros ocultando el hueco por donde asoma la ametralladora y las dos gorrillas caquis de los asustados soldadillos helados de frío y aburridos, mientras rezan porque no les pegase el proyectil de un obús proveniente de alguna batería de los «fachas» allende la otra orilla.

Numerosas aves surcan el cielo. Juanlu nos indica que son águilas y luego rectifica cuando más cerca, observa que se tratan de milanos negros. La cola característica en forma de uve es menos angulada y más plana, así como su plumaje algo más oscuro con manchas jaspeadas. Más adelante nos encontramos gran cantidad de cigüeñas que han puesto sus nidos en las copas de chopos rotos y secos. Okupas plumíferos.

Numerosos gazapillos se nos cruzan constantemente por el camino. Algunos no superan el tamaño de un puño. Siempre me alegra verles y me encantaría poder acariciar alguno. Dan pequeñas carreras donde se pierden entre la vegetación o se meten en su madriguera. Otras veces, simplemente se quedan inmóviles como diciendo: ¡qué no me vea, que no me vea! Seguro que las rapaces de la zona no pasan hambre.

Nos acercamos a la Cañada Real y al asentamiento donde la Presidenta ha decidido que si no pagan la luz, que no se lo paguemos el resto de madrileños. Esperaba que el lugar fuera más peligroso. Apenas se ven unas destartaladas casuchas. Más adelante empiezan unos lodos sospechosos que traen aguas fecales de las infraviviendas superiores y donde pueden observarse unos paramecios del tamaño de zapatillas y unas amebas del tamaño de la palma de una oca. Aquí el Covid no tiene nada que hacer. Las vacunas se las pueden ahorrar. Los supervivientes están inmunizados contra todo.

Voy saltando con mi bici como puedo y pisando en los lugares menos blandos o profundos. Hubiera agradecido que dios en su infinita misericordia, hubiera decidido que los humanos pudiéramos volar. Por no pisar semejantes miserias, pagaría para que unas hermosas ninfas porteadoras me alzasen en parihuelas. ¡Puagg! El olor también ayuda a salir de allí a toda máquina.

A los pocos metros de la zona fangosa, la mala suerte quiere protagonismo en la mañana cuando Paco pincha y a Leo se le destalona la rueda delantera de forma misteriosa. Algo más de media hora para solucionar ambos eventos. Salimos de allí, sin las prisas que sin duda nos habría metido Mr. Ankagua, disfrutando de cada pedalada y de unas vistas magníficas allá por donde mires. ¡Qué bonita es la primavera! Este año no nos roba nadie el mes de Abril.

Puente de ladrillo

Sin prisas seguimos avanzando. Pasamos puentes de hierro sobre el Manzanares hasta llegar a las cercanías de la laguna del Campillo. La bordeamos por el exterior donde un bosque bajo y una alambrada nos obstaculiza y requiere de toda nuestra atención para no acabar en el suelo descabalgados.

Llegamos a otro puente para el tren, mayor que los anteriores, que está cerrado al tráfico. Nos damos la vuelta hasta la entrada a la laguna, para darle la vuelta.

Nos encontramos a unos chavales que andan buscando donde echar la caña de pescar. Amablemente en el lenguaje coloquial de la zona, les pido que nos hagan unas fotos. El más voluntarioso nos hace 20 fotos sonriente y contento. No obstante, Pepe cree que mis modales nos son los adecuados para hacer la solicitud y han de ser pulidos. Claramente no habla el idioma de barrio por más que nos cuente que en su adolescencia ha sido un delincuente

Damos la vuelta a la preciosa laguna con algo de rapidez pues la hora de la comida se echa encima y aún no sabemos donde comer.

Nos acercamos a Rivas y en el ayuntamiento Leo pregunta a una señora, a lo que yo añado: que qué tiene hoy, por si fuera de nuestro agrado. No se ha enterado. Nos indica un restaurante con terraza, donde nada más sentarnos empieza a levantarse algo de viento premonitorio de unas gotas de lluvia cada vez más copiosas. Ya lo adelantó Pepe. Siguiendo sus instrucciones precisas en cuanto a mi relación con los camareros, me abstengo de preguntar o solicitar cosa alguna, no vaya a empeorar la situación. Comemos dentro. Bajo techado. Bien. Abundante y bueno.

Levantamos vuelo después de habernos evitado la tormenta durante el periodo de la comida. Esto es planificación. Y al tran tran, nos volvemos a casa. Juanlu va acusando el dolor de ojal de tanto tiempo con el sillín oprimiendo el óculo inferior. Le damos instrucciones respecto a la higiene adecuada de semejante parte innoble, pero esencial. Imagínate que se cierra durante una semana. ¿Te parece irrelevante su función? Pues prueba.

Después de despedir a Paco, llegamos a la puerta del Rey donde nos hacemos las últimas fotos y video con el placer de haber pasado una magnífica jornada.

Otras fotos: Link Álbum

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6 comentarios en “Río Manzanares-Laguna del Campillo”

  1. Si Señor 👏👏, insuperable. Se te nota que estás disfrutando y atrapando la primavera, y eso se nota por como lo sientes y expresas. ‘No todo va a ser follar’
    Que comunicador se ha perdido España, el otro, tocayo tuyo, se nos fue a Canada, y filmando una carrera de trineos en una avioneta se nos mató. .
    Y como Yayo que soy me acuerdo mucho de el. Cómo nos hacia sentir a traves de sus palabras y de su vida misma.
    Gracias a todos por el dia de ayer. Yayo agradecido a pesar del dolor de ojal

  2. Buenas fotos Félix. Crónica de ruta que no debería contar para el ranking y que Mr Angagua reclamará en el TC
    Hicísteis bien saliendo porque me parece que jueves y domingo están en globo por la climatología adversa

  3. Muy buena crónica, con fotos muy chulas. Esta ruta es una vieja conocida que realizo con los del barrio, que no están para IBPs mucho más exigentes. Hay que explorar las zonas lacustres que rodean la laguna del Campillo (hacia Torrejon/Mejorada por un lado y hacia San Martín de la Vega, por el otro). Y a ver si conseguimos ir a Aranjuez en algún momento.

  4. Esas rutas de martes, facilonas, tranquilas, dulces y generosas como tetas de aldeana rolliza. Me gustan (las rutas, dejemos a las otras en paz)

  5. ¡Qué gran crónica, Jefe!
    Gran paseo de verano azul. He disfrutado del campo como si hubiera estado.

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