Ruta realizada el Jueves 11/02/2021
Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juanlu, Pepe, Rufi, Mario
Reproductor audio crónica:
Hoy han abierto el geriátrico y nos han dejado que salgamos de excursión. El director de «El Nido del Cuco» ha tenido a bien llevarnos al Embalse de El Atazar a los de la planta de «no peligrosos». Sólo a los que nos hemos portado bien. Previa toma de las pastillas relajantes, las enfermeras nos han llevado de la mano hasta El Berrueco con la consigna de que antes de las 14:00 estuviéramos en el Restaurante Los Álamos.
Y ahí, ya se ha liado parda. Alfredo, que no se había tomado la pastilla azul y sin desbravar desde el jueves, ha cogido carrerilla en cuanto le han puesto en la bici y como alma que se lleva el diablo, ha enfilado al camino como si no hubiera un mañana. A mi me recuerda a los perrillos cuando sus dueñas los sacan a la calle después de doce horas sin mear. Como un poseso se ha tirado por la cuesta empinada hacia el pantano, mientras Rufi haciendo aspavientos y dando gritos, le seguía como podía.
Pepe y Mario han cogido la de «villaconejos·». Desde el minuto uno, han salido por otra trayectoria y los hemos encontrado al final del pantano. Allí estaban esperando como diciendo: ¿dónde coño estarán?
Domingo lleva un lío porque ha cargado la ruta que Pepe envió por WhatsApp, pero a su vez hacía referencia a hacer la Vuelta al Atazar que es la que finalmente haremos para evitar el barro. Cuando intenta poner orden una y otra vez, Alfredo le contesta con voz de trueno y un tajante: «¿te digo yo por donde hay que ir cuando vamos a El Escorial? Esta zona me la conozco yo» Así que un tanto mohíno, Domingo masculla, rechina los dientes, se aguanta las ganas de tirarle al agua y se la guarda.
Mientras tanto Juanlu, Domingo y un servidor, mucho más tranquilos por el efecto de las pastillas rojas, verdes y amarillas; vamos degustando el paisaje espectacular de la mañana amanecida con nubes gruesas y oscuras que apenas dejan ver el sol. Me quedo atrás haciendo fotos y cuando les intento alcanzar, me salgo de una de las múltiples opciones acabando al borde del agua. Cuando entiendo que por ahí no es, recibo la llamada de Domingo preguntando si voy por delante o por atrás. Todo un caos. Sin duda el Cencerro Digital que está diseñando Alfredo hoy habría sido de gran utilidad.
El embalse está espectacular. Las luces y sombras de la vegetación con las nubes, el agua, las playas… dejan un colorido que no puedo dejar de retratar.
Nos juntamos por un instante y de nuevo Alfredo arranca como una flecha seguido de su fiel escudero Rufi , que se queja de su brazo derecho. Le digo que practique el onanismo con ambas manos. Llegamos a la presa de El Villar donde han abierto los aliviaderos para soltar el agua en exceso acumulada por las nieves y lluvias de estas semanas pasadas. Es una gozada y ahí nos entretenemos Mario, Domingo y yo dándole cuartelillo a la cámara de fotos.
Cuando miramos a ver al resto, descubrimos que ya han volado. Las pastillas no parecen haber hecho efecto en algunos. Como podemos enfilamos la larga cuesta pasando por Robledillo de la Jara, hacia el puerto de la Puebla donde llegamos ya zurraditos. Miramos en todas direcciones y no hay nadie, así que suponemos que se han ido hasta las antenas. Allí están comiendo el plátano y observando los paisajes nevados.
La Cabrera a un lado, al otro el Mondalindo y allí a su frente, El Cerrón.
Con medio plátano en la boca, de nuevo desaparecen los cagaprisas. Cuando queremos seguirles la pista por una trialera que no encuentro, ya han desaparecido. Así que decidimos bajar por el camino hasta el lecho del río. Discurre el agua del deshielo y la lluvia con fuerza y sobrepasa una pequeña presa que no entendemos su función.
Salimos Domingo y yo al tran-tran charlando. Juanlu y Pepe a su bola. Ahora empieza otro subidón para salir del valle. Antes de llegar al pueblo de El Atazar, Mario ofrece una nueva alternativa que consiste en subir un cerro para dejarse caer hacia la carretera acortando por una trialera. Rufi comenta que se va a lamentar; pero como amigo fiel, sigue a los otros dos kamicazes. Yo que ando dolorido del pádel de ayer, me lo replanteo y rehúso. Tengo que ahorrar fuerzas que mañana tengo otro pádel.
Enseguida enlazamos con fuerte desnivel de bajada que por carretera nos lleva a la presa de El Atazar. En cuanto paro para hacer una foto, una grabación por altavoces nos dice que está prohibido andar por allí y que retrocedamos. ¡Y unos cojones como los del caballo de Espartero! Lo lleva claro el guarda si pretende que nos volvamos por donde hemos bajado.
Mientras el resto de dementes nos observan desde un mirador en las alturas, iniciamos el penoso ascenso por carretera. Las vistas desde la altura no tienen desperdicio.
A Alfredo hace un rato que ya le ha entrado la putansia (por lo regular, le da a eso de las 12:45-13:00). Lleva todo el camino preguntando: ¿qué hay de menú? En cada encuentro, lo mismo. Las enfermeras deben estar que trinan. Son las 14:30h y nos reencontramos en la puerta del único restaurante abierto. No hay opción, así que nos apretamos unas cervezas mientras nos ponen un aperitivo de carne de jabalí muy blanda y jugosa.
Lo demás, ya sabéis… comida descansada con café y vuelta a casa de la mano. Otra vez al Nido del Cuco.
**** ATENCIÓN no existe el video 2021-02-11 El Atazar.mp4 en el álbum de Google de la crónicaA ver fabricantes de mascarillas. Sois unos cabrones. Las orejas las tengo escocidas y tres centímetros más cerca de los ojos que hace un año. Aquí se puede observar claramente ¿Tanto cuesta hacer la goma un poco más larga?
Desde aquí le mandamos un beso a Mario el Joven, que lo está pasando mal en el hospital y que nos sigue a través de estas crónicas. ¡Vamos campeón, que enseguida te tenemos con nosotros bajando trialeras a cascoporro!
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9 comentarios en “Vuelta al Atazar: múltiples alternativas”
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Jefe, me lo he pasado como un enano leyendo la crónica. La dosificación de las pastillas claramente se quedó corta.
Lo de mi brazo parece que son las dominadas. Ya decía yo que dominar, lo que se dice dominar….
Mario recupérate pronto que tenemos ganas de que vengas y nos mojes la oreja. Si con el equipamiento que llevabas ya dabas miedo, con pedales automáticos y zapatillas va a ser la hostia. Ten paciencia y cúrate bien que es eso es lo primero (y así, además, vamos entrenando un poco, que buena falta nos hace)
Ehhh, Mario, estos abuelos de mierda necesitan que nos aportes un poco de sensatez. No dudes que te estamos esperando. Un abrazo muy fuerte.
Una crónica muy divertida y demente. La pena es que ya se me ha olvidado de que iba porque no me he tomado la pastilla verde. En su lugar he cogido una azul y estoy todo el tiempo a ver si pillo una enfermera. Mario, ponte bien cuanto antes, porfa. Tenemos ganas de ver lo que haces con las calas y además eres el único que baja la edad media de este grupo frenopatico.
Me da que el señor director, después de nuestra salida en desbandada, habrá ordenado a sus doctores Strange, Who y Zhivago que nos reajusten la medicación y les habrá montado un buen pollo a las enfermeras por permitir tal desmadre.
Tanto es así que es muy probable que, por el exceso de pastis, nuestra próxima excursión sea en silla de ruedas. Yo ya estoy ojeando los últimos modelos de Sunrise Medical.
Jajaja, Félix, muy bueno lo de «Pepe y Mario han cogido la de Villaconejos», por mi tierra se dice «tomaron las de Villadiego» jajaja. Menos mal que solo hay una salida del embalse, de otro modo sí que la hubiésemos liado buena …
Al final la comida estuvo mejor de lo esperado, habrá que mejorar la calificación del menú. Aunque, al parecer, la experiencia le está dejando a Rufi un tanto «vacío», jajaja. Tío disculpa el vacile. ¿O sería ese gel que tomaste antes de subir la carretera del embalse?
Mario, tocayo, sé que las estás pasando canutas. Recibe toda nuestra fuerza para que pronto te recuperes, paciencia y mucho ánimo. Verás como en pocas semanas podrás estrenar esas zapatillas con calas y volar por los senderos.
Estamos deseosos de tu vuelta, que falta nos haces para poner orden en cabeza del pelotón, jajaja, ya ves que pasa cuando nos dejan solos. ¡Un abrazo!
Un saludo desde «el nido del cuco» jajaja ¡¡ Hasta la próxima!!
Felix, el experto en pastillas es Rufi que las devora en ruta. Lo pasamos muy bien y sin barro, pero tenemos que mejorar el catering. Yo necesité 24 horas para digerir el guiso de caza, las costillas con patatas y los huevos con chorizo picante y más patatas.
La crónica muy divertida.
Mario recupérate que los yayos necesitan un estímulo de juventud.
Muy buena crónica Jefe, da gusto ver que lo pasáis genial.
Mario siento mucho que lo estés pasando mal. Espero que te recuperes muy pronto. Un abrazo
Yo ya no se que decir, necesito pirulas, no me dejais hueco para ser original. Lo que si os digo es que necesito pirulas de las BLANCAS (como no te voy a querer), y un poco de fuerza adicional una electrica, para seguiros a todas partes cabrones. Que pastillas ni que na, estais en forma, y solo falta que alguien os adelante, para que mas adelante le hagais morder el polvo.
Felix insuperable la cronica. Ahora lo de la sandia ya esta bien de llevarla yo, cuando querais la calamos y nos la comemos, por decir algo.
Mario creo que no te conozco y no he hecho ninguna contigo, corregirme si me equivoco, pero ponte bueno por favor, necesitamos juventud y entusiamo, y espero dar pedales en cuanto salgas o que me tires una cuerda, porque yo soy el del cencerro, y asi saben quien es el ultimo.Un abrazo
Buenas tardes chicos.
Muchas gracias a todos por el apoyo. Me lo paso realmente bien leyendo las crónicas, aunque me duela bastante el abdomen al reírme con vuestros comentarios. Los paisajes, como de costumbre, son muy bonitos.
Las zapatillas solo las he probado un día, ya veremos como se me da en la montaña…
Rufi, necesito que me des una pizca de aquel maravilloso gel que te tomaste el primer día que fui con vosotros, que me atormentasteis con ese desnivel Alfredo, Juan, Félix y tu. Si todos los sedantes que me están dando no me han fastidiado la memoria, creo recordar que fue por Torrelodones.
Un abrazo para todos.
¿Por Torrelodones?, pues me tocas los cojones