Ruta realizada el Jueves 06/08/2020
Participantes: Félix, Juanlu, Pepe
Reproductor audio crónica:
Hace tanto calor que no apetece salir. Así que haciendo un esfuerzo en aras de no seguir creando más panículo adiposo, propongo una pardada. Pepe se apunta ipso facto y Juanlu haciéndose rogar, es convencido por Pepe para que se nos junte en uno de puentes que cruza la M-30 de camino a El Pardo.
Llego a casa de Pepe a las 8 clavadas, ya vestido para matar. En la puerta me está esperando. Somos cada día más disciplinados.
Arrancamos por las callejuelas de su barrio y cruzamos Aravaca para llegar al punto de reunión antes que Juanlu, cosa que me extraña pues es sabido que siempre llega el primero.
Marchamos a ritmo suave por múltiples calles cometiendo todo tipo de infracciones de tráfico hasta llegar a una urbanización que enlaza con El Pardo a través de una puerta metálica. Parece ser que este recorrido fue explorado, por primera vez durante el confinamiento por Alfredo.
Cruzamos por encima de la M-40 y ya en la parte baja, llegamos a la puerta de Somontes donde infructuosamente esperan un grupo de periodistas a que el «emérito» aparezca después de la última espantada y pida de nuevo disculpas a los impertérritos españolitos, que como siempre presurosamente le otorgarán su perdón. ¡Como no!, si a un garañón como Fernando VII, le fue no sólo perdonado, sino vitoreado y aclamado con fervor a su vuelta y nombrado como «El Deseado» después de sus múltiples tropelías.
Al trán trán, llegamos al pueblo donde cogemos el camino peatonal que bordea el río. Y a poquito que diría un cantautor, llegamos a un punto donde el Ayuntamiento (o sabe dios) se han gastado el peculio en una obra absurda. Se trata de unos escalones para que faciliten a los peces subir un pequeño desnivel de las aguas, como si ello supusiera un alivio fundamental para la supervivencia de la especie. En pequeña escala debe tener la misma finalidad de la Ciudad de la Justicia o de los aeropuertos fantasmas de Castellón, Lérida, Ciudad Real… Lo digo porque a escasos 500 metros está la presa. ¿A ver si es que en ese tramo se dan unas circunstancias únicas y extraordinarias donde pueden desovar tan endémicos y magníficos ejemplares de peces? Barbos para más señas, como nos ilustra Pepe que fue un consumado pescador en sus años mozos.
Por la misma senda nos vamos retirando, que ya se va la fresca y no queremos que el sol nos aplaste como cucarachas. Se nos ocurre hacer una visita de cortesía a nuestro recién invitado de excepción a Mingorrubio. Multitud de parafernalia patriótica (o patriotera según se mire), antecede la entrada al panteón donde Doña Carmen lo esperaba desde hace unos pocos años. Juanlu, que es un sentimental se derrumba y le afloran unas lagrimitas que disimula sin éxito. Sus años al frente de la OJE le traen unos recuerdos añorables.
Nos retiramos y volvemos por el mismo sitio. Cruzamos varios pasos elevados y calles semidesiertas para dejar a Juanlu en el mismo lugar donde le recogimos un par o trío de horas antes. La vuelta a casa de Pepe la hacemos esta vez por la Casa de Campo, donde el sol ya aprieta sin indulgencia.
Ya en su casa nos apretamos dos Coronitas en el jardín mientras charlamos animosamente a la sombra del enfermizo roble que plantó con una bellota y que ya sobrepasa los 10 metros. ¡Cómo pasa el tiempo! Hideputa.
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4 comentarios en “De picos-pardos por el Pardo”
Los comentarios están cerrados.
Si señor, te mejoras. El ritmo recuerda a Cela en su viaje a la Alcarria.
Juanlu, al final pusiste una vela?
Que va era de dia. Las velas se ponen en las peliculas. Le eche algo de sentimiento, rancio para algunos, que le vamos hacer soy mayor
Buena cronica Felix. Mejoras con la edad que no aparentas