Cabanillas de la Sierra, las trek viejas y la Hacienda Pública

Ruta realizada el Domingo 30/01/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
23.5 km
402 m
45 Km Distancia Madrid
2h21'
1h59'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Félix, Rufi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 11.8
Descarga ruta: Cabanillas-de-la-Sierra20220130-1.gpx
Reproductor audio crónica:

Poco hay que contar de esta ruta, salvo el hecho de pasar una buena y corta mañana con buena compañía. La ruta vino marcada por dos hechos. Uno es la salud de las trek viejas, que están teniendo ya más achaques que la rodilla de mi tía abuela, una y otra vez operada de prótesis. El otro es la Hacienda Pública, siempre empeñada en recortar rangos de maniobra.

Yo no tenía coche y me recogió Félix en su flamante Honda, a las 8:15 de la mañana en un día que, como había previsto el propio Félix, era límpido, luminoso y templado (por los cojones). De camino a Cabanillas dice Alfredo que el termómetro de su coche presentó en varias ocasiones el amedrentador -6. Así que, cuando llegamos, nos encontramos a Surroca metido en el coche y disfrazado de Doña Rogelia. Lamentable, si, ya lo digo yo.

Empezamos la ruta por el estrecho y bonito camino de subida que discurre entre las vallas que delimitan las fincas. Menos mal que es subida y te permite ir entrando en calor rápidamente porque empezar esta ruta en bajada hubiera sido muy heavy.

Pronto empiezan las subidas de piedra con obstáculos que te hacen recuperar la técnica rápidamente. Hay que ver lo pronto que uno pierde el tacto y la forma. Aunque he esquiado y he sacado la «flaca» a pasear, en cuanto dejas la bici de montaña una temporada larga (yo no la cogía desde mediados de diciembre), cuesta un huevo volver a estar fino.

Pues en estos menesteres andábamos cuando, al cruzar la carretera (vete a saber cuál) y enfilar hacia el lazo que describía el track nos topamos con Montero, Montoro y sus monterías. Como digo, la HP (Hacienda Pública) siempre limitando los movimientos de los ciudadanos. Esto fue una constante durante toda la ruta y nos obligó a ir cambiando de dirección, haciendo recortes y coger más carretera de la cuenta.

Por suerte pudimos hacer algunos de los tramos clásicos de trialeras, como ese que le gusta tanto a Alfredo y que, en esta ocasión, tuvo la agilidad suficiente como para no meterse de patas en una pista de hielo que, seguramente, hubiera supuesto acabar con los huesos en el suelo. Ese tramo, con menos agua, pero mucho más hielo que otras veces, sigue siendo muy divertido, aunque te acabe adelantando un yayo vigoréxico que estaba empeñado en demostrarnos que su pericia era superior a la nuestra.

Como se puede ver y, tal y como dijo el jefe, hacía una mañana «estupenda»

También pudimos tomar el almuerzo, como dice Félix, en la antigua cárcel en la que Franco metía a los reos que empleaba en la construcción de la vía férrea. Allí una vaca ansiosa llamaba insistentemente a Alfredo para que le aliviase sus penas, pero Alfredo, insensible a los lamentos de la vaca, no le hizo ni caso.

Ya de regreso, a la altura de la cantera donde la vez pasada que hicimos la misma ruta nos encontramos al señor de Quinto, Montero, Montoro y su montería nos obligaron a hacer otro desvío. No sé qué pasó, pero, en ese preciso momento, a la trek de Alfredo le volvió a fallar la prótesis del desviador y allí se quedó.

Eso nos obligó a hacer por carretera los 7 u 8 kms que faltaban hasta terminar la ruta. Dado que no hay mal que por bien no venga, llegamos a los coches sobre las 12:30, lo que permitió a Alfredo llegar a casa con tiempo para celebrar el cumpleaños de Gina y a los demás para poder ver la parte interesante de la épica victoria de Nadal contra el escurrido ruso.

Poco más duró el desviador de Alfredo. Unos metros más allá llegó a su fin y, con ello, nuestra ruta. El jefe, para no faltar a su costumbre, subido a cualquier sitio que encuentra. En este caso, haciendo de «mascabrón» de proa

Poco más que contar de una ruta cuyo track no hay que repetir en el futuro. Hemos de enterarnos de cuál es la temporada de Monterías para tratar de elegir las rutas. A lo mejor el programador puede incluir este criterio entre los parámetros de selección

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Colmenar circular por Navacerrada, Matalpino y Manzanares. Shana Tova a la bici de Miki

Ruta realizada el Domingo 21/11/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
58.6 km
676 m
29 Km Distancia Madrid
4h43'
3h41'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Juan, Miki, Pepe, Rufi, Otros

Mas detalle ruta

Temperatura media: 11.4
Descarga ruta: ColmenarViejo-Navacerrada20211121.gpx
Reproductor audio crónica:

No estaba nada claro que fuéramos a salir hoy. Que si va a llover, que si la ruta es para nenazas y blandengues, que si la abuela fuma…. Empezaron Alfredo y Pepéneca (también conocido como Peperistóteles o Pepócrates) a calentar el ambiente y, poco a poco se fueron sumando efectivos. Juan se sumó cuando vio que la ruta estaba por encima de las 1000 calorías de consumo energético y, de hecho, se ha traído más efectivos. Miki también se sumó a última hora, lo cual ha sido una alegría porque ya llevábamos tiempo sin vernos.

El caso es que, a las 9 de la mañana nos hemos encontrado el equipo de titulares y suplentes en un sitio inhóspito, en medio de la nada. O sea, en medio de las afueras de Colmenar Viejo (que, desde mi punto de vista debería llamarse Colmenar viejo y feo). Juan se ha venido con dos suplentes que tenían unas piernas como jamones 5 jotas los animalitos. El propio Juan está echando unos pechos con eso del fit boxing, o como se llame, que ya quisiera Pamela Anderson en sus buenos tiempos. Me tienen que explicar los colegas de Juan dónde consiguen pantalones de diario que les quepan ese pedazo de jamones que calzan los muchachos.

Nos faltaba en el equipo el Capitán. El capitán Trueno, que venir no ha venido, pero sí ha lanzado su amenaza de que la ruta se nos iba a hacer larga. Y más que una amenaza ha sido una maldición, por lo que contaré más tarde.

Juan y los suplentes (llamados Rafa y Nacho) han llegado tarde y, como ya se sabe, en este grupo no se espera, así que hemos salido de najas sin esperarles. La primera parte de la ruta ha sido muy divertida porque desanda el camino del puente del Batán hasta Colmenar que, como se sabe, es una trialerita muy divertida, especialmente de bajada. Desde ahí hemos seguido la ruta en dirección a Moralzarzal y, no me acuerdo exactamente en qué momento, nos hemos reagrupado todos. Ha sido entonces cuando Pepéneca ha dicho que ya veía que a partir de ahí iba a empezar aquello de «a ver quién la tiene mas larga, etc». No entiendo esa discusión «esmeril» (que decía Gento), porque es un tema sobre el que no hay discusión posible. Yo soy el mejor dotado, claramente.

Salto de la valla, pegada a las vías del tren. El salto ha sido totalmente evitable porque había un camino estupendo al lado por el que se podría haber ido perfectamente. Pero ya se sabe que si no hacemos difícil lo fácil no somos felices. A estas alturas todavía no se nos habían unido Juan y los suplentes

Todos juntos, en amor y compañía, hemos seguido la ruta hasta llegar al embalse de Navacerrada, momento del refrigerio. Todavía nos quedaba más mili que al palo de la bandera. Los suplentes se defendían muy bien en terreno fácil, impulsados por los potentes jamones, pero hacían agua cuando la cosa se ponía más técnica, tanto de subida como de bajada.

El dream team y suplentes. Momento de la reunión del grupo completo que duró poco agrupado
Embalse de Navacerrada, a medio gas, como nuestras fuerzas a esa altura del partido

Antes de llegar a Manzanares el Real había una zona más técnica donde hemos tenido que poner los puntos sobre las íes y demostrar por qué en este equipo hay titulares y suplentes. Que si la llanta tal, que si la cubierta cuál…. Al saber le llaman suerte. Ahí hemos empezado a perder componentes, porque se nos ha retrasado Pepe. Bueno, en realidad, antes ya habíamos dejado que salieran de avanzadilla Juan y los suplentes, pero les hemos cazado a la salida de Matalpino, haciendo una jugada genial ideada por Pepócrates.

Al llegar a Manzanares ha empezado el despropósito. Uno de los suplentes, no sé si Nacho o Rafa, ha pinchado. Como no lleva tubeless, ha tenido que cambiar la cámara, cosa que ha hecho de forma rápida y diligente. Pero el que también ha pinchado en ese mismo momento ha sido Miki, que ha intentado arreglar el entuerto hinchando la rueda y dándole cuerda a la cometa. Una vez que Rafa, o Nacho, han arreglado el pinchazo hemos seguido camino, pero la alegría dura poco en casa del pobre y, antes de llegar a la gasolinera de Manzanares, hemos vuelto a parar porque Miki iba ya en la lona. A todo esto, Pepe había hecho la secante y había pasado por la urbanización, con lo que se ha «piantado», que diría un argentino en lunfardo. Los suplentes se han pirado, que diría un madrileño cañi y Alfredo, que había seguido a su bola, viéndose solo y abandonado, ha dado la vuelta para reunirse con el equipo de mecánicos.

Miki y Juan querían arreglar el pinchazo a base de darle un «mechazo» a la rueda, por lo que han procedido a violar la cámara con diversos objetos punzantes, con escaso o nulo éxito. En ese momento Alfredo ha dicho que lo iba a arreglar echándole un polvo a la rueda (literal). Dicho y hecho, ha sacado de la mochila el instrumental médico y le ha echado a la rueda uno polvo de color (negro) que no ha servido para nada porque el aire se seguía saliendo a chorros. Al final, entre Alfredo y Juan, formato mamporreros, han metido la mecha «hasta la bola» y han conseguido cerrar el agujero. Ahí ha llegado mi contribución, prestando a Alfredo una navajita que tiene mi set de herramientas, con la que ha procedido a circuncidar a la bici de Miki, cortando el pellejito sobrante y completando la conversión de la bicicleta.

Milagrosamente, la conversión nos ha permitido seguir la ruta que, desde Manzanares y salvando la parte que bordea el embalse, se ha desarrollado toda por carretera y el carril bici que lleva a Soto del Real. Ese tramo nos ha permitido encendernos, como tenemos por costumbre, aligerando mucho la marcha y la media, lo cuál nos ha llevado al punto de partida, llegando a una hora razonable.

Buena ruta, larga como ya sabéis qué y en la que se ha manifestado la maldición de capitán Trueno. No sé si habremos ganado adeptos para futuras salidas o todo lo contrario. El tiempo dirá

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Cercedilla-Fuente de la Reina-Camorca. Que poco dura…..

Ruta realizada el Domingo 11/07/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
41 km
1070 m
47 Km Distancia Madrid
4h26'
3h34'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Pepe, Rufi

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Cercedilla-Camorca-11Julio2021.gpx

Amenazas de todo tipo sobre la climatología este domingo hacían que salir a montar fuera todo un reto. Estaban los agoreros, la mayoría, que decía que de 38 grados no bajaríamos. Pero también había algunos que decían que iba a granizar a saco o a llover la ira de los dioses

Pues, con estos augurios he cogido esta mañana el coche, mirando con miedo y cada 10 minutos la temperatura que marcaba el termómetro. Hombre, calor hacía, pero…..

La ruta se había elegido a propósito para buscar la sombra y el menor calor posible. Antes de las 9:00 Pepe ya estaba listo para ponerse en acción

Hemos subido por «Puri y Cheli», que, como Ortega y Gasset eran dos que siempre iban juntas a todos lados. La subida de las escaleras las hemos salvado con orgullo y con dos….

Tras pasar la verja metálica, un francés, que había puesto una pica en Flandes, nos ha sacado una foto a los machotes para que quede para la posteridad.

También hemos sorteado la famosa subida de las raíces, que la vez anterior nos hizo poner pie a tierra

En la subida a la Fuenfría nos han adelantado unos electricistas, empeñados en convencernos de que las eléctricas son como las nuestras y pedaleas lo que quieras. Pepe y yo hemos apartado de nosotros ese cáliz y esas ideas engañosas.

Tambien nos ha adelantado una señora, sí, una señora talludita pero enjuta que llevaba una cadencia impresionante. A pesar de que Pepe le ha hecho mención a que con una eléctrica ya se puede, la mujer, que de eléctrica nada, no se ha desestabilizado y en poco tiempo nos ha sacado muchos metros. No puedo argumentar ni juventud ni testosterona para justificar el adelantamiento. Como diría Belén Esteban «ejj lo que hay»

En el mirador de los poetas hemos parado, no porque estuviéramos cansados, sino porque hay que cumplir las tradiciones y en ese punto de la ruta se para y punto.

Del tirón hemos llegado a la Fuente de la Reina que, a esa hora, estaba como la estación de metro de Cuatro Caminos a las cinco de la tarde. Ese ha sido nuestro momento de depresión. Quitando tres «colegas» que venían de Segovia (tras una noche con alto contenido etílico, según comentaron ellos mismos), Pepe y yo éramos los más jóvenes. Aquello era el frente de juventudes, pero eso sí, todos con sus bicis normales, nada de electricistas. En fin, nos han puesto en nuestro sitio y calentitos para enfilar la Camorca. Calentitos en lo que se refiere a la moral, porque de temperatura íbamos perfectos

No recordaba yo que el inicio de la senda a la Camorca tuviera esa subida técnica tan fuerte. Mira que se me escapan a mí pocas subidas odiosas, pero de esta no me acordaba. Seguramente será porque la última vez hicimos la ruta al revés. Pepe me ha dicho que se puede subir al pico, propiamente dicho. Yo no he subido nunca, así que me lo apunto en el debe.

La vuelta toca la otra subida odiosa que va desde la Fuente de la Reina a la Fuenfría, pero hoy ha sido cómoda. La pista está más cómoda y la temperatura era muy agradable, con lo que la subida se ha hecho fácil. Nos hemos cruzado con las nuevas generaciones. Dos niños muy pequeños que, si habían llegado hasta allí es porque se habían subido la Fuenfría. Aúpa las nuevas generaciones. Hoy la cosa no estaba para arriesgarse a bajar trialeras. De hecho, cuando hemos llegado a las Dehesas estaba todo marcado por los agentes forestales y, ni siquiera hemos cometido la irregularidad habitual de subir en dirección prohibida por la carretera que lleva al inicio de la pista. Hemos sido muy disciplinados. Por ello, la bajada la hemos hecho por la carretera de la República y, para llegar a Cercedilla hemos vuelto a visitar a «Puri y a Cheli»

Como la cosa se ha dado muy bien, nos hemos regalado una cervecita (en realidad la ha regalado Pepe, que es el que ha invitado) y, repuestos los electrolitos, hemos dado la jornada por concluida.

Las bicis descansando merecidamente y demostración empírica de que a las 13:30, ya de recogida, la temperatura era más que razonable.

Buena ruta, buena temperatura (¿he dicho ya en la crónica que no hemos pasado calor?) y mejor compañía. La moraleja de esta ruta es ¡¡¡QUE POCO DURA LA ALEGRÍA EN LA CASA DE LOS NENAZAS!!!

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Escorial Extreme-La ruta del goteo

Ruta realizada el Domingo 27/06/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
47.2 km
1042 m
41 Km Distancia Madrid
4h32'
3h41'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Félix, Juan, Miki, Rufi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 24.2
Descarga ruta: Escorial-Extreme-20210627.gpx
Reproductor audio crónica:

Esta ha sido la última ruta de la temporada. Juan se va a entrenar a Levante, Alfredo seguirá su retiro en el sur, Pepe está al fresco y pronto nos iremos yendo el resto.

Para celebrar el acontecimiento hemos elegido una ruta para recordar. Ya, desde ayer, empezó el goteo. Domingo avisó que la ruta iba a ser de las de «cagarse pa dentro» y decidió huir a Brihuega, aunque todavía no se puede ver la lavanda. Pepe, como decía, está al fresco y no contábamos con él. Félix lleva tiempo oyendo los cantos de las sirenas eléctricas que le llaman con insistencia.

A las 9:00 estábamos todos en el merendero, como diría aquel, donde siempre. Todos aparcados y Alfredo aparcando kilo y medio de su organismo para subir más ligero. No ha dado detalles del «paquete» pero sí nos ha dicho que levitaba y se sentía muy ligero. A mi, por ósmosis, me han dado ganas de hacer un «soldado Ryan», como dice el profesional, pero he resistido.

La ruta, después de un tramo por carretera, ha enfilado hacia Peralejos por una senda divertida, con sus piedras y obstáculos y fresquita a esas horas de la mañana. Por ahí Alfredo iba saltarín y creo que nos hemos divertido todos. Desde Peralejos hemos seguido la senda clásica que vuelve hacia San Lorenzo por el camino de Zarzalejo Estación y las Machotas. para enlazar con la carretera que lleva a la silla de Felipe II. Desde allí, las vistas al monasterio son espectaculares. Así se las ponían al amigo Felipe

Al empezar el camino de la Horizontal empezaba lo bueno, porque desde ahí hasta Abantos picaba para arriba. El jefe, que ya había intentado que hiciéramos la ruta al revés, que no subiéramos el caracol, que pusieran un montacargas y no sé cuántas cosas más, amenazaba ya que él pasaba del caracol y que ya había tenido muchos moluscos, crustáceos y otras especies en sus vacaciones. No fue así y el jefe se comió el caracol como un campeón, siguiendo a Alfredo que lideró la marcha

A continuación la prueba gráfica de que llegamos arriba con los deberes hechos

Ahí continuó el goteo. Félix, que ya había amenazado, dijo que Malagón y Abantos para los pollos y que él ya había desengrasado lo que quería desengrasar.

Nos despedimos y enfilamos la subida al Malagón que cada año está peor de firme. No sé a quién se le ha ocurrido quitar el poco asfalto que quedaba, o echar tierra y piedras que se hacen tan odiosas cuando las pendientes pasan del 15% y llegan al 23%. Sea como fuera, hemos subido y, de hecho, Juan ha dicho que siguiéramos hasta el inicio de la pista de subida a Abantos para no perder cadencia. En ese punto sí que hemos parado y nos hemos apretado otro gel para completar la subida que todavía nos quedaba por delante.

Para llegar a la cumbre podíamos hacer dos cosas, seguir por la pista hasta el final de la misma o coger el tramo del arroyo seco que lleva a la cruz de Abantos. Esta segunda alternativa es más complicada, más pedregosa y exigía un esfuerzo adicional. Alfredo, aunque rezongando, ha demostrado su pundonor, su tesón y, en definitiva, el par de huevos que tiene. Como buen físico, ha calculado la velocidad mínima necesaria para subir consumiendo el mínimo posible de energía y no poner un pie. Yo creo que si no su hubiera «aliviado» al empezar la jornada no hubiera llegado, pero el caso es que, a pesar del peso de sus genitales, ha llegado como un campeón. Eso sí, al llegar a la cumbre han proliferado los tacos, menciones y exabruptos.

En este punto de la ruta hemos tenido otra pérdida. Miki ha dicho que él iba por la pista que, total, desde allí se veía lo mismo que desde arriba.

Con los deberes hechos hemos enfilado la bajada. Hemos elegido una trialera que tira «por el camino de en medio». Ha sido una bajada muy divertida pero el estado de la pista era peor de lo que yo imaginaba y, en algunos puntos, hemos puesto pie a tierra para no poner dientes a tierra. De hecho, Miki le ha recordado a Alfredo que en esa bajada ya se hizo una plancha hace tiempo y no era cuestión de repetirla.

La ruta se ha completado con la bajada por la pista de asfalto (los trozos que quedan) hasta el merendero, con pique incluido a un electricista. Bien está que nos adelanten en las subidas porque no queda más remedio, pero en la bajada no nos van a humillar. Faltaría más.

La última ruta de la temporada ha merecido la pena. Ha tenido de todo y es de las que te ayuda a mantener la forma. Ahora que se va Juan no sé quién nos va a incentivar para seguir con el mismo nivel, pero hay que intentarlo porque en septiembre, cuando empiece el curso de nuevo, a Juan no va a haber quien le siga.

Hemos echado de menos a Pepe, Domingo y Juanlu y os esperamos ver en la próxima. Entrenad porque hay que mantener el nivel.

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Morcuera-La Perdiguera-Problemas de Micción

Ruta realizada el Jueves 03/06/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
33.9 km
927 m
44 Km Distancia Madrid
4h11'
2h54'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe, Rufi, Mario

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Miraflores-Morcuera-Perdiguera-2021-06-03.gpx

La semana pasada insignes y relevantes miembros y miembras de este grupo hacían mención a los problemas de Alzheimer de algún otro componente. Pues como no hay dos sin tres, lo de hoy ha sido de sainete.

En la rutina de elección de ruta que nos caracteriza últimamente, ayer se produjo un cambio. El jefe, ejerciendo de grado y de galones sentó cátedra y sus santísimos diciendo que quedábamos a las 10:00 en Miraflores («donde siempre») para hacer la clásica de las clásicas. Gustavo aportó su grano de arena, señalando una variante que, en su opinión, merecía la pena y no suponía un gran esfuerzo adicional. Dicho y hecho, así quedamos.

La edad no perdona y los problemas de próstata nos afectan ya a muchos de nosotros. Algunos nos levantamos y, una vez aligerados, nos volvemos a la cama. Lo de conseguir dormir o no ya es otra cuestión. El jefe no. El se levanta y, del tirón se marcha a Miraflores, sea la hora que sea. Pues eso, una hora antes de la que habíamos acordado para iniciar la ruta. Ríete tú del Alzheimer.

A Félix no se le ha ocurrido tomarse un café con un suizo para hacer tiempo y esperar al resto del grupo. Se ha calzado el casco y las zapatillas y se ha ido él solo de avanzadilla.

A la hora pactada hemos llegado todos los demás, una vez que Pepe hubiera hecho la correspondiente visita a la gasolinera a la que le ha cogido tanto cariño ultimamente.

La ruta es un clásico entre los clásicos sin ninguna variación que destacar, más allá de que están asfaltando la entrada al camino de Morcuera y hay que dar un pequeño rodeo. Lo que sí era destacable hoy era el verdor del bosque y lo abundante de la naturaleza, que nos ha hecho disfrutar de la subida. Como dice Domingo «que bonitos son los bosques cuando se va cuesta arriba».

Sin demasiado calor, pero acompañados de numerosas moscas del roble, o moscas cojoneras, hemos subido hasta la carretera que corona el puerto de la Morcuera y que a Domingo le da alergia.

Ahí ha empezado lo nuevo de esta ruta, hecho que hemos de agradecer a Gustavo que, una vez más, nos ha hecho de Winetow, descubriéndonos nuevas sendas. Esta, en concreto, salía de Morcuera y subía hasta la Perdiguera por unos parajes inigualables (al menos en esta época del año). La parte inicial del ascenso tiene cierta complejidad, sobre todo porque con tanta vegetación es muy difícil adivinar por dónde va el sendero y ver las piedras y los obstáculos. Transcurridos unos cientos de metros, la cosa se pone más sencilla, pero sigue siendo complicado adivinar por dónde va la senda entre tanta planta y flor que lo invadían todo. A pesar de ser una subida que, en algunos tramos era exigente, el paisaje ha sido inigualable.

En lo alto del collado, cuyo nombre desconozco y tras haber pasado por todos los pantones posibles, del amarillo, verde y ocre, hemos tomado el sendero que sube hasta la Perdiguera. En ese punto hemos disfrutado de los vuelos rasantes de los buitres, de alguna cabra montesa y de un vientecillo estupendo que, si no llega a ser porque todavía tocaba seguir subiendo, invitaba a ponerse una rebequita.

Lo de llegar a la antena y punto geodésico adyacente, era un capricho de Pepe, que se está volviendo un caprichoso, pero hay que reconocer que ha merecido la pena.

Una vez coronada la Perdiguera ya todo era bajada. Primero descendiendo por el cortafuegos y luego por el camino que lleva hasta el refugio. Esta alternativa le pega un buen trasquilón a la bajada tradicional de Canencia, pero, como teníamos a Félix de avanzadilla, hemos decidido no alargar la ruta.

También hemos tomado la decisión de hacer todo el descenso de Canencia por la carretera, en lugar de tomar el desvío del valle porque ya eran las 2 de la tarde y Félix estaba ya por la segunda cerveza, poniendo en riesgo la vacunación que tenía prevista para esa misma tarde. Al final, como buenas personas que somos hemos tirado por la calle de en medio, bajando directamente a Miraflores.

Haciendo buena la maldición de Rufi, y dado que el jefe había pasado olímpicamente de mis indicaciones sobre restaurantes decentes en la noble villa, hemos comido «donde siempre» y, por tanto, como siempre. O sea, como el culo.

La jornada ha merecido la pena, menos la comida, la ruta ha sido llevadera y las vistas impresionantes, Félix ha dejado de ser objetor a la vacuna y el día ha salido redondo.

La próxima vez que alguien se levante antes de tiempo, que se ponga un pañal en lugar del culotte y salir danzando de madrugada. Con todo el cariño

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Buitrago de Lozoya-Fortines

Ruta realizada el Domingo 16/05/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
35.3 km
655 m
64 Km Distancia Madrid
3h54'
2h39'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Juan, Miki, Rufi

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Descarga ruta: Buitrago-de-Lozoya-Fortines-2021-05-16.gpx
Reproductor audio crónica:

Félix dice que esta ruta ya la había hecho yo antes. Estoy seguro de haber hecho una por la misma zona pero, de muchos de los tramos de ésta, no me acordaba nada.

Hoy ha habido algunas bajas. Alfredo sigue en Estepona, Pepe tiene visita y Domingo ya dijo que las rutas del fin de semana, según le pillen. A Juanlu le seguimos echando de menos en estos lares. El caso es que hoy solo hemos salido los cuatro. Hemos quedado a las 9 de la mañana en un colegio al que deben haber ascendido en el escalafón, porque ha pasado de Santa María del Castillo a «GSD International School Buitrago». Ahí lo dejo.

La primera parte de la ruta es espectacular y más en estos días, donde el campo está verde y reluciente. El track va bordeando el embalse, que no sé si es el de Riosequillo o el de Puentes Viejas (creo que es este último).

Además de bonita, esta parte de la ruta es cómoda y poco exigente, lo que te permite disfrutar del paisaje sin dedicar esfuerzo a ninguna otra cosa.

Con un buen ritmo hemos ido avanzando hasta llegar a la presa de Puentes Viejas. Hasta aquí, todo este tramo de la ruta sí que lo recordaba. La última vez que estuve en este sitio tenían las compuertas de la presa abiertas y el espectáculo era mayúsculo. Hoy estaban cerradas pero la vista era también preciosa.

En este punto hemos aprovechado para iniciar una interesante conversación sobre el conflicto Israel-Palestino, iniciado por Juan, que sabe qué teclas tocar para que nos enfrasquemos en animadas charlas. Es un verdadero placer combinar en estas rutas el ejercicio, el paisaje, los amigos y las interesantes lecciones de historia que, normalmente, nos da Félix.

La charla nos ha acompañado hasta que hemos ido llegando a la zona en la que empiezan las fortificaciones de la guerra civil. Ahí nos ha explicado el jefe, y han corroborado los carteles informativos, que se trataba de posiciones defensivas republicanas que pretendían proteger el pantano. Hay que imaginarse la situación de estar metido en uno de esos agujeros con frío, mugre e intercambiando balas con el enemigo.

Después de una bajada bonita, aunque no muy técnica, hemos cogido un tramo de carretera que nos llevaría a Gandullas. Es un tramo largo y con pendiente, donde habremos hecho una buena parte del poco desnivel acumulado que tiene la ruta. El jefe nos ha dado un susto porque algo le ha pasado a su cadena y parecía que se le había desprendido alguna pieza. Afortunadamente no ha sido así, pero Félix ya no sabe qué hacer para jubilar su bici y mudarse a la eléctrica.

En este punto hemos hecho una incursión a una finca en la que se alojan unas antenas que, según Domingo, son de telefonía y que ahora ya están en desuso. Para ello hemos tenido que saltar una tapia y desbrozar un pinar porque no había sendero reconocible. Juan ha hecho alguna apreciación sobre lo que nos podría decir el guardia de turno si nos encuentra metidos en la finca, a nuestra edad.

Para terminar, enfilamos el tramo final que es una subida tendida que nos llevará al mirador desde el que se disfruta de una magnífica vista. En esta subida fue donde Alfredo se picó con un grupo de ciclistas y les amargó la mañana, demostrándoles que las apariencias engañan. Tras ponerles en fila e ir adelantando uno a uno, al final Alfredo llego el primero al mirador. Hoy, por suerte, lo hemos podido hacer más tranquilos, aunque he de decir que a mí se me ha atragantado.

A mitad de subida está la residencia donde pasó algunas temporadas la Beltraneja. Lo cierto es que no elegían mal las parcelas para construirse los chalets esta gente.

Desde el mirador la bajada al pueblo se hace por una pendiente que, siendo técnica, yo recordaba más difícil. O las 29″ te permiten más licencias o el terreno se ha puesto más fácil, pero lo cierto es que el descenso no plantea demasiadas dificultades.

Así hemos llegado al pueblo y a su muralla árabe, reconvertida al cristianismo. En el pueblo no cabía un alma más. Parecía que regalaban algo y, por si acaso, nosotros lo hemos atravesado por si teníamos que participar en algún sorteo.

Al acabar razonablemente pronto, el Jefe nos ha invitado a una cervecita que me ha sabido a gloria, emplazándonos a los atléticos a que paguemos la siguiente ronda en el caso de que el Glorioso se proclame hoy campeón de liga. Siendo el Atlético, esto no será hasta el último momento, con sufrimiento y ansiedad. Si no fuera así, no sería el Atlético. ¡¡¡AUPA ATLETI!!!

Una buena ruta, con un paisaje precioso, y, lo más importante, una excelente compañía.

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Olmeda de las Fuentes – Villar del Olmo

Ruta realizada el Jueves 13/05/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
34.8 km
656 m
41 Km Distancia Madrid
4h15'
3h02'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Rufi, Mario

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Olmeda-de-las-Fuentes-Nuevo-Baztan-2021-05-13-10-17-56.gpx
Reproductor audio crónica:

De bien nacido es ser agradecido y esta crónica no puede empezar sin darle las gracias a Mario por haberla elegido y haberla preparado. A mi me saca de la zona del Molar que ya me está resultando un dolor de molares.

Esta es, claramente, una ruta para hacer en esta época del año. En verano debe ser insufrible porque no hay ni una sombra y en otoño e invierno el terreno debe estar bastante impracticable. Sin embargo, en primavera el campo está exultante y en pleno esplendor y, gracias a Mario, lo hemos podido disfrutar.

Hemos salido de Olmeda de las Fuentes, pueblo precioso, de menor fama que Nuevo Baztán, pero, probablemente, más atractivo. A este pueblo hemos llegado a pesar de Google Maps, que estaba empeñado en llevarnos a cualquier otro sitio menos a Olmeda. Tanto será así que a las puertas del pueblo el puto google me estaba mandando en dirección contraria. Menos mal que cerca mío venía Mario que, obviamente, no estaba utilizando el mismo asistente. A Domingo, nuestro amigo Google, le mandó por un descampado, un terraplén y un campo a través, a ver si así desistía de ir a Olmeda. Menos mal que estamos curtidos en mil batallas.

Entre pitos y flautas, salimos a las 10:20, algunos más abrigados que otros. Lo primero que hicimos fue meternos una cuesta para reservar en el restaurante donde comeríamos a las 14:30 y del que hablaré más tarde.

Según nos comentaron Domingo y Mario, Olmeda de las Fuentes es un pueblo donde se concentraron, no sé en qué momento, una serie de escritores y gente de letras. El caso es que le han dedicado tiempo, dinero y cariño a la cosa y han dejado el pueblo muy majo. Merece la pena verlo

No voy a hacer una descripción detallada de la ruta. El que quiera saber en detalle cómo es, que se monte en una bici y siga el track

Dedicada a los paquetes que no vinieron. Estos son de paja, pero los hay de carne y hueso

La primera parte de la ruta es, en esta época del año, una preciosidad. Campos de cultivo verdes y frondosos que, con el viento, producían un efecto de mar verde y rojo (solo se me ocurre algo mejor, que es rojiblanco, pero eso es harina de otro costal)

Mar de trigo y amapolas y confirmación del pronóstico del tiempo realizado por Aemet Surroca

Transitando por estas sendas llegamos a un punto en el que los caminos se hacen más estrechos, avanzar se hacía a veces complicado por los grandes charcos y la vegetación invadía la senda (especialmente ramas con espinas que se agarraban a los brazos y las piernas como si de ello dependiera su salvación). Además, la pendiente empezó a hacerse más fuerte y tuvimos que aplicarnos para subir una potente cuesta que llevaba a las ruinas de una iglesia que, vete tú a saber por qué, se había construido en el medio de la nada. Los designios del Señor son inescrutables, pero construir una iglesia donde estaba esta es, desde luego, una incógnita

Seguimos la ruta, pasando por Nuevo Baztán y por un campo de cultivo de ¿guisantes? ¿garbanzos? ¿alubias?…. El nombre en latín se lo sabe Domingo

Los guisantes en primer plano y Nuevo Baztán en lontananza

Desde Nuevo Baztan seguimos hasta Villar del Olmo por campos de cultivo y viñas. Ahí nos comemos el plátano y Mario se aprieta un compuesto (Félix sic) de «papoya», «mango» y «banana». Si de lo que se come se cría a Mario le van a llamar Sergei Bubka en breve.

Hasta ese momento llevábamos, escasamente, 400 metros de desnivel, pero, a partir de ahí la cosa cambiaba. Saliendo del pueblo nos metemos una cuesta que, durante bastantes metros, se mantiene en el 17% y, en algunos puntos lo sobrepasa de largo. El Garmin tuvo a bien dejar de presentar el porcentaje de pendiente pero, viniendo de donde veníamos, me atrevo a decir que llegaría al 21% o incluso algo más.

El camino nos lleva a lo más alto de la zona, iniciando un camino estrecho y pedregoso que nos conduce, tras algunos errores de navegación, a unas cuevas excavadas en las paredes y un mirador desde el que se ve el pueblo y el valle.

Ya nos había avisado Mario que había una gracia llegados a este punto. Desde el mirador bajamos por una trialera sin demasiada dificultad, pero animada y camuflada por la abundante vegetación.

Una vez completado el descenso enganchamos otro tramo de subida brutal para llegar, desde mi punto de vista, a uno de las partes más bonitas de la ruta por el paisaje del que pudimos disfrutar.

La «joya de la corona» es una encina centenaria que, en medio del campo de cultivo, resulta impresionante

Y los caminos hay que averiguarlos entre los campos de trigo

A las 14:30, como un clavo, nos plantamos en el Mesón el Portón, según habíamos planificado. Según Félix solo comen bien cuando yo no voy. Esto se está cumpliendo al pie de la letra, al menos en lo que a mi corresponde. Ayer elegimos el menú por descarte y, para colmo de males, tuve que comer presenciando una bandera del Real Madrid que, afortunadamente, estaba bien acompañada por otra del Glorioso Atlético. Está claro que estas rutas no se hacen por motivos gastronómicos, vive Dios.

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El Molar-Torre Árabe. Alfredo, aunque ha ido cual centella, se ha quedado sin paella

Ruta realizada el Domingo 02/05/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
44.7 km
904 m
37 Km Distancia Madrid
4h44'
3h57'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Félix, Juan, Rufi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 17.5
Descarga ruta: El-Molar-Vellon-Trialeras20210502.gpx
Reproductor audio crónica:

Hoy hemos quedado en El Polideportivo de El Molar a las 9:00. Alfredo tenía prisa porque es el día de la madre y había quedado pronto en casa. No sé si ha elegido la mejor ruta para asegurarse el tiro de estar en casa a las 13:30. Vamos, de hecho, no ha sido así, como ya veremos más tarde.

Como viene siendo habitual, la duda de hoy era cuándo y cuánto nos mojaríamos, porque la pinta del día era malísima. De hecho, cuando me he levantado y hasta salir de casa, estaba lloviendo bastante en mi barrio. Sin embargo, el agua nos ha respetado, incluso al final de la ruta, que parecía que se iba a desplomar el cielo en nuestras cabezas.

Hemos seguido una ruta de Nano el flojo que, como ya nos ha ocurrido otras veces, recorre muchos sitios que ya hemos recorrido, pero enlazados con nuevos caminos y paisajes. Para ser más concretos, hemos salido de El Molar por un sitio nuevo. Mira que conocemos el Molar y hemos penetrado y «despenetrado» por todos sus orificios, pero por donde hemos salido hoy no lo habíamos hecho nunca, al menos yo.

La primera parte de la ruta ha sido rápida, incluyendo el rebozón en el charco de mierda de vaca que se han pegado el jefe y, sobre todo, Alfredo. Luego no convenía ir detrás de ellos porque iban dejando un rastro que parecían mofetas. No obstante, ya sabemos que no ir detrás de Alfredo, que siempre va en paralelo, es tarea complicada.

El agua de algunos charcos que nos hemos ido encontrando han aliviado la peste y hemos podido seguir la ruta más agrupados sin riesgo de que se produjeran reacciones tóxicas.

Yo no tenía la menor idea de por dónde íbamos, hasta que Juan nos ha recordado aquel día en el que, rodando por el mismo sitio, acumulábamos tanto barro en las ruedas que ya ni giraban. Especialmente la antigua bici de Pepe que, llegado un momento, había formado un bloque de barro, inmovilizando la rueda delantera. Esta vez la cosa estaba mucho más practicable y, aunque había trozos de barro, la cosa rodaba bien.

Hemos llegado a ese momento en el que Félix nos ha avisado de que venía una bajada muy técnica y el posterior cuestaco de subida. Ha sugerido hacer el trasquilón y quitar unos 11 kilómetros a la ruta. No le hemos hecho caso y hemos seguido el trazado original. Hemos hecho bien porque ni la bajada era tan técnica ni la subida tan fuerte como pensábamos.

Como mi memoria es frágil, no sé qué secuencia hemos seguido, pero hemos pasado por sitios muy conocidos. De hecho, yo del Molar estoy un poco ahíto y ya solo me falta que me nombren hijo adoptivo del pueblo. Hemos pasado por esa senda que va paralela al arroyo, cruzándolo varías veces, para acabar en un rampón que siempre nos tenemos que hacer empujando la bici y donde hoy estaban entrenando a los perros de rescate de personas. La senda hoy estaba espesa y agreste y a mi, con mi frágil memoria, me ha costado reconocerla. Como siempre, exigente, divertida y hoy con alguna rodera de moto rebozada en barro que nos ha vuelto a «decorar» las bicis.

También hemos pasado por ese tramo pedregoso donde siempre pongo un pie y hoy, como no podía ser de otra forma, lo he vuelto a poner, hasta que, por cabezonería y testoterona me lo he pasado, a la tercera, sin puntuar, eligiendo la trazada correcta para las 29″ en lugar de ir por la trazada de las bicis de juguete de 26″.

Demostración gráfica de mi «metida de pata» en uno de los intentos de pasar sin poner el pie

También he de decir que hemos hecho una bajada donde el menda ha dado una clase práctica magistral y Juan, el único que se ha atrevido a seguirme, ha hecho un vuelo rasante que ha estado a punto de acabar empotrando a Alfredo, entretenido en documentar la hazaña (supongo que esperando que alguno de nosotros diera el espectáculo hostiándose convenientemente).

La «nenaza» Alfredo bajado de la bici sorteando el obstáculo

Cuando a Alfredo ya le estaba apremiando el tiempo para comprar la paella hemos cometido un error. En lugar de seguir por la pista del Canal de Isabel II, que tantas veces hemos hecho, nos hemos desviado a la derecha, comiéndonos un cuestón innecesario y un tramo que nos ha llevado a la torre árabe de marras, por la que ya hemos pasado otras veces.

Famosa torre de vigilancia árabe que, por ya conocida era perfectamente evitable

Uno de los cuestones que nos hemos comido en el tramo de la torre. Este solo algunos han sido capaces de subirlo montados

Esto no es lo malo. Lo peor es que eso nos lleva a otra cuesta más larga y un tramo que, el clásico dueño de la finca ha decidido que iba a tapar la entrada al camino con ramas. Hasta ahí bien. Entre las ramas, el susodicho había camuflado alambre de espino que, ayudando a Alfredo, me he clavado convenientemente. Este dueño de la finca no es que no conozca lo de las servidumbres de paso, es que no conoce a su padre.

Ese inconveniente ya ha dado al traste con la posibilidad de que Alfredo llegase a casa a la hora convenida con la paella que le habían encargado. Entonces ha empezado la carrera frenética que,, como no podía ser de otro modo, le ha valido a Juan para hacer sus series de potencia. Porque Juan entrenar no entrena, pero hay que ver cómo está el animalito. Cuando entrene le vamos a tener que poner un GPS porque el cencerro digital no nos va a servir para ver dónde está (por delante, claro).

Al final hemos llegado a las 14:00, sin mojarnos y con una buena experiencia, aunque a mi me han sobrado algunos kilómetros y la subida a la torre.

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Alcobendas-Dehesa Boyal-Pardo-Montecarmelo

Ruta realizada el Domingo 11/04/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
47.5 km
600 m
15 Km Distancia Madrid
4h11'
3h35'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Miki, Pepe, Rufi

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Alcobendas-Dehesa-Boyal-Pardo-Valdelatas-2021-04-11v2.gpx
Reproductor audio crónica:

Empezó el día con amenaza y se multiplicaron las nenazas. Solo hemos sido tres valientes y dos de ellos reincidentes. Pepe y Miki decidieron ayer salir a dar una vuelta y a ello se atuvieron. El jefe con la bici rota y esto ya parece el día de la marmota. Juan se andaba con secretos, o andaba comprando un coche, pero no seré yo quien lo reproche. Y, por último, Alfredo, que parecía que sí, al final dijo «no puedo» y no eran ni las ocho y ya estaba agarrado al mocho.

En Alcobendas hemos empezado pensando cuánto nos llovería pero nuestro gozo aumentaba a medida que pasaba el día. De Alcobendas en un pispas hemos ido a la Dehesa Boyal que estaba fenomenal. Pepe ha hecho un intento de que la ruta se quedase en un cuento y de que la dehesa boyal no cambiásemos el dial.

Pepe subiendo la cuesta con todo el barro que molesta

De la Dehesa hemos ido al Pardo por la senda de siempre, con un barro que agarraba o deslizaba mientras Pepe se quejaba.

En la senda tan ufanos, vadeando los pantanos

Al llegar al Pardo hemos confirmado que el ciclista es un apestado. Aunque haya mucho cretino, digo yo que también los habrá con tino y algunos buenos ciclistas encontraremos a poco que buceemos. Pues en el Pardo nos ha caído la del pulpo del paseante al que disculpo, pero es que un poco más allá, en la ribera del río nos ha vuelto a caer el tronío. En resumen, que con tanta bronca, el paseante de El Pardo me va a tocar el nardo.

Del Pardo rápido hemos salido después de la que nos ha caído, pero gracias a Pepe y su mediación, nos hemos comido el cuestón. Como íbamos sin navegación, Pepe ha cogido el timón y, mirando mucho al cielo, llegamos a Montecarmelo.

La cosa bien no pintaba a medida que el día avanzaba

Para ahorrarnos el chaparrón hemos hecho el cobardón y a la altura de Montecarmelo, cogiendo los carriles nos hemos vuelto a toriles. Para acabar con buen sabor de boca y, sobre todo, buen sabor de pata, nos hemos ido por Valdelatas, con lo que, al final de la cuenta, nos han salido cincuenta.

Llegando a casa un lavado, que ya nos había tocado.

Dado que la ruta ha sido fácil, para que la crónica no fuera tan sosa como el candidato, le he dedicado un rato.

Al final, una buena ruta y un día de gloria y al que le parecía que el día estaba pocho, que siga agarrado al mocho, que nosotros nos hemos dado otra vuelta a la noria.

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Tres Cantos-Puente Marmota-Colmenar. No es el día de la marmota

Ruta realizada el Domingo 21/03/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
46.1 km
996 m
20 Km Distancia Madrid
3h48'
3h25'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Rufi

Mas detalle ruta

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Está empezando a ser un clásico que me toque escribir la crónica cuando el quorum de la ruta ha sido más bien bajo. Hoy hemos sido los justos para poder hacer que la ruta compute en las estadísticas, según los criterios definidos por Pepe.

Mal está para que el Atleti no gane la liga y lo mismo para que no gane yo la champions. Sin embargo, los que somos del Atleti sabemos que siempre hay una epidemia de lesiones, de covid o de gonorrea que tire al traste con las esperanzas. Yo voy a ganar la champions por incomparecencia o por «anenazamiento». Hoy el jefe tenía mudanza, incumpliendo el sabio principio de «en época de tribulaciones, no hagas mudanza». Pepe tiene alergia al pelo de marmota. Juan se había hecho pupita duodenal y a Miki le habían implantado el mocho. Domingo y Mario, silencio de radio.

Pues, con esta asistencia, Alfredo y yo, hemos hecho la sempiterna ruta de la Marmota. Pero, ojo, Alfredo había avisado que habría variante y fue verdad. Hemos tocado muy pocos tramos de la ruta tradicional y hemos innovado, descubriendo nuevas sendas y caminos por los que nunca habíamos transitado.

La primera variante surge inmediatamente después de la bajada larga de la ruta tradicional. Ahí, en lugar de comernos la subida de siempre, nos hemos desviado a la izquierda, descubriendo una nueva vía que serpentea por la verja del Pardo y que acaba desembocando, con alguna zona más técnica, en la trialera de bajada al puente de la Marmota. Además del paisaje, inédito hasta ahora, esta nueva ruta tiene la ventaja de que no nos hemos encontrado a nadie hasta prácticamente el final. Sí, a nadie, ni excursionista ni ciclista, lo cual, tal y como estaba hoy la cosa, ha sido muy de agradecer.

En el Puente de la Marmota nos hemos cruzado con 50.000 ciclistas, la mayoría con eléctricas. ¿Cuál será el motivo por el que los torpes no son capaces de elegir la trazada buena cuando van subidos a la bici pero la descubren siempre una vez que se han bajado, dificultando el paso a los aguerridos que venimos detrás? Esta máxima se ha cumplido y ha estado a punto de dar con los huesos de Alfredo en el suelo, pero su pericia le ha permitido salvar la molicie del torpe.

La segunda variante surge, precisamente, en la trialera de subida que nace en el puente. Tan pronto como se inicia la subida y se sortean las dos primeras curvas y los cuatro torpes que se habían puesto en medio, en lugar de seguir la ruta habitual, nos hemos desviado a la izquierda, advirtiendo a uno de los torpes, que no nos siguiera porque los cabrones de sus amigos se habían ido por el otro ramal.

Esta parte es muy bonita y, si bien tiene un tramo que nos hemos tenido que empujar, porque era impracticable, en general es muy asequible, Aun así, Alfredo ha encontrado un Rolex Oyster Perpetual que no ha podido dejar en el suelo y se ha tirado a por él. Inmersión sin consecuencias.

Cuando empezaba un tramo de sube y baja, muy parecido a la parte odiosa de la ruta tradicional, nos hemos vuelto a desviar hacia la izquierda por una senda estrecha y muy entretenida que nos ha llevado hasta la ya consabida zona de los «anfibios y reptiles». Ahí nos hemos encontrado con un tropel de eléctricas, Uno de ellos llevaba el sillín que parecía Torrebruno pedaleando en un triciclo. ¿No se dará cuenta el alma de cántaro de que así se va muy incómodo, hasta en eléctrica?. Para no comernos su polvareda, he acelerado el paso, saltándome una nueva desviación que incluía la ruta. No ha venido mal porque ya íbamos picados y todavía nos quedaba el tercio de banderillas.

Rebaño de vacas (y de ciclistas con eléctricas) que han hecho que me distanciara, perdiendo una de las variantes de la ruta

Hoy sí hemos elegido el tramo que, desde el puente Romano lleva a Colmenar, pero no por el barranco. Es una alternativa exigente pero menos técnica que su prima de la derecha. Muy divertida, con sus partes técnicas y demandando de nosotros lo mejor que podíamos dar, nos ha llevado la ruta hasta Colmenar. En nuestro track de siempre hubiéramos atravesado el pueblo, subiendo por la carretera hasta la plaza del helicóptero y, desde ahí al cementerio. Pues, en este caso, en lugar de hacer eso, hemos reculado hasta encontrar un ramal que nos ha evitado entrar en el pueblo.

Hasta la subida de vuelta a Tres Cantos la hemos hecho por caminos distintos a los de siempre. En definitiva, ha sido una ruta nueva y muy interesante, exigente pero practicable y, sobre todo, que ofrece una alternativa muy bonita a la sempiterna ruta de la Marmota.

Perdón por lo descriptivo de esta crónica, pero merecía la pena destacar la novedad. Gracias a Alfredo por descubrir nuevas posibilidades a la ruta de siempre

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