Lozoya Navafría Nevero

Ruta realizada el Domingo 18/07/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
40.3 km
1219 m
60 Km Distancia Madrid
4h36'
3h27'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Pepe, Rufi

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Lozoya-Navafria-Pico-Nevero-2021-07-18.gpx
Reproductor audio crónica:

-Hola, este parking lo gestiona el Ayto de Lozoya y son tres euros

-Solo llevo tarjeta y billetes grandes

-No tengo datafono y a esta hora tampoco cambio

-He quedado aquí ¿qué hago?

-Igual aun encuentras un hueco por el pueblo

….

-Fernando, que estoy en el pueblo porque no llevaba suelto y en el parking cobran

-Pues yo tampoco, voy al pueblo

-Ya hace calor, a la sombra aún se aguanta

-Horrible, esperemos que subiendo un poco cambie

….

-Nos han dejado solos, “again”

-¿qué le pasa al jefe?

-Volvió a hacer una de sus clásicas (véase imagen)

Un clásico de nuestra literatura digital

….

-Bueno, vamos, esto será “to p’arriba”

-Si no recuerdo mal, empezaba por un sitio que se llama la calle de las cuestas

-Mira, ahí lo pone, qué memoria.

A partir de aquí ya no hay diálogo que valga. La pendiente nos inspira un recogimiento monástico y nos cierra a cada uno en la celda de nuestros pensamientos, que para hablar ya no hay fuelle.

La subida es inclinada y calurosa. Muyyy inclinada y muyyy calurosa. Enseguida dejas el asfalto y vas saltando curvas de desnivel como el que salta a la comba. Tenemos las primeras vistas del valle entre los robles, con el embalse al fondo. Con la excusa de una foto, aprovecho para recuperar el resuello.

Primeras vistas y primeros sudores
Aquí aun hacía calor

Dejamos el roble para entrar en la zona de pino y caigo en la cuenta de que noto menos moscas que otros años, las hay, pero menos. No es esa plaga que te cubre la camiseta y vacilan delante de los ojos, como descojonándose de lo mal que vas y bañándose en el abundante sudor que gotea por la nariz hasta el cuadro de la Orbea.

Tomamos aire alguna vez más hasta llegar a “la horizontal”, Fernando por esperarme, yo por sobrevivir. Luego ya no hay calor, sopla aire fresco, el trazado es llano y disfrutamos de un paseo reparador hasta salir al puerto de Navafría.

Aquí hay mucha bici de carretera, equipos, coche de soporte, paseantes y pernoctantes en caravana. Se supone que teníamos que iniciar bajada por sendero hacia el pantano, pero visto cómo está tiempo abajo, sugiero dar un paseíto corto en altura, “na”, lo que es hasta el mirador que tantas veces hemos visitado.

Foto cortesía de Rosalía

En ese punto coincidimos con Rosalía y compañía. Una pareja que se prestan a hacernos unas fotos conmemorativas y a un poco de charla (esperamos sus comentarios en nuestra web).

Bueno, pues vamos a seguir un poco más, solo por asomarnos a las pista y las rampas duras de subida, en cuanto se ponga chungo nos volvemos –dice Fernando- que el chico no quiere los 400 mts de desnivel que faltan a la cumbre.

Sale delante y, así, sin intención, le pregunta a una muchacha que cuál es la pista que sube al Nevero y, como va delante, pues se mete en faena.

Bueno, ya parará, que vamos los dos con todo el hierro metido y la cosa no ha hecho más que empezar.

En el gran rampón no le veo y pregunto a una pareja “oye, el de delante va empujando ¿verdad?” no, no –responden ufanos- iba subido, dándolo todo ¡qué cabrón!

Yo sí me lo empujo y vuelto a montar cuando puedo. Voy pedaleando y me adelanta andando la chica que nos indicó la pista. Vergüenza y deshonor, pero adelante.

Me espera Fernando en otra de las rampas infernales, pedregosa, larga, con viento y me dice que si ya, que si volvemos que… ¡unos cojones! Aquí se corona aunque sea a gatas.

jodidos pero contentos, como la canción

Pues sí, allí arriba, con frío y mucho viento, hoy 18 de julio, conmemoramos nuestro glorioso alzamiento, el nuestro, el de Fernando, que ha conocido una cumbre nueva para él –sin poner pie- y el mío, que me recuerda rutas legendarias con nieve, bota de vino y muchas risas.

Reventado (yo) y contentos (los dos) iniciamos la vuelta, que nos permite apreciar los rampones que nos hemos tragado.

de bajada

De nuevo en el puerto toca coger el sendero de bajada, pero es tarde y vemos en el trazado que tiene cuestas que superar. Hacemos un intento y en la primera descabalgada nos inspira la sensatez y Fernando desiste, quiere carretera y yo se lo agradezco infinito.

La bajada del puerto es una chulada, son 11 km de dejarnos caer, mientras las temperaturas se empeñan en subir. En Lozoya el calor es insufrible. Nos despedimos contentos y enfilamos a casa. Félix, te la has perdido… y no pienso volver al Nevero hasta que se me olvide el sufrimiento pasado.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

6 comentarios

Miraflores – Canencia – Morcuera

Ruta realizada el Domingo 04/07/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
31.6 km
966 m
44 Km Distancia Madrid
2h52'
2h18'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Félix, Pepe, Rufi

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2021-07-04-0905__20210704_0905.gpx
Reproductor audio crónica:

Hoy es Fourth of July, fiesta nacional de Estados Unidos. Ellos andarán con sus banderitas, bbqes y su sentido himno (sirva el de Jimmy Hendrix como homenaje), nosotros aprovechamos para escapar a la sierra con la bici y mantener la afición.

En la plataforma de pesaje

Somos pocos, tenemos calor, nos puede la pereza, así que tomamos otra de las máximas del verano y nos hacemos una “jornada reducida”, vamos, que se trata de cubrir el mínimo que sea digno para que no se nos eche en falta por esos caminos de Dios.

Charlas y bienvenidas para ponernos en marcha hacia el puerto de Canencia. Propuse hacer la ruta al revés, para coger altura antes de coger calor. Por la cinta de asfalto vamos dando paso a la juventud en bici de carretera, que suben como si no hubiera cuesta. Cuando llegan los rampones más duros te acercas un poco, porque llevan menos hierro y apretar el culo nos jode a todos, pero vamos, que no adelantamos a ninguno.

Llegamos a la fuente sudaditos y, justo al parar a la izquierda somos testigos de la aglomeración de coches deportivos que se quedan detenidos porque tienen que respetar a un grupo ciclista. Luego los volveríamos a ver en la carretera de Morcuera. Si tienes un Lotus, Corvette, Porche o similar, qué mejor que llenar el depósito el domingo y subir y bajar los puertos de montaña de esta, nuestra Comunidad. Lo que no vi es dónde paran a comerse el plátano.

Por la pista de siempre corre el aire y es bastante fresco, a la sombra casi frío. Se agradece, da pena que se acabe. Aun así, descartamos subir a la Genciana o al Espartal. Ya dije que era jornada reducida. Me hubiera gustado hacer el recorrido más despacio porque, aunque no lo parezca, es cuesta arriba, pero no.

Ya en Morcuera valoramos la posibilidad de bajar por la trialera del aparcamiento, que nos recibe con el cartel de prohibido bicis, también alargar por el desvío a la Hoya y hacer el sendero a la casa en ruinas, pero esta opción pierde frente a la de la cervecita en la plaza del pueblo.

Frente al valle de Lozoya

Sentados a la sombra de un árbol copudo nos contamos nuestras cosas de verano, de tecnología, de… siempre, interrumpidos oportunamente por la camarera. Interrupciones que no nos molestaron a ninguno, si bien nos parecieron breves/escasas.

Como conclusión de hoy, tomemos nota de que el resto de ciclistas (muchísimos) que vemos ya no son ni viejos, ni gordos, ni paquetes. Igual que en la partida de póquer, ese es ahora nuestro papel.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios

Brunete – Villaviciosa – Navalcarnero

Ruta realizada el Viernes 18/06/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
54.3 km
341 m
25 Km Distancia Madrid
5h33'
4h11'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: brunete2021-06-18-10-03.gpx
Reproductor audio crónica:

Brunete es un pueblo curioso, por decirlo de algún modo.

Esta ruta surgió buscando un recorrido que no sea muy lejos, que tenga vegetación, que no sea exigente, que incluya de todo, que no lo tengamos muy trillado, que dé para contarlo después… vamos, dejando el algoritmo del wikiloc echando humo.

Era una propuesta de hace algún tiempo, más primavera, más fresco, pero los días fueron pasando y hubo que esperar al bajón de temperaturas de hoy y las tormentas que nos lo han regado todo hasta dejarlo jugosito, rezumón, chorreoso ¡quieto! Que te vas donde siempre.

Salimos por urbanización y sendero para cruzar unos campos de labor, que ya no labora nadie, pero enseguida tomamos monte y pista para llegarnos al castillo de Aulencia, o Villafranca. Ruina portentosa que se erigió para ver las juntas de los ríos Aulencia y Guadarrama, para tener vigilados a todos los que se acercaran y, hoy en día, para dar sombra a las instalaciones de la Agencia Espacial Europea.

Hacemos fotos, comentamos las antenas y festejamos el hallazgo, que ya sabéis el interés de Domingo por todos los asuntos de los cielos, casi un San Agustín, pero sin tonsura.

Así, bajando entretenidos, nos llegamos a la ribera del Guadarrama, a la altura del cruce de la 503, y de ahí todo para abajo, pegaditos al río, con pistas y senderos facilones, de esos que te mantienen la sonrisa. La temperatura es fresca, el día nublado, el suelo con la humedad justa y todo el sitio para nosotros, casi.

Paramos un montón y nos enredamos con cualquier cosa. Vamos, yo, solo por entretenerme, me he dado tres hostias. Mis calas se niegan a abandonar el pedal, los tornillos de aflojarlas no van y el barro acumulado no ayuda. Tres caídas de bolo como tres soles. Jode más en la estima que en el cuerpo, además, olvidé traer los guantes.

Al rebasar la 513 el camino se estrecha y nos lleva por un sendero sinuoso y cerrado de vegetación, hasta el campo de golf de la urbanización El Bosque de Boadilla. Viendo ahora la imagen de satélite me llama la atención la cantidad de casas individuales, cada casa con su charquito de hermoso color azul. Si decidieran desaguar todos a la vez desbordarían al pobre Guadarrama, que escurre sus miserias a los núcleos siguientes, de menor glamour a medida que avanzas en la corriente.

Bordeamos Villaviciosa de Odón (localidad erigida sin duda en memoria de alguna golfa de la zona) y seguimos a Parque Coimbra, perteneciente al mismísimo Móstoles ¡juzguen ustedes, señores!

Ojo lo que lleva el río de aquí hacia abajo. Hay una sucesión de infravivienda, de esas que almacenan las ruedas de coche en el tejado, que ríase usted de la Cañada Real. Todos los detritos que de aquí se acumulen van a parar al Tajo sin remisión, justo por debajo de Toledo.

Pero nuestro camino no va por ahí. Nosotros cruzamos un puente antiguo de hierro e iniciamos la remontada. Nos acercamos a Navalcarnero por tierras de cultivo, pero también por zonas con pinar y dehesa. Hay una alternativa para volver pegados al río por la margen derecha, pero como es un experimento y está empezando a chispear, lo dejamos para otro momento.

Camino de Sevilla la Nueva nos mojamos. Un buen chaparrón que parece que nos aleja el destino. Para y vuelve a llover. Los caminos se cubren de una superficie resbaladiza que te hace bailar continuamente sobre la bici. Cada rampa de subida se hace imposible. Las ruedas patinan y tenemos que aprovechar la vegetación que nace en el eje del camino para que agarre algo. Las bajadas casi peor, la bici se desliza lateralmente a su antojo. Y así, patinando, cayendo (yo), chorreando, llegamos a la urbanización Los Manantiales, donde la lluvia se hace una densa cortina y decidimos salir a carretera para cumplir con los últimos kilómetros.

Un rollo, la M600 va cuajada de tráfico y el recorrido nos deja mal sabor de boca. Es una lástima que la lluvia no hubiera esperado un poco más o nosotros parado un poco menos.

Pero bueno, ya estamos de vuelta en Brunete, ese pueblo curioso (¿cotilla?), por lo que pasó, lo que se rehízo después y los que lo habitan hoy. Después de una batalla que lo llevó literalmente a escombros, se construyó de nuevo con ayuntamiento, plaza e iglesia de estilo medio francés. Se coronó la obra con escudos y símbolos del promotor y se dejaron sendas placas de mármol que recuerdan el hecho. Curioso de ver, como dije.

Hoy custodia el entorno una población variada de gente bien presentada, de la de toda la vida, y musulmanes, muchos, ataviados de chilaba y pañuelos, por calles como las de Casablanca ¡Si el promotor levantara la cabeza!

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

2 comentarios

Collado-Cerceda-Becerril

Ruta realizada el Domingo 06/06/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
36.8 km
459 m
35 Km Distancia Madrid
3h54'
3h12'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Pepe, Otros

Mas detalle ruta

Descarga ruta: colladovillalba2021-06-06-08-29.gpx

Hoy hacemos una ruta turístico-festiva por los pueblos de la sierra. El recorrido lo cogimos por primera vez de http://maparutasmtb.blogspot.com/p/rutas-por-la-comunidad-de-madrid.html que es toda una referencia en ciclismo de montaña. Quizá mucho asfalto, pero los caminos y senderos que intercala son muy agradables de rodar.

Salimos a las 8:30, con tranquilidad, en sentido levógiro, callejeando un rato e iniciando el rodeo de Monte Hormigal y Prado Navalón, que nos dan las primeras vistas de la sierra. Hay algo de niebla en el horizonte, que creo queda situada sobre el embalse de Santillana. Las imágenes de la Pedriza son formidables. José Mª enseguida deja claro que la sierra, como se ve bien, es desde fuera, que la panzada de subir que nos dimos la semana pasada no dejaba contemplar el conjunto. Enrique mira y calla. Creo que le hubiera apetecido esa escalada por Canto Cochino. Todo se andará (o rodará).

Hasta Cerceda es terreno favorable. Alguna zona de prado que no saboreas mucho, porque enseguida cruzas urbanizaciones y te internas en “La Ponderosa”. Solo los más vetustos de este deporte podemos identificar el nombre, que no responde a la tradición local, ni la geografía próxima, sino a la serie de Bonanza, que vimos de niños en TV, con un magnífico acento portorriqueño que los críos asociábamos al idioma natural de los personajes.

Entre El Berrocal y Becerril disfrutamos de un rincón de dehesa y monte bajo que ha dejado libre la actividad urbanizadora. Hay puntos con canteras de granito abandonadas, que forman balsas de aguas quietas donde se refleja el paisaje.

Alcanzamos el punto más alto de la ruta próximos al embalse de Navacerrada, aunque no nos queda a la vista. A partir de aquí, bajada por un sendero lateral a la 601, que discurre por pinares. Es agradable, lo bastante estrecho para ir atento al trazado y sencillo como para no tener que descabalgar en ningún punto.

Alpedrete también hay que cruzarlo y luego ya solo queda el paseo turístico que han dejado hasta Collado Villalba.

Comentaba Enrique que quizá es una buena ruta para ir de bares. Una cervecita y un aperitivo en cada pueblo hubiera completado el estudio antropológico-gastronómico de la serranía madrileña. Y no digo yo que no, es  una opción a anotar para esos días que amenazan lluvia y no sabes si salir de bici o de vinos.

1 comentario

Cantocochino – La Nava

Ruta realizada el Domingo 30/05/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
38.5 km
1550 m
41 Km Distancia Madrid
5h42'
4h05'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Pepe, Otros

Mas detalle ruta

Descarga ruta: pedriza-la-nava2021-05-30-08-49.gpx
Reproductor audio crónica:

El domingo se hizo para descansar, ya lo dijo Vuestro Señor. Lo que pasa es que desde el miércoles han pasado tres días sin pedales y ya se puede dar un rulito, aunque no sea con los «pros», que parece que se hubieran comprado todos la eléctrica y están locos por las cuestas.

Buscamos algo sencillo y simple, sin mucho que pensar, lo justo para que protesten el resto, pero no cabe moción de censura: estaba anunciado, éramos dos y hay track y fotos, osea que….

Aparcamos Jose María y yo en Cantocochino a eso de las 8:30h y nos enfrentamos a la de siempre, la vuelta a la Pedriza. Una circular muy socorrida, que te ofrece la sombra de los pinos mientras te muestra los paisajes de roca. Algo ideal para un día como como hoy y que puede convertirse en un suplicio en cuanto avance la estación.

Primero hay una subida de mosqueo, pasar la fuente, espantas las primeras moscas y bajas al puente de los franceses. Vaya, no ha sido nada, un pequeño achuchón y está hecho.

Cuando te has confiado, enfilas la de verdad, la subida a las buitreras con pendiente ininterrumpida. Es verdad que no hay rampas de infarto, pero tampoco hay descanso. Vas cogiendo metros y desarrollando la charla, que si las vacunas, que si el verano, que … lo que sea. Se trata de subir casi tranquilos, muy tranquilos.

Llegas a las buitreras como primera parada emblemática y te haces unas fotos, pegas la hebra con un un grupo de andaluces. No les pregunté por discreción, pero no sé qué coño pintan aquí dando pedales.

Ahora es el momento de la verdad: ¿los pastores o la nava? ¡los dos!

Con eso de que el camino a la nava lo han mejorado mucho, da menos pereza plantearlo. Iniciamos la subida con alegría, sin darle mucha importancia. Lo que pasa es que a partir de este punto, por tranquilo que vayas, ya te quema el ojal. No sabes cómo poner el culo para que no duela y las piernas te avisan de que no andes con mucha broma, que ya llevan su trabajo.

Las vistan son cojonudas. Te muestran hasta tres pantanos a la vez. Hay menos gente, pero no menos moscas. Este año vamos sobrados de dípteros. Por alguna razón, parece que prefieren a José María, de lo cual me alegro y no muestro celos.

Coronamos la Nava y bajamos. Es una bajada larga, como si descendieras un puerto completo, pero no, no terminó la cosa. Después de pasar los pinos singulares, convenientemente señalizados, toca nueva subida. Es una de esas que se te atraviesan todas las veces. No importa que la conozcas o las veces que la hayas hecho, que son muchas. Pasa como la vuelta de la fuente de la Reina, que cada vez que la haces te parece un poco más larga.

Las moscas se encariñan con nosotros en esos kilómetros que ya aprieta el calor y solo en el collado de los pastores, por la brisa que corre, bajan un poco la presión.

Luego esa bajada infinita, con su tramo en medio de dar pedales y su final rápido de asfalto roto hasta el parking. Llegamos tarde, que hemos ido lentos, pero contentos por el deber cumplido. Cargamos bártulos y salimos del un recinto privilegiado que, a estas horas, está cerrado a nuevos visitantes. En este Madrid somos muchos para tan poco campo, por bonito que este sea.

Damos por concluido el relato y lo publicamos, no por disfrutar de ello, que eso fue durante la pedalada, sino para dar pie a que Rufi proteste, que le molan estos piques.

Cidad de Ebro

Ruta realizada el Martes 25/05/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
27.3 km
532 m
275 Km Distancia Madrid
3h35'
2h26'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juanlu, Pepe

Mas detalle ruta

Temperatura media: 16.9
Descarga ruta: 2021-05-25-Cidad-del-Ebro-Villanueva-Rampalay-Desfiladero-Palancas.gpx
Reproductor audio crónica:

Hemos dormido bien, a pesar de la copiosa cena a base de alubias rojas. Lo que cada intestino deparase en su habitación no trascendió, al menos con detalle.

Cruzas a desayunar desde el edificio donde dormimos y te das cuenta que esto es otra tierra, que hace un frío de pelotas a estas horas y no te va a sobrar nada de lo que te pongas. Tenemos alrededor de cuatro grados con humedad, a las ocho de la mañana.

El desayuno es simple, muy simple, pero abundante. Tostadas -hoy de pan de molde- ¡no volverá a pasar! Y mantequilla-mermelada o aceite-tomate, a gustos. Hay quien gusta de todo y mucho, así que tenemos a la simpática anfitriona haciendo viajes continuos a la cocina para traernos pan sin descanso.

Una vez saciados rematamos preparativos, cargamos bicis y salimos directos a Cidad de Ebro, que es donde parte nuestra ruta de hoy y no hay tiempo que perder.

Bonito pueblo, como todos, al que llegamos por una carretera curiosa, estrecha, que te mete en el centro por un puente sin barandilla ni protecciones, en el que el coche no va muy sobrado. Peligroso no, pero el acceso me llama la atención.

Aparcamos en una pequeña plaza de hierba, con nogal, fuente y perro. Nos indican que allí está bien, que no molestamos. Salimos sin más.

Nos ajustamos al margen del río por un camino estrecho y frondoso, algún sube y baja, lo justo para que no de distraigas con el sonido del agua que te va acompañando.

Llegamos frente al alto de los Tornos y se te quita el frío de repente, en caso de que te quedara algo. El sendero se estrecha y serpentea entre quejigos, encina y matorral. Enseguida cambiamos la postura y pasamos a acompañar la bici en lugar de cabalgarla –todos. No way-

Desde arriba buenas vistas sobre el barranco. El cauce queda al fondo, muy al fondo y Retortijón se da su primer paseo para mostrarnos lo que no nos dejan ver las rocas.

La bajada también se empuja enterita –todos- Se puede hacer la “tontá” como que te subes, pero no, es un trazado sinuoso, estrecho, con el firme de piedra suelta e irregular. Eso sí, adornado de flores como si fuera un jardín.

Seguimos sendero hasta alcanzar las antiguas huertas con bancales de Tudanca de Ebro. Ahora ya no las cuida nadie, aunque las visita diariamente José Luís Estrada, el muchacho de 92 años que nos cuenta alguna cosa del pueblo, la riada del 41, que marcó su tio-abuelo en el muro. La casa más antigua del pueblo. Algo con pinta de palacio, que compró su padre ya con uso de corral y granero. Lo de la mili en Pamplona, enseñando a leer a andaluces y vascos de caserío… Corta, que ya vale, Vamos a dejar alguna historia para que se la cuente a los siguientes.

Seguimos con el río desde una carretera sin tráfico que se aprieta entre dos masas rocosas para dejarnos alcanzar Tubilleja de Ebro. No recuerdo que aquí nos entretuviéramos, ni tampoco en los campos verdes que siguen. Basta con pasar y disfrutarlo.

En Quintanilla cambiamos el sentido de la marcha y cruzamos el Ebro por el puente viejo. Más antiguo y pintón que el de los coches. Más fotos y mamoneo antes de empezar la subida, tampoco tanta, pero contrasta que lo que llevábamos hasta ahora.

De Villanueva de Rampalay a Gallejones y de ahí una pista ancha en ascenso, que nos lleva a Báscones de Zamanzas. Alfredo y yo vamos delante, charlando, hasta que nos interrumpe un mastín enorme que cuida unas cabras. No hace más que ruido y no se acerca mucho, pero recorre un rato del camino a nuestro lado y no me mola nada

.

Paramos frente al pueblo, también bonito, también casi vacío. Queda en la ladera de enfrente y Alfredo se encapricha en verlo. Uno que es más de reposo, le espera junto al camino hasta que lleguen el resto. Él solito se come un par de cuestas y casi se le comen tres perros, además de un baño de ortigas en ambas piernas. No hay nada como el turismo de aventura.

Ya estamos todos y seguimos nuestra subida por pista. Este pueblo no tiene acceso asfaltado, aunque en el mapa sí que lo llaman “carretera”. No deja de ser un modo de dar el servicio sin incurrir en el coste que conlleva…

Vamos rodeados de paredes de roca y no se ve cómo saldremos de este agujero. El mapa dice que sí, pero levantas la vista y no se ve escape hasta que superas Fortaleza de Arreba y alcanzas el Portillo del Castillo, un roto en la muralla natural que permite que cambiemos de ladera y nos dejemos caer rápidos a San Miguel de Cornezuelo y Cidad de Ebro.

Recogemos bártulos y volvemos pitando al hotel, a por el menú de Ana Mari, que tenemos la tarde comprometida.

Ducha, cambio de ropa y nos vamos a la cueva Palomera. Hay un buen tramo en coche y llegamos con diez minutos de margen sobre la hora que nos habían fijado. Aparcamos y bajamos a la entrada, donde está la ermita de San Bernabé. Una fachada pintona que se hunde en la roca. Está cerrada y no es motivo de esta visita, pero parece que tiene pinturas curiosas y un pequeño acceso al completo cárstico subterráneo de Ojo Guareña.

Iniciamos la visita con una explicación sencilla de lo que hay, lo que vamos a ver y por qué se ha formado. Provistos de casco y frontal nuestro guía nos conduce a la entrada de la cueva, donde pasamos algo más de hora y media.

Es de las más grandes de Europa y no está totalmente explorada. Fue habitada desde el paleolítico y tiene restos de pinturas y huellas –que no se pueden visitar- desde los neandertales. Las formaciones rocosas quizá no sean tan llamativas como El Drach o El Soplao, pero como te lo explican en detalle y te hacen ver las características de cada punto, la visita es interesante. Un poco más soso es la faceta biológica de los habitantes de la sima. Unos miserables gusanos con patas que el guía se empeña en señalizar con triángulos reflectantes y nos ruega encarecidamente que los respetemos.

Después de la cueva hacemos una pequeña parada para ver el sumidero del Guareña, un rincón frondoso por donde se cuela al complejo de cavernas uno de los cauces de agua que lo alimentan.

Rematamos la tarde con visita a Medina de Pomar. Es un pueblo pintón, con unas torres medievales enormes que lo caracterizan. También tiene una calle Real bien conservada en cuanto a edificios y comercio típico. Una plaza con soportales y mirador sobre el campo. Rincones coquetos y una exposición de pinturas permanentes que te van acompañando durante toda la vista.

Tomamos una cerveza en un local de esos de hace 50 años, pero no encontramos sitio que nos acomode para cenar. La comarca entera está todavía adormecida por el COVID y no hay ni público, ni oferta. Todo bastante vacío, lo que para algunas cosas se agradece y para otras se sufre.

Volvemos entonces a nuestro hotel y entramos al comedor de cabeza, buscando con avidez a Ana Mari para ver qué nos ofrece de cena. Ya hace frío y después de la cena, mucho. Menos de diez minutos de paseo y corriendo al catre, que el día dio para todo, pero ya se acabó.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

2 comentarios

Pontón – Alpedrete

Ruta realizada el Jueves 20/05/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
26.7 km
646 m
56 Km Distancia Madrid
3h55'
2h00'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe, Jesús

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2021-05-20-Ponton-de-la-Oliva-v1.gpx
Reproductor audio crónica:

Cada vez tardamos más en decidirnos, apuramos tiempos y voluntades para concretar dónde vamos. Luego está el “quienes”. Esta vez no se apuntó Fernando, que es el que primero inquiere; ni Alfredo, que estaba de acompañante sanitario… ¡ni Juanlu! que sí salió el martes. El caso es que pensamos ir al Lozoya, pero Félix dijo que la ruta no tenía tramos nuevos. Pues nos vamos a ver al Globero (esa sí que es nueva…)

El caso es que allí estamos, en el Pontón, a las 10:30h, con un sol que promete dorarnos a los cuatro como unos l’ast chiken.

Nos hacemos la cuesta de carretera para coronar en la entrada del Reguerillo. Para Jesús es todo nuevo, dice que esta zona solo la conoce de turismo de alpargata, que no la había rodado hasta ahora. Así que el vamos contando lo que conocemos, lo más destacado, algunas notas geográficas y otras anecdóticas. Lo de las cárcavas, lo de la presa de los presos que no represa, las abejas, los senderos… así sin darnos cuenta, nos plantamos el plátano en la presa “La Parra” (ole aliteración).

Han puesto carteles nuevos, flamantes, indicando que está vigilado, que no pases. Domingo observa con atino que el “no pasar” coincide con la señal del GR indicando que continúes. En fin esas contrariedades de la señalética a las que nos llevan los conflictos de competencias. Cómo nos va a sorprender lo del lío de vacunas, la posición de España en el exterior o la dificultad de definir en cada pueblo si la cerveza te la tomas dentro o fuera del bar.

Pues sí, fácil de adivinar, nosotros pasamos, pasamos y seguimos, que luego viene la cuesta sombreada y verde que te lleva al collado del Santo. Jesús, va charlando, Félix incluso responde, Domingo mantiene el ritmo y yo me ahogo. Eso sí, arriba llegamos todos ¡no faltaría más!

Pasamos por el pinar de tierra roja e iniciamos la bajada a la casa en ruinas. Me parece que la construyó un fulano con la esposa tuberculosa, para que respirara aires de sierra. Debió ser un señor de posibles, pues es una construcción de buena planta. Sin abundar en motivos o alternativas, digamos que se me ocurren opciones como haber alquilado una celda en el monasterio de Beruela, en el Moncayo, como Becquer, o haber alquilado otra hembra, como tantos…

Nosotros seguimos a lo nuestro, que es cuesta abajo. Pero nada más salir, Jesús se queda sin cambio trasero, una buena faena en el sitio que estamos. Comprobamos que el problema está en el mando y lo desarmamos enterito. Enredando entre todos y metiendo cuatro cascos sobre 3 centímetros cuadrados, conseguimos que aquello enganche y vuelva a actuar. Montamos todo y tiramos millas. Eso sí, no firmaría que todos los tornillos estén en el mismo sitio de origen ¡pero funciona!

Al poco llega la subida a Alpedrete. Pista con piedras, pero yo creo que mejor de lo que estuvo hace tiempo. En una curva Félix se encuentra un pájaro, a día de hoy pendiente de identificar. El bicho se queda quieto y se deja coger, le manoseamos un poco, le hacemos unas fotos y le soltamos ¡resulta que vuela! Nos estaba vacilando. Félix ya nos hizo otra de estas con una perdiz. Su don para las plumas es evidente.

En el pueblo no paramos. Al pasarlo propongo un camino alternativo, por aquello de hacer algo nuevo, pero ya perdimos mucho tiempo y nos quedaríamos sin la visita al Globero. Quizá otra vez.

Al borde del precipicio sigue la placa recordatoria y los cementos que sustentan la entrada al nicho. Al lado, una oquedad libre y oscura parece esperar al próximo. Lagarto, lagarto, tira pa’lante, que estamos llegando.

Para comer nos vamos a Torrelaguna. Como por casualidad paramos en el restaurante “adonde”, justo al pasar el arco de la calle de los civiles. Nos sorprende un menú correcto por los ocho euros que dice el cartel. Añadimos unas cervezas, cortesía de Jesús y completamos un día más al sol. Mucho sol ya para mi gusto. La semana próxima serán los fresquitos burgaleses los que nos acompañen.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

4 comentarios

Miraflores – San Blas

Ruta realizada el Jueves 15/04/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
31.6 km
772 m
44 Km Distancia Madrid
4h04'
2h56'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Pepe, Rufi, Santi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 9.7
Descarga ruta: Miraflores-Hoya-de-San-Blas-20210415.gpx
Reproductor audio crónica:

De eso que te levantas con mareo y el estómago regular, será la manzanilla con anís que tomé anoche (del mono, anís del mono). Podría haber elegido quedarme en casa, como Blas…

Ya en carretera llama Alfredo:

-qué pasa tío, que no llegas

-Parada no planificada, pero ya me subí los pantalones

-Ok

Aparcas con prisa, bajas la bici, te pones la botas ¡joder, están mojadas! Ayer las lavé a chorro con la manguera.

Bueno, ya estamos en marcha. Pasó lo peor. Ahora sí que solo queda gozar del día. Nublado, fresco, verde, exclusivo, solo para los tocados por la fortuna en esta primavera de regalo.

¡Vamos a ello!

La ruta es más de lo mismo: Miraflores, La Hoya, Soto de refilón; pero siempre hay una nueva perspectiva, un detalle, lo que sea.

Subimos con un pequeño rodeo, porque están de obra en la entrada a la Fuente del Cura. Eso nos exige enfrentarnos a la primera empujada para salvar el desnivel. Alfredo lo intenta y falla. Rufi lo intenta y también cae. No hay motivo ¿verdad? Santi y yo no dudamos, colocamos la rueda sobre el trazado correcto y empujamos desde el primer momento, pero con dignidad, sin dudarlo.

Poco que decir de esa subida y esos pinos que ya nos conocen, que casi nos saludan. Hoy muchos de ellos no se dejan ver, se esconden tras una niebla meona que nos acompañaría en todo el recorrido por la Hoya de San Blas, por cierto, que ahora los carteles lo llaman “Hueco de San Blas”. No creo que al anfitrión le moleste.

Subimos por el lado de la trialera, que cada vez está peor, más descarnada, con más árboles caídos, resbaladiza. Hay que dejar que los muchachos se desahoguen, pero vamos, que es una pérdida de tiempo y ganas total.

Completamos con la vuelta por la pista inferior en dirección al embalse de Los Palancares, que hoy tiene más agua que nunca. En las fotos parece que se uniera con el de Manzanares, que queda al fondo.

No es un embalse, son dos. Y el grande es el del fondo

De ahí nos vamos a la ermita de Charito. Muy mona, con sus escaleras talladas hasta el cerro y su pista bien mantenida. Es un regalo al pueblo de un tal Valdivieso y su señora, Asunción. Alfredo trepa con bici al hombro, los demás la atamos al pie del cerrete. Desde arriba hay buenas vistas. Los días nublados se ve mejor, se aprecian más los contrastes de color.

Seguimos recorrido y cogemos un sendero de subida con bastante dificultad técnica (¿verdad Rufi?) No fue nada serio, lo justo para joderse un poco el otro codo y equilibrar.

Seguimos con tiempo de sobra, que Alfredo no nos deja perderlo, así que también paramos en la capilla de San Blas, donde puede observarse al titular agarrado al mocho, justo castigo por no haber salido en bici con los amigos.

Detalle del mocho en su mano izquierda mientras Blas saluda enrejado a sus amigos ciclistas

Cruzamos la carretera y entramos a Miraflores por debajo, aceptando las rampas finales que nos llevan al bar de siempre. Vacilamos al camarero, que encaja bien, y damos cuenta de un menú estándar, sin florituras pero con chupito.

Los de la foto son unos viejos de la otra mesa. Nosotros seguiremos niños con bici

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

3 comentarios

Las Rozas, Las Matas, Torrelodones

Ruta realizada el Domingo 04/04/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
37.3 km
710 m
19 Km Distancia Madrid
3h36'
2h45'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Juan, Miki, Pepe

Mas detalle ruta

Temperatura media: 15.2
Descarga ruta: Las-Matas-Hoyo-manzanares-Torrelodones20210404.gpx

Ruta de cierre de procesiones por la zona favorita de los trialeros. La otra opción era subir a la sierra «de verdad», pero el camino del tubo de la Barranca como que me da dentera. Además, en domingo y en el parque nacional, o te hostian los caminantes o te crujen los forestales.

Hemos quedado un poco antes -sin exagerar- para que Alfredo asegure la hora de vuelta y pueda celebrar el cumpleaños de sus vástagos como se merecen: globos, payasos, tarta, disfraces… ¡ya quisiera! que son ya mayores, y nosotros unos tarras barrigones. Felicidades desde aquí a Jorge y Alfredo Jr.

poco negocio le dejamos al Calleja de enfrente, pero es que abre tarde…

Al ser chicos puntuales los que acudimos hoy a la cita, a las 9:04 empezamos a dar pedales vestidos, preparados y con casi todo ya contado. Bueno todo no.

Salida válida al primer disparo, cruzamos el puente y nos enganchamos al track propuesto. Enseguida buscamos el primer barranco, que es donde se concentra la vegetación y se estrechan los senderos. Bajada sin más, solo destacar el chalet que se montó aquí en su día un fulano en un vagón de tren, con su porche emparrado y su laguna enfrente. Algo raro y anacrónico, sin luz, ni agua, ni na. Me imagino al ferroviario retirado escuchando las ranas en las noches de verano.

Hay una subidita exigente para llegar a Las Matas desde el barranco, así que tomo nota para la vuelta.

Ya cruzando el pueblo Juan nos cuenta que se ha comprado un coche ¿el coche? no, otro, un pedazo golf corto en color bronce para que conduzca su señora. Impresionante, no sé si es que se la está ligando ahora o son solo celos de que pudiera optar a conducir el suyo. Conocido el proceso a trozos, entre senda y senda, doy fe de que hay al menos otro concesionario y un equipo comercial más que le odian. Pero el jodío lo hace bien, qué campeón.

De las Matas te pasas a Los Peñascales sin darte cuenta, sobre todo a la ida, que es bajada. Luego todo senderos de ascenso para llegar a la parte alta del recorrido. Pasamos la finca El Pendolero, construcción mas bien feíta, y seguimos con la subida un buen rato. Sucesión de pistas rotas y algún sendero técnico, pero de los que no enfadan.

Comida de plátano (cada uno el suyo) en el mirador e iniciamos el regreso. Disfrutamos del sendero que discurre junto a la carretera de Hoyo, que es donde coincidimos con más gente, y mucho más del de bajada que rodea la urbanización.

Desde el mirador

Luego ya vuelta a Los Peñascales, las rampas para coger la altura de Las Matas. Como tomé nota a tiempo, sujeto a Alfredo a voces en la última rotonda del pueblo para frenar su querencia habitual a los barrancos: «majo, ese ya nos lo sabemos». Accede en esta ocasión y nos presentamos en un pispas en el punto de origen, atravesando el barrio ferroviario, que otras veces hicimos en sentido inverso para ir al Gasco.

Las vías, el horizonte, el punto de fuga

Con esto quedamos todos justificados y a tiempo para que Alfredo celebre, Juan se ofrezca de chofer de su niña y Miki se vuelva a la sierra a la hora del aperitivo. Muy eficaces, muy rapiditos, pero nos faltaron chascarrillos de algunos, a la próxima será.

Nota: Aconsejo visitar el álbum para comprobar las maravillosas fotos del nuevo móvil de Alfredo. Pasada de chisme.

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

8 comentarios

Quijorna Navalagamella Valdemorillo

Ruta realizada el Jueves 04/03/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
37.3 km
902 m
30 Km Distancia Madrid
4h47'
3h05'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe, Rufi, Mario

Mas detalle ruta

Temperatura media: 13.1
Descarga ruta: Quijorna-Navalagamella-2021-03-04.gpx
Reproductor audio crónica:

Hace tiempo que no veníamos por esta zona. Tenía en la cabeza lo del camión abandonado y los hornos de cal, el terreno seco y duro y la vegetación bastante castigada. Nada que ver con lo que nos encontramos hoy, variando la fecha y el recorrido el paraje es otro. Cierto que repetimos algún tramo de otras rutas, pero cambiando el sentido de la marcha o la imagen que presenta el campo.

Salimos de Quijorna, magnífico pueblo con amplias áreas de aparcamiento, para que yo elija la peor, la de la plaza del mercadillo. Eso, mire usted, no lo tenía en la cabeza, porque la vez anterior nos pasó igual.

tan majos y coloridos

Digo que salimos por la Cañada Real Segoviana, pegándole al trazado original el primer trasquilón, porque ya intuimos que vamos a salir bien servidos. Son unos primeros kilómetros suaves, que aprovechamos para comentar las novedades de la nueva versión de la app, la elección del encuadre, la ruta cargada y magnífico sonido del cencerro… a la vez que vamos alimentando la lista de peticiones, tales como contador de lo que nos queda, en distancia y desnivel, hora prevista de llegada y si vamos más deprisa o despacio que la vez anterior.

por esos caminos del Sr.

Hubiéramos seguido en plan creativo si no fuera porque el trazado cambia y empezamos a chuparnos unas cuestas más que serias por un paraje que cruza la “vega de Villanos” –a saber por qué- y se enfrenta a la cuesta de Velago. Apretamos riñones y tiramos de todo el hierro disponible para coronar en la urbanización Cerro Alarcón, partida en dos por el arroyo de la Nava. Debe haber más de mil arroyos con el mismo nombre ¡qué poca imaginación!

Barranquitos y senderitos nos llevan enseguida al puente del Pasadero, sobre el río Perales. Solo Mario lo conocía, para todos los demás es una grata sorpresa. Un rincón con vegetación mediterránea bastante cerrada y un río como los de verdad. El cauce lo regula el pantano que está por encima y que sirve de área recreativa a los de la urba. Espero que hagan algo más con esa agua que entretener villanos.

La bajada al río no fue fácil, pero la subida es peor. Un sendero que empieza como “imposible” para no bajar del nivel de “muy exigente”. Un trazado en el que pateamos todos, unos más y otros menos, pero nadie se escapa.

Pasamos bajo un cable con un cartel de prohibido, pintado a brochazos. No hacemos mucho caso y se nos aproxima un paisano viendo de abajo que nos recrimina la acción. Cada vez soy más partidario de no entrar en diálogo, que nunca cambió nadie de parecer por lo que le diga al que se enfrenta. Sería más partidario de darle la razón o darle una hostia. Todo lo demás es andar entreteniéndose “pa na”.

Atravesamos Navalagamella (majo el nombre, inspirador, ocurrente, con profusa aliteración) y nos vamos buscando más barranquitos que subir y bajar porque, camino más corto y directo, haberlo lo había.

Valorando el terreno. Bueno, el cauce

Ya estamos otra vez junto al río, pero esta vez no sale a nuestro encuentro un amable puente. Lo que en verano debe ser poco más que una meada de prostático, ahora es una corriente que nos hace dudar un poco. Carajeamos, reusamos, pero al final hay que quitarse los calcetines y remojar los juanetes, rezando porque un resbalón no nos facilite el baño completo, que agua y corriente para ello, hay.

Detalle que certifica el cruce del cauce y lo gastado de mis celebrados calcetines

Unos cuestones más y nos presentamos en Vademorillo. Ya vamos tarde y no estamos para fotos ni entretenimentos, pero es un pueblo con bastante actividad. Mucha gente por la calle, bares con sus parroquianos y su comercio correspondiente. Es tan frecuente pasar por núcleos vacíos, que me hace ilusión ver que también hay de los otros.

Luego ya el camino es mayormente cuesta abajo. Un sendero cada vez más bonito que nos devuelve en dirección Quijorna. Los más rápidos y hambrientos sueltan freno y desaparecen. El resto les sigue de tertulia.

Aquí tenéis a los más hambrientos, ansiosos por su pienso

Al final comida en El Águila, que hoy no tiene cocido pero nos sirve un menú digno por nueve euros, que con cerveza y propina se nos iría a 12. Comparado con otras experiencias, lo calificaría positivamente.

Con esto concluimos el día, que para recordarlo, con unas pocas letras nos vale.

(música capricho del autor)

Álbum de Google: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos

8 comentarios