Alcalá – Parque Natural de Los Cerros

Ruta realizada el Jueves 03/02/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
35 km
650 m
29 Km Distancia Madrid
5h26'
3h05'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe, Mario

Mas detalle ruta

Temperatura media: 12
Descarga ruta: Alcala-Trialeras20220203.gpx
Reproductor audio crónica:

Volvemos de nuevo a este parque en Alcalá que nos sorprendió la primera vez que lo recorrimos. Esta vez la ruta viene avalada por Nano Flojo, lo que siempre es una garantía de divertimento (para unos más que para otros, claro).

Esta ruta tiene el inconveniente de que no se puede hacer en fin de semana debido a las hordas que la invaden, ni tampoco en tiempo de lluvias por su inmisericorde barro (que ladinamente existe aunque estemos en sequía, como se verá más tarde). Tampoco es adecuada para los que no gozan con las trialeras ni si se sufre de vértigo. Cómo se puede ver en el mapa, tampoco es idónea si no te gustan las rutas liosas y tienes problemas con tu GPS o sufres de SADTA (síndrome agudo de desorientación total y absoluta). Vamos, que no sé ni como hemos venido…

Venía dispuesto a hacer el recorrido con un modelito primaveral pero al llegar al parking me encontré que el coche marcaba unos estupendos -1 ºC que me quitaron rápidamente la idea. Allí estaba ya Pepe, abrigado hasta las cachas y poco después llegó el resto de la yayo-expedición.

Con dos de las tres Treks viejas pasadas por boxes (y la tercera a la espera…) empezamos la subidita por el camino de los Catalanes que nos hace entrar pronto en calor. No tiene mucha pendiente pero es larga. Finalmente, subiendo entre árboles, nos lleva hasta un punto denominado La Cañadita donde empieza el sendero de la Zarza. La verdad es que intimida un poco por su fuerte pendiente y porque está bastante peraltado.

Así, como quien no quiere la cosa, llegamos al comienzo del famoso Tubo, la parte más divertida de esta zona. Como estaba todo helado, esta primera bajada la hicimos sin ningún problema y con la pericia y destreza que nos caracteriza.

Al salir del Tubo, empalmamos con el sendero de Los Lagartos y volvemos a subir de nuevo (esto es así, sube, baja…), en dirección a lo que los planos llaman el Alto de los Reventones.

En esta zona de cerros se disfruta de unas vistas espectaculares y aprovechamos el momento para sacarnos fotos, que es en realidad a lo que venimos.

Pero hay que volver al lio y, por eso, cogemos un sendero que baja de nuevo al bosque para retomar un nuevo ramal del sendero del Lagarto que nos llevó al Tubo de nuevo. Con lo que no contábamos es que, con que el aumento de temperatura, se estaba deshelando. Esto hizo que nuestra segunda bajada fuese absolutamente marron glacé. El dibujo de mis ruedas desaparecieron y tuve dos derrapes gloriosos que acabaron en la hierba y Pepe se quedó bloqueado cuando su rueda trasera se negó a girar.

Ya cubiertos de barro, volvimos a subir de nuevo hasta los Reventones, solo que en vez de bajar, ésta vez seguimos de frente por los cerros hasta salir de la zona boscosa. Por el camino perdimos parte de los kilos de barro que llevábamos encima, devolviendo a la tierra lo que es de la tierra.

Inesperadamente nos metimos por una pista sin mayor gracia que nos llevó por cultivos y explotaciones agropecuarias (no intensivas, eso si), pasando por debajo del AVE. Luego tomamos el camino de Los Hueros que nos llevó de bruces al pueblo de El Viso.

El track pasaba por él tangencialmente pero la cuestión era que, justamente, teníamos previsto comer allí iendo con el coche, para no meternos en Alcalá y repetir el exitazo de la vez anterior. Así que, ya que estábamos allí, cambiamos de planes, como corresponde a unos profesionales flexibles como nosotros, y decidimos comer en ese momento, aunque eso implicase retomar la ruta con la tripa llena.

Había buscado un restaurante llamado Cristy en El Viso que ponían bastante bien aunque no abrigaba muchas esperanzas. La oferta de esta zona es más bien escasa. Pepe se tornó en nuestro guía y, tras un recorrido fascinante por las urbanizaciones del pueblo y cuando ya habíamos perdido la esperanza, encontramos el bar Cristy en mitad de una urbanización con sus vigilantes de seguridad y todo. Mario entró para evaluar el entorno y nos convenció de las virtudes del local, haciendo referencia a la simpatía de la camarera y, en especial, a su ortografía y buena letra. Todos convenimos en que, efectivamente, mostraba unas grandes cualidades que justificaban plenamente el repostar allí.

La comida estuvo bastante bien (pudo deberse al efecto Rufi, pero esa es otra historia) aunque estábamos acojonados porque Pepe nos anunció un desnivel de 100 m. hasta el coche.

La verdad es que no fue para tanto. Pronto convergimos de nuevo con el track de Nano Flojo. La vuelta también tuvo sus trialeritas y bosquecito. Esta zona no deja de sorprender.

Llegamos al coche sin incidentes, después de un día magnifico. Como siempre, no hay como pasar un día dando pedales por un bosque en la mejor de las compañías. Un lujo.

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Colmenar Viejo – Guadalix de la Sierra una vez más

Ruta realizada el Domingo 16/01/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
39.7 km
739 m
29 Km Distancia Madrid
4h27'
3h06'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juanlu, Mario

Mas detalle ruta

Temperatura media: 7.8
Descarga ruta: Colmenar-Viejo-Guadalix-de-la-Sierra-20220116.gpx
Reproductor audio crónica:

Hacía tiempo que no salía un domingo en bici con los amigos y la sensación de calles vacías y silencio se me hacía extraña. El coche, camino de Colmenar, marcaba entre 2 y 3 grados bajo cero. ¡Qué planazo!, ¡Quien me mandará! Esas ideas es las que me resonaban en la cabeza mientras me dirigía a la zona de aparcamiento. Cuando llegué, diez minutos antes, ya estaba todo el mundo allí. Estas cosas son las que te hacen darte cuenta de las edades en las que nos movemos. En cuanto le di un abrazo a Juanlu, al que hacía mucho que no veía, se me pasaron las reticencias. Llegaron todos los demás, metiendo prisa, así que acabé de prepararme y salimos de Colmenar dispuestos a darlo todo.

Colmenar estaba petado. Por todos los sitios había gente andando y ciclistas de carretera a tutiplén. La verdad es que la salida del pueblo es bastante desagradable y la próxima vez hay que plantearse aparcar al lado de la base de helicópteros, al menos los domingos.

Como somos así, empezamos la ruta hablando de criptomonedas y de economía, porque somos como los tertulianos de la radio. Antes de lo que tardo en contarlo ya estábamos al lado de las FAMET, con todos sus helicópteros parados, que era día de descanso y de ir a misa.

Dejando atrás la base, entramos a la dehesa de Navalmillar, donde nos enfrentamos a la primera subida, en la que Juanlu, empleando todo su poderío gravitatorio, nos pegó una pasada y empezó a escalar la cuesta como si no hubiera un mañana, dejándonos perplejos y rezagados. Semejante episodio no se volvió a repetir a lo largo de la jornada.

Como siempre, en la base del cancho de Pedrezuela, paramos al lado de la puerta para reagruparnos, que la larga subida tiene la curiosa habilidad de desperdigarnos por el camino.

Empezamos una bajada por pistas llenas de barro donde Juanlu, delante de mí, hizo una espectacular demostración de dominio de conducción en barro, con derrapes de la rueda delantera y trasera de forma alternativa y conjunta.

Y que no falte el agua…

Y así llegamos a trialera de la Camorcha, que ésta vez tenía el aliciente del hielo y el barro congelado. Otra vez que nos desperdigamos, cada uno haciendo lo que podía en este tramos tan técnico y tan c…..

¡No sabiamos como ir a Guadalix! Todos mirando el GPS y los mapas disponibles debido a la absoluta falta de indicaciones durante el recorrido

A la salida de la Camorcha, en una zona llamada El Verdugal, nos reagrupamos para dirigirnos ya hacia Guadalix. Tramo fácil que da lugar a la charla y a la polémica y en la que nos enzarzamos en el tema de moda, la ganadería intensiva, de la que todos en el grupo somos unos grandes expertos.

Normalmente nos tomamos el plátano rendiendo pleitesía a la estatua del alcalde de «Bienvenido Mr. Marshall» pero ésta vez nos dieron envidia otros ciclistas que se estaban metiendo un café con churritos y, claro, no íbamos a ser menos.

Como ya es norma, no dejamos que Félix pidiera. Sin embargo, dejándose llevar por su legendaria afición por las camareras, no pudo evitar sorprenderse por el atuendo de la que nos atendía, que iba con una escueta camiseta de manga corta, mientras nosotros íbamos forrados. Cuando Félix se lo comentó, ella nos miró con conmiseración, aduciendo que era serrana y que aquello ni era frio ni na. Como siempre, algunos casi se quedan sin churros, mientras alguno luce los dos papos llenos, que aquí quien no corre, vuela. Ya nos conocemos.

Salimos del pueblo, rodeados de coches y ciclistas de carretera (un grupo de 4 chicas, para variar) por una zona que se llaman las Cumbres con toda la razón, por el imponente cuestón que hay que superar para llegar al camino.

Esta parte me encanta. El camino está bordeado por una valla que demarca fincas con ganado, creo que de lidia.

Más tarde, en la peña de Gato, salimos a campo abierto, con continuas subidas y bajadas, arroyos y puertas.

Esta zona es de llaneo pero pronto cambió la cosa. Empezamos con una subida tendida, atravesando una zona llamada los Rancajales y que. rápidamente, nos llevó de nuevo a la dehesa de Navalvillar.

En la entrada de la misma nos reagrupamos de nuevo y, mientras esperábamos a Juanlu, nos dio por montar una sesión fotográfica.

Y con esto acabo esta crónica. La llegada fue como la salida, gente por todos lados. Juanlu y yo tuvimos problemas hasta para sacar los coches, rodeados como estábamos de ciclistas y vehículos de apoyo por todos lados, lo que impidió que nos pudiéramos despedir. Pero eso es lo de menos, fue un día espléndido, por el tiempo, la ruta y la compañía.

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Miraflores-Morcuera-Canencia

Ruta realizada el Domingo 12/12/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
32 km
732 m
44 Km Distancia Madrid
3h24'
2h19'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Pepe, Rufi

Mas detalle ruta

Temperatura media: 12.4
Descarga ruta: Miraflores-Morcuera-Canencia-20211212.gpx
Reproductor audio crónica:

Si algo tengo claro es que hay que escapar de la Navidad en Madrid pero sin perder el «espíritu navideño». Supongo que por eso Alfredo, transido por el sentimentalismo de esta época, se le ocurrió ir a ver la nieve. y nos propuso una ruta realizada ya en otras ocasiones (la que se dirige a la hoya). Sin embargo, en cuanto la analizó, Pepe la rechazó por meterse por pistas expresamente prohibidas, y adronadas con unos hermosísimos carteles que complicaban cualquier alegación de ignorancia/falta de mala fe/yo creí-yo pensé. Y es que jugársela en esta zona en fin de semana no es buena idea desde hace tiempo. Los alcaldes de Soto y Miraflores la han tomado con los ciclistas de montaña (les estorbamos mucho a los cazadores, claro), abriendo la veda los sábados y domingos. Así que, mostrando un gran talante democrático y tal y tal, la cambiamos por la clasicorra de toda la vida.

Como siempre, algunos llegamos a la hora, mientras que otros parecen que han pasado allí la noche. También tenemos nuestras bajas («nenazas«, en el argot del grupo) producidas por el insomnio (supuestamente, farfullan algunos, que somos como un pueblo). Cualquier cosa nos pasa ya, cualquiera menos poluciones nocturnas…

En el encuentro nos comportamos como lo que somos, amigos en periodo prejubilatorio, deseando verse y enrollándose a charlar de cualquier tontada. Como resultado, salimos con cierto retraso a pesar de los requiebros de Alfredo…

Poco hay que decir de la subida que tantas veces hemos hecho. A pesar de que, al venir, el coche ha llegado a marcar 1 º, la mañana nos mostraba su mejor cara y pronto tuvimos que quitarnos la primera capa. Y cómo siempre, nos paramos en la peña desde la que vislumbra Madrid al fondo.

La subida la fuimos amenizando con diversas conversaciones que variaban desde nuestras opiniones sobre series y películas, pasando por la vida de nuestros padres, abuelos y afines (donde Rufi no deja de sorprendernos), sin olvidarnos de comentarios sobre el golf y hasta de nuestras afinidades políticas, que ya nos conocemos y sabemos de que pie cojea cada uno (alguno con pata de palo). La cosa es que llegamos al asfalto en un pis-pas.

La carretera ya es otra cosa. No sé porqué pero siempre se m’atraganta. Pronto Rufi y Alfredo son sólo un recuerdo en lontananza mientras Pepe y yo subimos tranquilamente charlando. Pero la realidad es terca y los coches pasando a t.h., las bicicletas de carretera humillando y el % nos hacen callar. Y así, en «silencio radio» llegamos hasta la Morcuera donde nuestros compañeros nos esperan, ya fríos y resignados por ir con semejantes paquetes. Durante el platanito tuvimos una de nuestras conversaciones de alto nivel, irreproducible en medio escrito por sus posibles implicaciones en redes sociales y en la que participaron incluso elementos ajenos al grupo.

**** ATENCIÓN no existe el video 20211212_113500.mp4 en el álbum de Google de la crónica

Después del piscolabis, nos dirigimos hacia el Raso de los Toros, pasando al lado del refugio. Mientras Rufi y Pepe tenían una interesante conversación de coaching, Alfredo y yo sufrimos el acoso de un Porche rojo que se creía que estaba en Lemans y que, después de pitarnos, nos pasó a toda velocidad para frenar a 50 metros. Mucho tonto anda por ahí suelto.

Atravesando al zona de los Altos de la Morcuera, ya empezamos a encontrarnos con algo de nieve y, sobre todo, hielo. La subidita del cerro del Cuclillo tenía bastantes placas pero se podían pasar sin mucho problema.

Después de la prolongada aunque bien llevada subida, llegamos de nuevo al bosque donde perdimos de nuevo a Rufi y Alfredo, mientras Pepe y yo íbamos disfrutando del precioso paisaje, haciendo apreciaciones de carácter estético y espiritual mientras evitábamos el hielo. La cuestión es que, justo al llegar a Canencia, en la misma valla, nos encontramos nuestros compis enfrascados en la tarea de arreglar un inesperado pinchazo de la rueda delantera de Alfredo. Pepe se lanzó en plancha porque no hay cosa que le guste más que enguarrarse las manos y cacharrear con herramientas. Estuvimos un buen rato hasta que la cámara accedió a ser introducida en la cubierta. Quedó patente que Alfredo no hace caso a la web cuando le avisa de que recargue el líquido antipinchazo porque la cubierta estaba más seca que «el ojo de la Inés» (esto lo dice mucho mi madre y, después de muchos años, sigo sin saber quien era esta buena mujer ni lo que le ocurría a su ojo). Las consecuencias de todo esto fueron dos: primera, allí algunos pisamos una mierda, y dos, ya no nos daba tiempo a hacer la variante por el robledal de la Dehesa del Valle.

Así que bajamos directos por la carretera entre descapotables antiguos que iban por allí a darse una glamurosa vuelta y tontolavas que se creían que estaban en un rallie. Cada vez me gusta menos ir por carretera pero tampoco es que hubiese muchas más alternativas para llegar a una hora razonable.

Ya en el pueblo, Alfredo, para celebrar el pinchazo, bueno, sobre todo su arreglo, nos invitó a una cervecita y a un pincho de tortilla que vimos de pasada porque duró menos que lo que se tarda en leer esto. Menos mal que unos ciclistas de carretera que estaban al lado nos regalaron su ración de torreznos, lo que no evitó que les criticáramos verdes de envidia por lo jovencitos, delgados y en lo buena forma física que que estaban. Que arpías estamos hechos…

Un día precioso y muy agradable. Me lo pasé genial charlando y hasta dando pedales, jajaja. Como colofón, ya en casa me metí unas migas que hizo mi hija, que no tenían nada que envidiar a las que me hubiese comido en Almagro. Y a tomar por saco lo que quemé en la subida al puerto.

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Ezcaray – Ermita de Santa Bárbara – dia 1: senderismo

Ruta realizada el Lunes 25/10/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
7.5 km
235 m
220 Km Distancia Madrid
2h58'
2h03'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix

Mas detalle ruta

Temperatura media: 25.1
Descarga ruta: 20211025-dia1-Ezcaray-Ermita-Senderismo.gpx
Reproductor audio crónica:

Después del café en casa Masip, nos dimos una vuelta por el pueblo y, antes de que nos diéramos cuenta, ya nos habíamos salido.

Santa María la Mayor, con el mismo nombre que otras 800 iglesias en España

El terror de los caparrones fuera de control

Atravesamos algunos campos y pronto empezamos, como no, una subida que nos fue llevando poco a poco hacia la ermita, que estaba en obras y sin tejado. Desde allí había unas vistas espectaculares de la zona. Menos mal porque lo que es la ermita…

Después de esto ya si que volvimos al hotel, para descansar un rato. Creo que fueron 45 min. porque había que salir a cenar. Nos fuimos a la plaza del Quiosco y allí tomamos algo ligero (incluso Alfredo). Nos acostamos pronto que mañana sonaba diana a las 8:30. Esto es un sin dios …

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Ezcaray – Bonicaparra – dia 1: cuando todo iba bien

Ruta realizada el Lunes 25/10/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
17.8 km
500 m
221 Km Distancia Madrid
2h21'
1h52'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix

Mas detalle ruta

Temperatura media: 12.6
Descarga ruta: 20211025-dia1-Ezcaray-Bonicaparra-.gpx
Reproductor audio crónica:

Por fin había llegado el día de la gran escapada Esta salida ha sido costosa. Una vez más no hemos ido a Cantabria, a la zona de Bárcena Mayor, como habíamos previsto en un principio. Está claro que está gafada. Y por distintas causas sólo éramos tres los integrantes del equipo los que nos habíamos apuntado al evento.

En cualquier caso, como siempre con puntualidad prusiana, empezamos nuestra aventura a las 6:30 del lunes, la mar de animados. Salimos de Madrid sin problemas. Los problemas los tuvimos para encontrar un sitio donde desayunar porque las gasolineras estaban, o lejos de la autopista, o cerradas. Por fin dimos con un sitio de nuestro gusto. Valió la pena esperar porque nos metimos un pincho de tortilla king-size que nos duró todo el día. Alfredo lloraba de la emoción.

Alrededor de las 10:30 llegamos a Ezcaray. Juan, el dueño del hotel del Trueno donde nos hospedamos, se quedó sorprendido cuando nos vio llegar tan pronto. También se esperaba unos tíos más mayores y decrépitos, por sus comentarios (pensaría que éramos jubilados al uso). Amablemente, al vernos tan hermosos y atléticos, decidió cambiarnos las habitaciones sencillas por unas dobles sin sobrecoste, porque «no íbamos a caber» bien en las otras. Después de este subidón de moral, no le íbamos a decepcionar y nos cambiamos a toda pastilla, listos para iniciar la primera ruta.

Y así, en paralelo los tres, moviéndonos a cámara lenta y con una luz refulgiendo sobre nosotros (igualito que en «Elegidos para la gloria«), salimos del hotel a las 11:15. Empezaba nuestra primera andadura.

El recorrido lo había elegido Félix con la idea de hacer una cosa suave para ir habituándonos al terreno y no acabar descojonados el primer día. Salimos del pueblo por el puente Canto, medieval pero muy restaurado, que pasa sobre un rio Oja, decepcionantemente seco.

Apenas nos mantenemos 100 m. por la carretera, desviándonos hacia la izquierda por un camino asfaltado al que no se puede llamar carretera y que lleva al pueblo de Turza. Ya empezamos con el 1:1 que no nos abandonó durante un buen rato. Muy pronto nos encontramos sumergidos en un bosque precioso, justo lo que andábamos buscando.

Y subiendo, dejamos a un lado el desvió de Turza, al que no nos planteamos visitar en ningún momento porque no era cuestión de hacer cuestones gratis y abandonamos el asfalto, metiéndonos de lleno en un precioso hayedo. Al cabo de un rato, llegamos a nuestro destino, el cerro de Bonicaparra, en donde había un refugio tomado por las vacas. Allí hicimos demostración de nuestra habilidades taurinas y aprovechamos para deshacernos de nuestros platanitos.

Realizamos el descenso por el otro lado del monte, un poco más abierto al principio, pero que luego se cerró en un hayedo repleto de colores.

La pista iba a dar de nuevo al puente que nos metía de nuevo en el pueblo. Nos duchamos y cambiamos para hacer senderismo (todo del tirón, que anochece pronto) y nos fuimos a comer a la casa Masip, en la plaza de la Verdura, donde Alfredo tuvo su primer encuentro con los caparrones, la alubias rojas de la zona. Félix y yo fuimos más conservadores y pedimos bacalao a la vizcaína. La idea era compartir pero a la perola de alubias apenas llegamos con unas tristes cucharadas. Alfredo arrasó. ¡Qué tarde nos esperaba…!

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Colmenar Viejo – Dehesa de Moncalvillo

Ruta realizada el Martes 28/09/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
41.2 km
828 m
29 Km Distancia Madrid
4h36'
3h45'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2021-09-28-Colmenar-Viejo-Dehesa-Moncalvillo.gpx
Reproductor audio crónica:

Después de tener planeado un día sin mayor aliciente que dar una vuelta rutinaria al Pardo, lo cambiamos en el último momento por esta ruta diseñada por Félix. Había que aprovechar el espléndido día e ir a un sitio con algo especial. Y desde luego que lo fue. Parecía más primavera que otoño.

A las 10:30 empezamos en el aparcamiento habitual que está al lado del restaurante La Cabaña de Vetton, cerca del polideportivo Martín Colmenarejo. Siempre es incómodo salir de Colmenar por el tráfico pero en 5 minutos ya estábamos en el campo.

Pronto, a unos 3 kms, llegamos a la meca del cine en Colmenar Viejo, los estudios Aroztegui, donde se rodaron, entre otras, «La muerte tenía un precio» (1965) y «El bueno, el feo y el malo» (1966). Si queréis saber más sobre este lugar, aquí tenéis un enlace donde cuenta su historia: https://www.colmenarviejo.estudiosaroztegui.com/index.php/historia.

Por una agradable bajada llegamos hasta una bifurcación que nos mete en una subida que nos lleva de cabeza a un pedregal que no se lo salta un galgo. Por suerte es corto y acabamos en una pista que tiene el pequeño inconveniente de tener ondulaciones, lo que hace que Félix pruebe a fondo su mallot nuevo «made in France».

En las Cercas de Barajas cogemos la Calleja del Cabrero (desde luego el entorno es de lo más rural) y por el camino Bajo de Pedrezuela acabamos de morros en la entrada de la Dehesa de Moncalvillo.

La verdad es que esta dehesa es un espectáculo. Estaba impresionante. No sé que va a dejar para la primavera, la verdad.

**** ATENCIÓN no existe el video 20210928_121758.mp4 en el álbum de Google de la crónica
Ciclista sin GPS

El descanso del guerrero lo hicimos en nuestra lagunita preferida que ahora estaba sin flores (hubiese sido ya la leche).

Iniciamos desde este punto la vuelta. En cuanto salimos de la dehesa se empezó a complicar la cosa. Hacia el kilómetro 25 (cerca del cerro Confiteras, que tiene narices el nombre porque está de dulce…) entramos en una senda con subida fuerte y llena de piedras intratables que nos hicimos a pie como está mandado. En una de estas rampas Félix se cayó pero por suerte solo se hizo unos raspones en el codo.

Finalmente salimos de tan inhóspito sendero en el cerro de la Carmocha, retomando la pista ondulada. Esta parte del camino es coincidente con la ida por lo que nos volvimos a encontrar con las piedras que nos hicieron bajarnos la primera vez y que allí estaban esperándonos, sin moverse ni un ápice.

Poco después se me averió mi desviador trasero. Y ya van 2 veces con el jodido XTR (también se le ha jorobado una vez a Alfredo, lo que me hace dudar de su fama). Por suerte, con el plato mediano y el piñón grande conseguimos llegar a Colmenar sin problema, porque todavía nos quedaban unos kilómetros…

Comimos regulín en La Cabaña del Vetton y así acabamos este día estupendo a pesar de estos problemillas. Por supuesto, le levó la bici directamente a Jose, que se alegro de ver de nuevo a una de las viejas Trek.

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San Agustín de Guadalix-Azud del Mesto-Pedrezuela

Ruta realizada el Jueves 16/09/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
39.4 km
612 m
30 Km Distancia Madrid
4h29'
3h14'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe, Rufi

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2021-09-16-San-Agustin-de-Guadalix-Azud-del-Mesto-Pedrezuela.gpx
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Empezamos la nueva temporada después del verano. Un día genial para montar, con un cielo de nubes algodonosas y una temperatura perfecta. Momento de reencuentro aunque esta vez sólo hemos sido cuatro los que nos hemos enfrentado a esta ruta. Los días anteriores llovió a mares por lo que era imprescindible buscar una ruta con el menor barro posible. La zona de Guadalix es ideal para estas ocasiones por lo que decidimos hacer este clásico que ya nos sabemos de memoria (bueno, unos más que otros…).

Aparcamos enfrente del tanatorio de San Agustín. Esta vez preferimos sustituir nuestro clásico aparcamiento en el polígono por este lugar lleno de «tranquilidad». Quitando los aspectos luctuosos del sitio, la verdad es que está genial para aparcar, recoger y limpiar las bicicletas.

Quedamos pronto, a las 9, para que Pepe pudiese asistir a sus clases filosóficas de la tarde. Llegamos todos a la hora, celebramos el reencuentro (sin mariconadas ni cosas griegas de esas) y nos pusimos al tajo.

Hay días tontos y este fue uno de ellos. Nada más empezar comprobamos la falta de comunicación que teníamos con nuestros GPS. Nos liamos un poco, sobre todo yo, que me enredé con una zarza y estuve a punto de besar el suelo. Ya tenía mi caricia gatuna nada más empezar la fiesta. Pero finalmente afinamos el tiro, siguiendo la ruta que nos llevaba al polígono, atravesando el rio Guadalix y que nos sacaba del pueblo en dirección al azud.

Esta vez no nos detuvimos para ver el salto del Hervidero. Había prisa, la teníamos muy vista y el ritmo era bastante rápido. Pronto llevamos al azud. Había charcos y algo de barro pero nada grave que perturbara las buenas sensaciones que siempre me ha dado este lugar.

Al fondo, el acueducto del Zegri

El disfrute de este recorrido tiene su precio. Para salir de azud del Mestre hay que superar una buena subidita con un estupendo firme de piedra suelta. Arriba nos espera el pueblo de Pedrezuela que atravesamos en un pis-pas.

En el embalse del Vellón (o de Pedrezuela, como dicen lo del pueblo, que es su pantano, leñe) nos paramos, como siempre, a tomarnos el platanito.

El Watermelon Team, luciendo su nueva equipación banana style.

Después del piscolabis, dejamos atrás Montenebro y cogimos velocidad por las pistas que nos llevaron a atravesar el acueducto del Zegri.

Después de un rato y una pequeña trialera, nos lo volvimos a encontrar de nuevo, esta vez desde abajo.

Desde aquí, poco quedaba ya. Pronto llegamos al Guadalix de nuevo y nos plantamos en los coches con tiempo suficiente para que Pepe pudiese ir a la universidad. Rufi encontró problemas con su pasador de la rueda delantera y decidió ir corriendo al Trek de Alcobendas. Demostrando un elevado nivel tecnológico, allí le dieron la solución definitiva, cargándoselo del todo-todo.

Félix y yo nos fuimos al comer a La Kedada, aparcando en la puerta. Como siempre, no nos decepciono.

Un día estupendo con una ruta agradable y la mejor compañía. Así da gusto volver de vacaciones.

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Cerdedilla a Fuenfría por Puricelli una vez más

Ruta realizada el Lunes 02/08/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
37.8 km
1089 m
46 Km Distancia Madrid
4h34'
3h13'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe, Otros

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Cercedilla-Fuenfria-por-Puricelli-20210802.gpx
Reproductor audio crónica:

El verano nos vuelve perezosos hasta para buscar nuevas rutas. Claro, que tampoco es fácil estar dispuestos a arrostrar el duro sol del verano, como vimos en la última del Escorial. Aunque haya sombra, los momentos en que te enfrentas al sol te crujen. Y no está fácil encontrar rutas por bosques, no. Así que una vez más recurrimos a la archiconocida rutita por la carretera de la República. Pera esta vez no es como otras. Ha sido algo entrañable. como de andar por casa, por el barrio. Pepe ha invitado a dos amigos de su infancia. Uno, Tomás, nos ha acompañado en el recorrido, muy en forma y amenizando la subida con sus aventuras médicas y de todo tipo . El otro, José el Camborio, en la comida nos dio un master de mecánica del automóvil, saliéndole la pasión por los coches antiguos (bueno, de nuestra infancia y adolescencia) por todos los poros de su piel. Así que nuestro Pepe estaba hoy nostálgico, predispuesto a contarnos historias y aventuras de su época de chico de barrio. Y es que Pepe tuvo unos comienzos comparables en ciertos aspecto al Bola, ahí donde le vemos, tan británico él (salvando las distancias, que no ganó una moto de agua, pero hacía sus cositas con las motos; jajaja, me va a matar…). Y por todo esto esta salida ha sido especial.

Bueno, pues ésta vez di a la primera con el sitio de aparcamiento. Puntualmente salimos de la plaza de toros los 4 y atravesamos Cercedilla para tomar el camino Puricelli, que toma su nombre de la empresa que inició las obras de una carretera que habría de unir Madrid con Segovia a través del valle de la Fuenfría. Empezaron en la Segunda República pero se pararon en el 36 por motivos obvios y franquistas. Como lo cogimos por la estación, pues nos chupamos la conocida subida con escalones, con gran alegría y regocijo por nuestra parte.

Entre piedras, raíces pasamos en dirección al hospital. Después atravesamos las Dehesas, dejando detrás a nuestro amigo Cirilo y a nuestra izquierda la fuente de la Teja, empezamos la subida por la carretera de la República. Félix y yo charlando de nuestras cosas, íbamos subiendo mientras veíamos alejarse a Pepe y Tomás, que iban a un ritmo que no se correspondía a sus edades.

Como no íbamos en plan olímpico, nos detuvimos en el mirador del Poeta o de Vicente Aleixandre (depende de a quien preguntes), para tomarnos el platanito y charlar un poco sobre hemorroides, fistulas, que estábamos en un plan muy serie House, y porque son temas que no se abordan con frecuencia y tan poético lugar daba pie a ello.

En el mirador de la Reina hicimos alguna foto, como es obligatorio, enfilando ya el puerto de la Fuenfría. Seguiamos de charleta.

Félix luciendo un conjunto que va a romper este otoño con el embalse de Navalmedio al fondo

Allí optamos por ir hacia el Marichiva, pero sólo hasta que empezara la bajada (no hay que exagerar). Se habló de dar la vuelta a la Camorca, pero se hizo con poca convicción. Había pocas ganas de enfrentarse a la cuesta de subida de la Fuente de la Reina y eso se notaba.

Poco antes de darnos la vuelta, nos encontramos con nuestro futuro inmediato, es decir, un grupo de jubilatas la mar de animados que se estaban dando un buen rulo por aquellos lares, saltándose todas las normas, como corresponde a su edad.

Escandalizados nos tenía Tomás con su culotte modelo Village People…

Ya se acercaba la hora de comer (o así nos pareció a nosotros). Había que bajar así que nos abrigamos como yayos previsores que eramos (bueno, yo me puse una camiseta de Pepe, que es que no aprendo…).

¡Puff, date prisa en sacar la foto, que se arranca!

La vuelta no tiene nada digno de contar. Llegamos en un pis-pas a Cercedilla y, como viene siendo habitual, nos fuimos de cabeza al restaurante Maya, donde habíamos quedado con el otro amigo de Pepe, José el Camborio.

La comida fue muy agradable. Me divertí mucho con las anécdotas del pasado remoto de Pepe y sus amigos y además, aprendí un montón de mecánica y restauración de coches, que a mi estas cosas siempre me han tirado.

Espero que Tomás se anime a volver a dar una vuelta con nosotros. Y José, ya sabes, todas nuestras rutas acaban en un restaurante, así que a ver si nos vemos de nuevo.

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Canencia – Espartal – Los Cortados

Ruta realizada el Jueves 22/07/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
25.2 km
766 m
51 Km Distancia Madrid
4h10'
2h44'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe, Gustavo

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Canencia-Espartal-Los-Cortados-20210722-1.gpx
Reproductor audio crónica:

Se preveía un día de mucho calor así que había que buscar algo fresco. Pero no íbamos a dejar de montar por esa tontada y Pepe propuso esta ruta que, por la altura y por transcurrir en gran parte por bosque, cumplía las condiciones. Como últimamente me pasa en todas las salidas, me lie con el aparcamiento y dejé el coche a 200 m. de mis compañeros. Pero a la hora prevista estábamos todos en Canencia listos para empezar.

Hacía mucho tiempo que no veíamos a Gustavo, así que empezamos a cotorrear mientras subíamos. Hablando de lo divino y lo humano, llegamos al Cerro del Cuchillo y lo sobrepasamos, sin darnos cuenta de que nos habíamos salido del track. Fue de esa manera tan tonta como nos comimos la subida por el cortafuegos a la Genciana. Bueno, o eso al menos es la versión oficial, porque 4 tíos con el track y que nadie se diese cuenta… Yo la verdad es que lo vi, pero pensé que habíamos tomado uno de esos cambios de recorrido a los que es tan aficionado Pepe.

Como no hay mal que por bien no venga, así nos encontramos con otro grupo de jubilatas que eran conocidos de Gustavo, los «Mountain Bike Club de Campo» (www.mtbclubdecampo.com). Tienen publicadas muchas rutas y parecen que son un montón, con un amplio rango de edades (incluso superiores a las nuestras, aunque con e-bike…). Este retraso nos sirvió todavía más de excusa para seguir la ruta sin acercarnos ni tan siquiera un poco a la Perdiguera.

Sin ningún tipo de remordimiento empezamos a girar, en dirección a la Peña Mingomolinera. Ahí empezaron los líos. Al poco tuve una de mis chupadas de cadena (a falta de otras…) que nos costó un buen rato resolver. Poco después, Pepe sufrió una caída al quedársele la rueda delantera bloqueada. Por suerte fue sólo el susto y alguna magulladura (y lo de siempre, el pundonor y esas cosas).

Descenso con OVNI detrás

Ya parecía que nos habíamos normalizado cuando el track nos indicó que había que cruzar una valla. Gustavo y Félix, rápidos y prestos, pasaron al otro lado, colándose por un agujero, cuando detrás de nosotros apareció el todoterreno de los forestales. Félix cruzo rápidamente de nuevo pero Gustavo se adentró entre las retamas. El forestal se fue acercando hacia donde estábamos mientras, con gran sangre fría, disimulábamos, unos silbando el Puente sobre el rio Kwai y otros La gran escapada (que ni en eso nos podemos poner de acuerdo…). Ya nos veíamos con una bonita papeleta en la boca, cuando el buen hombre paso a nuestro lado saludando y siguió hacia una vaguada donde detuvo el coche y salió en dirección a un cortado. Estuvimos allí un rato sin saber que hacer y con Gustavo escondido. Finalmente, pasamos al lado del coche, mientras Gustavo salía disparado en descubierta. Un kilometro más tarde nos juntamos de nuevo, cerca del collado del Espartal. Definitivamente lo de las prohibiciones en Guadarrama es un quebradero de cabeza. Nunca acabamos de tener claro de que lado de la ley estamos.

Después del platanito y de disfrutar de las vistas del valle del Lozoya con el embalse de Pinilla, seguimos hasta una zona muy agradable de robles (La Molinera y Los Caños). Una vez atravesadas, el calor empezó a arreciar y, para nuestra desgracia, aparecieron los temidos y largos cuestones, del 10-12% en esta caso, según el GPS de Gustavo. Así, sudorosos y acalorados, llegamos a la pista que lleva a Cabeza de la Braña, con el parking ya muy cerca.

Cuando llegué, metí la cabeza en la pila de la fuente al lado de la que había aparcado. Hay placeres que pocas veces puedes ver cumplidos. Este fue uno. Recogimos y nos fuimos a comer a Soto, como siempre a La Perola.

Un día genial y una ruta interesante, que debe ser espectacular en primavera y otoño. Aunque, como siempre, lo más importante, la compañía.

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Cercedilla-Collado Mediano versión corta

Ruta realizada el Martes 06/07/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
33.5 km
519 m
46 Km Distancia Madrid
4h06'
3h16'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: Cercedilla-Collado-Mediano-corta-20210706.gpx
Reproductor audio crónica:

Bueno, no siempre salen bien las cosas… Después de una semana asfixiante, por fin anunciaban una bajada de temperaturas, y claro, decidimos aprovechar la oportunidad para realizar una de nuestras «clásicas» por la zona de Valsaín. Después de muchos dimes y diretes y con una importante participación de elementos del grupo que no iban a venir pero que no perdían oportunidad de dar la brasa (efecto Surroca + Atleti Forever), conseguimos consensuar una rutita partiendo de la Granja. Y allí estábamos, a las 9:30 con nuestra clásica puntualidad prusiana, agasajados por un caluroso recibimiento por parte de una copiosa e inesperada lluvia (aparte de los 10 graditos celsius). Nos metimos en el coche de Félix a deliberar y a hacer macramé, mientras los cristales se empañaban (para escándalo de paseantes y vecinos), trayéndome el vaho recuerdos de otras situaciones, otros momentos…

Después de media hora, en la que la lluvia arreció, decidimos que una retirada a tiempo era un triunfo y nos dirigimos a Cercedilla a propuesta de Pepe. Mientras volvíamos a retomar las revueltas en dirección a Navacerrada, iba lanzando maldiciones por nuestra imprevisión, desahogándo mi rabia en las curvas, tirando de freno de mano para derrapar con mi Xcenic Two Classic Edition.

Gracias a nuestra conducción deportiva, llegamos prontamente a la plaza de toros de Cercedilla, donde descargamos nuestras máquinas, dispuestos a pasárnoslo bien a pesar de la adversa climatología. Y seguía lloviendo, pero como si nada.

Esta ruta es una vieja conocida, reflejada en nuestra ruta-teca en varias versiones. Empieza con una agradable cuesta que nos lleva a seguir, más o menos en paralelo, al GR-10 a través de un bosquecillo, pasando por las estribaciones de Navacerrada. Aquí perdimos a Pepe durante unos minutos pero no pasó como otras veces, y nos encontramos gracias a los dioses.

Dejamos el pueblo, saliendo de su zona urbanizada, rodeándolo en dirección al embalse de Navacerrada. Ya nos habíamos calentado un poco y apenas llovía. Hasta nos permitimos el lujo de comernos el platanito.

De vez en cuando nos encontrábamos con algunos despistados que tampoco habían visto el pronostico, calados y ateridos. ¡Incluso nos pasaron dos ciclistas en MTB del sexo femenino! Pepe inmediatamente entró en un duro duelo en su afán por dejar el pabellón bien alto, pero nosotros nos pusimos a hacer fotografías en plan nenazas y malogramos este digno intento.

Poco después del salir de la zona del embalse, pasando cerca de Reajo del Roble, la bicicleta de Félix empezó a chirriar cómo sólo lo sabe hacer ella, quejándose por no encontrarse en su hábitat natural, Mi Bicio, el taller del amigo Jose, nuestro mecánico de cabecera (especialista en Trek viejas).

A la salida de la vuelta al pantano, nos esperaba la temible «Chocho verja», ya comentada en otras crónicas y terror de viajeros y expedicionarios.

Con este telón de fondo, nos dirigimos resueltamente cuesta abajo hacia Collado Mediano pero antes, al lado de la urbanización de Los Pajares, nos encontramos con un centro de interpretación (yacimiento de Miaccum) en el lugar donde se situaba una antigua posada romana pegada a una calzada y cerca de un acueducto.

Atravesamos Collado Mediano sin ningún recato y pasamos entre las urbanizaciones de La Serranilla y El Peñon, con unos agradables repechos. Bordeando Los Molinos y siempre con una suave subida entramos en la etapa «¿Queda mucho?».

Y así llegamos a Cercedilla, con gran regocijo de la bici de Félix que nos alegro con un allegro ma non troppo a cargo de su bloque de amortiguación trasera.

Buscamos descanso en la terracita del restaurante La Maya donde comimos razonablemente bien.

Al final arreglamos el día. Somos gente con recursos, además de muy majos y simpáticos. Como siempre, un día divertido, compartiendo naturaleza y amistad.

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