Miraflores-Alto de la Genciana

Ruta realizada el Jueves 13/08/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
41 km
1098 m
44 Km Distancia Madrid
5h19'
3h30'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Descarga ruta: 2020-08-13-Miraflores-Alto-de-la-Genciana.gpx
Reproductor audio crónica:

Después del tormentón caído el martes, nos dirigimos a Miraflores aprovechando la bonanza de las temperaturas. Tenía mono de ruta y amigos después de una semana de vacaciones. Como siempre en hora, empezamos la consabida ruta cuando empezaron los primeros problemas con la orbeita de Pepe. El pensó que era el buje de la rueda trasera, lo cual no auguraba nada bueno. Lo ajustó como buenamente pudo pero el problema continuaba, así que ya me imaginaba una mañana de cañas, cuando se nos ocurrió que igual eran simplemente los frenos. Eso era, así que mis fantasías volaron y emprendimos el ascenso.

Chino-chano que diría mi madre, fuimos ganando altura a través del monte de la Raya y los pinares de los Cuarteles y del Umbrión. Esta ruta es una vieja conocida aunque siempre se te olvida algún repecho que te pilla desprevenido.

La bici de Félix
Si, otra vez la bici de Félix

Y así nos fuimos acercando a la carretera. A este tramo por M-611 le tengo una especial manía, vete a saber porqué. Había mogollón de ciclistas de carretera que nos pegaban la consiguiente pasada, aunque nos lanzamos a la caza de dos que iban más suaves y que vete a saber de donde venían, sin alcanzarlos, por supuesto. Ya estábamos en la Morcuera

Aquí nos metimos nuestro platanito de rigor, viendo pasar a los rebaños de bicletas de carretera. Pronto empezamos a bajar, dejando el refugio a la izquierda, y el Raso de los Toros a la derecha (llenito de ellos, un nombre bien puesto, si señor). Nos cruzamos con un tandem en dirección contraria que más tarde nos encontraríamos en el alto de Canencia. Eso si que es afición.

La temperatura era agradable, un poco fresca quizá, pero sabiamos que venían unas cuestas que nos iban a poner a tono, así que empezamos a dirigirnos hacia el bosque que nos llevaba a Canencia.

Fue en el Collado del Hontanar donde Pepe se puso nostálgico y nos dijo con lágrimas en los ojos que quería ir a la Genciana, que la echaba de menos. Nosotros, personas sensibles donde las haya, no pudimos negarnos, a pesar del amenazante cuestón en formato cortafuegos que nos llevaba al dichoso cerro .

Pero después de este hubo otro. Y no fue el único. Pero valió la pena por ver a Pepe contento.

Pepe, henchido de gozo por ver su sueño cumplido

A la altura de Los Tres Mojones, nos pidió otro favor con voz trémula. «¿Podríamos ir al Pico Perdiguera?». Por supuesto, dijimos Félix y yo, que nobleza obliga. Sin dudarlo nos lanzamos a una desenfrenada subida por una sendero para coronar dicho pico.

La bici de Félix y Félix en segundo plano.
Félix y mi bici
Félix recortando silueta
Disfrutando de la Peña Perdiguera

La verdad es que hay que agradecer a Pepe que nos llevara a este lugar. Tenía unas vistas preciosas. Lo aprovechamos bien, estuvimos un buen rato disfrutando del espectacular paisaje y sobre todo, intentando bajar a Félix del hito…

Ahora teníamos que volver a retomar el camino que nos llevaba a Canencia. Nos encontramos las pistas bastante frecuentadas por paseantes accidentales. En cuanto hay una carretera cerca, ya se sabe.

La bajada desde Canencia fue rápida, desviándonos a la izquierda en el lugar que llaman La Cotilleja para meternos en un bosque de robles. Ahí tuvimos que intentar ir a más de 15 kms/h para evitar la puñetera mosca del roble, que nos comía vivos.

Con ritmo rápido, atravesamos la M610, bajando por las pistas habituales paralelas a la carretera, hasta que decidimos en Cabeza Rasa ir por la carretera para evitar la subida de la llegada a Miraflores. Probamos al opción de ir por pista, pero era necesario entrar en una finca que nos avisaba que «había un perro trabajando«. Optamos por ir por asfalto, aunque en un intento de atajar, nos chupamos dos cuestones en la odiada urbanización Las Encinas. En fin, nunca nos libramos…

En Miraflores estaba esperando nuestro restaurante de referencia, en el que nos tomamos los tres un pisto y una caldereta de ternera. Y como siempre bromeamos con la camarera sobre su moto y nos fuimos antes de que nos metiera una hostia, haciendo gala de un humor y gracejo encomiable, como siempre. Criatura.

Una gozada de día, como viene siendo habitual. Naturaleza, amigos y bici, ahí es na.

Otras fotos: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos


2 comentarios en “Miraflores-Alto de la Genciana”

Los comentarios están cerrados.