Vuelta al embalse de Riosequillo

Ruta realizada el Domingo 02/04/2023

Dificultad Física
Dificultad Técnica
39.9 km
661 m
58 Km Distancia Madrid
4h24'
3h17'
Características Terreno Suelo duro (pueden ser de roca o pedregoso), sin trialeras, con dos obstáculos, sin limitaciones de temperatura

Participantes: Félix, Mario

Mas detalle ruta

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Reproductor audio crónica:

Audio: Marcus Miller – Papa Was A Rollin’ Stone

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Vuelve la primavera de marzo, fresquita y con aire serrano que invita a ponerse de largo. Pero allí estamos, en El Cuadrón, como dos chavales, marcando cacha y con los pelillos de punta. Hay nubarrones negros que no presagian lluvia, pero provocan un eclipse que nos priva de los deseados rayos del sol.

Arreando. Se echa de menos más compañía, que ya empezamos a repetirnos las historias, jajaja

Pisteamos rumbo a la cabecera del embalse, esta ruta es muy de pista, y tranquilamente llegamos a Buitrago.  

¿quién no conoce esta estampa?

Ahora ya empezamos por un sendero más entretenido que nos descubre el puente de Calicanto, sobre sus viejas piedras cruzamos el Arroyo de la Trinidad que vierte su caudal al río Lozoya. Un puente de un solo arco que fue construido en 1579 para sortear este arroyo en el camino que iba a Valladolid, Segovia y Riaza, está construido entre dos moles de granito donde se asienta el arco de medio punto construido en sillares de piedra granítica.

Puentecito muy «cuqui»

Lo malo de estos arroyos es que luego hay que remontar para salir del lecho. Y en este caso la subida es perra, mucho desnivel rocoso que nos dificulta el ascenso con la e-bike. ¡Ah, que no! que aún seguimos con nuestras bicis «pulmonares», que alivio jaja.

Continuamos por una agradable senda camino de Pinilla de Buitrago, cuatro kilómetros que nos regalan una impresionantes vistas de la cuerda que une Peña Quemada, Puerto de Linera, Lomo Gordo, Navafría, Pico El Nevero y Puerto del Reventón. Una caprichosa nube se recostó sobre las cumbres dejando una curiosa estampa.

Curiosa nube cubriendo el «Skyline»

Vamos avanzando y nos topamos con una acequia artesana que toma las aguas del Arroyo de Riosequillo que, al igual que el anterior, vierte sus aguas al río Lozoya. Afortunadamente no tenemos problema en vadearlo ya que con nuestras e-bikes… ¡Ah! que no tenemos

Otra curiosidad en la ruta fue esta extraña vaca, nunca había visto un pelaje similar, ¡atigrada!. Y ese ternero… me pregunto: ¿quién será el padre?

Rebuscando en la red he encontrado una web que, ademas de describir el atigrado como «con manchas distribuidas de forma paralela, como en la piel de los tigres», detalla un montón de diferentes pelajes. Desconocía que hubiese tantos, si sois curiosos mirad https://todocarne.es/glosario-del-pelaje-vacuno/

Ya estamos en Pinilla de Buitrago y, tras saludar a los inquilinos del «lugar para dormir», nos asomamos al embalse de Riosequillo. Llenito de agua, da gusto verlo. El Camino del Cementerio está, como siempre, inundado y eso hace que nuestras monturas, y nuestros culos, se salpiquen de agua, barro y mierda de caballo a partes iguales. Para remate al vadear lo que parecía un super-charco mis ruedas se hundieron repentinamente y quedaron atascadas en su fondo blandurrio y cenagoso, lo que me obligó a echar pié y hundir el tobillo hasta el fondo a riesgo de pisar a Srek. Félix, al verme naufragar, optó por cruzar sobre unas piedras que algún habitual había colocado en la «orilla» izquierda. La próxima vez le dejo pasar a él primero y soy yo el que se ríe, jajaja

Esto sí que es «meter la pata»

En la confianza de que no me vio nadie (y la esperanza de que Félix no lo contara) continuamos camino mientras mis zapas escurren el agua.

Ahora nos encontramos con una sociable yegua que, buscando pasto fresco, se había salido del cercado dejando separado a su potrillo. Aprovecho para descalzarme y escurrir mis calcetines, que seguían empapados. Rápidamente decidimos que aquella yegua no podía quedar fuera del redil y diseñamos un plan para hacerla entrar junto a su retoño y otros cuantos caballos que allí pacían. Con trozos de rica manzana evelina la vamos atrayendo a la puerta, pero el resto de colegas al verla comer se acercaron bloqueando la puerta. Así Félix retuvo en la puerta a la mamá y yo conseguí, a costa de quedarme sin manzana, alejar al resto hasta que !zas! conseguido.

El día va avanzando y la temperatura suavizando, llegamos al puente del Congosto y nos quitamos la rebeca, que toca subida a Canencia y pega el sol.

Y tras el helipuerto de Canencia llega la subidita del día, sendero pedregoso hasta el collado entre Cabeza Herreros y Matainiesta. El collado es curioso, se llega a una puerta tras la cual se abre una pista que han dejado más plana que la tierra del medievo. Y claro, bajada tó la ostia hasta Garganta de los Montes. De aquí en adelante ya no hay historia, pisteo soso hasta llegar de vuelta al Cuadrón.

Aterrizamos en el coche con la sensación de haber cumplido un día más tras haber recorrido 39.87 Km, un acumulado+ de 689.11 m. en 3:17 H y un total de paradas de 1:07 H

¡Hasta la próxima!

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3 comentarios en “Vuelta al embalse de Riosequillo”

  1. Muy chula la crónica y la música que es de las preferidas en mi juventud, que la tocaba un conjunto llamado The Temptations. Me gusta de aquella época, lo que llamábamos música negra: Steve Wonder, Isaac Hayes, Marvin Gayes, Gladys Knight, Teddy Pendergrass… Era soul modernizado llamado «sonido Motown» por la discográfica.
    Hemos pasado frío y he acabado molido a pesar de no tener mucho desnivel.

  2. Muy bien contado. Una ruta de las que me molan. Por lo que parece, el día más fresco de lo esperado, pero eso está bien, ya nos sobraran calores en pocas semanas.

  3. Descriptiva crónica Mario. He visto las fotos de los caballos, y me viene a la cabeza sin poderlo remediar, la estampa de los rocines, que no caballos, de Egipto. Hasta para esto hay que tener suerte donde naces. Enfin….

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