Ruta realizada el Domingo 07/11/2021
Participantes: Domingo, Pepe, Rufi, Raquel
Reproductor audio crónica:
Lo contamos rapidito por no aburrir a los «pro», que los otros pasamos una mañana estupenda. Podría haberlo titulado «de dominguero con Domingo», pero luego se queja teki que si los metadatos, que si los criterios de búsqueda… ¿Y quién lo va a buscar? si allí no se pierde nadie. Es camino de paseo, de chaquetón pijo y, si me apuras, en algún tramo hasta tacones.
¿A qué hora salen los domingueros? Pues a las 10h, como unos señores (y señora… puto sexismo), con el sol ya levantado, las nieblas disipadas y cada árbol en su sitio.
Salimos de ca’Domingo y recogemos a Fer en el pueblo. Nos espera en lo alto de San Lorenzo, asomado a la primera puta cuesta de asfalto, con la sonrisa en la boca, como diciendo «Pepe, que las ausencias se pagan» y es que llevo un mes casi sin subirme y me quema el pecho a la mínima.
Saludos y parabienes, presentaciones formales de Raquel y Rufi, que no se conocían, y nos ponemos en marcha.
No subimos Malagón, ni siquiera al arboreto. Lo hacemos todo por abajo, facilito, eligiendo los senderos así como buscando otoño. Hace frío, pero sin viento y con sol se lleva muy bien.
Abandonamos el pueblo hacia la carretera de la Cruz Verde y pasamos junto a los casoplones antiguos, de estilo casi palaciego, con cierto aire francés y tejados de rigurosa pizarra negra. Por si os interesa, uno de los más chulos está venta, por no entretenernos no paré a preguntar. Y ahí seguimos, despotricando, que si no serán prácticos, que si el mantenimiento, que muy aislados, en definitiva: no las quiero, están verdes.
Parece ser que hay una carreta por la zona. señalizada, con sus asistentes y su guardia civil. Bicis como las nuestras, pero con jinetes más flacos y más rápidos. Les dejamos ir, que como no llevamos numerito igual se sienten mal si les pasamos.
Así pasamos la zona de La Silla y seguimos a salir a la vía. Eso es lo más lejos que fuimos, además evitando grandes subidas, Una atención de mis amigos que no quisieron verme arrastrar con cara de pena.
El regreso lo hacemos con un poco de pista y luego ese sendero que me gusta tanto, estrecho, de vegetación variada y dificultad moderada. En primavera es la hostia, pero ahora tampoco está mal. En estas fechas debiera estar encharcado a tope y, sin embargo, nada de agua. El otoño -so far- está viniendo seco. Lo hace más manejable, pero también quita encanto.
Ya casi estamos en el pueblo, que no se trataba de enredar mucho más. Entrada triunfal por las huertas y dirección a una terraza cervecera. Al sol se está bien, sentados en la calle comentando la jugada y el resto de chascarrillos que nos habíamos dejado pendientes.
Una ruta en la que todos hemos seguido a Raquel, como humildes corderitos, sin levantar la voz ni hacer alardes, que en cada cuesta nos esperaba arriba, con sonrisa y sin sorna, lo que es de agradecer
Pues eso, que así fue, sin más enredo ni dificultad, ni siquiera rompimos el desviador, que está tan de moda.
5 comentarios en “El Escorial”
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Muy bien Pepe. De estas muchas, que generan afición, con su cervecita y todo. Una gozada de día.
Magnifica crónica y estupenda ruta. Pepe, cuando acabes filosofía haz la carrera de literatura que escribes de lujo
Otra conclusión de la ruta es: de cabeza a la eléctrica
Me parece que este año acabo líder sobrado. Con esas rutitas de tan mísero esfuerzo me puedo ir tranquilo de vacaciones.
El jueves a ver si Alfredo tiene bici y hacemos otra de las serias a disfrutar del otoño que nos queda.
Sobre todo si ni ponemos el track y el IPB, por pequeño que sea
Globeros