Lagunas del parque regional del sureste

Ruta realizada el Jueves 06/05/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
73.7 km
210 m
7 Km Distancia Madrid
9h20'
5h11'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juanlu, Pepe, Mario

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Últimamente no estamos muy finos con la convocatorias y ésta no fue una excepción: «que si nos vamos a Aranjuez, que lo que mola es Buitrago, que no, que mejor de compras que no tengo fondo de armario….«. Finalmente la sensatez se impuso y se hizo la ruta que yo propuse, saliendo de mi casa, jejeje. Y no es morro, es que no tenía coche y, lo más importante, no nos podíamos ir lejos para que pudiese venir Pepe, que nos tenía pendientes y expectantes con su vacunación en el espectacular Zendal, azote del Covid y refugio de la libertad.

Viendo el desnivel de la ruta me voy a ganar a pulso el sobrenombre de «Yayoflojo» pero es que tenía especial interés en conocer esta zona, tan cercana e ignota, como las Fuentes del Nilo mismamente. Tengo que decir que me sorprendió gratamente, haciendo hincapie en que hay que realizarla en estas fechas, o incluso, unas semanas antes. Bajo ningún concepto hay que intentarlo cuando haya la más mínima sospecha de encontrarnos con barro, porque puede ser un infierno (quizás exagere pero hay que meter dramatismo).

Salimos del Valdebernardo después de agruparnos, puntualmente como siempre, desde los 4 puntos cardinales de Madrid. Alfredo se vino desde la plaza de Roma por la via verde de O’Donnell, Juanlu (el héroe de la jornada) atravesó la city a pelo desde su nido en Moncloa, Pepe vino en coche directo desde su Zendal experience y yo desde mi portal a 100 m.

La salida fue plácida, atravesando el parque de Valdebernardo, donde cayeron las primeras fotos, con los patitos del estanque.

Ya les avisé que no todo iba a ser así y pronto nos adentramos en el polígono de Vicálvaro, rodando a toda leche por la desagradable carretera de Coslada que rodea la explanada donde Renfe prepara los convoyes de mercancías. Fue la parte Mad Max del recorrido. No hay forma de evitarlo debido a que todo son fincas y empresas que crean una especie de muralla infranqueable. Pero pronto, torcimos hacia el sureste con la intención de circunvalar Coslada por los parques que la rodean.

En lontananza se podían apreciar el bosque de grúas que pronostica en lo que se va a convertir esta zona con el paso del tiempo, pero bueno, de momento se puede ir por los lugares que muestran las fotos. Esto acaba en una zona de chalets, aledaña a lo más granado de Coslada y que tiene un cierto parecido a San Blas. Rápidamente salimos de Coslada para dirigirnos hacia San Fernando de Henares, rodenado su hospital universitario y adentrándonos en un bulevar que nos vuelve a sacar del pueblo. Pepe propuso ir a visitar un castillo del siglo XIII pero resultó estar a TPC. Conviene recordar, para otra ocasión, que por esta misma ruta se puede ir al castillo de Aldovea en Torrejón. De hecho, nos adentramos unos kilómetros en su dirección para ver un poco las lagunas del Henares (tramo de ida y vuelta en el desvió del Soto de la Quica). Como el track era corto…

Aquí la marinería se me empezó a revolucionar. Pedían campo, verde, trialeras (Alfredo, claro) y no hacíamos más que atravesar calles (¡vaya rollo!, ¿queda mucho?, ¡vaya mariconada!,…). Pero mi paciencia y mis dotes de político son infinitas, así que les camelé con múltiples razones para que continuaran, e incluso les prometí libertad y cerveza, que no falla. Y así es como salimos de S.F. de Henares.

La entrada al parque regional de sureste tiene un cierto aire a Aranjuez. Esto serenó el espíritu de los expedicionarios, quizás demasiado, porque íbamos a un ritmo lamentable, no sé muy bien porque, como si estuviésemos en Benidorm.

Al acabar este magnifico paseo se encuentra la bifurcación que he comentado con anterioridad y que te lleva directamente a Torrejón de Ardoz, siempre a la vera del Henares.

Entrada al Soto de la Quica. Nadie entendía porqué íbamos por allí, fuera de track. Fue un capricho mío, lo reconozco pero me confirmó que a esta gente se la lía fácilmente. Nadie se había mirado la ruta, ¡ay señor!

¡Leches! ¿Y esto? ¿De dónde habrá salido?

Después de disfrutar de este bosque de ribera y de la amabilidad de un calvo que nos grito por no llevar mascarilla, volvimos al track de nuevo.

¿El personal no quería verde? ¡Pues toma verde! Nos adentramos en un sendero de 2 palmos que estaba tomado por las plantas. Quedaba lo justito para pasar. El problema era que, a veces, las plantas que lo bordeaban eran cardos «king size«. Me recordaba alguna escena de Objetivo Birmania, cuando Errol Flynn le soltaba las granadas a los limones, escondido entre la maleza. Jungla total.

Salimos del bosque y dejamos un oleoducto a un lado y continuamos haciéndonos nuestra buena panzada de kilómetros, eso si, más bien llanitos como se puede apreciar.

Todo iba bien, hasta que en un minúsculo repecho (de los 5 que había en el recorrido), al cambiar, tengo una impresionante chupada de cadena (con perdón) y me quedé clavado. Me temo que realicé el cambio inadecuadamente y eso provocó el incidente. Se había empotrado entre el plato pequeño y el mediano y no había manera de sacarla de tan inoportuna posición. Por suerte estaban allí Mario y Pepe. El primero intento desmontar testicularmente los platos pero no había forma con las herramientas a nuestra disposición. Finalmente, con maña y paciencia, entre los 3 conseguimos liberar la cadena sin daños, pero habíamos perdido media hora al menos. Esta claro que estas yayo-excursiones son de alto riesgo. Y no será el último incidente…

Siempre cerca del Jarama, llegamos finalmente a las Lagunas del Raso. Y allí, nos perdemos un poco, nos ponemos a juguetear con unos pequeños toboganes…

Ermita del Cristo de Rivas

Empalmamos con la Laguna de Rivas, atravesando zonas llenas de flores de todos los colores que despiertan en nosotros el poeta que llevamos dentro. Alfredo ya empieza a tener hambre.

La La Land

Pepe empieza a tener los primeros síntomas de la vacuna: ve elefantes de colores

Y finalmente llegamos a la laguna del Campillo a la que decidimos dar la vuelta, debido principalmente al interés mostrado por Alfredo en verla en profundidad (eran las 13:58 …). Y aquí tuvimos el segundo incidente de la jornada cuando Mario decidió romper una rama con la cabeza. Pudo la rama y se rompió el casco. Por suerte, Mario no se hizo nada importante aunque salió dolorido del encuentro.

Y ya, con los objetivos cumplidos, nos dirigimos hacia el restaurante (El Fogón de Filo), donde nos plantamos y comimos estupendamente. Ante la escasez de codillos, Alfredo tuvo que acosar a la camarera, exigiéndole su firme compromiso de que, al menos, un codillo sería para él exclusivamente. Por lo demás, la comida transcurrió muy agradablemente, aunque había una vocecilla interior que te decía que había que volver.

Uno de los pocos momentos de silencio.

Después de un café y un chupito, a la 5 pasadas decidimos levantarnos. Fue duro, pero cuando eres un ciclista legendario que decides afrontar este tipo de retos exigentes debes asumir estos sacrificios. En vez de ir a lo fácil, fuimos a lo bonito, así que nos dirigimos a la ruta que va paralela al Manzanares, hacía la Caja Mágica.

Cortados y Pico de Coberteras. Debajo, el camino hacia San Martín de la Vega
Nidos de cigüeñas cerca de la Cañada Real
Pedazo peregrino, transido de devoción

Por el Parque del Manzanares, cerca ya del punto donde nos separamos.

Bueno, y esto ya se acaba. En el Parque del Manzanares no dividimos. Alfredo se fue hacia Legazpi para cruzar el Retiro y Juanlu, hacia el Madrid Rio. Los demás, tuvimos que subir, rodeando el parque forestal de Entrevías, continuar por el parque de Palomeras, atravesar el puente sobre la carretera de Valencia, para llegar a Valdebernardo de nuevo. Allí Félix y Mario siguieron por el carril bici, y Pepe y yo nos adentramos en el barrio.

Un día completito, espléndido y divertido. Una ruta bonita y divertida, donde el único sufrimiento es el tiempo que permaneces sobre el sillín y que acabas con el síndrome del mandril. Y como siempre, un gustazo poderlo compartir con los amigos.

Otras fotos: Link Álbum

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7 comentarios en “Lagunas del parque regional del sureste”

  1. Buena crónica, la sandía de Juanlu la he visto un poco verde, seguro que para la próxima salida habrá madurado.
    A me me salió 92 km para llegar a mi casa y tengo el culo escocido.

  2. Gracias Domingo, bien contado. En días así da pena que se acabe la ruta, me quedaría en la calle hasta el anochecer. Hoy tengo sensación de cansancio en las piernas y el brazo enrojecido ¿será la vacuna?

  3. Espectacular yayoruta primaveral. El campo como nunca. Florido y colorido. Tramos propios del Amazonas o la selva asiática. Me encantó.
    Otra ruta para guardar en la chistera. Sólo una pega: sobra todo el kilometraje urbano que no aporta y produce dolor duodenal innecesariamente.
    Otra vez, saldría desde Coslada.
    85 kms aproximadamente me salieron de los que me sobran los 30 urbanos.
    Gracias Domingo por la ruta y la crónica.

    1. Lo pensé Félix, pero no era fácil hacer una circular saliendo desde Coslada o S. F. de Henares. Al final, al acercarte a los coches te vuelves a comer otra vez ciudad. La lagunas en medio lo complican bastante.

  4. En primer lugar daros las gracias a todos por vuestra atención, no dejandome solo por atrás, debido a mi escasa forma, la verdad. Mucho aquihayquevenirllorao, que parece que si no puedes con lo que tenga la ruta te jodes, pero luego teneis unos corazones 💕 que no os caben en el pecho, amen de compañerismo y solidaridad bien entendida. Repito GRACIAS chicos, muy honrado por la compañia. Sois muy grandes. Y Domingo buena cronica

  5. Alfredo tranquilo en cuanto madure, te daré a probar.Yo por un amigo con hambre lo que sea 🤣

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