Quijorna Navalagamella Valdemorillo

Ruta realizada el Jueves 04/03/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
37.3 km
902 m
30 Km Distancia Madrid
4h47'
3h05'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe, Rufi, Mario

Mas detalle ruta

Temperatura media: 13.1
Descarga ruta: Quijorna-Navalagamella-2021-03-04.gpx
Reproductor audio crónica:

Hace tiempo que no veníamos por esta zona. Tenía en la cabeza lo del camión abandonado y los hornos de cal, el terreno seco y duro y la vegetación bastante castigada. Nada que ver con lo que nos encontramos hoy, variando la fecha y el recorrido el paraje es otro. Cierto que repetimos algún tramo de otras rutas, pero cambiando el sentido de la marcha o la imagen que presenta el campo.

Salimos de Quijorna, magnífico pueblo con amplias áreas de aparcamiento, para que yo elija la peor, la de la plaza del mercadillo. Eso, mire usted, no lo tenía en la cabeza, porque la vez anterior nos pasó igual.

tan majos y coloridos

Digo que salimos por la Cañada Real Segoviana, pegándole al trazado original el primer trasquilón, porque ya intuimos que vamos a salir bien servidos. Son unos primeros kilómetros suaves, que aprovechamos para comentar las novedades de la nueva versión de la app, la elección del encuadre, la ruta cargada y magnífico sonido del cencerro… a la vez que vamos alimentando la lista de peticiones, tales como contador de lo que nos queda, en distancia y desnivel, hora prevista de llegada y si vamos más deprisa o despacio que la vez anterior.

por esos caminos del Sr.

Hubiéramos seguido en plan creativo si no fuera porque el trazado cambia y empezamos a chuparnos unas cuestas más que serias por un paraje que cruza la “vega de Villanos” –a saber por qué- y se enfrenta a la cuesta de Velago. Apretamos riñones y tiramos de todo el hierro disponible para coronar en la urbanización Cerro Alarcón, partida en dos por el arroyo de la Nava. Debe haber más de mil arroyos con el mismo nombre ¡qué poca imaginación!

Barranquitos y senderitos nos llevan enseguida al puente del Pasadero, sobre el río Perales. Solo Mario lo conocía, para todos los demás es una grata sorpresa. Un rincón con vegetación mediterránea bastante cerrada y un río como los de verdad. El cauce lo regula el pantano que está por encima y que sirve de área recreativa a los de la urba. Espero que hagan algo más con esa agua que entretener villanos.

La bajada al río no fue fácil, pero la subida es peor. Un sendero que empieza como “imposible” para no bajar del nivel de “muy exigente”. Un trazado en el que pateamos todos, unos más y otros menos, pero nadie se escapa.

Pasamos bajo un cable con un cartel de prohibido, pintado a brochazos. No hacemos mucho caso y se nos aproxima un paisano viendo de abajo que nos recrimina la acción. Cada vez soy más partidario de no entrar en diálogo, que nunca cambió nadie de parecer por lo que le diga al que se enfrenta. Sería más partidario de darle la razón o darle una hostia. Todo lo demás es andar entreteniéndose “pa na”.

Atravesamos Navalagamella (majo el nombre, inspirador, ocurrente, con profusa aliteración) y nos vamos buscando más barranquitos que subir y bajar porque, camino más corto y directo, haberlo lo había.

Valorando el terreno. Bueno, el cauce

Ya estamos otra vez junto al río, pero esta vez no sale a nuestro encuentro un amable puente. Lo que en verano debe ser poco más que una meada de prostático, ahora es una corriente que nos hace dudar un poco. Carajeamos, reusamos, pero al final hay que quitarse los calcetines y remojar los juanetes, rezando porque un resbalón no nos facilite el baño completo, que agua y corriente para ello, hay.

Detalle que certifica el cruce del cauce y lo gastado de mis celebrados calcetines

Unos cuestones más y nos presentamos en Vademorillo. Ya vamos tarde y no estamos para fotos ni entretenimentos, pero es un pueblo con bastante actividad. Mucha gente por la calle, bares con sus parroquianos y su comercio correspondiente. Es tan frecuente pasar por núcleos vacíos, que me hace ilusión ver que también hay de los otros.

Luego ya el camino es mayormente cuesta abajo. Un sendero cada vez más bonito que nos devuelve en dirección Quijorna. Los más rápidos y hambrientos sueltan freno y desaparecen. El resto les sigue de tertulia.

Aquí tenéis a los más hambrientos, ansiosos por su pienso

Al final comida en El Águila, que hoy no tiene cocido pero nos sirve un menú digno por nueve euros, que con cerveza y propina se nos iría a 12. Comparado con otras experiencias, lo calificaría positivamente.

Con esto concluimos el día, que para recordarlo, con unas pocas letras nos vale.

(música capricho del autor)

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Pepe Montalvo

Pepe Montalvo

Listo, guapo, deportista y, sobre todo, humilde.


8 comentarios en “Quijorna Navalagamella Valdemorillo”

  1. Los calcetines ya los puedes tirar😀
    La ruta me ha costado horrores. Es muy bonita, pero dura.
    Buena crónica y buen paseo. La comida regulín. El camarero muy eficiente y amable. Lo mejor, la sobremesa.
    Busca en el texto que se te ha olvidado una h.
    Gracias por el esfuerzo.

    1. Félix, a la mejor puta se la escapa un pedo, pero esta vez ni lo oigo, ni lo huelo
      ¿dónde me dejé la «h»?

  2. Buena crónica, incluso sin la h pedorra. La ruta fue durita, como todas las de colinas pero me gustó ir por un sitio nuevo y desconocido. Eso siempre aporta un plus a las salidas. Como siempre, se me hizo corta la sobremesa.

  3. Pepe buena crónica. Eres un narrador nato

    Sólo puntualizar que no TODOS pusimos pie en la subida desde el puente. Ahí lo dejo

  4. La cronica bien narrada. La foto de los calcetines 🧦 una temeridad. jajaja. Prepárate… 🤓

  5. Pepe, se te ha olvidado contar la parte de los búnkeres. El tramo final de bajada a pecho descubierto fue muy divertido.
    Muy buena la anécdota de Rufi preguntando después de cruzar el rio ¿como nos secamos ahora los pies?. Lo llega a escuchar mi sargento paraca de la mili y se hubiera tirado una semana descalzo desfilando.

  6. Pepe, siempre se me hacen cortas tus crónicas.
    ¡Enhorabuena!
    Y tira esos calcetines roídos, ¡por Dios!

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