Ruta realizada el Domingo 24/01/2021
Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe, Rufi
Reproductor audio crónica:
Este 2021 ha empezado especialmente sembrado. Como eramos pocos, parió la abuela, esta vez en forma de tren de borrascas. Durante un tiempo la borrasca Filomena nos tuvo entretenidos con su nevada. Luego Gaeta nos encogió el alma a base de bajar el termómetro y, finalmente, Hortensia lo hizo con sus lluvias, que luego tampoco han sido para tanto. Así que este era el primer fin de semana que podíamos salir con la bici y la amenaza de los vientos de Ignacio, la tercera ola de la pandemia y los políticos autovacunados no nos iba a detener.
No estaba fácil elegir un sitio para mover las piernas porque tenía que haber poco barro, no estar confinado y con cierta protección contra el viento. Después de muchos dimes y diretes para elegir por donde tirar, nos fuimos al Boalo. Así, de paso, Félix podía comprobar que sus posesiones no habían sido arrolladas por las puñeteras borrascas.
Un día soleado y brillante, con una temperatura ideal, con muchas ganas de verse por primera vez en este 2021. Todavía no habíamos podido tocar el nuevo maquinón de Pepe. Demasiado tiempo sin darle al pedal. Eso quedó patente en cuanto salimos de Boalo, en dirección a la Sierra de los Porrones (falta un audio con Rufi por detrás: «me tocas los c….es»). La primera cuesta se me atragantó como un polvorón. El recorrido era conocido de sobra pero me costó horrores. Iba subiendo, reflexionando sobre lo desagradecido que es este deporte que en cuanto lo dejas unos días, te pasa la factura. Menos mal que la charleta te hace olvidar las pulsaciones y hasta respiras mejor. Incluso parece que han desaparecido los 4 kilos que tienes de más…
En la bajada, normalmente cogemos una trialera preciosa pero con la restricciones que tenemos los ciclistas en Guadarrama y siendo fin de semana preferimos ser precavidos y bajar por pista, aunque casi hay que atar a Alfredo y Rufi.
En Cantocochino otra vez tuvimos que hacer tareas de pastoreo con los elementos del grupo que querían tirar por senderitos. Y así, como quien no quiere la cosa, nos salimos de la Pedriza.
El pantano de Santillana estaba a rebosar, justo al contrario que mis ganas de subir lo que se viene llamando el Cordel de la Fuente de las Liebre, el antiguo camino a Madrid por Tres Cantos, y que yo suelo denominar de forma más breve como «esa puta cuesta«. Encima Ignacio, la última borrasca del jodido tren, nos lanzaba todo el viento de cara. Uno de los mejores momentos fue cuando coronamos esta subida. El otro fue cuando llegamos al Boalo de nuevo y nos tomamos una cerveza, a la que nos invitó el bueno de Félix.
Me alegré mucho de haber ido. Un día espectacular, en el que me reí mucho y me di cuenta de cuanto lo echaba de menos. Una gozada, a pesar de que acabé más cansado de lo que me hubiese gustado. En fin, espero que esto no se complique y lo podamos repetir de nuevo muy pronto.
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3 comentarios en “Boalo-Pedriza-Manzanares el Real en la tercera ola”
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Pues sí que había ganas de ver el campo. Me sorprendió la ausencia de nieve incluso en las cumbres. Parece que donde más cayó fue en la capital. Lo que había era agua por todos lados y eso siempre es alegría.
Buena crónica y música
Que gusto volver a salir a montar en bici. Que no nos pare nada ni nadie.
Muy buen relato Domingo. Un gusto salir con los amigos, entre los que no se encuentran Hortensia, Filomena, Ignacio ni la madre que los parió. Deporte desagradecido donde los haya pero que nos da la oportunidad de vernos y sufrir juntos