Ruta realizada el Jueves 28/11/2019
Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juanlu, Pepe
El día amaneció plomizo, con nubes grises y un ambiente triste y húmedo. Porque los pronósticos indicaban que no habría lluvia y llevábamos dos semanas sin salir, que si no, era un día ideal de mesa camilla. Salí con tiempo por la M-30 sur, previendo que podría haber algo de tráfico denso a la altura del Vicente Calderón. Cuando llegué allí efectivamente había algo de congestión, pero no por tráfico, sino porque los conductores se quedaban mirando las máquinas que se iban comiendo el estadio a dentelladas (inevitablemente pensé en todos mis amigos colchoneros…). Un espectáculo impresionante, digno de cualquier película de ciencia-ficción. Lo que no me esperaba era el megaatasco que me encontré después, a la altura de Plaza de España. Habían cerrado la salida a la avenida de Valladolid y todo el mundo iba de cabeza hacia la carretera de Castilla. Llegué 10 minutos tarde y más cabreado que una mona. Encima, el webmaster me endiñó la crónica del día para consolarme.
Menos mal que cuando te metes en ruta, todos los inconvenientes se olvidan. Salimos de Somontes dirigiéndonos hacia la derecha, paralelos a la carretera del Pardo, en dirección hacia la M-40. Enseguida apareció el primer repechón (tan comunes en el Pardo) que nos llevó a situarnos encima de los túneles. Dejamos atrás un campo de tiro de pichón, alcanzamos la Puerta de Madrid y el Palacio de la Real Quinta, volviendo de nuevo en paralelo hacia Somontes. Volvimos a cambiar de rumbo hacia una zona denominada Valpatomero a la que llegamos despúes de una subida bastante prolongada. Estos continuas idas y venidas son la única forma de conseguir realizar unos recorridos con una longitud aceptable por el Pardo. Tenemos que agradecérselo a nuestros espléndidos monarcas no tienen a bien compartir el resto del Pardo con los mortales.
Pero no es momento de reproches borbónicos porque ya estamos saliendo del Pardo por la Portillera del Tambor, salida por la que hemos pasado un montón de veces y la que siempre nos pasamos. Esta vez hubo suerte y dimos con ella a la primera. Así nos adentramos en lo que llaman el Parque de la Cuenca Alta del Manzanares y que es más bien un lugar pelado y estepario, sin ninguna gracia. Sus pistas anchas dan lugar a relajarse, hablar, meterse con la bici de Pepe o hacerse cosquillas, como en la foto. Gracias al aviso de Félix no me tragué una cadena, que distraído mientras hablaba, no vi. Así pude probar la eficacia de mis nuevas pastillas de freno traseras, pero sin duda, hay formas mejores de verificarlas.
Pasando un puente sobre la carretera de Colmenar, nos incorporamos al carril bici, donde cortamos el rollo a varios ciclistas de carretera, y que nos llevó de rondón hasta la entrada del Monte de Valdelatas. Este bosque me encanta. Siempre es una gozada rodar por él. La ruta que llevábamos en esta ocasión lo circunvalan. Después de tomarnos el refrigerio, empezamos a volver a nuestro punto de partida. Por primera vez durante la ruta, Alfredo puso pie a tierra en una bajada a un puente de maderas que cruza el arroyo del Encinar. Comprobado, ¡es humano!
Salimos del bosque y volvemos a cruzar la carretera de Colmenar por otro puente más al sur, atravesando de nuevo la estepa, con ovejas y todo. Ésta vez nos acompañó el viento, fuerte y frío y con alguna gota que nos hizo presagiar lo peor.
Y así entramos de nuevo en El Pardo, ya con prisas. Nos esperaban unas trialeras rápidas y que, esta vez, estaban en muy buen estado por las lluvias pasadas. Pero antes nos hicimos unas fotos en un mirador de madera desde que se aprecia el skyline de Madrid.
A la salida de la zona de trialeras, atravesamos la carretera del Pardo a Fuencarral, y nos adentramos en la parte del recorrido que, en mi opinión, es más disfrutona. Transcurre paralela a la carretera que lleva a Madrid y está llena de toboganes y zonas viradas. Una gozada que termina prácticamente llegando a Somontes de nuevo.
Y aquí acaba esta salida. Esta vez no nos quedamos a comer porque los jubilatas somos gente ocupada y esta vez, había problemas de agenda.
Como siempre, con las pilas llenas.
Otras fotos: Link Álbum
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3 comentarios en “Pardo-Valdelatas”
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Bonita y divertida ruta aquí al lado, por lo que es muy socorrida. La crónica muy chula.
En el mapa se distingue perfectamente la finca de los «BOBONES». Me da mucha rabia que esta gente disfrute de tanto privilegio por el mero hecho de haber nacido en esa familia. Supongo que eso es ser republicado.
Gracias Domingo. Otra línea para el CV.
Muy bien explicada. Se nota quien tiene aptitudes literarias.
Parece mentira que tan cerca de Madrid haya campos arados y ovejas.