Ruta realizada el Domingo 06/12/2020
Participantes: Alfredo, Pepe, Rufi
Reproductor audio crónica:
Hice una crónica de esta ruta el 30 de noviembre del año pasado. En aquella ocasión se llamó, San Agustín de Guadalix-Dehesa de Moncalvillo, que llueva, que llueva la Virgen de la Cueva.
Hoy iba a titular la ruta San Agustín de Guadalix-Dehesa de Moncalvillo, cuando el grajo vuela bajo….. Pero no hubiera hecho honor a la realidad. Sí, hacía frio, pero ni mucho menos el que hemos pasado otras veces cuando hemos salido a bajo cero e, incluso, menos que ayer.
Ha habido dos cosas que a mi no me han molado. Una es la consabida afluencia de globeros, paseantes, recoge setas y demás fauna que, hasta este año no existía y ha surgido de la nada auspiciados por el puto virus chino. Hoy ha costado aparcar en el polígono de San Agustín de Guadalix a las 9:30 AM y no quiero decir cómo estaba la cosa cuando hemos terminado y nos íbamos a casa. La gente te hacía la ola cuando les decías que te ibas y les dejabas sitio para aparcar.
La otra cosa que no me ha gustado, y es el motivo del subtítulo de la ruta, es que solo hemos ido Pepe, Alfredo y yo. Y no es porque los demás no hayan salido este fin de semana, que si han salido. Ojo, no digo que a estas salidas haya que venir obligado, ni mucho menos, pero uno de los motivos por los que yo vengo es para veros. Montar por montar lo puedo hacer yo solo y ahora, que estoy jubilado, cuando me salga de los cojones. No quiero dramatizar pero ¿nos los hemos de hacer mirar?. Ahí lo dejo como reflexión.
En fin, los que hemos ido nos lo hemos pasado muy bien. Ojo, sufriendo, como está en el guion, pero muy bien aprovechada una mañana en la que los «Mariano Medina» de turno no han acertado ni una. Hemos empezado la ruta frescos (temperatura mínima del día 0 grados, pero ha sido muy puntual) y casi parados porque en la margen del río Guadalix nos hemos comido una patrulla de «exploradores» de mediana edad que no nos dejaban pasar. No he querido poner que, en realidad, eran una partida de viejos de mierda, no vaya a ser que algunos de ellos tuvieran menos edad que yo. Ya sabéis que la edad madura se divide en tres categorías: viejos, viejitos y viejos de mierda. Pues varios de los del grupo de hoy se ubicaban en esta última partición.
La ruta la conocéis todos de sobra. No es muy exigente, pero tiene sus rampas, su sube-baja y también alguna bajada que, sin ser trialera, es divertida y hay que estar atento para no apretarse un hostión. A mi, el tramo que menos me gusta es la subida tendida que lleva hasta la propia dehesa de «Montalvillo». Como dice el otro Montalvillo, de nombre Pepe, las subidas se quedan gravadas en la memoria y los que me conocéis sabéis que tengo una poderosa retentiva para los momentos de sufrimiento.
El campo estaba espléndido y el tramo que recorre la propia dehesa es magnífico. Ahí es donde hemos hecho la mayor parte de las fotos porque luego hemos parado poco.
Los senderos en bajada que recorren la dehesa son súper divertidos. Uno de ellos es el que lleva a la Laguna Verde, donde es obligado hacerse la foto y donde Alfredo me ha hecho un «Surroca». Lease, frenar en seco sin avisar y el que viene detrás está apunto de montarle como ciervo en berrea. He de decir que esta vez ha sido más culpa mía que suya porque no me he dado cuenta de que habíamos llegado a la charca y, de seguir, a lo mejor me había dado un baño innecesario.
En uno de los tramos tuvimos nuestra ración faunística. A las vacas ya nos les hacemos ni caso pero, como os imaginaréis, las había de todos los colores y tamaños. De hecho, Alfredo apreció correctamente que uno de los chotos era un allegado, por lo que llevaba ahí colgado.
El divertimento faunístico ha sido hoy el equino. Pepe y Alfredo insistían en que los caballos no se nos habían acercado para que los acariciásemos. Por un momento me quedé pensando si se referían a lo del chiste del oso y el cazador, que no venía a cazar. Por si acaso, salimos de allí ligeros.
Ya de vuelta hacia San Agustín, Alfredo tomó una variante de la ruta estándar y nos metió por un sendero muy revirado y divertido que también habíamos hecho en noviembre del año pasado. Juan seguro que se acuerda porque ese día había carrera y él llevó, durante todo el sendero, el pandero de una corredora, junto con el resto de su anatomía, a menos de un metro de distancia durante todo el recorrido. Obvia decir que Juan iba detrás de las corredora.
Pues, con esto, poco más, hemos llegado a San Agustín y hemos hecho felices a los afortunados a los que les hemos dejado el sitio para aparcar, después de que llevasen horas cometiendo delitos de lesa humanidad para conseguir un hueco para tirar el coche.
Chicos, a ver si conseguimos salir más componentes las próximas veces. La gracia de esto es dar pedales pero, sobre todo, pasar un rato con vosotros y compartir la afición.
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5 comentarios en “San Agustín de Guadalix-Dehesa de Moncalvillo. Nos los hemos de hacer mirar”
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Relato épico de una realidad manifiesta. La ruta bien, el campo de lujo y el frío (que lo hubo) soportable. No quiero ni pensar cómo estaría la escalera de bajar al hervidero. Si sigue así, la pondrán automática. Menos mal que nos quedan los jueves.
Rufi, esta semana yo llevaba mucha caña entre la bici y el pádel. Hay momentos que hay que descansar para no saturarse y volver con la ilusión renovada.
Además tenía comida familiar con mi sobrina y no podía llegar tarde.
Comprendo que te unas a los jubiletas con ansias y lo celebro. Hay más días que longaniza. El martes si os apetece podemos dar un rulo.
Las fotos de tu cámara salen muy bien. Sólo un detalle: quita la marca de agua. Es una opción de Ajustes de cámara.
Está el campo precioso.
Rufi, una descripción perfecta.
A pesar de ser 3 lo pasamos muy bien y con un tiempo estupendo.
Una duda cuando dices “ subidas se quedan gravadas en la memoria” es que Pedrito ha encontrado un nuevo impuesto para gravarnos.
La frase es de Montalvillo, pero seguro que si no se le ocurre a Pedro se le ocurrirá a Pablo, que para eso es muy creativo
Alfredo, eres malo,