Rivas

Ruta realizada el Miércoles 20/09/2023

Dificultad Física
Dificultad Técnica
49.9 km
174 m
8 Km Distancia Madrid
6h22'
3h27'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, sin obstáculos, no adecuado para temperaturas altas

Participantes: Domingo, Pepe

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Salimos por vernos y porque no falte gente en el camino, con esa romántica desgana que nos caracteriza, ese aire autodestructivo de Rimbaud, esos kilos de más y esa ausencia de aventura que nos permite echar a rodar como si nos empujaran, como si no fuéramos.

Quedas sin saber dónde ir, vas sin saber qué encontrar y, poco a poco, repites camino sin sentirlo para ir revisitando las cosas de siempre y las cosas cambiadas -panta rei-.

Tal es la abulia que ni fotos se hacen, pues no se preveía posterizar la deriva tomada, pero reflexionando, en el último momento creemos oportuno dejar dicho lo de los cambios, lo diferente. De ahí que la crónica gráfica se limite a un triste selfie tomado en el metro, en el momento de vuelta, ante la desconsiderada mirada de otros viajeros mucho más profesionales, más hechos al trayecto y la situación, que bien podrían confundir a esos dos viejos con bici con una pareja de locos o una pareja de hecho.

Todo fue sin pensarlo mucho, por el cauce abajo, a terminarnos el río que cogimos en Casa de Campo en su entrega al Jarama. Y durante este periplo pudimos observar:

-Que algunas pistas se han convertido en autopistas, transitadas por muchos camiones de obra, que entran y salen en dirección al vertedero o similar. No sabemos qué llevan o traen, pero queda sospechoso verlos desaparecer muy rápido entre unas construcciones de tipo industrial y unos cerros pelados. El fulano que venía por allí en bici nos dice que procede del casco histórico de Vallecas, que el camino tiene buenas vistas sobre Madrid, mucho barro y muchos escombros -una joyita.

-Más adelante una culebra larga y despistada, muy larga. Perdida próxima al puente de la autopista o quizá esquivando una brutal concentración de cigüeñas como no habíamos viso nunca.

-Un montón de excavadoras y apisonadoras cerca de la casa donde vivió el Poli Díaz. Quedan ridícula la señalética de los caminos con nombre poético e indicadores hacia el monasterio de Uclés y Santiago. Verlos en mitad de este follón de tierras movidas los hace inservibles, un poco ridículos, pues su misión de vender naturaleza y esfuerzo de conservación del ruralismo, choca de frente con el brutalismo industrial y urbanístico.

-Una nueva carretera con buena solera de forjado para gran tonelaje. Le preguntamos a un amable señor que qué están haciendo en ese trazado y nos hace una demostración práctica de la filosofía del lenguaje: «poner hormigón». Respuesta tan irrefutable como inútil. Insistiendo en nuestro ansia de saber llega a añadir que es un acceso nuevo al vertedero, pero lo dice sin mucha convicción.

-Un sendero nuevo, que a indicación de dos ciclistas locales, nos permite llegar a Rivas sin pasar por la zona del arroyo y los barrizales (camino de la Sal) y esquivando el cierre de la pista de Casa Eulogio (Eulogio, ¡cabrón!)

Paseando por el Soto de las Juntas charlamos con una señora muy flaca que organiza una actividad de voluntarios para retirar kilos plantas invasoras, también con un señor muy gordo, que escapó del covid por los pelos y sale a diario para retirar kilos de su tejido adiposo.

Comemos en Rivas bastante más de lo que hemos consumido y nos volvemos con nuestras bicis impulsadas por la electricidad, pero a lo grande: metro y tren.

«gensanta», diría aquel.

Pepe Montalvo

Pepe Montalvo

Listo, guapo, deportista y, sobre todo, humilde.


Una respuesta a “Rivas”

  1. Estupenda crónica Pepe. Parece hasta que fue una ruta épica. De todas formas, a mi me valió. Pasé un día estupendo amenizado por la gente que nos encontramos en el camino.

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