Ruta realizada el Domingo 18/12/2022
Participantes: Félix, Pepe
Reproductor audio crónica:
Después de una ruta así llegas al coche con algo de frío, el barro te roza en las ingles tanto como en el desviador y, eso sí, una sonrisa tonta, de esas de niño pequeño, que no sabes por qué, que no puedes atribuir a nada concreto, pero ¡joder cómo estaba el campo!
Habíamos bajado derechitos, soltando freno y pisando charco, levantando piedras y espantando paseantes. No recordaba yo lo largo que es este tramo.
La velocidad nos impidió contemplar en detalle el embalse de los Palancares, aunque casi mejor, porque Félix se para con todo, le distrae la cosa más tonta, cuando sacas a los niños de casa, es lo que tiene. Me dio la sensación que se reflejaba el cielo sobre la superficie lisa, con un espejo de mercurio, de esos de los que fardaban los Omeya.
Acababa de despejarse el camino, justo al salir del pinar de la Hoya. La pista es lisa, con pedernal pequeño suelto, poca luz y mucha humedad. Discurrimos por un túnel rojizo con luz al fondo, como saliendo de algo.
No habíamos hecho la trialera esa que sale a la casa, con lo que tampoco fue necesaria la subida de la primera mitad del puerto de Morcuera ¿por qué? ¿por la hora? Era tarde, sí, ¿por pereza? También incluso más que por el retraso. Así que le quitamos tres o cuatro kilómetros al trazado original y algo de desnivel. No lo echamos en falta, llevábamos suficiente.
La subida desde la gasolinera de Soto por la pista del Jacarandá coincide con el surtido de paletos domingueros que bajan en coches gordos y “fragonetas”. No sé cómo se aventuran, con el día tan feo que hace y lo bonita que esta la tele en estas fechas. El consorte juraba que era una pista nueva, os lo prometo. Lo que hace la niebla no lo consigue ni el vino.
Si que había algún tramo nuevo en la parte anterior, al otro lado de la carretera de Miraflores. No mucho, pero sí algún detallito curioso. Prados muy verdes, arroyos que lo mojan todo y alguna panda de ciclistas en sentido contrario. También motos en un par de puntos. Lo menos diez tíos viejos con motos gordas, que se acojonaron bajando una senda complicada y dejaron un tufo de humo horrible que nos comimos de subida ¿dónde están ahora los civiles? Tiene cojones que tengan los güevos de meterse en un sitio así y que se vayan de rositas. Es vergonzoso.
Resulta que pegadito a la FAMET está la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Hemos pasado por allí en repetidas ocasiones, pero no habíamos entrado nunca. Como estamos casi empezando y no reparamos en las pérdidas de tiempo, hacemos una visita detallada, por dentro y por fuera, con fotos, de la construcción y el entorno, de la necrópolis visigótica anexa y sus moradores, parloteo con las excursionistas (no son visigodas) y seguimos camino.
Veníamos de una subida procurando buscar el sendero, que el pequeño tramo de carretera que indicaba la ruta era peligroso por la niebla.
Nos estaba viniendo bien la cuesta, que íbamos todavía fríos, nos faltaban grados. Acabábamos de recorrer algún camino nuevo, por debajo del AVE, junto al presidio, por el puente del tren antiguo, parajes abiertos que la niebla hace diferentes, borrosos, con un cierto misterio por aquello de la soledad. Los ciclistas con los que coincidimos se dibujan de forma curiosa, limitados pero no definidos, como define Spinoza al hombre.
Al ser solo dos, la arrancada es más rápida, menos preparativos. Poniéndonos la braga y los guantes comentamos con el chaval que aparcó cerca de nosotros: cuidado hoy en la bici de carretera, no os vaya a barrer un coche. Esperamos que les haya ido bien.
Llegamos casi a la vez al aparcamiento, una meada justa de diferencia. Joder qué niebla y qué frío. Al aproximarnos por la carretera ya se veía que nos íbamos a meter dentro del mar de nubes. Venga, vamos a ello que hoy rodamos los dos solos.
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Una respuesta a “Soto del Real – ermita Remedios – Hoya San Blas”
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Muy bien Pepe, eso de contar la crónica a la inversa de como se ha recorrido es toda una novedad. Y la música me encanta. Mándame un whatsapp diciendo cuál es. Hacía mucho que no hacíamos una ruta solos descontando que el jueves, también nos fuimos tu y yo solos