Prádena del Rincón-Puerto del Cardoso-Collado Mosquito-Horcajuelo. Viendo como va la hoja

Ruta realizada el Jueves 20/10/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
36.3 km
920 m
71 Km Distancia Madrid
3h41'
3h05'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), sin trialeras, sin obstáculos, no adecuado para temperaturas bajas, zona de fotografía interesante

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Mario

Mas detalle ruta

Temperatura media: 10
Descarga ruta: Pradena-20221020.gpx
Reproductor audio crónica:

Esta ruta ya nos la planteó Mario (si, otra ruta mariana) la semana pasada y como tenía una pinta estupenda, no la echamos en olvido. Era el momento de comprobar el «estado de la hoja«, termino acuñado por el naturalista del grupo, Félix. Y es que a la semana siguiente emprenderemos la exploración del ignoto Parque Natural de Izki y no sea que la hoja no esté todo lo bien que fuese de esperar. ¡Menudo disgustazo!

La cosa es que no parecía el momento más adecuado. Se nos venía encima la borrasca Armand, con un nombre ideal para imaginarse una sucesión interminable de hechos apocalípticos. Quizás por eso la mitad del grupo se ha rajado (si, ya sé, no es eso, es que estaban sumamente ocupados…). La cuestión es que me puse en carretera con un cielo que no presagiaba nada bueno. La llegada a Pradena fue apoteósica, con los limpias del coche echando agua a los lados sin freno. Pero con mi característica sangre fría, atravesé la cortina de agua y me tomé un café en el Bar El Rincón, mientras esperaba a los componentes de la expedición. La verdad es que confiaba ciegamente en las gestiones de Mario para asegurarnos una ventana de tranquilidad climática entre las 10 y las 14 horas. Seguro que ya había hablado con sus ñuberus, esos geniecillos cántabros que montados en los nubarrones de las tormentas, las guían a su antojo. Y además, MeteoBlue nos daba la razón. Así que pa’lante.

La cosa es que a las 10 en punto estábamos los 4 en Pradena y ya no llovía. Empezamos a bajar por la carretera que nos llevaba directamente a Montejo de la Sierra. A la salida del pueblo cogimos una pista que, amablemente, nos llevaba en dirección al Cerro los Cotoruelos, por lo que os podéis imaginar que empezamos a subir.

Dejamos atrás una de las innumerables Dehesas Boyal que hay en nuestra comunidad, rodeando el Hayedo de Montejo.

Seguíamos subiendo, porque esta ruta tiene esa característica, que la mitad es subida. Íbamos a buen ritmo, con alguna cuesta de las que te hacen sudar pero sin dejar de ser llevadero. Todo el recorrido se hace a través de un precioso bosque y la pista está en bastante buen estado. Iba a decir que casi no cuesta subir, pero mentiría…

A los 500 m. de desnivel Alfredo planteó el momento canario y dejamos de ascender para tomar algo y quedarnos helados. Así que comimos en un santiamén y vuelta a subir.

Picha española no mea sola. Momento prostático

Al final llegamos al Puerto del Cardoso, con unas increíbles vistas (eso decía el waypoint) que veremos en otra ocasión, porque esta vez, nos metimos en una nube de cabeza.

Después, llegar al Collado del Mosquito que con sus 1836 m. es el punto más alto de la ruta, fue coser y cantar. Allí el bosque deja paso a un monte bajo, salpicado de vez en cuando con pinos. Nos abrigamos porque el viento y una potente cuesta abajo, así lo recomendaban. Alfredo se puso un elegante conjunto asimétrico de perneras que hizo furor entre los excursionistas que nos encontramos (o sea, nadie).

La bajada empezó discurriendo por una zona de monte bajo donde los helechos destacaban por estar totalmente secos. Dejamos a la derecha el Alto de la Pinilla, entrando de nuevo en el bosque.

El cielo empezaba a cubrirse, señal de que la ventana de oportunidad que había creado Mario con sus hechizos se estaba cerrando. Por suerte no quedaba mucho. Atravesamos Horcajuelo, con sus bonitas casa de piedra, y cogimos de nuevo la carretera para volver a Prádena. Después de alguna cuesta de última hora llegamos a las 14:00 al restaurante que, eficientemente, había reservado Mario (este chico vale un montón, te lo digo yo). Empezaba a chispear, se acababa la tregua. La ventana definitivamente se estaba cerrando.

Nos lanzamos a la la mesa, dispuestos a comernos lo que fuera, pero la señora del restaurante-bar El Rincón nos dijo que, cómo habíamos reservado a las 14:30, no íbamos a comer hasta las 14:30:00. Alfredo la miraba con ojos glaucos, sin entender el motivo de tanta maldad. A Félix le tuvimos que poner cinta americana en la boca. Mi teoría es que esta gente son descendientes de colonos alemanes que trajo Carlos III para repoblar esta zona. O bien, otra posibilidad, se trata de huidos de la caída del III Reich que se habían refugiado en los 40 en la sierra pobre de Madrid (como en Los pacientes del doctor Garcia de la gran Almudena Grandes). Vete tú a saber, pero esa falta de flexibilidad es netamente germánica, lo mires por donde lo mires. En cualquier caso, nada que unas cervezas (y el pan de la comida) no acabasen arreglando.

Pero la mujer tenía su corazoncito y, viendo como deglutía pan Alfredo a dos manos, nos atendió a las 14:21:37 como deferencia a lo majos que éramos. Comimos bastante bien, menos Félix que pidió sus famosos boquerones serranos, con el éxito habitual. Mario intentó pedir una sopa de cocido y cordero de segundo, pero eso era demasiado para la señora, que no concebía semejante desbarajuste. Dass, wenn nicht, ich nicht so ein Durcheinander zugeben! ¡Si se pide sopa de cocido, se come cocido, leñe! ¡Qué es eso de mezclar! Así que Mario se metió un cocido integral, que además, tenía muy buena pinta, con su relleno y todo.

Cuando salimos, llovía a mares. Esperamos a que calmara un poco para cargar las bicis. La vuelta la hice lloviendo a manta, con viento para aderezar la cosa. En la autopista, los camiones amenizaban el cotarro dejándote sin visibilidad cuando los adelantabas. Pero eso fue lo de menos, porque habíamos pasado un día estupendo, disfrutando de la naturaleza y los amigos (y sin mojarnos), como siempre.

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5 comentarios en “Prádena del Rincón-Puerto del Cardoso-Collado Mosquito-Horcajuelo. Viendo como va la hoja”

  1. Magnífica crónica. Amena, puntual y entretenida. Me quedo con la espinita clavada de no haber estado.

  2. Muy divertida crónica. Es un placer siempre leer a posteriori la versión de cada cual de la vivencia. El recuerdo queda ahí para la posteridad. Por cierto, Alfredo no confías en mis conocimientos micológicos, pero habrás observado que el resto de los componentes que comimos un trozo de Macrolepiota Procera continuamos vivos y coleando.

  3. El podium sigue liderado por un servidor, pero la segunda plaza es para Domingo que se la ha arrebatado a Pepe, que queda como medalla de bronce

  4. Jaja, muy bueno lo de los «Ñuberus» pero esos geniecillos van a su bola y lo que les gusta es fastidiar. Más pareció cosa de los «Ventolines» a quienes sí se les puede pedir ayuda.
    La macrolepiota curiosa de sabor, pero la póxima vez que sea convenientemente cocinada jajaja
    Me ha gustado el rescate de este tema de Jehtro Tull ¡hay! que debe tener casi 50 años…

  5. Buena crónica. Que suerte tuvimos , yo iba mentalizado para mojarnos, pero no nos cayó una gota a pesar de la maldición lanzada por Rufi que no venía. La ruta muy cómoda y con vistas . La comida muy buena y al final nos lo pasamos bien y aprovechamos un día que parecía de mocho.

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