Escorial – Valmayor en primavera

Ruta realizada el Miércoles 13/04/2022

Dificultad Física
Dificultad Técnica
44.5 km
528 m
41 Km Distancia Madrid
4h48'
3h56'
Características Terreno Suelo normal (tierra con alguna piedra), 15% de trialeras, con un obstáculo, no adecuado para temperaturas altas, 25 metros no ciclable, con algunas fincas privadas, zona de fotografía interesante, muchas puertas

Participantes: Domingo, Félix

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Como el jueves es un festivo de gran importancia religiosa donde la mayoría de los componentes del grupo forman parte de alguna cofradía, decidimos adelantar nuestra salida semanal al miércoles. Sin embargo, ni por esas. Debían de estar entrenando con las andas o ensayando saetas (venablos más bien, dada la exigua capacidad cantora de nuestro grupo). La cosa es que esta vez solo nos adscribimos Félix y un servidor.

A la hora de elegir una ruta por el Escorial pensé en subirnos el puerto del Malagón, Robledondo, Cruz Verde, y Zarzalejo, volviendo por la Silla de Felipe the second. Una ruta preciosa de 40 kms. y casi 950 m. de desnivel. Se lo plantee a Félix y le pareció bien. Y cuando salimos íbamos con esa idea, pero por el camino nos pareció que hacía un espléndido día de primavera y que quizás allí arriba no iban a abundar las florecillas, los pajaritos y las praderas de un verde increíble. Fueron exclusivamente estos aspectos y no otros los que nos hicieron cambiar la ruta sobre la marca, evaluando la situación en 3 segundos. Así que a la altura de la carretera que lleva al Arboreto Luis Ceballos, cambiamos de rumbo y nos dirigimos a la Horizontal atravesando una zona rota cerca del embalse del Infante y entrando en una trialera que nos llevó del rondón. Disfrutando y charlando, vamos haciendo kilómetros.

En este cuestón, con la Machota Mayor al fondo, decidimos que hacía un día estupendísimo para llanear.

No nos equivocamos en la elección. El bosque estaba espectacular y pronto empalmamos con la carretera del puerto de la Cruz Verde, en dirección a la ruta ecológica (antigua carretera de Ávila).

Félix hacía tiempo que no iba a la Silla de Felipe, así que hicimos un poco de turismo, desviándonos ligeramente de nuestra ruta grabada a fuego.

¡Puff, que momento más imperial!. Me están dando ganas de invadir algo, por ejemplo, Ucrania…

Retomamos el camino de nuevo por la pista que conecta la silla con Zarzalejo Estación, una vieja conocida que recorremos velozmente y que nos deja justo al principio del pueblo.

Aquí comienza la divertida pista-trialera de las lagunas de Castrejón, una zona llena de aves con lagunillas por todos lados. Una pista preciosa y muy divertida que, por suerte, no tenía ni barro ni agua.

Ésta acaba en la gran pista que lleva a Fresnedillas de la Oliva. Aprovechamos para tomar el platanito y coger otra trialera de lo más divertida, más metida en bosque que la anterior, y que nos lleva a la zona de fincas de Tres Dehesas, un lugar donde si no tienes 10 hectáreas no eres nadie. Después de subir un ratillo, atravesamos la carretera de Valdemorillo, a la altura del restaurante La Esperanza, y nos metemos en la Vereda de los Vaqueros hasta la ermita de Nuestra Señora de la Esperanza. ¡Agua a la vista! Ya estamos en Valmayor.

Como había agua para aburrir, el atravesar el arroyo que viene de el Escorial para seguir por el lado opuesto del pantano, se nos hizo un poco complicado pero finalmente lo resolvimos sin mojarnos. Este paso siempre es una aventura, nunca sabes como te lo vas a encontrar…

Aquí había de todo, desde águilas y milanos, a patos y cormoranes, pasando por gaviotas y domingueros. Una delicia aunque el camino que te lleva al lado opuesto de esta especie de península te hace subir un pequeño cerro (nos estábamos mal acostumbrando…). Enfilamos el puente que lleva a Galapagar, y pasando por debajo de la M505, nos dirigimos a la presa de los Arroyos.

Ya nos queda poco. Enfilamos paralelos al arroyo Ladrón por otra trialera llena de curvas, revueltas y badenes. Empezamos a estar ya un poco hartos de dar pedales, pero queda poco, aunque se hace pesado por tener que atravesar las dehesas, abriendo y cerrando puertas. De todas maneras, no importa, el campo está espectacular.

En el Escorial todas las vueltas (y curiosamente, también las idas) son cuesta arriba (este fenómeno lo están estudiando en Pasadena). Por fin llegamos a casa. Justo en ese momento llega Raquel y nos vamos a comer al chiringuito de Felipe II. Buena conversación, risas y proyectos es la forma en la que acaba este estupendo día. Misión cumplida.

Otras fotos: Link Álbum

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2 comentarios en “Escorial – Valmayor en primavera”

  1. ¡Qué explosión de verde! Y qué ganas de volver a ver vida a raudales. El agua es la vida y el año amenazaba con ser extremadamente seco, para dar un giro total en Marzo. Está el campo de dulce. Hay que aprovechar estas escasas cinco semanas en que todo es color y alegría. Me encantan las praderas verdes. Ahora es el momento de recorrer las praderías y cuando se vayan agostando, meterse en el bosque que ya habrá cuajado de hojas. Las fotos que salieron me encantan. Me gusta mucho la que hiciste del Monasterio (ponla en la crónica).
    El embalse tiene muchas posibilidades fotogénicas. Ruidera va a estar de cine. ¡Qué ganas!
    Gracias Domingo por el agradable paseo y la crónica.

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