Ruta realizada el Domingo 20/03/2022
Participantes: Félix, Rufi
Reproductor audio crónica:
Esta ruta tiene la negra. Siempre que la elegimos pasa algo y acabamos yendo dos y el de la guitarra. Esta vez, solo dos, ni siquiera el de la guitarra. Cuando la hicimos la última vez (al menos cuando la hice yo), acabamos yendo Mario, Félix y yo.
Ayer por la tarde la decisión sobre qué ruta hacer no fue fácil, pero, al final, acordamos hacer una variante un poco más corta de la del Boalo-Barranca-Ortiz. Yo tenía que terminar a las 13:00 por cuestiones médicas y de salud (hoy se celebraba el cumpleaños de mi suegra y no era cosa de llegar tarde porque suegras, como madres, solo hay una). Pues eso, que el que no tenía mocho tenía medias aritméticas, flojera de bajos o dolores de altos. Espero que las respectivas casas hayan quedado hoy como «los chorros del loro» y que los mochos estén echando humo.
Félix y yo hemos quedado en un punto de la carretera 615, en Berrocal de la Sierra. Como no podía ser de otra forma, usando google maps, él se ha ido a un sitio y yo a otro. No estábamos a mucha distancia uno de otro pero tampoco en el mismo sitio. Además, ambos hemos llegado 15 minutos antes porque una bendita noche de mal sueño (o corto, en el caso de Félix).
Pronto nos hemos encontrado y, como dicen los ingleses, hemos reconvenido en el mismo punto, desde donde hemos iniciado la ruta, con unas gotas que eran algo más que el famoso Txirimiri. Por ello nos hemos puesto el chubasquero que ya no nos hemos quitado en toda la ruta, más por pereza que por necesidad real.
Desde Berrocal de la Sierra nos hemos dirigido al embalse de Navacerrada que, a pesar de las recientes lluvias, sigue bajo de nivel.
El rodeo al embalse de Navacerrada es divertido, aunque es un tramo corto que se hace rápido y tampoco es muy exigente.
En Navacerrada nos hemos hecho un pequeño lío con la dirección de la ruta pero lo hemos solventado rápidamente, dándonos cuenta de que la dirección era de subida hacia el hotel Arcipreste, otrora lugar de concentración de ese equipo de blancos que antes iba de blanco y que ahora es de negros y viste de negro (y que, por cierto, espero que gane hoy para darnos cierto aire alejando al Barcelona unos pocos puntitos).
No he dicho nada pero, desde que salimos de Berrocal de la Sierra, la cosa era de subida y, lejos de mejorar, en Navacerrada empezaba la verdura de verdad. Como ya había adelantado Félix, es una ruta en la que se suben 20kms y, alcanzada la cima, para abajo a destajo.
La subida a la Barranca la hemos hecho razonablemente bien y con comodidad. De vez en cuando venían algunas ráfagas de viento que, por soplar de culo (cosa curiosa en el mundo de la bici), nos ayudaban a subir la cuesta. Mención especial tiene el cuestaco que, una vez cruzado el río (de ignoto nombre) empieza a doblar a la derecha en una curva cerrada y pasa por el famoso pino encadenado.
El plátano nos lo hemos tomado al terminar el rampón porque no creo que, de habérnoslo comido antes, hubiera durado mucho en mi estómago hasta ser debidamente procesado. Seguro que os acordáis de una vez que hicimos esta misma subida pero para ir a la cuesta del Calvario y Navacerrada. En aquella ocasión había una carrera y pasaron algunos pros que primero hacían olas en el río y luego subían la dichosa cuesta como si fuera un llano. A mi no es que se me haya pasado el arroz, es que nunca he estado para esos platos.
Charlando animadamente de ópera, de músicos e intérpretes y de todo lo divino y humano, hemos llegado a la cima y punto donde empieza la senda Ortiz.
En ese momento ha empezado la parte más divertida de la ruta. Volviendo a la música, la senda Ortiz es al camino Smith en las rutas de bici como la zarzuela es a las volksoper. Es decir, el camino Smith es más conocido y tiene más caché, pero la senda Ortiz es muy, muy divertida. Tiene sus escalones, raíces, pedrolas y zonas muy técnicas. La hemos disfrutado como enanos aunque, en esta ocasión, no nos hemos subido una zona de escalones y raíces en previsión de que aquello pudiera acabar mal.
A la salida de la senda nos hemos equivocado y hemos tirado directamente por la pista hacia abajo en lugar de subir el tramo que, según el track, había que remontar para cruzar el río. Como ya me tocaba, yo he aprovechado para darme una leche tonta. Tonta pero dolorosa porque, como era de esperar, he caído sobre mi maltrecho codo derecho. Por suerte he maniobrado lo suficiente para minimizar daños.
Ya a la altura de los aparcamientos, hemos seguido bajando y hemos cogido el «single track» ese tan divertido que lleva al mini Angliru y al punto en el que, según habéis contado varias veces, Jesús se hizo una inmersión sin botellas por salirse de la pista.
Desde que empieza la Senda Ortiz hasta que acaba el single track son muchos kilómetros de una bajada técnica muy divertida y tampoco especialmente complicada (salvo algunos tramos), que hacen de esta ruta una de las que hay que tener en cuenta.
De hecho, creo recordar que una parecida, después de la clásica del Pardo, fue la segunda ruta a la que me llevó mi querido amigo Alfredo nada más empezar a montar con este grupo de desaprensivos. A la altura de las fotos de la galería que se muestra más arriba los calambres me daban ya hasta en las pestañas. Lo que no sé es cómo, después de aquella, decidí seguir montando y yendo con esta patulea. Mucho ha llovido desde entonces, aunque los embalses sigan bajos de nivel.
En fin, una mañana divertida, en magnifica compañía y sin mocho. Además llegué bien a casa como para celebrar el cumpleaños de mi suegra como ella se merece.
Otras fotos: Link Álbum
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5 comentarios en “Mataelpino-Barranca-Senda Ortiz. La ruta del mocho”
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Nos hemos mojado un pelín e incluso en algunos puntos hacía frío, no obstante es mucho mejor que pasar el mocho como el resto de sátrapas. Aunque con el mocho-kit de Alfredo será más llevadero.
La ruta es durita. Cuando me he quedado frío en casa, no podía levantarme del asiento.
Respecto a la supuesta caída, no ha sido tal. Lo he visto en primera línea porque un servidor ha reusado al comprobar que superaba mi infinitesimal técnica. He de decir, que se ha bajado de la bici con exquisita elegancia, en cámara lenta y sobre el hombro derecho. Más parecía que se había encontrado un reloj y hacía una maniobra de distraimiento.
Ya sabemos que cada uno se baja de la bici como le sale de los coj……
Buena mañana y charla entretenida. Siempre merece la pena salir aun con tiempo revoltoso.
La música es Dio,che nell’alma infondere de Don Carlo de Verdi. A petición del magnífico cronista, que hoy se retorcerá en el sillón ante la tesitura de apoyar al Madrid en contra de sus principios. Un abrazo Rufi
Me he tirado pensando que era Rolex y no era ni un Casio. Otra vez será
La música es el magnífico dúo de Don Carlo. Y eso éramos el jefe y yo hoy, un estupendo duo.
Hoy hala Madrid, aunque me salga sarpullido
Esperemos que ese codo no de más guerra, que es lo importante. todo lo demás son nimiedades.
Gracias Pepe
Ya os dije que no Llovía. Siento habérmela perdido porque esta ruta mola bastante.
La del jueves promete también.