Ruta realizada el Domingo 16/01/2022
Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juanlu, Mario
Reproductor audio crónica:
Hacía tiempo que no salía un domingo en bici con los amigos y la sensación de calles vacías y silencio se me hacía extraña. El coche, camino de Colmenar, marcaba entre 2 y 3 grados bajo cero. ¡Qué planazo!, ¡Quien me mandará! Esas ideas es las que me resonaban en la cabeza mientras me dirigía a la zona de aparcamiento. Cuando llegué, diez minutos antes, ya estaba todo el mundo allí. Estas cosas son las que te hacen darte cuenta de las edades en las que nos movemos. En cuanto le di un abrazo a Juanlu, al que hacía mucho que no veía, se me pasaron las reticencias. Llegaron todos los demás, metiendo prisa, así que acabé de prepararme y salimos de Colmenar dispuestos a darlo todo.
Colmenar estaba petado. Por todos los sitios había gente andando y ciclistas de carretera a tutiplén. La verdad es que la salida del pueblo es bastante desagradable y la próxima vez hay que plantearse aparcar al lado de la base de helicópteros, al menos los domingos.
Como somos así, empezamos la ruta hablando de criptomonedas y de economía, porque somos como los tertulianos de la radio. Antes de lo que tardo en contarlo ya estábamos al lado de las FAMET, con todos sus helicópteros parados, que era día de descanso y de ir a misa.
Dejando atrás la base, entramos a la dehesa de Navalmillar, donde nos enfrentamos a la primera subida, en la que Juanlu, empleando todo su poderío gravitatorio, nos pegó una pasada y empezó a escalar la cuesta como si no hubiera un mañana, dejándonos perplejos y rezagados. Semejante episodio no se volvió a repetir a lo largo de la jornada.
Como siempre, en la base del cancho de Pedrezuela, paramos al lado de la puerta para reagruparnos, que la larga subida tiene la curiosa habilidad de desperdigarnos por el camino.
Empezamos una bajada por pistas llenas de barro donde Juanlu, delante de mí, hizo una espectacular demostración de dominio de conducción en barro, con derrapes de la rueda delantera y trasera de forma alternativa y conjunta.
Y así llegamos a trialera de la Camorcha, que ésta vez tenía el aliciente del hielo y el barro congelado. Otra vez que nos desperdigamos, cada uno haciendo lo que podía en este tramos tan técnico y tan c…..
A la salida de la Camorcha, en una zona llamada El Verdugal, nos reagrupamos para dirigirnos ya hacia Guadalix. Tramo fácil que da lugar a la charla y a la polémica y en la que nos enzarzamos en el tema de moda, la ganadería intensiva, de la que todos en el grupo somos unos grandes expertos.
Normalmente nos tomamos el plátano rendiendo pleitesía a la estatua del alcalde de «Bienvenido Mr. Marshall» pero ésta vez nos dieron envidia otros ciclistas que se estaban metiendo un café con churritos y, claro, no íbamos a ser menos.
Como ya es norma, no dejamos que Félix pidiera. Sin embargo, dejándose llevar por su legendaria afición por las camareras, no pudo evitar sorprenderse por el atuendo de la que nos atendía, que iba con una escueta camiseta de manga corta, mientras nosotros íbamos forrados. Cuando Félix se lo comentó, ella nos miró con conmiseración, aduciendo que era serrana y que aquello ni era frio ni na. Como siempre, algunos casi se quedan sin churros, mientras alguno luce los dos papos llenos, que aquí quien no corre, vuela. Ya nos conocemos.
Salimos del pueblo, rodeados de coches y ciclistas de carretera (un grupo de 4 chicas, para variar) por una zona que se llaman las Cumbres con toda la razón, por el imponente cuestón que hay que superar para llegar al camino.
Esta parte me encanta. El camino está bordeado por una valla que demarca fincas con ganado, creo que de lidia.
Más tarde, en la peña de Gato, salimos a campo abierto, con continuas subidas y bajadas, arroyos y puertas.
Esta zona es de llaneo pero pronto cambió la cosa. Empezamos con una subida tendida, atravesando una zona llamada los Rancajales y que. rápidamente, nos llevó de nuevo a la dehesa de Navalvillar.
En la entrada de la misma nos reagrupamos de nuevo y, mientras esperábamos a Juanlu, nos dio por montar una sesión fotográfica.
Y con esto acabo esta crónica. La llegada fue como la salida, gente por todos lados. Juanlu y yo tuvimos problemas hasta para sacar los coches, rodeados como estábamos de ciclistas y vehículos de apoyo por todos lados, lo que impidió que nos pudiéramos despedir. Pero eso es lo de menos, fue un día espléndido, por el tiempo, la ruta y la compañía.
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6 comentarios en “Colmenar Viejo – Guadalix de la Sierra una vez más”
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Gracias Domingo. Es verdad, que no nos pudimos despedir porque estábamos al lado inverso del aparcamiento. Los churros me supieron a gloria. Pasamos una mañana muy agradable a pesar del frío a ratos. Echamos en falta a los currantes, a los estudiantes y a los esquiadores.
Es curioso que esta ruta la hemos hecho tres años consecutivos en esta misma época de frío.
Qué gusto leerlo, es como haber estado allí, pero sin sudar. Me alegro del día y anuncio mi pronta reincorporación a tan distinguida comitiva.
Besos
Primera salida del año, ruta muy trillada pero siempre entretenida y cambiante en función de la compañía, en esta ocasión muy divertida. Buena idea de Alfredo la de cambiar el plátano por churros, menos mal que fuimos comedidos con la cantidad, jajaja, además los burros lo agradecieron.
A ver si otro día está la cosa más concurrida, que a algunos hace mucho que no os veo.
Ya está bien de estudiar, esquiar y vaguear, jeje
Domingo, es un placer leerte.
Lo pasamos bien a pesar del frio. Los churros espectaculares aunque luego repitieron en la última subida.
Pepe ya puedes traer las notas para que verifiquemos que realmente estabas estudiando y no pasando el mocho.
Para ser la primera salida de verdad del año de los patitos, no ha estado mal. Al llegar a casa, lo unico, acabe «acalambrao». Y es que ya se sabe a la vejez viruelas. Debieron ser los churros,por echarle la culpa a algo. La próxima vez me lo haré en burrito, que no sé que sera más peligroso, que se metieron los plátanos y la cascara. Eso si que es ecológico. Domingo gracias por regalarnos la cronica.