Pontón – Alpedrete

Ruta realizada el Jueves 20/05/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
26.7 km
646 m
56 Km Distancia Madrid
3h55'
2h00'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Pepe, Jesús

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Cada vez tardamos más en decidirnos, apuramos tiempos y voluntades para concretar dónde vamos. Luego está el “quienes”. Esta vez no se apuntó Fernando, que es el que primero inquiere; ni Alfredo, que estaba de acompañante sanitario… ¡ni Juanlu! que sí salió el martes. El caso es que pensamos ir al Lozoya, pero Félix dijo que la ruta no tenía tramos nuevos. Pues nos vamos a ver al Globero (esa sí que es nueva…)

El caso es que allí estamos, en el Pontón, a las 10:30h, con un sol que promete dorarnos a los cuatro como unos l’ast chiken.

Nos hacemos la cuesta de carretera para coronar en la entrada del Reguerillo. Para Jesús es todo nuevo, dice que esta zona solo la conoce de turismo de alpargata, que no la había rodado hasta ahora. Así que el vamos contando lo que conocemos, lo más destacado, algunas notas geográficas y otras anecdóticas. Lo de las cárcavas, lo de la presa de los presos que no represa, las abejas, los senderos… así sin darnos cuenta, nos plantamos el plátano en la presa “La Parra” (ole aliteración).

Han puesto carteles nuevos, flamantes, indicando que está vigilado, que no pases. Domingo observa con atino que el “no pasar” coincide con la señal del GR indicando que continúes. En fin esas contrariedades de la señalética a las que nos llevan los conflictos de competencias. Cómo nos va a sorprender lo del lío de vacunas, la posición de España en el exterior o la dificultad de definir en cada pueblo si la cerveza te la tomas dentro o fuera del bar.

Pues sí, fácil de adivinar, nosotros pasamos, pasamos y seguimos, que luego viene la cuesta sombreada y verde que te lleva al collado del Santo. Jesús, va charlando, Félix incluso responde, Domingo mantiene el ritmo y yo me ahogo. Eso sí, arriba llegamos todos ¡no faltaría más!

Pasamos por el pinar de tierra roja e iniciamos la bajada a la casa en ruinas. Me parece que la construyó un fulano con la esposa tuberculosa, para que respirara aires de sierra. Debió ser un señor de posibles, pues es una construcción de buena planta. Sin abundar en motivos o alternativas, digamos que se me ocurren opciones como haber alquilado una celda en el monasterio de Beruela, en el Moncayo, como Becquer, o haber alquilado otra hembra, como tantos…

Nosotros seguimos a lo nuestro, que es cuesta abajo. Pero nada más salir, Jesús se queda sin cambio trasero, una buena faena en el sitio que estamos. Comprobamos que el problema está en el mando y lo desarmamos enterito. Enredando entre todos y metiendo cuatro cascos sobre 3 centímetros cuadrados, conseguimos que aquello enganche y vuelva a actuar. Montamos todo y tiramos millas. Eso sí, no firmaría que todos los tornillos estén en el mismo sitio de origen ¡pero funciona!

Al poco llega la subida a Alpedrete. Pista con piedras, pero yo creo que mejor de lo que estuvo hace tiempo. En una curva Félix se encuentra un pájaro, a día de hoy pendiente de identificar. El bicho se queda quieto y se deja coger, le manoseamos un poco, le hacemos unas fotos y le soltamos ¡resulta que vuela! Nos estaba vacilando. Félix ya nos hizo otra de estas con una perdiz. Su don para las plumas es evidente.

En el pueblo no paramos. Al pasarlo propongo un camino alternativo, por aquello de hacer algo nuevo, pero ya perdimos mucho tiempo y nos quedaríamos sin la visita al Globero. Quizá otra vez.

Al borde del precipicio sigue la placa recordatoria y los cementos que sustentan la entrada al nicho. Al lado, una oquedad libre y oscura parece esperar al próximo. Lagarto, lagarto, tira pa’lante, que estamos llegando.

Para comer nos vamos a Torrelaguna. Como por casualidad paramos en el restaurante “adonde”, justo al pasar el arco de la calle de los civiles. Nos sorprende un menú correcto por los ocho euros que dice el cartel. Añadimos unas cervezas, cortesía de Jesús y completamos un día más al sol. Mucho sol ya para mi gusto. La semana próxima serán los fresquitos burgaleses los que nos acompañen.

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Pepe Montalvo

Pepe Montalvo

Listo, guapo, deportista y, sobre todo, humilde.


4 comentarios en “Pontón – Alpedrete”

  1. Pepe, no os he acompañado porque me estaba vacunando. He pasado de casi no vacunarme a que me quieran vacunar todos los días en sitios diversos
    Siento habérmela perdido, aunque, si se cumple el vaticinio de Félix, habréis comido bien al no haber ido yo

  2. Las fotos muy bonitas!
    Esa camiseta es nueva no papá? no la tienes desde que yo tengo seis anios ni nada…

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