Ruta realizada el Martes 18/05/2021
Participantes: Domingo, Félix, Juanlu, Pepe, Paco Díaz
Reproductor audio crónica:
Seguimos aprovechando esta espléndida primavera, así que de nuevo quedamos para hacer una nueva «yayo-ruta» por la zona de La Cabrera, algo no demasiado exigente y que destaque por su entorno.
Quedamos a las 10:30 en el restaurante «El Cancho del Águila«, donde comimos más tarde, un lugar pegadito a la A-1 donde se aparca bien, lleno de camiones de todo los lugares.
Empezamos sin mayor problema a la hora prevista por un camino harto conocido que discurre paralelo a la carretera de Burgos. Pronto atravesamos la autopista, dejando Mazacorta a la derecha. Por esa zona empezamos con los primeros pedregales que nos llevaron de narices a una finca con ganado, donde demostramos nuestro valor y arrojo, tardando un decidir que hacer. Finalmente Pepe, demostrando su origen ibérico, se echó pa’lante espantando a tan peligrosos animales y dejando libre paso al resto de la expedición, que hasta ese momento se mantenía refugiada tras la valla.
Y luego vino el barro porque encontramos agua para aburrir pero gracias a eso estaba el campo como un jardín. Así que ha ensuciarse…
Pero la cosa no llegó a complicarse mucho, no. Ya estaban los barrizales de capa caída y tampoco aquello fue una yincana.
Atravesamos Navas de Buitrago, paramos un momento en su iglesia y nos despedimos del pueblo, que no daba más de sí.
En estas salidas relajadas, quizás por no ir tan pendientes, siempre nos suele ocurrir algo. Esta vez le tocó a Paco, que se despistó un momento y acabó con sus huesos en el suelo al salirse de la pista. Por suerte no pasó nada importante y Paco aprovechó para ver una jara de cerca, de muy cerca.
Cómo quién no quiere la cosa, llegamos a las estribaciones del Atazar y allí aprovechamos las vista para atacar al platanito de rigor.
La vuelta al pantano siempre es un placer. Estas sendas son viejas conocidas y siempre que podemos, nos adentramos por las pequeñas veredas que hay paralelas a la pista.
Subimos la cuesta de rigor hasta el Berrueco, en que no entramos, y pasamos a enfilar una pista que nos devolvió, en continuo pero suave ascenso, hacia La Cabrera. En esta zona, las vistas del Pico de la Miel eran impresionantes.
Rodeando la Dehesa Boyal (una de las 5000 que hay con ese nombre) bordeamos Pradera del Amor, una pequeña concentración de casas, con un nombre que hace sospechar de su origen hippy y sesentero.
Y cómo quién no quiere la cosa, llegamos de nuevo al restaurante donde habíamos dejado los coches, finalizando así este precioso día de dar pedales.
Para comer, nos plantamos en la terraza, por supuesto. La comida fue aceptable, acompañada eso si por un continuo ruido de camiones para arriba y para abajo, a ver quien aparcaba el trailer más largo. Pero pronto dejamos de escucharlo porque se levantó un viento de mil demonios. Casi se nos lleva las tazas de café.
Como siempre, lo mejor del día fue la compañía y el buen humor.
Otras fotos: Link Álbum
Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos
3 comentarios en “La Cabrera – El Atazar fácil”
Los comentarios están cerrados.
Muy buena mañana con temperatura excepcional y muy colorida. Salieron unas fotos magníficas.
Se nos olvidó hacer la foto al restaurante para añadirlo a la web.
Gracias por la crónica.
Me gusta. Eso de montar en bici solo para divertirse es un puntazo
Bonita descripción de lo que hicimos ayer. A veces no hace falta reventarnos, para disfrutar hasta la saciedad de cada bocanada de aire y del colorido paisaje que saluda a todo aquel que se acerca a contemplarlo. Deliciosa primavera. Gracias por la compañia.