Ruta realizada el Domingo 28/03/2021
Participantes: Ana, Benedikt
Llevamos un mes metidos en casa mientras cae el diluvio universal, os podéis imaginar con qué ganas hemos cogido la bici a la primera que ha salido un rayito de sol! … También os podéis imaginar la forma física penosa en la que estamos los dos después de tres meses con el gimnasio cerrado…
Salimos de casa a las once, después de un desayuno contundente y de escuchar pacientemente la rueda de prensa de mamá Merkel con la lista eterna de todas las cosas que no está permitido hacer. No ha dicho nada de no montar en bici, así que mientras no se nos vaya la mano y crucemos sin querer a la frontera a Austria, no hay por qué preocuparse.
La salida de Múnich fue un poco molesta porque todos los domingueros del mundo habían salido a pasear, pero una vez que cambiamos los edificios por explanadas de hierba y el carril bici por pistas de tierra, empezamos a coger velocidad y a disfrutar del camino.
Benedikt es un poco pesado con que soy una lenta, pero como esta vez llevaba yo los bocadillos, no se ha atrevido a dejarme atrás y perderme de vista porque sabe que me los como.
Poco a poco se va calentando el día y se me van calentando los cuádriceps, cuando por fin hacemos un descanso (llegado el ecuador de la ruta), aproveché para sacar mi sandwich de pan alto en proteínas con aguacate y queso fresco (una es realfooder). En la pausa ya se veían los Alpes nevados a lo lejos, así que con la tripita llena y la motivación renovada, seguimos nuestro camino hacia Tegernsee.
La segunda parte de la ruta se hace más cuesta arriba (literalmente, porque nos vamos acercando a los Alpes, pero también metafóricamente porque a una se le cansan las piernas). Benedikt decide que es buena idea «tomar un atajo». Maldito alemán, no llevábamos dos pedaladas en un valle oscuro y frío cuando se me hunde la rueda de delante en lo que con seguridad eran arenas movedizas y mis Adidas Ultra Boost nuevas y blanquitas se hincan en el barro más asqueroso que he visto nunca. Qué si he llorado? Quizá un poquito…
La salida del valle fue una putada, todo cuesta arriba y lleno de raíces y piedras, jopé! Que La Perla Negra no tiene doble suspensión y sólo tiene cambios en un manillar, está hecha para pasear por ciudades pijas y caminos cuidados, no para esos baches horribles!
El alemán se hizo perdonar cuando me compró un café y un bizcocho de zanahoria en la primera granja que encontramos a la salida del valle del demonio. Para afianzar la jugada me hizo unas cuantas fotos y me repitió un par de veces lo bien que me quedan los pantalones de montar en bici… qué os voy a decir, una es fácil de convencer.
Cuando retomamos el camino yo empiezo a sospechar que vamos a tener que volver en tren, por mucho que hagamos parada para mirar las alpacas de las granjas y por mucho solecido en la cara que me dé, el trayecto se empieza a hacer largo y las pistas asfaltadas que cruzan los campos de pasto empiezan a resultar monótonas.
Menuda alegría cuando por fin se empiezan a ver los Porche descapotables de los domingueros pijos, las mansiones de los médicos Muniqueses y las parejas con bufandas de Burberry y gafas de sol caras comiendo helado. Ya no puede quedar mucho. Os he dicho que a Tegernsee lo llaman el lago de los pijos?
Nosotros, que somos plebe, nos sentamos a orillas del lago a compartir una pizza para llevar. Cabe decir que los restaurantes están cerrados, que de otro modo, aun llena de barro y apestando a sudor, me hubiese sentado en la mesa a comer un Schnitzen con patatas y me hubiese quedado tan fresca.
Una siestecita rápida al sol y nos subimos al tren de vuelta a la ciudad, Bene hizo amago de sugerir volver en bici porque el tren estaba lleno y le da miedo el corona, pero creo que mi cara de agotamiento le disuadió. No confirmo ni desmiento que me quedase dormida a la vuelta en el suelo del tren, ni que se me cayese la baba un poco en el hombro de mi marido.
Manana pretendemos hacer otra ruta, veremos si el magnesio que nos hemos chutado esta noche ayuda con las agujetas!
PD- Tengo entendido que hemos hecho nosotros más kilómetros que los de Madrid… flojos, que sois unos flojos…
4 comentarios en “Munich – Tegernsee”
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Guapa!!!! Que barbaridad; qué envidia de paisajes ; y qué zapatillas!!! 🤣😉
¡Sois unos campeones!
👏👏👏
Las zapas sobrevivieron! las he sacado de la lavadora como nuevas!
A ver cuando podemos ir por Munich y nos preparas una rutita como la que has hecho (No hace falta que tenga más desnivel, jajaja). Hace años que estuve 5 días y me encantó la ciudad y sus alrededores. Alquilamos unas bicis y subimos por el río y visitamos el Deutsches Museum Flugwerft Schleissheim (me chiflan los aviones) en bici y unos palacios aledaños. Una pasada de lugar.
Ni te imaginas lo que me gustaría preraros unas rutas por aqui Domingo! De verdad de verdad que los paisajes son espectaculares.
Esa ruta que describes por la ciudad es la que hacemos nosotros casi todos los días que salimos a pasear, yo vivo cerquita cerquita del Deutsches Museum, al lado de río, ya te imaginas que ni tengo coche, lo hago todo en bicicleta!