Ruta realizada el Martes 01/12/2020
Participantes: Juanlu, Pepe
Reproductor audio crónica:
Por mucho que repitas una zona, si te fijas, siempre hay detalles, variantes o ambientes distintos. Es fácil sacar partido a esto de la bici.
La bajada mañanera de la Casa de Campo hace sentir un frío bastante serio, con humedad alta y escarcha en la hierba. Llegas al puente del Manzanares y me percato de que JuanLu va con guantes de verano, total, si ya hace sol… Los que tuvieron una infancia marcial están bien curtidos.
En el arroyo Meaques de Casa de Campo tenemos una escena bonita. Empieza a entrar el sol y los patos nadan entre nubes de bruma. Con la abundante vegetación parece algo mucho más exótico.
Abandonamos el parque y salimos al campo por la Ciudad de la Imagen. Otras veces hemos subido por el camino que va pegado a la finca militar de La Dehesa, pero hoy elegimos el lado contrario del páramo, por variar.
Hay cantidad de conejos y nos sorprende ver pasar una perdiz peonando ligera. No creía que pudieran aguantar tan cerca de la ciudad y con la presión de paseantes que tiene esta zona.
Cuando vamos a cruzar la M-40 por el túnel habitual nos encontramos una auténtica piscina. Una laguna de las últimas lluvias de más de 50 metros. No sé si cubre mucho o poco, pero no es cuestión de jugársela, porque te mojas seguro.
Buscamos un cruce alternativo y vemos en el mapa una pasarela hacia la zona de Alcorcón, ya cerca de la A-5. Este cambio de plan nos sirve para coincidir con el trazado del Camino Real a Guadalupe, que no sabía pasara por aquí. Parece ser que tiene una cierta infraestructura para el que quiera peregrinarlo.
Volviendo hacia nuestro trazado inicial nos encontramos con unos troncos de olivo muy llamativos. Árboles sin duda milenarios, que ahora están muertos, salvo algún brote que aprovecha la raíz y medra al cobijo del tronco seco. Otro detalle que hemos pasado cerca en varias ocasiones y no nos habíamos fijado.
Con la cosa del cambio de trazado y los troncos se nos va echando el tiempo encima y atravesamos la zona del palacio de Boadilla sin detenernos, por ser más conocido.
Entramos en el bosque de encinas para rodearlo, en lugar de atravesarlo por el camino habitual. Coges algo más de desnivel y es un poco más exigente, pero no más bonito. Es solo por aquello de “conocer”.
Luego ya en Majadahonda atravesamos el pinar de El Plantío y nos dejamos caer en El Kiosco de Pozuelo para una cerveza al sol. Reponemos las fuerzas que no hemos gastado y acompaño a Juan Luís hasta la entrada de Casa de Campo.
Con esto damos por rematada la jornada.