Ruta realizada el Domingo 15/11/2020
Participantes: Alfredo, Félix, Juan, Rufi, Mario
Reproductor audio crónica:
Torrelodones me toca los cojones y los Peñascales los genitales. Madre mía, vaya ruta. La tradicional que parte del polideportivo de Torrelodones ya es cañera y se las trae, pero la de hoy es «pa nota».
Hemos salido a las 9:00 de la mañana (bueno, salir habremos salido un poco más tarde) de la rotonda de los Peñascales. Nada más salir ya hemos empezado a empujar, porque había unas subidas con escaleras que ríete tú de la ruta que empieza en Cercedilla.
Sería injusto echarle a la ruta toda la culpa de mis males. Hoy he pasado uno de los peores días de mi vida en bici y seguro que eso influye en el cariño que le puedo haber cogido a la ruta y lo que puedo desprender de ella en esta crónica. Pero ya veréis que la cosa tiene sus «torredolones».
Una gran parte de la ruta la hemos hecho subiendo cuestacas muy técnicas con mucha piedra y una pendiente notable. De hecho, yo no tengo claro dónde hemos empezado a bajar ya que, incluso en las bajadas, había repechos muy complicados.
Daba la sensación de que partes de esta ruta coincidían con la Clásica de Torrelodones, pero en sentido contrario, esta vez de subida y normalmente de bajada. No es así. Sí que hay trozos comunes y en la misma dirección, como el que lleva al chorro o cascada, cuyo nombre desconozco. Sin embargo, los tramos no comunes son de escándalo. Esta ruta es mucho más selectiva y las subidas son, en general, mucho más largas y técnicas.
Además, parece que hoy regalaban algo por allí, porque estaba el campo absolutamente lleno de pedestrians y de ciclistas. Lo que debían regalar, y yo hubiera pillado una gustoso, eran bicis asistidas, porque éramos raros los que no llevábamos una eléctrica.
Para que veáis que la rutita se las traía, además de mi sufrimiento extremo, Alfredo (nenaza), se ha calzado una hostia con revolcón en el barro incluido. El jefe, para no ser menos, se ha lanzado 5 veces en marcha de la bici para recoger setas. Yo he presenciado dos de ellas, una en vivo y en directo y otra viendo salir al jefe de unas jaras como si se tratara de una aparición. En vez de la joven de la curva, el jefe era «el yayo de la jara».
Juan, ha estado, como nos tiene acostumbrados últimamente, soberbio. Algún pie ha puesto, pero es que no ponerlo en esta ruta sería sobrenatural.
De las subidas ya os he hablado, constantes, eternas, muy técnicas y pendientes y, en definitiva, odiosas. Las bajadas también tenían su aquel. En primer lugar debería hablar en singular, porque yo bajada, lo que viene siendo bajada, he contado una. También muy técnica, sin mucho escalón pero sí mucha jara que te jodía las manos y te movía el manillar y con unas roderas centrales muy profundas. Yo, como iba tan cansado de las subidas, estas si son en plural, la verdad es que las bajadas las he disfrutado menos de lo esperado.
A falta de 13 kilómetros de acabar la ruta y cuando, en teoría ya habíamos hecho los 800 mts de desnivel previstos, hemos llegado a unas antiguas minas de wolframio. Nota curiosa de la ruta.
Félix se ha llevado al hijo de una amiga. Otro Mario que ha resultado ser un campeón. Yo cuando le he visto con zapatillas, sin culotte y sin pedales automáticos he pensado que íbamos a tener un disgusto. Pues no señor. El chaval se ha defendido bien en las subidas (juventud divino tesoro) y mejor en las bajadas, a pesar de llevar una rígida. No ha sido sino hasta el final de la ruta que a Mario ya se le han acabado las baterías y se ha empezado a retrasar un poco, momento que han aprovechado Alfredo y Juan para tirar como si no hubiera un mañana.
En fin, que hemos echado 5 horas en una ruta que yo debería decir que es bonita, muy técnica y demandante. Desde luego, lo que sí está claro es que los que no habéis venido hoy algo os habías olido algo y habéis acertado de pleno. Es una ruta para hacer estando muy bien de físico y de técnica. Si no, no se disfruta.
No sé si Mario volverá o no. Yo diría que sí, porque le va la marcha y, además, porque Juan y Alfredo se han empeñado en que hay que hacer la vuelta completa a la sierra de Guadarrama (100 kms y vete a saber qué denivel) y el chaval ha tardado cero en decir que él se apuntaba, con dos Torrelodones.
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7 comentarios en “Torrelodones Trialeras Brutales. Mother of the Beauty love”
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Si es que no se os puede dejar solos. Sois unos ansiosos sin remedio.
¡Nos vemos en la próxima!
Felicidades Rufi por recuperar el liderato del currantes League. La verdad es que nos hemos pasado con la ruta, son como los 9 puertos del pardo pero en bestia. Yo lo he disfrutado como un enano.
Rufi, !qué gran poeta! De verso fácil, certero y universal.
Rubén Darío, Espronceda, Góngora, Quevedo, Bécquer, Rosalía de Castro, Machado… unos globeros a tu lado.
¡Qué gran crónica, Fer! Una vez más has sacado el pundonor y los cojones de paseo.
Ya estoy cachondo con la de los 100km. Como puede ser mayo buena fecha para hacerla, tenemos tiempo para mejorar el fondo.
¡Somos suricatos, coño!
Juanito, fíjate que yo creo que la de 100 kms va a ser una ruta más larga que otra cosa. Por el trayecto no me parece que vaya a salir un desnivel imposible
¡No hay quien os pille con esas bicicletas de escándalo y semejante técnica!
Rufi, tienes que decirme qué gel de energía te tomaste porque se te pasaron todos los males en un momento.
Siempre que Felix me de la oportunidad encantado de ir aprendiendo con vosotros. Un placer haberos conocido.
Estimado Mário, el gel de energía que me tomé fue que se aplanó el terreno y se acabaron las cuestas. El domingo, por desgracia, no había gel que valiera. Macho, si el primer día de salida aguantaste la mecha, no va a haber quien te pare.