Ruta realizada el Sábado 24/10/2020
Participantes: Alfredo, Domingo, Juan, Pepe, Rufi
Reproductor audio crónica:
Después de una semana pasada por agua, que ha dejado a los jubiletas sin su salida mágica, parece que nos da a los currantes la tregua necesaria para desbravarnos. Amanece con una niebla muy densa que hace pensar que la temperatura no subirá mucho durante todo el día. Uniformes de invierno y botrancas.
No hace viento y los de Sanchinarro salen para el punto de quedada dando pedales, el parking de Valdelatas.
Nada más llegar nos cae el único chaparrón del día, el de Pepe, por la vuelta que se chupó solito desde El Pardo la semana pasada. Que si la avería del Jefe, que si el gps, que si la abuela no fuma, vamos lo de siempre. Aceptadas las disculpas, a regañadientes eso sí. La buena noticia era que la ITV de Fernando estaba todo bien. ¡Es nuestro campeón!
Iniciamos la ruta adentrándonos en el pinar de Valdelatas por la zona de siempre, pero dirigiéndonos hacia la zona más al este, la que que linda con la zona de La Granja. Por allí, nos sorprenden unos rampones seguidos de los de tener que sacar el rasero a paseo de nenazas, gays y mariquitas, pero nos entraré en detalles del ranking que cada uno dio.
Nos acordamos del Flechita por estar en su territorio y tiramos millas hacia la zona de El Soto de Viñuelas. Los caminos están con el firme muy resbalidizo y debemos tener cuidadito. Nos suena todo el recorrido, pero es la primera vez que lo hacemos al revés.
Atravesamos la urbanización Ciudad Campo contemplando los tremendos casoplones que aparecen a nuestro paso. No tiene que ser muy malo quedarte confinado aquí, siempre que tengas la nevera llena de cervezas, eso sí.
Hacemos la paradita platanera y es el momento del herraje. Con un alambre, limpio las calas de Fernando, Pepe y Domingo, ¡que falta hacía!
Continuamos por el sendero que nos irá acercando a la depuradora de Tres Cantos. Como no podía ser de otra manera, Alfredo se calienta con unos bikers que nos adelantan con muy buen ritmo y, ¡a saco Paco! Salimos detrás de ellos, como pollo sin cabeza. El terreno está muy resbaladizo, como el chocolate derretido, y con tanta curva sinuosa, y a veces ciega, se convierte el recorrido en muy peligroso. Y en una de esas, pues llega la hostia de Fernando. Por suerte cae en blando, fuera del charco y sin consecuencias físicas.
La última parte vamos con las orejas tiesas porque vemos un coche de la guardia civil en medio de un camino y el colmo sería que nos cascasen una multa, pero nos escaqueamos por un lateral y queda en susto.
La parte final, vamos saltarines por los caminos que van paralelos al carril-bici hasta los coches.
Ha sido una ruta con muchos momentos de cambios de ritmo que nos dejan zurradetes pero felices, porque… ¡Aquí hay que venir llorao!
Abrazos y besos.
Otras fotos: Link Álbum
Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos
4 comentarios en “Valdelatas- Soto de Viñuelas”
Los comentarios están cerrados.
Primer día de Botones y barro. Ruta divertida para estar confinados.
Juan buena crónica.
Buena crónica Juan. Todavía me estoy tratando de secar del chaparrón de Pepe. Yo creo que Félix se lo olía y por eso se escaqueó.
De todos modos, que Juan no lo ha contado, el amigo Pepe volvió a hacer la 3,14 y, llegando a la Autónoma decidió teletransportarse hasta el coche sin avisar. Y, ahív nos tienes, llamándole por teléfono, esperándole muertos de frio y con ganas de llegar a casa y él, en el coche ya sin el esquijama y sin dar señales de vida. Entiendo que fue la vendetta de la semana anterior y por eso se le disculpa pero no se va a ir de rositas sin la oportuna reprimenda.
Miki, deja de arrimarte a los infecciosos y a ver si nos vemos.
Día genial. La niebla y la humedad del ambiente nos hicieron descubrir paisajes y sensaciones por donde hemos pasado muchas veces. El barro abundante pero llevadero, lo justo para darle encanto al recorrido. Bien contando, Juan.
Me la he leído ahora y gracias a Juan la he rememorado estupendamente, como si estuviese de nuevo embarrado y rodeado de niebla, jaja. Me lo pasé muy bien aunque acabé hecho polvo. Una ruta curiosa, viendo como vive bien la gente de «bien».