El Molar Trialeras Extremas-No tan extremas, pero ni tan mal

Ruta realizada el Domingo 29/12/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
32.9 km
801 m
37 Km Distancia Madrid
4h19'
3h25'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Juan, Miki, Rufi

Mas detalle ruta

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El jefe obstenta ese cargo por algo, no es casual. Ayer estuvimos decidiendo qué ruta hacíamos hoy. Hubo varias opciones: Torrelodones, El Boalo-Alpedrete, La Cabrera….., pero, al final, el jefe puso sus genitales encima de la mesa y quedó claro que hoy haríamos las Trialeras Extremas del Molar, siendo ésta la última ruta que el Jefe elige en 2019.

Se trataba de que no vinieran a la ruta ni Miki ni Juan para que yo les pudiera adelantar en el ranking de los coj…. Alfredo estaba ya descartado porque está «descansando» con la familia. Eso le va a costar ser superado por El Jefe. Juan estaba muy malo, a base de bocadillos de antibióticos para curarse un supuesto constipado, del que, esta mañana, no quedaba ni rastro.

Hemos empezado a las 9:00 en el polideportivo del Molar, coincidiendo con la salida de una carrera de la que, por suerte, no hemos tenido ninguna noticia.

La ruta empieza pronto subiendo por una trialera que, a mí, siempre me parece que habría que hacer en sentido contrario. Es una subida bonita pero que, hasta la fecha, no hemos podido hacer en este sentido sin tener que poner el pie en varios momentos (Juan dice que él lo ha hecho, pero como yo no lo he visto….).

Al final de la trialera empiezan los caminos por las dehesas. Hoy, estaban bonitos y sin demasiado barro, a pesar de las recientes lluvias. Estas pistas transitan así hasta llegar a un camino revirado que transcurre a lo largo del arroyo seco. Es un sendero muy bonito, con algunas zonas exigentes y en el que hoy hacía un frío de pelotas, estando todo el campo helado. Juanito ha demostrado, en varios puntos, su pericia con el 1:1 (aunque ya solo tenga un plato tamaño paellera), gestionando, con habilidad, los obstáculos que se le iban presentando. Avanzando por el sendero hemos sorteado tres motos de trail y dos cazadores, hasta llegar al culo de saco donde acaba el camino. Ahí no hay más remedio que empujar la bici para subir el repecho que lleva a la pista principal por la que sigue la ruta.

Retomado el camino, tras el pertinente plátano (barrita de proteínas, galletas cookies, o lo que sea) para reponer fuerzas, empieza una subida que no se atraganta demasiado y que acaba, más o menos, en la ermita de San Blas, donde tenemos por costumbre hacer un breve alto (la verdad es que no sé por qué. Por devoción Mariana seguro que no es).

Desde la ermita tomamos la decisión de ajustarnos a la ruta original, siguiendo el track fielmente. Eso nos lleva a una trialera de bajada que es muy bonita y técnica. Lamentablemente las motos y el agua han llenado algunos tramos de roderas que obligan a poner pie a tierra, a riesgo de poner en tierra algo que no sea el pie sino una parte más comprometida de nuestro cuerpo.

Aquí, siguiendo las doctas instrucciones de Félix, Juan y yo pasamos por un escalón que, con las 29″, no era demasiado complicado. En todo caso, gracias al jefe por enseñarnos la trazada correcta.

Otra sorpresa que nos tenía preparada la ruta era una odiosa subida a una torre de observación árabe. El único que se hace la rampa del tirón es Juan que, como he dicho anteriormente, alegaba que tenía un gripazo del 13 y llevaba no sé cuánto tiempo con antibióticos. De verdad que no se le notaba nada.

La ruta tiene, en su parte final, una bajada pronunciada que hoy, a pesar de las lluvias, estaba bastante seca y provocaba derrapes. Solo el Jefe y yo fuimos capaces de bajarla entera sin poner el pinrel, demostrando nuestra pericia.

Para acabar, una vez finalizada la bajada, nos comemos una subida de 1,7 kms que, además de fea, es odiosa e interminable. A mí me sentó como un tiro y, si había aguantado bien con la espalda toda la ruta, la última subida me dio la puntilla.

En resumen, una ruta exigente que obliga al esfuerzo en las subidas y la concentración en las bajadas y que tiene pocos ratos de descanso. Engaña por la distancia y el desnivel acumulado (819 mts), pareciendo una ruta más fácil de lo que es en realidad.

Lo mejor, como siempre, la compañía (aunque Juan y Miki no deberían haber venido, porque el plan era que yo les adelantara en el ranking)

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6 comentarios en “El Molar Trialeras Extremas-No tan extremas, pero ni tan mal”

  1. No pensaba que la rutita tenía tanta miga por el hecho de hacer el recorrido original que incluye la subida a la puta atalaya. a mi me salen más metros de desnivel y en consecuencia el IBP de 77 que es más alto.
    Alfredo, lo siento pero no tenía intención de acabar el año de líder, pero ha surgido así.

  2. Rufi o Domingo, hay que crear el álbum en Google Photos. Si me enviáis las fotos lo creo yo y lo vinculo a las crónica

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