Guadarrama-Cuelgamuros

Ruta realizada el Miércoles 28/08/2019

Dificultad Física
Dificultad Técnica
34.6 km
1059 m
43 Km Distancia Madrid
4h47'
3h03'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Domingo, Félix, Juanlu, Pepe, Mario

Mas detalle ruta

Descarga ruta: guadarrama2019-08-28-08-48.gpx

La ruta tiene su gracia, por aquello de entrar en prohibido.

Salimos desde Guadarrama, que es lo que indica el recorrido original, pero realmente no aporta mucho, ya que el inicio no es sino un vericueto para cruzar la A-6 y, de paso, conocer dónde compra Domingo el cemento cuando tiene que hacer una ñapa.

En cuanto enfilas la pista en dirección a La Jarosa te metes la primera cuesta. No es muy larga ni muy difícil, lo justo para avisarte que la vuelta no va a salirte gratis. Bordeas el embalse y la vegetación se va haciendo algo más densa, de dehesa, agradable y, a tramos empinada.

En llegando al muro de piedra caída aumenta la emoción y la vegetación ¡ya estamos en prohibido!

El monte me parece más cuidado, los caminos más frondosos y la atención se concentra. Creo que vamos algo más atentos y callados, pero pronto se nos pasa.

Recorremos el valle haciendo un tramo del vía crucis. Aquí las cuestas sí son más jodidas. No hay puertos como tal, pero las rampas son peleonas y no se puede darlo todo en cada una de ellas.

Como por arte de magia salimos a una escalera ¿pero qué coño es esto? Una escalera de granito inmensa, larga, ancha, perfectamente tallada y conservada. Miras a uno y otro lado y te encuentras una magnífica reproducción de la Gran Muralla. Esa sensación de ruta serpenteante por la cuerda de una loma, que no sabes si comunica dos puntos o delimita un espacio. Con unas vistas sobre le valle y la cruz que alucinas. Vale, sí, no es más que un viacrucis (esta vez todo junto, que también vale), pero si no te lo explican y contextualizan puedes imaginar cualquier cosa.

En la entrada de la ermita más alta nos encontramos con la bombera. Se aburre mucho y pega la hebra todo lo que puede con quien por allí se acerca, que si hay bruma, que si los incendios, que si los medios terrestres y aéreos… venga, vamos, que a esta le queda mucha jornada y si la dejas te mantiene allí clavado, como al protagonista del viacrucis.

Siguiendo camino cogemos algunos tramos de carretera interior del parque, nos acercamos a la basílica para dar la vuelta bien por encima. Otro cuestón, pero de firme sencillo. Pasamos por la puerta, paramos, es grande de cojones. Estaría muy bien ser capaz de desafectarlo de toda su historia para echar un vistazo más tranquilo por dentro y por fuera, sin idea preconcebida y abstrayéndote de su origen y significado, como puede hacerlo cualquier guiri o cualquier buche inculto.

Al no ser nuestro caso, seguimos camino y nos colamos por la carretera al poblado. Ahí, mientras me esperan, es cuando se para el coche del guarda para preguntar que dónde coño vamos y que salgamos de allí.

Sea porque hay a quien no le apetece darse más caña, por miedo a una multa potencial o porque la cubierta de la bici se ha retorcido como tripa de botillo; decidimos hacer caso de la indicación y ponemos rumbo de vuelta por el camino más corto.

Lo que iban a ser 40 km se queda en 35km y los 900mts en algo más de 700mts, pero ha sido suficiente, hemos pasado buena mañana y la visita, aunque fugaz mereció la pena.

Espero no dejar pasar otros 50 años hasta volver a pasar por aquí.

La comida la resolvemos en el mesón la cabaña, en Guadarrama.

Menú barato de diez pavos y muy abundante. El camarero “salao” y con ánimo de bromear.

Otro día estupendo, de los que te dejan una sonrisa, como de haberlo robado.

Pepe Montalvo

Pepe Montalvo

Listo, guapo, deportista y, sobre todo, humilde.


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